47 AÑOS DE EXISTENCIA DEL COMITÉ DE SOLIDARIDAD DE LOS TRABAJADORES



      Unidad y Solidaridad de clase frente a la represión. Estas motivaciones y el auge de las luchas en FASA-RENAULT y en gran parte de la geografía nacional en la década de los 70, es lo que impulsa a trabajadores de la mencionada empresa a la creación de la Caja de Solidaridad.
     Lo que aquí nos proponemos es hacer una exposición de las etapas más importantes de su trayectoria. Somos conscientes de que dicha exposición será reducida, fundamentalmente en cuanto a los datos, los métodos y las actividades realizadas durante toda su trayectoria.
 
     En primer lugar, porque la situación política existente en las fechas de su creación, a finales de 1972, la estructura y actividad del Comité nace en la clandestinidad. Y puesto que hoy el sistema represivo, en aspectos que aún nos conciernen y con métodos más sofisticados todavía subsiste, se ha considerado que hay cuestiones históricas que en la clandestinidad deben quedar.
      En segundo lugar, porque actualmente y después de 44 años de la muerte del dictador Franco y ya en el marco de una democracia burguesa, continúa siendo ilegal la constitución y el funcionamiento de los Comités de solidaridad y las Cajas de resistencia antirrepresivas, así como la práctica y desarrollo de la solidaridad con otros trabajadores en huelga y en apoyo de sus luchas.
    En tercer lugar, porque una exposición amplia de toda la intensa existencia del Comité de Solidaridad durante sus 47 años de historia desde su creación hasta la actualidad, necesitaría de un libro de gran volumen para que se reflejara con detalle y en todos sus aspectos dicha trayectoria; planteamiento que aún no nos hemos propuesto realizar.



1ª ETAPA. SU CREACIÓN, OBJETIVOS Y DESARROLLO

      El comité de Solidaridad nace a finales de 1972; dentro de la clandestinidad y referente a la represión que la patronal ejerce sobre la clase trabajadora, no solo en Fasa-Renault, sino también sobre todas las luchas que se realizan a nivel estatal.
       Se crea con tres objetivos fundamentales:
1.-Paliar en la medida de lo posible la represión ejercida contra los trabajadores a nivel empresarial, policial y judicial.
2.-Extender la solidaridad de clase, moral, económica y activamente.
3.-Impulsar la lucha contra la explotación y dominación que el sistema capitalista ejerce sobre la clase trabajadora.
Comienza a funcionar con un planteamiento solidario y unitario de clase frente a la represión.

   UNA SOLIDARIDAD entendida como la comunidad total de intereses, aspiraciones y responsabilidades, frente al sufrimiento de la clase trabajadora, originado por la represión del capitalismo y su sistema de dominación.
    UNA UNIDAD entendida como la unificación de individuos con los mismos objetivos inmediatos y con un fin común y último, que será la destrucción del sistema de explotación.

Su pretensión ni fue ni será nunca la de suplantar a los trabajadores en la gestión y dirección de sus luchas, ni de sus órganos representativos. De hecho, el Comité como tal nunca participó en procesos electoralistas institucionalizados. Simplemente se identifica y se constituye como herramienta válida para la lucha de clases y contra la represión ejercida por el sistema establecido. El Comité considera que es el conjunto de los trabajadores quienes deben defender sus intereses de clase y dirigir su propia lucha, sin intermediarios, en un marco de acción directa, participativa y asamblearia.
Estos conceptos de solidaridad y unidad, así entendidos, propician que el Comité comience su funcionamiento con un planteamiento de autonomía  e independencia en relación con otras organizaciones y las ideologías de los militantes de éstas que participan en sus tareas, dándole así un carácter generalizado y unitario de clase y para la propia clase trabajadora. Con este planteamiento solidario y unitario frente a la represión, participan militantes de todas las organizaciones de izquierda presentes en Fasa-Renault e incluso trabajadores no organizados, pues todos somos y a su vez nos sentimos represaliados por el régimen empresarial y político-social existente, así como por el sistema policial y judicial que lo protege.

