Las jornadas se celebran en el Banc Expropiat C/Quevedo 13, Gràcia, Barcelona.
--- SALUT I ALEGRIA!!
VIERNES 13/12
18:00 Presentación de las Jornadas e instalación de distris (Caballito de Batalla, Prometeo Ediciones, Librería Aldarull, Distri la Polilla, No Editorial la Malcrià.
18:15 "Extractivismo e intereses del capitalismo en el Kurdistan" por un compañero del territorio
19:30 "Extractivismo colonial y genocidio en Palestina"
SÁBADO 14/12
11:00 Plataforma unitaria contra la autopista eléctrica Monzón-Isona/Agora Pallaresa la lucha contra la línea de Muy Alta Tensión
12:00 Gentrificación y capitalismo turístico en Canarias
13:00 La gestión capitalista y la mercantilización del agua en Catalunya por Terra i Llibertat.
14:00 Comida
16:00 Charla: “Neocolonialismo e hidrocarburos en Argelia y Venezuela” por Oleguer de CNT-AIT
17:00 Charla: “Ser territorios: Pueblos en camino tejiendo autonomías y resistencia” desde el KAUKA por Vilma Almendra Quiguanás y Manuel Rozental Klinger (ON LINE)
19:00 Algunos conflictos de Abya Yala: “Tren Maya en México, Zonas de sacrificio en Chile y Argentina, minería y transición energética” por compañerxs del territorio
DOMINGO 15/12
11:00 Presentación revista “Inteligencia artificial: Una visión anarquista” por MOAI
12:30 Charla debate: “Transición energética: Refuerzo de las lógicas extractivistas y de dominación capitalista”
14:00 Comida
16:00 Charla debate: “Reflexiones acerca de plantear perspectivas anárquicas contra la devastación” por Anarquistas contra la devastación
17:30 Charla debate sobre estrategias y proyección de la lucha contra la devastación. Participan: La Bretxa, La Maquia y Les Désert' Heureuses
Terra i Llibertat (anarquistes contra la devastació de la Terra)
https://t.me/Terraillibertat
Varios miles de personas tomaron ayer domingo las calles de Ponferrada, en la manifestación multitudinaria convocada por OncoBierzo, una voz unánime que reclama inversiones 'de urgencia' para la Sanidad en El Bierzo.
Miles de personas (más de 15.000) tomaron
este domingo las calles de Ponferrada, en una manifestación
multitudinaria organizada por OncoBierzo, un grupo de enfermos y familiares que arrancó hace meses a
difundir las condiciones en las que se atiende a los enfermos de
Oncología,. A través de las redes sociales, cartelería y vallas
publicitarias con mensajes de indignación, ha creado un movimiento que está rompiendo la paz en esta ciudad de 62.000 habitantes con el apoyo en la calle de un tercio de su población.
La manifestación supone un grito unánime que reclama inversiones 'de urgencia' para la Sanidad en El Bierzo, así como más profesionales de otras especialidades y mejoras en todo el ámbito sanitario del área del Bierzo y Laciana.
La manifestación partió de la plaza Lazúrtegui, desde donde los ciudadanos caminaron hasta la plaza del Ayuntamiento, llenando de consignas las calles del recorrido y terminando con la lectura de un manifiesto, con el objetivo de que “se les escuche” y se tomen, las medidas necesarias para revertir la pésima situación que vive la sanidad en el Bierzo.
Fieles a su lema “Algún día es mucho tiempo”, en referencia a las reiteradas promesas del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, algunos de los carteles y pancartas que han podido verse en la protesta zanjaban que “El cáncer no entiende de tiempo”,“Tu salud se merece otra cosa”, "Hoy necesitamos oncólogos Si no hacéis nada, mañana serán flores", así como “Menos políticos, más médicos”.
La denuncia de la fragilidad de la asistencia sanitaria en la zona, que comenzó a manos de los enfermos oncológicos y sus familiares, ha ido extendiéndose poco a poco a otros servicios del hospital. Así, junto a las proclamas de Oncobierzo pudieron leerse también pancartas con reclamaciones de pacientes de traumatología, neumología u otras especialidades que sufren similar escasez de profesionales o interminables listas de espera y han comenzado también a agitar la bandera de la precariedad de los medios del hospital de referencia en la comarca.
El responsable de la cartera de Sanidad en el ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco, a la vista del polvorín que se está desatando en la comarca berciana y la cita en Ponferrada de este pasado domingo, anunció el miércoles un plan que llevaba el nombre y apellidos de la polémica. Vázquez anunció “un aumento de la plantilla orgánica de oncología en dos puestos adicionales, de forma que pasa de cuatro a seis”, así como la incentivación de puestos en zonas de difícil cobertura y la creación de un grupo de trabajo con los jefes de Oncología Médica de los hospitales de Castilla y León y varias asociaciones profesionales.
El portavoz de Oncobierzo, José Miguel Abraila, se mostró muy contento con la respuesta de la sociedad, no solo en esta manifestación sino desde que la plataforma se creó, con una fuerte campaña de sensibilización a través de las redes sociales y colocación de carteles y vayas publicitarias por toda la capital del Bierzo. “Queremos que la gente defienda lo suyo. Todo esto ha empezado porque en septiembre nos encontramos con que no había médicos en Oncología, y poco a poco, viendo la problemática del hospital, nos hemos dado cuenta que en otras especialidades, como Cardiología, Traumatología o Anestesia, pues también están en precario”, explicó. Abraila insistió en que “nadie está exento de sufrir una enfermedad” y por eso cree que es fundamental que la sociedad esté unida para reclamar lo que es justo.
A Oncobierzo se unió la Plataforma en defensa de la Sanidad Pública del Bierzo y Laciana. “Todos somos pacientes y acompañantes, no tenemos ninguna afiliación política y lo que queremos es que salga la gente, que sepan lo que hay, que tomen conciencia y que los gestores trabajen”.
Debemos recordar cómo, allá por 2018, la Asamblea de Usuarios de la Sanidad Pública del Bierzo y Laciana se convirtió en la punta de lanza del movimiento por la SANIDAD universal, protagonizando un destacado encierro en el mismo Hospital del Bierzo para el que aún hoy se reclama personal y mejoras de relieve (ver: https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2018/01/la-asamblea-de-usuarios-de-la-sanidad.html).
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INFORMACIÓN EN PRENSA sobre la manifestación:
Movilizaciones por la SANIDAD:
> Sobre el encierro en el Hospital del Bierzo: https://mats-sanidad.com/tag/asamblea-de-usuarios-por-la-sanidad-publica-del-bierzo-laciana/
> Jornadas de lucha por la SANIDAD: [2018] https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2020/06/despues-de-los-aplausos.html ; [2020] https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2020/10/concentraciones-por-la-sanidad.html
EL RACISMO DIVIDE
A LA CLASE TRABAJADORA
En su búsqueda del máximo beneficio, la burguesía no duda en emplear cualquier forma de discriminación para afianzar su poder. El racismo es tratado por los poderes como un problema social para enfrentar a los trabajadores nacionales con los extranjeros, cuando realmente tenemos mucho en común, pues todos soportamos la explotación laboral del capitalismo a través del trabajo asalariado en cualquier país. De aquí o de fuera, somos la misma clase obrera.
El racismo es un arma del capital y el estado para dividir a la clase trabajadora. La burguesía es heredera de los antiguos poderes imperialistas y colonizadores y sus formas de dominio internacional a través de la guerra abierta y económica. Las burguesías de cada país se enfrentan o alían entre ellas según les convenga en esa guerra imperialista y de control regional que sólo les beneficia a ellos.
A la burguesía le dan igual los colores, los géneros o las nacionalidades. Sólo le importa una cosa: el DINERO. Pero sabe perfectamente que para mantener su dominio, la única forma de controlar a nuestra clase es creando división y fomentando la competencia y el individualismo.
