Lo que todos ocultan en la destrucción de la Sanidad Pública
La Sanidad Pública hace aguas en todo el Estado, independientemente de quien gobierne. Desde los centros de salud a los hospitales, pasando por la salud mental, o el transporte sanitario, el brutal deterioro se plasma en las listas de espera más elevadas de la historia, pacientes que fallecen sin ser atendidos, excesos de mortalidad no investigados, etc.
Todo lo que está ocurriendo es, desgraciadamente legal, gracias a las leyes de ámbito estatal 15/97, y los artículos 67 y 90 de la Ley General de Sanidad, que el gobierno “más progresista de la historia” mantiene en vigor pudiéndolas derogar. Es decir, unos hacen el “trabajo sucio” y los otros se rasgan las vestiduras. Puro espectáculo.
Hoy la realidad es esta: uno de cada tres euros dedicados a sanidad acaba en los bolsillos de empresas privadas mientras los centros públicos agonizan por falta de medios y los seguros privados se disparan. En cuanto a los trabajadores, tras los aplausos, el maltrato ha alcanzado niveles escandalosos, lo que ha provocado la huida y el abandono de muchos de ellos en busca de mejores condiciones laborales.
Lo llevamos advirtiendo dos décadas, la agresión no va a acabar aquí. Con la justificación de la crisis están desmantelando todos los “servicios públicos”, y van a convertir la sanidad, en un Sistema de Beneficencia. Los “Ayuso dimisión (o el político que corresponda)”, o “La sanidad no se vende, se defiende” son reclamos vacíos. Si queremos salvar la sanidad no nos tenemos que dejar engañar por los síntomas, hay que actuar sobre las causas (las leyes estatales) y señalar a los responsables (todos los partidos que las mantienen). Están todos en el ajo, los partidos y sindicatos que han permitido esta situación son parte del problema y no pueden formar parte de la solución. Son los mismos que desmantelan las pensiones, han pasado página en la masacre de las residencias, mantienen la ley Mordaza, no derogan la reforma laboral, siguen sin garantizar el acceso a la vivienda….
O recuperamos la movilización autónoma, al margen de los privatizadores, o nos despojaran de todo.
Cronograma de la privatización de la Sanidad
- 1986:Ley General de Sanidad. Incorporó avances como la creación de la Atención Primaria, pero se suprimieron propuestas iniciales como la creación de un sistema público de Farmacia, o la atención integral de salud mental y bucodental. Se introducen los artículos 67 (convenios singulares) y 90 (conciertos) que van a permitir trasvasar miles de millones de euros a empresas privadas, por actividad que se podría hacer en los centros públicos si estuvieran dotados de plantillas suficientes.
- 1997:Ley 15/97 (de “Nuevas Formas de Gestión”), que va a permitir, con dinero público, la apertura de centros sanitarios privatizados durante décadas.
- 1999: Primer hospital de modelo concesión (Alzira, Valencia), cedido a una empresa privada por 20 años. Posteriormente se abren otros 4 del mismo modelo.
- 2004-2011:Madrid aplica el mismo modelo poniendo en manos privadas por 30 años (hasta 2038-2040)11 hospitales privados, lo que implicó el cierre de más de 2.000 camas públicas y el trasvase de cientos de millones de euros anuales que se detraen de los centros públicos.
- 2010: Se extiende el modelo de hospitales privatizados a Baleares, Cataluña, Castilla y León, Galicia, etc. Paralelamente se privatizan ambulatorios y laboratorios públicos, citas médicas, extracción de sangre, lavandería, limpieza, informática, mantenimiento, almacenaje, vacunas, etc.
- 2018-2023: Se disparan las listas de espera hasta cifras récord, lo que les ha permitido justificar el brutal incremento de los conciertos privados (art. 90 Ley General de Sanidad), mientras se cerraban o reducían servicios en los centros públicos. La crisis del Covid es aprovechada para derivar cientos de millones de euros hacia empresas privadas, abrir “hospitales” innecesarios, cerrar servicios de urgencias, rematar la Atención Primaria y maltratar aún más a los trabajadores.