En un primer periodo de su trayectoria, el Comité adquiere un auge de elevada magnitud y desarrollo en sus cometidos. La evolución ascendente de las luchas obreras; la actitud represiva del empresariado con cientos de sancionados y despedidos; y a su vez el impulso solidario y antirrepresivo propugnado por el Comité, propicia que su actividad se dispare y con ello la participación y colaboración con éste de miles de trabajadores en la empresa.
Como datos significativos del auge que toma el Comité de Solidaridad durante el periodo comprendido entre 1975 y 1980, es importante reseñar, que en Fasa se ayudó económicamente a más de 200 trabajadores sancionados y despedidos y a sus familias, se pagaron abogados para la defensa jurídica y se depositaron fianzas para todos aquellos que durante las luchas fueron detenidos. Merece una mención especial el apoyo económico que se recibió de otras cajas de resistencia creadas por trabajadores en empresas de otras localidades.
Esta actitud solidaria dio origen a la creación de una red de contactos directos con más de 30 cajas de resistencia, algunas de las cuales también recibieron la ayuda del Comité cuando lo necesitaron. Entre ellas, en VALLADOLID, se ayudó a las cajas de resistencia con trabajadores en lucha de: Michelin, Olid Costura, Nicas, González y Maillo, construcción; en el estado español, a gasolineras (Barcelona), Estándar eléctrica (Madrid), Michelin (Aranda de Duero), Hutchinson (Madrid), Metal (Zamora), Motor ibérica (Barcelona), construcción (Palencia), Ford (Valencia), Papeleras reunidas (Salamanca), Olarra (Bilbao); incluso hasta a nivel internacional se ayudó, al por entonces iniciado proceso revolucionario popular en Nicaragua, con una cantidad recaudada durante una campaña específica para este fin, cantidad que le fue entregada a su ministro de educación, Orlando Guerrero Mayorga, por entonces presente en Valladolid. Todas las ayudas realizadas iban acompañadas de campañas informativas y siempre que se puede, con participación activa y directa en alguna de sus luchas, asambleas, manifestaciones, etc...; realizadas en sus localidades. Entendemos que en esto consiste la solidaridad de clase, en la ayuda mutua de los trabajadores entre sí allí donde estos sufran la represión y por encima de distancias y fronteras.

En cuanto a otras actividades, el Comité de Solidaridad elabora y difunde una hoja mensual en la que informa del desarrollo y trayectoria de los conflictos, a la vez que da cuentas continuada y puntualmente de las recaudaciones y de los compañeros represaliados que son ayudados económicamente, con sus respectivas cantidades individualizadas y con el estado actualizado del total del fondo. Se pone en marcha la elaboración y publicación periódica de un boletín denominado UNIDAD OBRERA, en el que se insertan artículos de análisis; llamamientos a la extensión y práctica de la solidaridad obrera; historiales económicos pormenorizados del Comité con sus valoraciones, etc. Se elaboran documentos de carácter interno y externo, estos últimos para su difusión amplia. Y se elaboran también los Estatutos para el funcionamiento orgánico y permanente del Comité de Solidaridad que, tras ser debatidos en asambleas amplias de miembros activos y colaboradores, son aprobados por éstas. Se mantiene contacto permanente con varios despachos de abogados y se crean grupos de trabajo específicos de propaganda y de relaciones exteriores con otros comités y cajas de resistencia.
Pero nada de esto es un camino de rosas. Recordamos que todo ello se desarrolla en la clandestinidad, bajo la persecución constante de la empresa y las fuerzas policiales. Que tanta actividad supone cientos de peligrosas reuniones y gran cantidad de asambleas; recaudaciones voluntarias individuales y colectivas específicas; valoraciones y entregas de ayuda; elaboración y distribución de propaganda; traslados para contactar con otras cajas a pedir o dar apoyo; participación en luchas para ayudar a trabajadores represaliados en otras empresas; etc. Y todo ello realizado por compañeros que no solo aportan su dinero, tiempo y trabajo desinteresadamente si no que al funcionar en la clandestinidad (pues todo esto estaba prohibido) arriesgaron también su puesto de trabajo y se exponían a represalias, detenciones y encarcelamientos por el régimen político existente, y a los ataque violentos de los grupos de extrema derecha que funcionaban con total impunidad y con la cobertura de la propia institución policial.