Lo estamos viendo con la guerra de Ucrania, una guerra entre diferentes burguesías, donde se ha generado un tipo de refugiados de primera clase al que los países de la OTAN no dudan en ofrecer asilo. Mientras por otro lado, los refugiados que intentan acceder a la EUROPA FORTALEZA de países “pobres” (por ejemplo Palestina, Sáhara, Mauritania) son masacrados en el Mediterráneo. Los países del sur europeo (España, Italia, Grecia, los Balcanes) y países limítrofes como Marruecos y Turquía (que reciben millones de la Unión Europea (UE) por no dejar pasar a nadie) están generando una sangría continua contra nuestros hermanos y hermanas de clase. ¡No debemos permitirlo! Lo pudimos ver el 24 de junio de 2022 en la valla de Melilla: no se atreven: ni a decir una cifra exacta de las personas que ese día fueron asesinadas intentando saltar la valla para entrar en su Europa Fortaleza.
Las políticas de extranjería que ejerce la UE y países como España, solamente se dirigen a reforzar sus fronteras para controlar la entrada de las personas pobres que huyen de conflictos generados por éstos mismos países y sus empresas transnacionales. Nuestros hermanos y hermanas se pudren en campos alrededor de todo el Mediterráneo esperando poder cruzar la frontera al día siguiente o mueren al cruzar el mar. LA MUERTE DE NUESTROS HERMANXS SÓLO BENEFICIA A LA CLASE BURGUESA ¡YA BASTA!
Día a día, los medios de comunicación criminalizan a las personas migrantes, la patronal por su parte no para de quejarse de que necesita mano de obra migrante para muchos sectores, como el agrícola, y les somete a situaciones de abuso y explotación con total impunidad. Esto es una guerra contra los trabajadores de aquí y de fuera. Debemos luchar por unas condiciones dignas en todos los curros, da igual el origen de la persona, su género o su sector económico: TODOS SOMOS TRABAJADORES.
El racismo, el sexismo y la xenofobia son utilizadas desde el estado y el capital para dividirnos como clase obrera y ponernos los unos en contra de los otros. Así reducen nuestra fuerza y capacidad de cambio revolucionario para seguir manteniendo sus beneficios y sus privilegios de clase explotadora.
Ese racismo popular, de barrio o de pueblo que se está normalizando, es algo que las organizaciones de clase no podemos tolerar y que debemos combatir: destruir su propaganda, sus portavoces y contraponer a esos discursos racistas la solidaridad de clase y el apoyo mutuo entre personas que sufrimos la misma explotación asalariada ya sea en España, en Guatemala o en Marruecos. El capital nos esclaviza mediante el trabajo asalariado con la necesidad de tener que vender nuestra fuerza de trabajo para sobrevivir y el estado nos reprime para mantener su orden social, pues es el detentador de la violencia en exclusiva, permitiendo que el capital haga y deshaga a su antojo. Esto lleva implícito la condición común de las personas explotadas: tener unos intereses comunes por el mero hecho de estar sometidos al mismo sistema económico, vengamos del país que vengamos y tengamos el color que tengamos.
Mientras no caiga el capitalismo, el racismo y todas las formas de discriminación y deshumanización que alienta y genera, no podrán desaparecer. La lucha de clases la están ganando ellos, los ricos, la burguesía, la clase que lo controla todo y con ello se extiende el racismo y todas las formas de opresión.
La clase obrera debe luchar por sus propios intereses y luchar contra los que detentan el poder burgués sean éstos del color, del género y de la nacionalidad que sean. La unidad de nuestra clase debe traspasar fronteras y culturas, con respeto, conciencia y solidaridad, independientemente del país en el que trabajemos, e independientemente del jefe que nos dé las órdenes. Empecemos por luchar contra el racismo en nuestros barrios y pueblos.
¡COMBATAMOS EL RACISMO EN TODAS SUS FORMAS!
¡NUESTRO VERDADERO ENEMIGO NO VIENE EN PATERA, DIRIGE LA ECONOMÍA Y LA POLÍTICA PARA SU ÚNICO Y EXCLUSIVO BENEFICIO!
¡DE AQUÍ O DE FUERA, LA MISMA CLASE OBRERA!
POR LA UNIDAD OBRERA, LUCHA DE CLASE
Noviembre 2024/nº 328 Comité de Solidaridad de los Trabajadores
EL SOTERRAMIENTO, LA INTEGRACIÓN Y UNA POSIBLE DEUDA DE MILLONES
En esta última semana se sacó un manifiesto impulsado por ASCIVA (Asamblea Ciclista de Valladolid), firmado por parte de Sindicatos de Valladolid, colectivos y algún partido político que otro. En vista de lo que puede llegar a suceder, desde el Sindicato de Vivienda de Valladolid lo hemos firmado pero queremos expresar nuestra opinión:
PRIMERO, DE DÓNDE VIENE EL SOTERRAMIENTO
Los primeros pasos de hablar de modificar los bordes de las vías datan de 1985, así como el primer proyecto en oposición del PP (que habla de desviar las vías del centro), son de 1995 [1]. Sin embargo los primeros pasos oficiales del soterramiento se dan, por petición del PP, desde la Dirección General de Ferrocarriles del Ministerio de Fomento en 2001. Este proyecto, unido al plan Rogers [2], (nombrado por el arquitecto que en aquel momento iba a transformar los barrios de Talleres, Argales y Ariza) consiste en desmontar los talleres de la Renfe para montar bloques de viviendas. El proyecto de impacto ambiental acaba apareciendo en el BOE de 2006 [3].
Como bien dicen nuestros
compañeros de Valladolor, “Los detalles vinculados con el
financiamiento rebosaban el conjunto de malas prácticas y
sobresalían por haber sido la evidencia del fin de un ciclo
económico” [4],
ya que pese a un préstamo de 404 millones de euros [1]
el proyecto fracasa en 2008 por la crisis económico-financiera
(resultado de esas mismas prácticas financieras que todas
conocemos).
SEGUNDO, POR QUÉ NO AL SOTERRAMIENTO
Las promesas electorales, en ningún caso cumplidas (aunque tampoco es que fuera lo deseable), se remontan hasta el día de hoy, teniendo idas y venidas de los dos partidos principales que han tenido mandatos en Valladolid [5]. Junto a todas estas promesas siempre se enlaza el mismo tema, unido indiscutiblemente, de la venta de terrenos que quedarán liberados una vez se soterre el tren. El túnel que se pretende y pretendía hacer “complejiza las obras, los costos y las operaciones… lo que perjudica enormemente la calidad de vida del entorno, pero libera terrenos en superficie que es el verdadero fin buscado en esta operación”[4].
Uno de los argumentos más utilizados por los partidos como el PSOE, que siempre simulan políticas sociales, es que este soterramiento acabará con las desigualdades entre barrios, que ellos atribuyen completamente a la barrera física que supone el tren. Sin embargo esta premisa, usada desde el principio como crítica a la presencia de las vías en medio de la ciudad, es fácilmente desmontable. Si no, ¿dónde encontrar la barrera arquitectónica que debería separar a Batallas, Recoletos o Rondilla de otras zonas céntricas? Las diferencias se establecen por la clase social, aunque haya ciertas infraestructuras que subrayan esas condiciones, como muestra el hecho de que los 5 bloques de vivienda pública en poder del VIVA se encuentren en barrios periféricos.
Además, y de nuevo, como
bien señalan en este blog, no son los barrios los que necesitan la
integración o el soterramiento, si no el centro. El centro “está
agotado como centro urbano. [...] Con el soterramiento del
ferrocarril se pretendía crear un espacio de gran proximidad al
centro actual, que pudiera dar continuidad a dicho centro, ampliando
extraordinariamente la oferta de suelo terciario, suficientemente
capaz y bien conectado con el resto de la ciudad.” [4].
Si el soterramiento se lleva a cabo, la clase obrera se verá
afectada por la especulación con el suelo, gentrificación y
expulsión de sus barrios, y se verá marginalizada de nuevo a otro
barrio periférico, porque el cambio de condiciones de vida de esas
zonas nunca será algo que vayan a disfrutar.
TERCERO, POR QUÉ APOYAR EL MANIFIESTO
Nosotras apoyamos el manifiesto ante la necesidad de que Valladolid no entre en una deuda inasumible de, probablemente, 100 millones de euros [6].
