Hay hombres que luchan un dia y son buenosHay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.


 


En estos días, hemos recibido duras noticias... Se nos ha muerto Gaspar, compañero infatigable del Comité de Solidaridad de los Trabajadores; ha muerto también Paco Baticón, compañero cenetista de tantas ocasiones (por encima siempre de tantas diferencias también)... nuestra compañera no se va pero ya no está... y todo nos nubla y nos jode y son tantas tantas lass tristezas que nos han estado acompañando y nos acompañan en estos tiempos... Pero en todo hay que seguir: LUCHAR. VIVIR. Y recordarles. Como siempre decimos, pero ahora más que nunca, EL MEJOR HOMENAJE es CONTINUAR LA LUCHA. Hasta el final.


A Gaspar y a Paco, seguramente, los conocimos en la misma ocasión (o en una parecida), en aquellas reuniones todavía clandestinas, reuniones de "seguridad", que se realizaban en un local de una parroquia o en algún espacio al efecto, siempre discreto, siempre especial. Las reuniones las convocaba el Comité de Solidaridad de los trabajadores de Valladolid, comité nacido en Fasa Renault que a lo largo de los 80 y 90 se fue acercando a los movimientos sociales de los que formábamos parte.

Nosotros éramos solo unos adolescentes radicalizados que pensábamos que pintando un banco estábamos iniciando la revolución, por lo menos. Allí aprendimos mucho, muchísimo, sino todo. Cuestiones de organización, de seguridad, la verdadera solidaridad de clase, la manera de movernos, de actuar, la forma de vivir y de luchar. 

En esas reuniones estaba también Paco Baticón, recientemente fallecido. Paco era de CNT, pero siempre estuvo allí, siempre participó de aquellas reuniones junto a los compañeros del Comité. Por encima de la ideología de cada cual estaba la lucha de clase, la unidad de la clase obrera en su combate contra el patrón, la policía, contra los capitalistas. No recuerdo las fechas de aquellas reuniones, pero corrían los años 90 y los chavales (punkis) nos dedicábamos a intentar okupar una casa... y allí estaban "los viejos", nuestros mayores, para apoyarnos y solidarizarse con cualquier lucha y causa que se moviera. Y ahí han seguido estando hasta ayer mismo, cuando la enfermedad o la muerte se les ha llevado.

Una de las últimas veces que vi a Gaspar, estuvimos repartiendo panfletos en las puertas de montajes en Renault. Gaspar, de gran cuerpo, gran bigote y gran alegría, lo que antes se decía un campechano de verdad (hasta que apareció el Juancarlos campechano, volviendo negativo lo que siempre fue un valor de la persona). Gaspar, con su vino tinto y su voz. Gaspar con su compañía y su claridad... ese Gaspar que a la vuelta del reparto nos contaba los sabotajes que hacían "los mayores" (sus mayores) cuando él entró en Renault. Y esto es lo importante: somos puntos de una gran historia, somos los pequeños filamentos que forman el gran hilo rojo de la historia. 

Porque la lucha de la clase trabajadora está hecha de hilos rotos que se anudan unos a otros para formar ese hilo rojo. Porque a Gaspar sus mayores le pasaron la antorcha... como él (y otros tantos como él, a los que desde aquí mandamos nuestro calor y nuestro amor revolucionario) nos la pasaron a nosotros y nos la han seguido pasando cada vez que colaboraban o repartían o pegaban carteles o saltaban...  junto a nosotros, los que entonces éramos jóvenes. Y que ahora intentamos pasar la misma antorcha... en este mundo cada vez más complicado, más loco, más represivo... pero también (aunque no podamos verlo) más cerca del final por el que todos hemos luchado: la revolución social, la abolición de la sociedad de clases, la propiedad privada y el trabajo asalariado.

Como dijeron los compañeros que huían tras la "derrota" de la Comuna de París: hemos sido vencidos, NUNCA DERROTADOS. Porque mientras la antorcha pasa, de una generación a otra, de unas manos proletarias a otras manos proletarias, la LUCHA VIVE, nada termina. El movimiento que supera el orden existente crece y se desarrolla.... hasta realmente superar el mundo del capital y el estado.


D.E.P. 

GASPAR, PACO, hermanas, hermanos...

¡tenemos un mundo nuevo en nuestros corazones, y está creciendo en este instante!

 



Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















ARCHIVO

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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."