Durante este periodo, la investigación policial, la persecución y la detención de algunos colaboradores del Comité de Solidaridad durante el desarrollo de las luchas, puso en peligro sus estructuras, lo que obligó a la destrucción de datos de dos años de funcionamiento, de 1973 a 1974, de los que se carece y de los que por tanto no podemos dar cuenta.
Los ataques de la extrema derecha contra el Comité fueron principalmente violentos y dirigidos contra compañeros de los que, equivocadamente, pensaban ser los depositarios del fondo económico, dándose incluso el intento de secuestro de un compañero, intento que fue frustrado gracias a la intervención de los vecinos del barrio en el mismo momento del hecho.
Pese a tantas dificultades, el Comité de Solidaridad alcanzó su momento álgido en su desarrollo durante la imposición en Fasa-Renault de los consejos obreros de fábrica, cuando las asambleas de trabajadores de ambos turnos de montaje deciden que los activos miembros del Comité de Solidaridad pasen a formar parte del consejo obrero de su factoría, dando con ello un paso muy importante en la actividad y participación colectiva, una decisión que por diversos motivos, fundamentalmente de seguridad, no fue adoptada en el resto del complejo de Fasa.
Esta primera fase en la trayectoria del Comité demostró sobre la práctica su efectividad como órgano unitario, solidario y antirrepresivo, así como su capacidad impulsora en el mantenimiento de las luchas y su extensión para conseguir las reivindicaciones planteadas por las bases trabajadoras en sus asambleas.



2º ETAPA: PRIMEROS ATAQUES EN EL PERIODO DE LA TRANSICIÓN. FASE DE SUPERVIVENCIA.