Sin embargo, no creemos que la integración sea lo óptimo, ni como lo está intentando hacer el ayuntamiento de ahora, ni como lo querían hacer en su momento IU o el PSOE. No lo creemos ya que igual que se vendía el soterramiento como la solución para la desaparición de la precariedad de los barrios periféricos, la integración no va a solucionar el problema de desigualdad que existe en Valladolid, ya que no es el origen del mismo. Todos los ayuntamientos, aboguen o no por obra pública, hacen el juego al capital ya que no pueden escapar de su dinámica, siendo estos instrumentos del mismo. En los términos de la especulación siempre ganarán los que especulan, siendo el ayto parte de la superestructura política que interviene para que esto sea así.
MANIFIESTO y colectivos firmantes: https://www.ecologistasenaccion.org/325824/18-colectivos-exigimos-al-alcalde-de-valladolid-que-continue-con-la-integracion-ferroviaria-con-el-eslogan-no-marees-la-perdiz-integra-valladolid/
ALGUNAS INFORMACIONES ANTERIORES:
> Carnero ya tiene un plan hecho a su medida: http://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2024/10/carnero-presenta-un-plan-hecho-medida.html?m=1
> Contra el soterramiento... ahora y siempre: https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2024/04/contra-el-soterramiento-ahora-y-siempre.html
> Textos contra el soterramiento: https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2024/04/contra-el-soterramiento-ahora-y-siempre.html
INUNDACIONES Y CAPITALISMO
UNA REFLEXIÓN ANARQUISTA SOBRE LA INUNDACIÓN EN EL LEVANTE
“El progreso y la catástrofe son el anverso y el, reverso de la misma moneda” H. Arendt
¿Otra catástrofe más? O es el mismo funcionamiento de la sociedad tecno industrial la que es una catástrofe (1) por sí misma. Sin lugar a duda, desde sus inicios la industrialización ha producido una sociedad ecocida y liberticida cuyas consecuencias son un mundo devastado industrialmente. Mar, tierra y aire contaminados con miles de productos químicos que hacen del mundo un lugar inhabitable, enfermo y al borde del abismo. Desde los cielos negros por contaminación del Londres, lleno de hambre y miseria, de la I Revolución industrial hasta nuestros días donde la devastación industrial alcanza cada punto del planeta.
Lo ocurrido la semana pasada en el levante ibérico es consecuencia de la devastación del territorio por parte del capitalismo y sus asquerosos gestores tecnócratas. Lo decimo alto y claro: son unos asesinos. Extienden sus guerras militares a la guerra a todo lo vivo, con las consecuencias nefastas de cada catástrofe que acecha nuestra vida. Han programado un mundo mecanicista y artificial donde , absolutamente, todo es reducido a intereses económicos provocando las nefastas condiciones de vida a las que somos sometidos. Los saberes antiguos, y modernos, sabían como parar las inundaciones, sabían que no había que construir al lado de las ramblas ,sabían que no había que deforestar cantidades extensas de territorio, sabían que devastar la tierra y enterrarla en cemento no detendría a la naturaleza, al revés, provocaría grandes desastres. Pero la nefasta ideología del progreso no puede parar.
¿ Cuantas veces más nos creeremos el cuento que ha sido un desastre natural? ¿Cuántas veces más pediremos explicaciones a quienes gestionan nuestras vidas?..Nosotros no tenemos nada que pedir a las instituciones porque obviamente no creemos que no estuviesen preparados para la inundación, no pensamos que sean unos inútiles, simplemente defienden unos intereses, defienden el progreso y la vida reducida a la economía. Defienden un mundo que provoca guerras, miserias y catástrofes. No entraremos jamás en su juego que reduce todo a intereses políticos y económicos donde las vidas de las personas y de todo lo vivo nada les interesa. O alguna vez hemos escuchado a la izquierda o la derecha que el desarrollo urbanístico en el levante ibérico hay que pararlo, que la destrucción de suelos ,acequias y bosques traerían catástrofes? Para quién es útil la construcción de mega complejos hoteleros, grandes cultivos intensivos, exuberantes centros comerciales, grandes infraestructuras que permitan la movilidad de mercancías y datos…Sólo para la clase política y empresarial y los tecnócratas que diseñan nuestras vidas. Quienes mutan continuamente el mundo para que nada cambie, para no perder sus privilegios. Estos días políticos, empresarios y tecnócratas iniciarán el gran circo mediático lanzaran bravuconadas, insultos, amenazas, les caerán lágrimas de cocodrilo, encontrarán “soluciones” para terminar lanzando bolas de barro para que nada cambie, usarán bonitas palabras de mierda y bajo el disfraz de la neolengua un nuevo proyecto sostenible e inclusivo calmará las aguas y el mejor de los mundos posibles seguirá funcionando.
BAJO EL MANTRA DEL CAMBIO CLIMÁTICO
El terrorismo mediático ha encontrado un gran aliado: el cambio climático. Hoy todas y cada una de las catástrofes tienen excusa. El niño no ha hecho los deberes: el cambio climático, inundaciones :el cambio climático, inflación: el cambio climático…y para acabar con el cambio climático que mejor que artificializar todas las dimensiones de la vida, digitalizar e informatizarlo todo de forma que quede bajo constante vigilancia y que los recursos o la gestión y la administración de los pobres ciudadanos estén cada vez en menos manos. Algo huele a podrido. Con la excusa del cambio climático se está creando una nueva forma de dominación cada vez más totalitaria. Sin embargo lo ocurrido es un fenómeno meteorológico típico de estas fechas en el Levante : aire polar marítimo con viento de levante que trae lluvias torrenciales. Es la ‘gota fría’ que lleva ocurriendo durante décadas, que ahora los medios de adoctrinamiento de masas, llaman ‘Dana’.
TODO BAJO CONTROL
La maquinaria mediática y política ya ha sido puesta en marcha. Hablar de todo menos de la causa del problema es el mantra a seguir. La izquierda que si la culpa es de la derecha y asi consigue no hablar un problema de la que es responsable si a esto le añadimos la mediática aparición de un grupo de nazis ya está el trabajo excelentemente terminado. La inundación es culpa de los nazis y el cambio climático. Fin de la historia. Que decir de la derecha lo mismo pero al contrario, la culpa de todo es de la izquierda y de grupo radicales de extrema izquierda. Mientras miles de personas en condiciones de mierda. Políticos, empresarios y tecnócratas preparando su próximo ataque a la vida con el cual maximizar beneficios.
Hemos visto como en reiteradas catástrofes son el ejército y la policía los encargados de racionalizar la vida cotidiana. Son la autoridad al mando. Así en ningún momento nada puede estar fuera de control. Se produce un control absoluto del espacio y el tiempo. A las órdenes de los tecnócratas, militares y policías han negado los impulsos de apoyo mutuo y solidaridad entre vecinas y otras gentes venidas de fuera, la represión se multiplica en situaciones de catástrofes y emergencia, así hemos visto como han sido llevadas a las cárcel varias personas después de varios saqueos. Personas que no tenían nada que comer y beber. A quién le guste la democracia hay van dos tazas llenas. Igualmente han negado la ayuda venida de otras provincias tanto de “voluntarios” como de recursos materiales y comida, todo debe estar perfectamente controlado , trazado y monitorizado, que nada quede fuera de su gestión. Por otro lado aceptar la autogestión, el apoyo mutuo y la solidaridad seria quedar en evidencia ya que mucha gente, es posible, se diese cuenta de que no necesita ni al Estado, ni al Capital ni su mierda de vida mediada por la economía y la tecnología para vivir. Debemos estar preparados para catástrofes venideras y conocer todos los movimientos de nuestros enemigos de forma que nos ayude a reflexionar y proyectar unas ideas y unas prácticas más allá de los límites y cauces democráticos.
Insistimos, en este pequeño texto escrito con algunas prisas, que no son “desastres naturales” sino que es el capitalismo y la devastación del territorio y de formas de vida precapitalistas quienes causan estas catástrofes. Sólo la destrucción del capitalismo y del sistema tecno industrial acabarán con estas y otras catástrofes. Por la anarquía.
CHIMPANCES DEL FUTURO, MADRIP, NOVIEMBRE 2024
_________________
(1) Cuando hablamos del mundo como catástrofe nuestro objetivo no es
asustar a quién nos lea, simplemente analizar la realidad para poder
actuar sobre ella, la administración del miedo es lo que persiguen de
los medios de comunicación y sus dueños. Quiénes en tiempo real, gracias
a las nuevas tecnologías de la comunicación, son capaces de sincronizar
los sentimientos y emociones de millones de personas creando una
opinión sobre la “evidencia” de sus informaciones, emociones que se
transforman en un grito mudo de la población contemplando estupefactos
la catástrofe ante sus pantallas.
XX ANIVERSARIO DE LA ARDILLA ROJA
22, 29 y 30 de NOVIEMBRE DE 2024. CUELLAR (SG)
Presentamos las jornadas que conmemoran los veinte años de andadura de la Ardilla Roja en Cuéllar los días 22, 29 y 30. Esperamos que sean una contribución a la toma de conciencia por parte de la clase trabajadora de nuestro territorio y una reflexión acerca de la realidad que vivimos y los retos a los que nos enfrentamos a corto y medio plazo si queremos seguir plantando cara.
Animamos a venir a todo el mundo: a los que aún no nos conocemos, a los que nos seguimos, pero no nos conocemos en persona y, por supuesto, a los compañeros y compañeras con los que hemos compartido (y compartimos) momentos buenos y malos en esta larga andadura de lucha en favor de la emancipación de la clase obrera. Os animamos a encontrarnos, seguir debatiendo, tejiendo red y como no, pasar un buen rato en buena compañía.
En estas jornadas hemos querido reflejar tres de las líneas de trabajo, que junto a la defensa de la sanidad, han sido los ejes centrales con los que las personas de este espacio y entorno hemos demostrado nuestro compromiso con la lucha social, con la solidaridad de clase y con el apoyo mutuo. Dichas líneas son la lucha obrera, la lucha contra la represión y aunque también se enmarca en la represión: la lucha contra el sistema carcelario. Esta última, debido a su magnitud, complejidad y salvajismo en tanto en cuanto se trata de la herramienta más mortífera y cruel con la que el estado nos reprime, se torna necesario tratarla específicamente.
El viernes 22 nos acompaña una de las personas que participa en la edición del boletín “La Huelga” en el local de la Ardilla Roja (c/ polideportivo s/n). Una publicación independiente que pretende llenar el vacío existente de una prensa obrera que informe de sus luchas y ofrezca una reflexión de clase orientada a la reconstrucción de un movimiento obrero organizado que luche realmente con métodos de clase por sus propios intereses. Podéis descargar su primer número en lahuelga.info.
El viernes 29 proyectaremos el documental la “Bahía del Metal” en el local de la Ardilla Roja (c/ polideportivo s/n). Mercedes Moncada Rodríguez nos retransmite las luchas que han llevado a cabo trabajadorxs de varias empresas del metal de esta zona para mantener y mejorar sus puestos de trabajo.
El sábado 30 realizaremos una mesa redonda contra la represión a las 11:30h en la Biblioteca Municipal Cronista Herrera de Cuéllar (c/ Escuelas Viejas 9). Con la presencia de compañerxs del caso de los 8 de Caixabank de Guadalajara, de las 6 de La Suiza de Gijón y de la Plataforma de Traballadores/as do Metal de Pontevedra. Con estos tres casos intentaremos reflexionar sobre la represión que ejerce el estado y el capital hacia la clase trabajadora hoy en día. Cómo nos afecta, cómo podemos evitarla, qué puede acarrearnos o cómo podemos hacerle frente de forma eficaz a través de la solidaridad de clase y el apoyo mutuo. Muchas cuestiones que debemos seguir poniendo encima de la mesa si queremos que el movimiento obrero pueda seguir defendiendo sus intereses y ejercer una lucha colectiva anticapitalista.
Acto seguido en el local de la Ardilla Roja haremos una comida popular para todxs lxs asistentes. Por la tarde, allí, a las 17:00h la Asamblea Anticarcelaria de Valladolid nos presentará la situación actual en que se encuentra el movimiento que lucha contra la cárcel y por los derechos de las personas presxs. Podremos reflexionar juntxs sobre los límites, las dificultades y las necesidades de una de las luchas sociales más duras y menos amables que tenemos en nuestro horizonte político.
Para terminar estas jornadas, tenemos un concierto en la discoteca Estival (Crta. Peñafiel 7) a partir de las 22:00h con las actuaciones de Guillterm, Old Time Spooks, Sentido Crítico y Os Rosmóns.
Nos vemos en las calles
¡Salud y fuerza compañerxs!
En los últimos años, empresarios y rentistas han aumentado sus beneficios mientras la clase trabajadora se empobrece a través de eso que normalmente llaman inflación -que no es otra cosa que una devaluación de nuestro salario real-. Los precios no paran de subir, mientras seguimos cobrando lo mismo o nos aplican subidas miserables.
La vivienda es hoy uno de los principales problemas para la clase trabajadora, exprimida por bancos y rentistas que tratan de apropiarse de nuestro sueldo.
Las instituciones estatales, autonómicas y municipales han promovido grandilocuentes medidas que solo sirven para asegurar los beneficios de rentistas y constructoras.
El gobierno promueve una ley de vivienda enfocada a mantener y aumentar las ganancias de los rentistas.
La Junta ofrece unas ayudas al alquiler muy escasas y con condiciones casi imposibles, como limitarlas a alquileres de menos de 550€.
El Ayuntamiento promueve tímidamente una vivienda pública que solo sirve como forma de disciplinamiento social para los pobres.
Han tratado de contener el descontento social, pero la realidad no se puede ocultar por más tiempo: por mucho que trabajemos no llegamos a fin de mes, apenas podemos pagar un alquiler, muchas de nosotras no podemos poner la calefacción en invierno, habitamos pisos en pésimas condiciones, compartimos piso de forma indefinida, nos encontramos con múltiples discriminaciones en el acceso al alquiler…
Las jóvenes sufren esto de forma especialmente clara. Pero el problema de la vivienda no es un problema de edad: habitualmente vemos cómo desahucian a personas de más de 60 años de casas en
las que han estado viviendo durante décadas. El problema de la vivienda es un problema de clase.
Políticos profesionales y empresarios nos dicen que hay un problema de oferta y que la solución es construir más. Pero el problema de la vivienda en la actualidad no es un problema de falta de viviendas.
En Castilla y León, 1 de cada 4 viviendas está vacía, sin contar segundas residencias o pisos turísticos.
Desde la crisis de 2008, hemos aprendido que la superación del problema de la vivienda no vendrá de construir más casas: necesitamos cambiar la forma de acceder a las viviendas ya existentes y garantizar
el acceso universal a una vivienda gratuita y de calidad.
ACCESO UNIVERSAL porque la vivienda es un medio básico para sobrevivir, independientemente de la situación o procedencia de las personas.
GRATUITA porque mientras haya que pagar por ella siempre habrá gente que se verá excluida.
DE CALIDAD porque no queremos lujo para los ricos y “digna” caridad para los pobres.
Llamamos a la movilización y organización, porque solo así podemos tener fuerza para defender nuestros intereses como clase trabajadora y construir herramientas para lograr transformaciones a largo plazo que permitan superar el problema de la vivienda.
PARA LOS PROLETARIOS
LA ÚNICA SOLIDARIDAD ES LA DE CLASE
La burguesía ha mostrado una vez más que es absolutamente incapaz de evitar la muerte y la destrucción en su sociedad. Centenares de muertos, millones de euros de infraestructuras básicas destruidas, la ayuda que no llega a muchos lugares (sobre todo, a los barrios obreros más golpeados), etc. Todo esto vuelve a demostrar por enésima vez la inutilidad de una clase social que sólo es capaz de grandes lamentaciones mientras se prepara para llenarse los bolsillos con el negocio de la reconstrucción.