Con la legalización de partidos y sindicatos se abre una nueva fase que va a afectar negativa y gravemente a la existencia de las cajas de resistencia a nivel nacional, al desarrollo de la solidaridad de clase y a la unidad obrera. Pues dicha legalización se concreta en pactos y acuerdos realizados al margen de los trabajadores entre gobierno, partidos y sindicatos, y en los que estas organizaciones se comprometen a la aceptación del sistema capitalista de explotación y su economía de mercado como único modelo a defender. Se comprometen a controlar al movimiento obrero, a la eliminación de su capacidad combativa y a la imposición de un modelo político y sindical basado en la delegación de poderes, mediante el cual se arrebata a los trabajadores su capacidad activa y representativa directa, así como su capacidad de dirección de sus propias luchas.
Todo ello a cambio del apoyo político y la financiación económica del Estado para los partidos y los sindicatos colaboracionistas, cuya actividad a partir de entonces experimenta un cambio radical. Realizan una actividad orientada a la eliminación del proceso asambleario concebido como órgano de poder obrero y de contra poder frente al capitalismo. Se dedican a la destrucción de las cajas de resistencia y de los Comités de Solidaridad de clase y apoyo mutuo, así como a fomentar la división y el individualismo entre la clase trabajadora e incluso entre sus propias organizaciones.
Respecto a la actuación contra las Cajas de resistencia (que es lo que nos ocupa aquí), los sindicatos comienzan sus proceso de destrucción eliminando todas aquellas de las que tenían el control e incluso apropiándose de sus fondos  que pasan a poder de sus sindicatos. Y en las que no podían eliminar directamente por estar bajo el control de los propios trabajadores, como es el caso del Comité de Solidaridad de Fasa-Renault, intentaron llevar adelante propuestas de disolución que fueron rechazadas por la asamblea de base. Realizaron intentos de eliminación de su carácter de clase, proponiendo que las ayudas solo fueran para los trabajadores que aportaban, abandonando con ello al resto de compañeros represaliados, así como a otras cajas de resistencia, algunas de las cuales nos ayudaron cuando nosotros lo necesitamos. Propuesta que también fue rechazada.
A partir de estos rechazos, los sindicalistas participantes en el Comité abandonan su actividad en éste y plantean la creación de otros fondos paralelos fuera del control de los trabajadores con el fin de crear confusión a la vez que ejercer el control sindical sobre dichos fondos, planteamiento que les resultó un rotundo fracaso. Hicieron falsa promesas de ayudas y coberturas económicas de las centrales sindicales a sus afiliados en el caso de ser represaliados o durante el desarrollo de huelgas, promesas que nunca fueron cumplidas, pues ni en sus estatutos ni en su práctica sindical se contemplan tales ayudas.  Al mismo tiempo desplegaron una inmensa actividad para conseguir desde el propio Comité, se hicieran públicos los nombres de las personas comprometidas con ésta, así como la localización del fondo y su metodología de custodia, lo que hubiera supuesto poner en manos policiales una estructura e infraestructura considerada ilegal y el incremento de una acción represiva y selectiva mayor, a nivel empresarial. Una vez constatados todos sus fracasos para eliminar al Comité, realizan un exhaustivo trabajo de desprestigio mediante falsas y nunca demostradas acusaciones, dirigidas contra sus actividades e incluso contra trabajadores que voluntariamente y solidariamente las realizaban.
En la actividad política y legislativa los partidos con el apoyo de los sindicatos pactistas, mantuvieron en vigor las franquistas leyes que consideraban ilegales a las Cajas de resistencia y Comités de Solidaridad que apoyan a los represaliados y a sus familias, así como las que prohíben la recaudación de fondos y colectas en cualquier modalidad siempre que estas se realicen para el mencionado fin o estén dirigidas al mantenimiento extensión de las luchas sobre las que los sindicatos no ejerzan su total control.
En el ámbito policial y ya en estrecha colaboración de partido y sindicatos con la policía, estos ejercen de delatores y chivatos, (en especial alguno de sus dirigentes) con lo cual se recrudece la represión. Se bloquean fondos, se expropian y neutralizan recaudaciones puntuales, se efectúan interrogatorios y registros, seguimientos a algunos trabajadores que realizan prácticas de solidaridad de clase y apoyo mutuo. Todas estas políticas regresivas y actuaciones de partidos y sindicatos afines al sistema, originó que la gran mayoría de las cajas de resistencia existentes en el movimiento obrero a nivel estatal fueran eliminadas, desapareciendo al mismo tiempo una práctica unitaria y solidaria de clase, vital para los trabajadores en el desarrollo de sus luchas y para la consecución de sus reivindicaciones. Comienza así una segunda fase dirigida a la supervivencia de las cajas en el ámbito nacional y con ella la del Comité de Solidaridad, que debe hacer frente no solo a los ataques represivos empresariales y policiales si no también al de partidos y sindicatos pactistas y colaboracionistas con el sistema de explotación.
No obstante pese a las dificultades y debido al carácter autónomo, asambleario y unitario de su constitución y a pesar del abandono  de la actividad militante de los sindicalistas que fueron presionados y amenazados por sus propios dirigentes, el Comité de Solidaridad logra sobrevivir, pues aún con una reducción de miembros activos, se mantuvo un bloque sustancial de trabajadores que continuaron apoyando económicamente. Un bloque en el que se encontraban también trabajadores que aunque afiliados a sindicatos, desoían a sus órganos directivos, pues comprendían e identificaban al Comité como el órgano unitario que ejercía una defensa real de los intereses de los trabajadores y un desinteresado apoyo solidario frente a patronal y policía.
El Comité de solidaridad se encuentra por entonces mermado en la cantidad de militantes, que tuvieron que multiplicar individualmente sus actividades, ante un todavía respetable numero de colaboradores económicos que exigían una responsabilidad igual e incluso mayor que cuando se funcionaba con mas trabajadores comprometidos con sus tareas. Pero incluso en tan adversas circunstancias, con el empuje de las bases obreras y la entrega y trabajo de los escasos militantes activos, se puso en práctica la realización de un planteamiento impulsivo que contemplaba: la recomposición de sus órganos internos y su reforzamiento; la creación de nuevas cajas de resistencia de funcionamiento permanente, y la refundación de otras que debido a los ataques mencionados habían sido aniquiladas. Para ello se mantuvieron incontables contactos.
De nueva creación y de carácter permanente fueron: La Caja Obrera de Resistencia (Madrid); La Caja Obrera de Solidaridad Antirrepresiva (Valladolid) esta mantiene integrados a colaboradores de Madrid sur y Segovia; La refundación del Fondo Unitario de Solidaridad Obrera (Asturies). Se mantuvo contacto con cajas de resistencia creadas durante procesos de lucha, a las cuales se ayudó económica y activamente durante esta segunda fase, tales como a la E.M.T. de Madrid; FUSOA (Gijón); Unosa (Asturies); Construcción (Valladolid); Naval (Gijón); Peñascal (Euskalherria):  Duro Felguera (Gijón);  Caja Obrera Antirrepresiva (Valladolid).
A nivel internacional, se ayudó a la caja de represaliados antiglobalización de Grecia y a la creada para pagar los trámites de acusación contra criminales y torturadores de la dictadura de Videla en Argentina. A su vez se realizaron campañas informativas y participaciones presenciales en luchas de las ya mencionadas y de otras empresas. Se realizaron contactos personalizados. Se proyectaron videos de luchas en vigor y se dieron charlas, conferencias y debates sobre la necesidad y viabilidad de la creación de cajas y comités de resistencia y solidaridad. Se establecieron contactos permanentes con algunas cajas e incluso con otras organizaciones de base, ampliando y extendiendo la intervención del Comité de Solidaridad a otros sectores en lucha fuera del marco laboral. Se constituyó una coordinadora de Cajas de resistencia y Comités de Solidaridad a nivel estatal que hoy continua su trayectoria, dando paso con ello al permanente contacto orgánico y al transvase de ayudas, información y experiencias, así como a la elaboración de la revista SOLIDARIDAD DE CLASE. Con todo ello, se consiguió mantener vivo y activo en amplios sectores el funcionamiento permanente de ayuda mutua dentro del concepto de unidad y solidaridad de clase.
    