Toda la burguesía, desde los empresarios y sus políticos, a la burocracia estatal y las cúpulas sindicales, son culpables de los muertos que ha dejado el temporal en Valencia, Albacete, Cuenca o Jaén. Sobre todos ellos cae la responsabilidad de no haber evacuado la región cuando ya era evidente que la tragedia era irremediable. La patronal porque no quiso parar el trabajo; la burocracia estatal, los altos responsables de la Administración y la mafia política porque impusieron la decisión de no parar la actividad productiva; finalmente, las cúpulas sindicales y todo el cuerpo burocrático que regula el mundo del trabajo porque se plegaron, como siempre, ante la decisión de la patronal.
Si el día 29 por la mañana se hubieran dado instrucciones de no salir de casa, de cerrar las empresas y de esperar en lugares seguros, hoy estaríamos hablando de una situación infinitamente menos grave. Pero en la cabeza de la burguesía (sea grande o pequeña) solo cabe la idea del beneficio, caiga quien caiga y sin importar las consecuencias.
Los proletarios no pueden esperar nada que no venga de los proletarios mismos. El Estado capitalista, tan eficaz a la hora de combatir la lucha de los trabajadores y cualquier conato de disidencia política, se ha mostrado incapaz tanto de prevenir un desastre anunciado desde hacía días como de socorrer a los afectados. No es solo la ineptitud personal de muchos de sus dirigentes, sino su propia naturaleza y la propia función del estado burgués.
“Proteger la vida de los trabajadores”, en palabras de la ministra de trabajo -tan responsable como cualquiera de sus colegas de profesión- no es ni será nunca la finalidad del Estado y podemos decir, de hecho, que este ha cumplido, en relación a lo acontecido, escrupulosamente su función: defender el beneficio empresarial, el retorno de las inversiones, la rentabilidad, la propiedad privada… caiga quien caiga.
La catástrofe no han sido tanto las lluvias como la actuación anterior y posterior de la burguesía y su Estado. Hoy decenas de pueblos no tienen luz ni agua ni comida. Mientras en los pueblos obreros del sur de Valencia quedan niños a los que no les llegan alimentos, la burguesía ya ha desplazado a sus cuerpos represivos, policía y Guardia Civil, para proteger sus propiedades de los proletarios necesitados que necesitan alimentarse. La prensa habla de saqueadores y de la necesidad de mano dura. Se cuentan por decenas los detenidos y encarcelados. Para la represión no faltan infraestructuras.
Miles de personas se están dirigiendo, con lo poco que tienen, a ayudar a los damnificados, con comida y agua, intentando limpiar… Donde la burguesía se muestra incapaz y criminal, aparece la fuerza de una humanidad que se niega a ser aplastada.
Pero la ayuda, la solidaridad en general, no es suficiente. Mientras miles de personas no saben qué será de ellas mañana, mientras las familias proletarias lo han perdido todo, la lucha de la burguesía no cesa: media Valencia se ahoga, pero la otra media sigue trabajando, sigue obligada a presentarse en sus puestos de trabajo, a llenar los almacenes con una comida que es necesaria a sólo unos kilómetros pero que se sigue vendiendo. La clase burguesa y todos sus sirvientes siguen presionando para que los proletarios, la clase obrera que ha sido quien ha sufrido mayoritariamente este drama, no levante la cabeza.
Las organizaciones obreras deberían haber ordenado el cese de la producción el mismo 29 de octubre para evitar la catástrofe. Deberían haber convocado, posterior e inmediatamente, una huelga general, al menos en toda la región de Valencia, para asegurar que bienes y servicios imprescindibles se dirijan a quienes lo necesitan de verdad. Deberían haberse cerrado todas y cada una de las empresas y dedicar todos los recursos a la ayuda a los afectados. Y deberían haber organizado directamente tanto las labores de rescate como la incautación y reparto de los bienes necesarios allí donde se encuentran: almacenes y centros comerciales.
Un movimiento obrero capaz de hacer esto es lo que necesitamos, a la vista (por enésima vez) de la nulidad de una clase social caduca, la burguesía, y sus instituciones.
Es bonito ver a personas llevando comida, pero los supermercados de buena parte de las regiones afectadas siguen llenos, mientras en Torrent, Picanya o Paiporta la Guardia Civil custodia armada los centros comerciales.
La patronal, el Estado, las organizaciones sindicales vendidas, imponen la paz social, que en este caso es, más que nunca, la muerte de los trabajadores. A ello los proletarios debemos responder con la fuerza de nuestra lucha, con la verdadera solidaridad: LA SOLIDARIDAD DE CLASE.
CONTRA SUS CATÁSTROFES, LUCHA DE CLASE
Algunos proletarios hartos de serlo
El único responsable del catastrófico aluvión en el Levante es el capitalismo
Casi 100 muertos, decenas de desaparecidos, miles de viviendas destruidas, familias que han perdido lo poco que tenían para subsistir… Víctimas innecesarias de una “tragedia” completamente predecible y evitable. Sólo en el mundo capitalista, donde la muerte de niños tiene menos importancia que unas horas de trabajo pueden tener lugar sucesos como los de ayer en Valencia.
Una gota fría es un fenómeno meteorológico habitual en el Mediterráneo y regular en la costa levantina desde que se tienen registros históricos. Consiste en un súbito enfriamiento, al tocar tierra, del aire caliente procedente del mar. Al suceder esto, el agua en estado gaseoso pasa bruscamente a líquido y se precipita con mucha violencia sobre la tierra. Como se sabe, algo normal en estas fechas del año, algo que la población de la zona conoce muy bien, algo para lo que las autoridades están preparadas (o deberían) porque lo afrontan con bastante frecuencia… Y sin embargo el centenar largo de muertos que con toda certeza se esperan muestra que, una vez más, el potencial destructivo de las inclemencias naturales se ve acrecentado exponencialmente por el sistema capitalista.
Porque Valencia no es sólo la región de la gota fría sino también una de las regiones del país donde la urbanización desaforada del territorio y la consiguiente destrucción de los parajes naturales que hacían de canalizador natural de este tipo de fenómenos ha sido más notable en los últimos años. ¿Cuántas urbanizaciones construidas en el último siglo no llevan el nombre “Rambla de…”? ¿Cuántas calles que se llaman “Torrent”?, indicativo de cómo la búsqueda sin fin de beneficio no ha respetado ni los accidentes naturales directamente vinculados a la gota fría, al empuje destructor del agua y al resto de fenómenos asociados a aquella.
La propia ciudad de Valencia creció en torno a un río al que, en época capitalista, contradiciendo los conocimientos adquiridos desde los inicios de la vida sedentaria (siguiendo los cuales nunca se construyó más allá del punto que rompía las aguas de la antigua laguna, justo donde hoy está la catedral y, a su alrededor, la ciudad medieval) rodeó hasta el punto de urbanizar todo el espacio de crecimiento natural de éste. Lo mismo ha sucedido en tantos y tantos pueblos cercanos: la necesidad insaciable de suelo para construir, producir y especular ha llevado a edificar barrios y polígonos industriales justo donde es sabido que no debe hacerse. Las consecuencias las hemos visto esos días, pero no hay que irse muy lejos en el tiempo para encontrarse con sucesos similares. En 1957, el 14 de octubre y por las mismas causas que lo sucedido ayer, el río Turia que cruza la ciudad se desbordó anegando los barrios inmediatos y dejando 81 muertos. Este acontecimiento llevó al Estado a desviar el río y sacar su cauce fuera de la ciudad. Ayer la naturaleza mostró que puede más que todas las decisiones burocráticas salidas de la cabeza enferma de la burguesía y arrasó de nuevo el cauce antiguo y los barrios de 1957. En 1987, el 3 de noviembre, un poco más al sur, en la comarca de La Safor, otra riada destruyó el pueblo de Oliva. Pocos años antes, en 1982, la rotura de la presa del pantano de Tous arrasó la cuenca del Júcar matando a 8 personas. En menos de un siglo y sólo teniendo en cuenta los sucesos más graves, ésta es la realidad, “impredecible” e “imposible de prevenir”, según las autoridades.
La realidad de los acontecimientos del día 29 es que tanto los gobiernos locales como los autonómicos y el nacional estaban alertados de lo que podía suceder. No sólo lo sabían porque son conscientes (¡no hay meteorólogo que no lo sea!) que en otoño el riesgo en estas zonas es máximo, sino también porque desde hacía al menos dos días los servicios de previsión estaban alertando de lo que podía suceder. Pero ni la experiencia de las últimas décadas ni estas advertencias fueron suficientes: el coste, única realidad para el capitalista, de paralizar la actividad productiva, evacuar a las personas y minimizar los riesgos humanos es mucho menor que la gravedad de la destrucción. En primer lugar porque en el capitalismo una vida humana nunca tendrá ni la mitad de valor que el capital invertido o el beneficio que se puede sacar de él. Y en segundo lugar porque el capitalismo no sufre por la destrucción sino que crece en ella y por ella, tiene en las catástrofes un impulso vital de primer orden: donde un proletario ve miseria y muerte, un capitalista ve posibilidades de negocio, rentabilidad elevada y poca competencia. Es esto lo que explica que ayer, después de que las propias autoridades llegasen a dar la alarma (a las 8 de la tarde, cuando desde las 6 ya era evidente que la jornada sería trágica) multitud de empresarios de la región obligasen a sus trabajadores a presentarse en el puesto de trabajo, bajo amenaza de despido, para cumplir con el turno de noche. Es esto lo que explica por qué los dueños de las grandes superficies comerciales de las afueras prohibieron, cuando las inundaciones ya habían comenzado, que los trabajadores abandonasen sus puestos de trabajo y, luego, cuando la catástrofe amenazaba, los servicios de emergencias no se movilizasen para sacarles de ahí: ni una vida vale lo que las ventas de unas horas, piensa cualquier burgués.
Esto debe tenerse claro, debe recordarse ahora que políticos, artistas, empresarios y toda la ralea de siervos de la burguesía van a comenzar con sus quejidos por los muertos: la mayor parte de los muertos son proletarios y han perdido la vida porque no pudieron refugiarse, porque tenían que trabajar pese a las advertencias en contra por parte de los servicios de prevención. Porque la burguesía es capaz de mantener en pie carísimas infraestructuras, decenas de miles de instalaciones productivas, lugares para el turismo, etc. pero no puede proporcionar una ayuda de emergencias básica ante un peligro conocido y más que probable como la gota fría de estos días.
Por parte del gobierno, del autonómico y del nacional, comienza ahora el show democrático de la polémica y el ataque parlamentario: entre ambos culparán al rival para que el proletariado acepte que es obra de la terrible derecha fascista o de la izquierda criminal. La realidad es que ambos trabajan única y exclusivamente para la burguesía, tanto en el PCE como en el PSOE como en el PP: todos ellos son culpables de los muertos de ayer.
Pronto aparecerán también los nuevos curas de la “religión climática” a explicarle a los proletarios que la responsabilidad de estos sucesos no hay que achacársela a la burguesía en su conjunto, sino a unos cuantos empresarios que con su modelo productivo atrasado, basado en el carbón y el petróleo y no en las energías verdes, propician el cambio climático. Y desde sus púlpitos, convenientemente jaleados por la prensa, van a proponer la enésima política de colaboración entre clases con el único objetivo de frenar la catástrofe climática que nos espera.
Pero la realidad es que estas supuestas tragedias, que mejor pueden calificarse como masacres, no desaparecerán mientras no lo haga el modo de producción que las crea. Mientras no desaparezca un sistema, el capitalismo, que encuentra más beneficio en la muerte, en la destrucción y en la reconstrucción que en la prevención, no desaparecerán las causas que amplifican cualquier fenómeno natural hasta el punto de hacerlo letal para el ser humano. Mientras no desaparezca una clase social, la burguesía, que ha sido capaz de conquistar la tierra y el espacio para el comercio, de poner en marcha la más avanzada tecnología productiva, pero que no es capaz de convertir en seguras las ciudades en que habita la mano de obra proletaria, estas situaciones, en esta misma zona y dentro de no mucho tiempo, volverán a tener lugar. Y mientras no desaparezcan los agitadores y propagandistas que pretenden mejorar, reformar, cambiar lo necesario del capitalismo y tienden a los proletarios la exigencia de confiar en la democracia y la colaboración con al burguesía para lograrlo, la clase proletaria tendrá frente a sí no sólo a su enemigo natural, la burguesía, sino a todo un ejército de colaboradores de esta que lucharán para mantener a los trabajadores como víctimas en cualquier circunstancia.
Mañana los proletarios enterrarán a sus muertos y pedirán porque una catástrofe similar no tenga lugar de nuevo. Mientras, la burguesía canalizará a través de su Estado los miles de millones que le permitirán no sólo reanudar, sino ampliar la producción en las instalaciones destruidas y hacer crecer sus negocios con la reconstrucción.
La clase proletaria, que hoy parece estar desaparecida, política y organizativamente, de la vida social, que da la impresión de que únicamente puede poner los muertos en catástrofes como esta, lleva consigo la única posibilidad de superar la miseria del mundo capitalista y el drama que la acompaña continuamente. Ella padece el mudo burgués tanto en las catástrofes como en la paz cotidiana, tanto en las riadas como en el trabajo, donde aporta miles y miles de muertos cada año para sacar la producción adelante. Pero por el mismo motivo, porque está en el centro del mundo capitalista, porque tiene la producción de toda la riqueza social en sus manos, porque constituye la mayor parte de la población en todos los países, puede deshacerse de la clase burguesa y aniquilar su mundo, abriendo la puerta a un futuro donde la verdadera abundancia, el verdadero equilibrio del ser humano en tanto ser natural con el medio, llegue por fin. Ése es, sin duda, el futuro, ésa es la verdadera fuerza (hoy sólo potencia, mañana real) de la clase proletaria. Pero para alcanzar ese futuro, para mostrar su verdadera fuerza, debe retornar al terreno de la lucha de clase, debe combatir contra las clases enemigas, tanto en lo que se refiere a la defensa de sus intereses inmediatos, los relacionados con la supervivencia más elemental, como en el enfrentamiento político general contra el dominio político y social de la burguesía.
¡El responsable de todas las catástrofes es el capitalismo!
¡Sólo la lucha de clase del proletariado puede acabar con sus “tragedias”, barriéndole del mapa!
¡Por la reanudación de la lucha proletaria!
¡Por la reconstitución del partido comunista, internacional e internacionalista!
30 de octubre, 2024.
Partido Comunista Internacional
Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras (CCOO) llaman de nuevo a los trabajadores del transporte (en un principio a todos, ahora solo a los del transporte de viajeros) a secundar las jornadas de huelga, que tendrán lugar el próximo 28 de octubre, los días 11, 28 y 29 de noviembre, y los días 5, 9 y 23 de diciembre, cuando se convertirá en indefinida.
En Valladolid, el comité de empresa de AUVASA (Autobuses de Valladolid) se ha sumado a la huelga y ha denunciado los excesivos servicios mínimos impuestos (un 70%). La movilización será desde la puerta de AUVASA a la delegación de gobierno.
Las organizaciones demandan que se contemple por convenio una jubilación parcial con contrato de relevo, voluntaria para el conductor, que pueda acumular de forma continuada el porcentaje de horas que tiene que trabajar y que, en su lugar, entre una persona más joven. “Ésta sería una solución provisional hasta que se fueran acumulando coeficientes reductores”, algo que, según denuncian ambos sindicatos, se ha bloqueado por parte del Ejecutivo y de las patronales. “La huelga general del sector no es únicamente para exigir la regulación al Gobierno, es una huelga contra las patronales de transporte por carretera como responsables directas de las condiciones de trabajo en el sector”
LAS REIVINDICACIONES DE LOS TRABAJADORES
En principio, la principal reivindicación de los trabajadores del transporte es la aplicación de coeficientes reductores. Para entenderlo fácilmente: que cada X años trabajados como conductor puedas anticipar la edad de jubilación X años (de manera voluntaria para el trabajador pero obligatoria para la empresa) con contrato relevo obligatorio a jornada completa. Ahora mismo te puedes prejubilar al 50/50 media jornada tú y media el relevo pero solo si quiere la empresa.