 

3ª ETAPA. SE INCREMENTA LA ACTIVIDAD REPRESIVA. ELCOMITE DE SOLIDARIDAD CONTINUA SU ANDADURA.

Durante todo este proceso y hasta hoy, el capitalismo y sus colaboradores políticos y sindicales han continuado sus ataques, incrementándolos con nuevas tácticas, de acuerdo con sus planes de perpetuar el sistema de explotación, eliminar la combatividad contra ésta y contra el régimen establecido que lo ampara, desplegando también para ello actividades fundamentalmente centrada en el ámbito ideológico.
Han desarrollado un modelo híbrido que se aleja totalmente de la solidaridad entre la propia clase trabajadora, impulsando la solidaridad entre clases antagónicas, como los explotados con los explotadores, los represaliados con los represores, los dominados con los dominadores. Así vemos como los sindicatos propician huelgas de trabajadores que reivindican ayudas para la patronal que nos explota, rescates para la banca que nos roba usurera y descaradamente.
Partidos y sindicatos oficialistas de acuerdo con la patronal y en contra de la clase obrera, legalizan las llamadas causas "objetivas" para el despido y eliminan la opción que tenía el trabajador a la readmisión en todos aquellos despidos declarados improcedentes, con lo que dan mano abierta a la patronal para despedir indiscriminada y selectivamente, al tiempo que reducen las indemnizaciones y las ayudas a los parados.
Han legalizado el trabajo a tiempo parcial y el temporal con más de 100 modalidades de contratación, con lo cual al trabajador lo echan, pero ideológica y jurídicamente ya no se lo considera un despido si no la finalización y extinción legal del contrato, aunque ese mismo puesto de trabajo sea suplido de inmediato. ¡Todo es legal! Los sindicatos oficialistas y algunos más, se permiten hoy ya, la barbaridad de pactar abiertamente con la patronal y en beneficio de ésta los despidos masivos de trabajadores, la eliminación de puestos de trabajo, y el cierre de empresas que no obstante siguen desarrollando su actividad con otra razón social, otro nombre, otra ubicación geográfica, etc., tras haberse deshecho de sus plantillas de trabajadores y haber contratado a otros en inferiores condiciones económicas y con un mayor nivel de explotación. Estos sindicatos colaboracionistas pactan sin ningún rubor la reducción de salarios. Pero claro está todo esto a cambio de privilegios y cantidades económicas para el propio sindicato pactista, cantidades que nunca hacen públicas, lo que no impide que en muchos casos se conozcan (y algunos de los cuales el comité de solidaridad ya ha denunciado públicamente).
Pero su actuación no queda sólo en lo ya dicho. En el ámbito policial los sindicatos han comenzado a intentar que consideremos a estos órganos represivos que nos apalean cuándo reivindicamos libertad, trabajo, etc. como órganos guardianes del orden. Lo que no nos dicen es, que lo que guardan y protegen siempre es el desorden del sistema y los intereses de los capitalistas, y nunca el interés de los obreros.
A nivel legislativo, no se han conformado conseguir manteniendo las leyes franquistas que ilegalizan las Cajas de Resistencia, si no, que han legislado la prohibición de realización de huelgas en solidaridad con otros trabajadores en lucha.
Con todo lo expuesto, y aun más prácticas reaccionarias están tratando de conseguir que la clase trabajadora no sea totalmente consciente de la realidad represiva existente. Tratan de impedir que los trabajadores con sus órganos unitarios y solidarios de clase puedan resistir en sus luchas y defenderse de la represión.
Ni que decir tiene, que todas estas prácticas represivas (legalizadas) han impulsado ideológicamente una desconfianza entre los propios trabajadores y entre estos y las organizaciones obreras de todos tipo, desembocando en un nefasto individualismo e indefensión colectiva que no deja ver claro el carácter represivo del capitalismo como tal, instalándose el concepto de "sálvese quien pueda" y del que ningún trabajador por si solo puede salvarse, imperando con ello siempre la voluntad de la empresa y sus intereses.
A pesar de todos los ataques y algunos más no descritos, el Comité de Solidaridad de los trabajadores continúa su trayectoria y alcanza ya los 47 años de existencia. Son 47 años durante los cuales y permanentemente está demostrando que incluso en unas condiciones tan adversas, su actividad unitaria y solidaria de clase sigue siendo vital y efectiva como herramienta para la defensa de los trabajadores y contra la represión que éstos sufren en el neoliberal sistema que el capitalismo y sus colaboradores políticos y sindicales pactistas han impuesto, defienden y pretenden perpetuar.
Hoy como siempre, el Comité con sus nunca abandonados principios de unidad y solidaridad de clase, sigue luchando contra la represión y trabajando en le creación y extensión de cajas y comités con dichos principios. Continúa con sus labores de ayuda y apoyo mutuo a los trabajadores represaliados y a sus luchas contra el sistema de explotación capitalista. Continúa desarrollando la solidaridad de clase y para la clase trabajadora, y todo ello desinteresadamente, pues no precisa ni pretende votos, ni sillones, ni cargos, ni liberados asalariados y vividores.


LLAMAMIENTO:

    -Ante tanta represión hoy camuflada tras leyes tan injustas.
    -Ante una clase política tan corrupta y plegada a los intereses capitalistas.
    -Ante la actividad de los sindicatos colaboracionistas y su práctica reaccionaria y anti obrera.
    -Ante una brutalidad policial tan impunemente practicada.

 

El Comité de Solidaridad de los Trabajadores fundamentado en sus 47 años de positiva experiencia considera, que hoy más que nunca es necesario y vital para la clase obrera le existencia de comités de solidaridad y cajas de resistencia antirrepresivas. La potenciación y colaboración con las ya existentes, y con su coordinadora como red de ámbito nacional. Y la creación de otras nuevas de actividad continuada.

 

COMITE DE SOLIDARIDAD DE LOS TRABAJADORES
[texto aparecido en la revista SOLIDARIDAD DE CLASE, nº 5, otoño 2019] 





SOBRE EL COMITÉ DE SOLIDARIDAD:


> Qué es el Comité de Solidaridad de los Trabajadores: http://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2022/05/50-aniversario-del-comite-de.html

> De las cajas de resistencia y fondos de solidaridad: http://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2022/05/50-aniversario-del-comite-de_18.html

> Orígenes de las Cajas de Resistencia: http://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2022/05/origenes-de-las-cajas-de-resistencia.html



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La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
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Piensa, actua y rebelate
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de batalla.

si no nos vemos
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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."