También se incluyen entre las reivindicaciones el tema de las enfermedades profesionales que, como en otros muchos sectores, no están reconocidas. Se llega así al caso de que un accidente de tráfico de un trabajador del transporte no es accidente laboral sino que se aplica la legislación de tráfico.
El problema está en que la patronal se niega a pagar más cotizaciones y el estado a asumirlas así que entre unos y otros está así. El patrón no quiere pagar y el estado de los patronos, por supuesto, no lo quiere obligar.
LA HUELGA SE MANTIENE EN EL TRANSPORTE DE PERSONAS
A través de un comunicado recogido por Europa Press, el comité de AUVASA ha señalado que los motivos de la huelga son, en primer lugar, la exposición, conocida por empresarios y Seguridad Social, a los riesgos asociados al trabajo de los conductores profesionales del transporte urbano de viajeros, que suponen una “merma” en la salud de los trabajadores y son los causantes de distintas patologías cardiovasculares e intersticiales crónicas, evidencias epidemiológicas sobre la fatiga y alteraciones de sueño.
Entre otras razones, el comité de empresa respalda las movilizaciones debido a que la acumulación de años de conducción afecta de forma directa a las capacidades motrices, sensoriales y cognitivas, que son fundamentales e imprescindibles para desempeñar su trabajo con las máximas garantías de seguridad, tanto para los conductores de Auvasa como para el resto de usuarios de las vías por las que circulan.
En consecuencia, los riesgos asociados al trabajo y el factor edad incrementan una siniestralidad diferencial notable con otros sectores y condiciona el desempeño de nuestra actividad en unos parámetros aceptables de seguridad.
Según han enunciado los convocantes, “no podemos consentir que las
personas que trasladan tanto a otras personas como bienes estén en unas
condiciones que supongan un peligro para todos”. Esto es algo que
entiende todo el mundo, de hecho, el tema del tiempo de trabajo es
esencial (bajar tiempo = subir salario = ganar vida) y más cuando nos encontramos ante trabajos de gran tensión y
responsabilidad. En este sentido, esta lucha nos concierne a todos los
trabajadores.
'CAJAS DE RESISTENCIA'
Desde el Comité de Solidaridad hemos considerado hacer públicos algunos documentos en su versión íntegra y otros cuyos textos por su extensión literal o por seguridad han sido reducidos, reseñando únicamente lo que para esta ocasión se ha considerado oportuno en relación con los objetivos citados.
Así mismo recomendamos la lectura de algunas publicaciones que el Comité de Solidaridad ya ha difundido en diferentes épocas y de las cuales, en esta revista, se facilitan los títulos para que puedan ser solicitadas por quien lo considere de interés a cualquiera de lxs miembrxs activxs del Comité y que serán facilitadas gratuitamente en el más breve plazo posible.
En su trayectoria de 50 años de existencia el Comité de Solidaridad ha ido experimentando sucesivos cambios, tanto en su organigrama de funcionamiento, como en la adaptación de este a las circunstancias concretas en cada ámbito de actuación, pues siempre se ha considerado al Comité de Solidaridad como un órgano vivo, que sin perder sus objetivos fundamentales, ha ido avanzando tras el continuo análisis de su funcionalidad para la realización de los objetivos para los que fue creado: la unidad obrera; la lucha contra la represión; la solidaridad de clase, tanto económica como moral y activa con lxs represaliadxs.
VER DOCUMENTO COMPLETO:
https://www.scribd.com/document/784763253/Especial-Cajas-de-Resistencia
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FINIQUITADA LA CAJA DE RESISTENCIA DE LA HUELGA DEL METAL DEL 2021
Los vecinos del barrio donde se ubica la Plaza del Oeste llevan semanas protestando contra la tala de los árboles de la citada plaza. Primero fueron poemas pegados a los propios árboles, después un 'mausoleo' con flores y una túnica negra en las plantas caídas...
hasta ayer martes 22 de octubre, cuando el ayuntamiento pretendía (y lo hizo) talar los árboles de la plaza. Un nutrido grupo de vecinos, vecinas y solidarios intentaron oponerse a dicha tala de manera pacífica, rodeando los árboles para impedir que fueran cortados. Y es ahí cuando intervino la policía nacional en toda su crudeza, contra un grupo de vecinos y vecinas desarmados. Primero fueron empujones, después porrazos y forcejeos... hasta que arramplaron con uno de los chavales que protestaba y de muy malas maneras le detuvieron. Luego vinieron los gritos y las peticiones de ayuda de sus seres queridos... pero la policía ya no lo soltó, ni intentó apaciguar las aguas ni nada. Todo lo contrario: se llevó al chaval a comisaría con la acusación de ATENTADO A LA AUTORIDAD. Posteriormente, el compañero fue liberado por la tarde a eso de las 19h.
Todos hemos visto los videos: los vecinos rodean los árboles pacíficamente, pero en un momento determinado la policía carga y empuja a los vecinos. Los vecinos y vecinas se muestran pacíficos y tranquilos pero la policía arrampla con todo y se lleva por delante a este chaval. Es una actitud intolerable. REPRESIÓN PURA Y DURA.
Pedía el alcalde «sensatez» a los vecinos, después de la contundente actuación policial acontecida el pasado martes, 22 de octubre; ¿SENSATEZ? ¿Y qué le pide a la policía que carga de esta manera contra los vecinos y vecinas y, sobre todo, acusa a un chaval que no hace nada de atentado?
Esta mañana, sin ruido en esta ocasión, han aparecido pintadas donde antes estaban los árboles. Los vecinos de la Plaza del Oeste recordaban así la situación que terminó ayer por la tarde con la tala de los 12 árboles que comprendía el informe técnico y con la detención de un chaval.
TODA NUESTRA SOLIDARIDAD CON EL DETENIDO y sus compas.
CONTRA LA REPRESIÓN, UNIDAD Y ACCIÓN.
[recibimos y publicamos:]
LA VIVIENDA Y LA INDEPENDENCIA DE CLASE
Abundan estos últimos años grupos políticos que parecen apostar por la “independencia de clase”.
Así por ejemplo Paula Villegas y Gonzalo Gallardo, militantes del Encuentro por el Proceso Socialista en Madrid nos dicen que “recuperar la independencia ideológica y política pasa por que, ante los conflictos que se nos presenten y los problemas a los que tengamos que hacer frente, podamos adoptar posicionamientos políticos correctos y nítidamente diferenciados de los de las fuerzas burguesas. De nuevo el caso de la pandemia es un buen ejemplo. Esa es la verdadera independencia de clase”. Así, la independencia de clase sería que los grupos políticos socialistas adopten posiciones políticas correctas y nítidamente diferenciadas de las de las fuerzas burguesas. La pregunta inmediata es ¿Dónde está aquí la clase?
Por su parte Barbaria (comunistas contra la mercancía y el Estado), en sus Tesis Programáticas, nos dice que “Esa intervención [de las minorías revolucionarias, N.d.R] siempre se hará desde una perspectiva programática para favorecer la clarificación en los elementos esenciales de la lucha por encima de las reivindicaciones concretas y coyunturales, impulsando su autoorganización, extensión y generalización, todo ello desde el desarrollo de la independencia de clase y el internacionalismo”. De nuevo la independencia de clase aparece sin que la clase haga aparición por ningún lado, más como un principio ideológico de las minorías proclamadas comunistas, que debiera guiar su acción, que como algo que aparezca en la misma clase proletaria, como condición y resultado de la propia lucha de clases.
La independencia de clase es sin embargo algo más sencillo de entender y más difícil de alcanzar que la simple independencia programática de los grupos militantes.
Sabemos que en la sociedad capitalista los intereses de la clase explotada y los del propio capital[i] se oponen antagónicamente. Lo sabemos desde los primeros balbuceos del socialismo, y lo supieron intuitivamente por vivir esa contradicción en sus carnes los primeros proletarios modernos. El marxismo revolucionario, la moderna ciencia de la historia, ha dedicado todos sus esfuerzos tanto a comprender el origen material de esa contradicción como a dilucidar concretamente el modo de superarla (espóiler: la revolución social que dé lugar al comunismo).
Sabemos que esa contradicción antagónica de intereses se manifiesta de modo práctico en la sociedad mediante la lucha de clases. Los explotados asalariados luchan, en cada momento histórico de la mejor forma que pueden y saben, por mejorar sus condiciones de vida: menor tiempo de trabajo, menor intensidad, mejores salarios. El capital por su parte se afana en reducir los salarios al mínimo indispensable para mantener a los trabajadores que necesita en condiciones de seguir produciendo. En esta lucha constante la independencia de la clase trabajadora es, sencillamente, luchar por sus propios intereses y por ningún otro; luchar de modo independiente y autónomo confiando únicamente en las propias fuerzas, en el proletariado mismo, con los medios y métodos que la propia clase trabajadora se da a sí misma en cada momento de la lucha, sin delegar la propia acción ni los resultados de la lucha en órganos o instancias ajenos a la clase.
Esto, tan sencillo de comprender encuentra, sin embargo, innumerables obstáculos para su puesta en práctica. Hay miles de ejemplos de cómo, ante las reivindicaciones de los trabajadores, los mediadores políticos y sindicales buscan el modo de buscar el “equilibrio”: antes de pedir mejoras salariales debemos hacer que la empresa vaya bien, que tenga beneficios, carga de trabajo, pedidos. Los sindicalistas a menudo se postulan como mejores gestores empresariales que los propios directivos de las compañías. Se abandona la lucha de clase, y por tanto toda posibilidad de independencia, hasta tiempos mejores, cuando la empresa esté en condiciones de proporcionar alguna mejora. Obviamente: la independencia de clase exige considerar única y exclusivamente los intereses de clase de los propios trabajadores, sin interesarse lo más mínimo por los intereses del capital, sus cuentas de resultados, su buena o mala gestión, sus pedidos, las subvenciones que el gobierno pueda o no haber concedido. Y contar únicamente con las propias fuerzas, sin hacer depender la victoria o la derrota de la intervención de fuerzas externas (sea el gobierno, sea el juzgado).
Por otro lado, a menudo surgen luchas en diferentes partes del mundo; luchas sociales en las que los trabajadores, si bien tienen un interés material más o menos directo, estos se encuentran mezclados y confundidos entre otras clases: pequeños burgueses, campesinos, etc. Luchas contra la inflación, contra la subida de un bien básico u otro (la gasolina, los alimentos, la vivienda). En estas luchas en las que varias clases se reúnen, los trabajadores no pueden expresar sus intereses como clase en tanto estos no aparecen por ningún lado. No importa que los proletarios sean la inmensa mayoría de las masas en lucha: las otras clases, mejor organizadas y más conscientes de sus propios intereses, dirigen la lucha hacia sus propios objetivos. La democracia, la prisión a los corruptos, subsidios para los campesinos o los pequeños empresarios, etc. Los intereses de los explotados asalariados se diluyen o simplemente no aparecen; de nuevo habrá que dejar la lucha por los salarios y las condiciones de vida de los esclavos asalariados para mejor ocasión.
La lucha por la vivienda
En los últimos años en España hemos visto como los precios de los alquileres se han vuelto cada vez más inasumibles para un creciente número de trabajadores.
España “país de propietarios” en el que se ha convertido en prácticamente imposible para muchos ahorrar lo suficiente para conseguir un préstamo que te convierta en propietario de una vivienda tras 30 años de hipoteca. Esta imposibilidad ha llevado a cada vez más proletarios, en especial los jóvenes y muy especialmente en las grandes capitales, al alquiler. El aumento exponencial de la demanda y otros factores (la inexistencia de un parque estatal de vivienda en alquiler, como existe en otros países europeos, las viviendas dedicadas al turismo, etc.) empuja al alza los precios (lo que a su vez imposibilita el ahorro para convertirse en propietario).
Desde el punto de vista de los asalariados la cosa está clara: con el precio del alquiler comiéndose un 50, un 70 o un 90% del salario, este no da para vivir. En términos marxistas: los salarios están ya en muchos casos por debajo del coste de reproducción de la fuerza de trabajo.
Pero el problema de la vivienda no afecta solo a los trabajadores asalariados. Otras clases, en particular la pequeña burguesía, se ven afectadas; a menudo por partida doble, debiendo hacer frente a las subidas constantes de la vivienda y al alquiler del local donde tienen el negocio. Por otro lado, no son pocos los trabajadores de generaciones anteriores que tienen una segunda vivienda; que ante la subida de precios ponen en alquiler para complementar sueldo o pensión. La lucha de clases no se ve ni se entiende en la lucha por la vivienda.
Emprender en estas condiciones una lucha colectiva de envergadura es poco menos que imposible. Ni se ve al enemigo, ni se pueden conocer las propias fuerzas. La lucha de clases, presentada ahora como lucha entre caseros e inquilinos, se desdibuja. Más de la mitad de los caseros son particulares con una o dos viviendas de más, mientras que solo un 15% son empresas dedicadas al negocio del alquiler. ¿Contra quién se dirige la lucha? ¿A quién se le exige qué? Hablemos claro: en este contexto solo queda la intervención estatal. Bien en forma asistencialista (construcción de viviendas públicas en alquiler) bien levemente intervencionista (control de precios) bien radicalmente intervencionista (expropiaciones masivas). Dicho de otro modo, el movimiento de vivienda está abocado a pedir la intervención estatal.
Pero estábamos hablando de independencia de clase, ¿verdad? ¿Qué independencia de clase en un movimiento en el que los intereses de varias clases se confunden y que está abocado a fiarlo todo a la pródiga intervención del Estado a su favor? Una lucha económica que, incapacitada para luchar en el terreno puro de los intereses inmediatos -ya que es imposible siquiera distinguir los bandos en conflicto y reconocer el campo de batalla -se torna lucha política en el peor de los sentidos: lucha electoralista, parlamentaria, legal, en pos de esta o aquella ley, a favor del partido burgués que prometa más y mejores cosas en el asunto.
Vivienda y salario
Habíamos dicho que, a causa en parte de los precios de la vivienda, los salarios se encontraban al límite o por debajo de los costes de reproducción de la fuerza de trabajo. En plata: con los precios existentes, los salarios son una auténtica basura que no da para vivir.
Ese es el terreno en el que plantear la lucha desde la independencia de clase: si los salarios no dan para vivir hay que hacer que den. 1000 euros de alquiler es una salvajada cuando cobras 1300, pero no es tanto si cobras 2500 o 3000.
En ese terreno sabemos quiénes somos (los trabajadores), a quién tenemos enfrente (las empresas) y qué queremos (cobrar más). Nuestros intereses están claros y son solo nuestros (el dueño de la gasolinera o el de la clínica dental pueden estar afectados por el problema de la vivienda: no es asunto nuestro), los podemos defender desde la más intransigente independencia de clase, sin fiar la victoria a la benéfica intervención del Estado.
En vez de ceder el terreno de clase en una lucha que es un callejón sin salida, recuperarlo. Recuperar las bases mínimas en las que plantear el enfrentamiento contra el capital para, al menos, poder pagar el piso.
[i] Personificados en la clase explotadora, ya se presente como propietaria -la burguesía industrial y financiera- ya como gestora colectiva (los CEO asalariados de las grandes multinacionales y fondos de inversión, o los gestores burocráticos del capitalismo de Estado).
OTROS TEXTOS sobre vivienda y lucha de clase:
> Sobre el problema de la vivienda: https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2024/08/algunos-datos-sobre-el-problema-de-la.html
> Inflación y lucha de clase: https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2022/07/inflacion-y-lucha-de-clases.html