Sobre la carnicería de Niza
Posted by
valladolor
lunes, 18 de julio de 2016
atentados,
capitalismo = terrorismo,
comunicados,
Niza,
partido comunista internacional
Sobre la carnicería
de Niza
¡No
a la unión nacional!
¡No
a las guerras imperialistas!
¡Lucha
de clase para acabar con la mortífera sociedad del capital!
Los responsables del
gobierno francés, cuando se difundió la noticia de la masacre de
decenas de personas en Niza, según ellos mismos admitieron, no
tenían idea de la motivación del autor; sin embargo lanzaron
inmediatamente un llamamiento a la “unión nacional” para
sostener la “guerra” contra “el terrorismo islámico”. En
declaraciones a la televisión durante la noche, el presiente
Hollande ha declarado que Francia había “reforzado aún más
sus acciones en Siria y en Irak”
El mismo gobierno
subrayaba de esta manera una reacción de causa y efecto entre los
atentados terroristas en Francia y la intervención militar
imperialista en Irak y Siria (y en Libia). Desde 2014 las fuerzas
aéreas francesas participan en los bombardeos efectuados en Irak por
la coalición directa de los Estados Unidos mientras un cierto número
de soldados están presentes sobre el terreno; desde septiembre de
2015, la aviación militar francesa toma parte en los bombardeos en
Siria. Según una organización no gubernamental, los bombardeos
aéreos de la coalición en estos dos países habrían causado, en 6
meses (desde diciembre de 2015 hasta mayo de 2016), de 1.100 a 1.560
civiles muertos1
Por otro lado, desde hace
varios meses, los comandos de las “Fuerzas Especiales” francesas
están “activos” de manera más o menos clandestina, en los
combates en Siria y en Libia, junto a los militares americanos y
británicos (¿y acaso también de otros países?)
El gobierno afirma querer
reforzar precisamente esta intervención militar en Medio Oriente, y
utiliza cínicamente la emoción causada por la carnicería de Niza
para asegurarse la legitimidad y el apoyo por parte de la población.
Casi todos los medios de comunicación le han apoyado multiplicando
las declaraciones bélicas; la propaganda se apoya sobre la
instigación del nacionalismo, que ha llegado a un punto sin
precedentes durante la Eurocopa de fútbol.
Denunciar las
intervenciones militares del imperialismo francés, rechazar los
llamamientos a la unión nacional con los capitalistas y el Estado
burgués, oponerse a cualquier tentativa de dividir a los proletarios
según su nacionalidad, raza o religión, manifestar la solidaridad
con las luchas de los trabajadores sin papeles y de los inmigrantes:
estas son las exigencias elementales de la lucha de los
proletarios contra la guerra política, económica y social que lleva
a cabo el gobierno por cuenta de los patrones y del capitalismo
nacional e internacional.
El capitalismo,
cualquiera que sea su nacionalidad, no se mueve sino por los sórdidos
intereses burgueses y su política exterior imperialista no es otra
cosa que la continuación de su política anti proletaria interna.
Dar credibilidad al Estado burgués y a sus representantes políticos
para tener una “protección” contra el terrorismo –ya se trate
de la obra de tal o cual fuerza medio oriental o de individuos
desequilibrados- coloca al proletariado en la situación de
permanecer pasivo como carne de cañón dejando su suerte en las
manos de aquellos que viven de su explotación y que son sus enemigos
de clase
Lo que demuestran las
carnicerías de Niza o de Orlando (Estados Unidos), los atentados de
París o de Bruselas, es que en los mismos países imperialistas más
ricos y potentes –aquellos que dominan y saquean impunemente el
planeta- el sistema político democrático burgués cada vez es menos
capaz de impedir la explosión de las crecientes contradicciones
internas del capitalismo y la manifestación de la violencia que se
encuentra en la base de todas las relaciones sociales. Los mitos
ideológicos burgueses del progreso social, de la libertad, de la
igualdad y de la fraternidad, cada vez esconden con mayor dificultad
la realidad opresiva de la sociedad capitalista, asesina y
explotadora, cuya ley fundamental de búsqueda del beneficio se
traduce inevitablemente en el desprecio de la vida humana. Este
desprecio se encuentra no sólo en la represión policial, en las
intervenciones militares de los Estados y en los bombardeos de las
ciudades, sino en la violencia terrorista de los múltiples grupos
reaccionarios. Y se encuentra también en las relaciones entre los
individuos y en el interior de los cuatro muros del hogar.
Para
huir de este engranaje infernal de muerte y de intervenciones
militares, que desembocará fatalmente en una tercera guerra mundial
si no se le liquida antes, es trágicamente utópico intentar
reformar el capitalismo. Desde que existe, el capitalismo no ha
dejado nunca de precipitar a la humanidad en guerras y catástrofes
cada vez más mortales. Solamente los traidores o los vendidos a la
burguesía pueden hacer creer en una “democratización” de la
dictadura capitalista y en una “pacificación” de las relaciones
internacionales.
La única solución está
en la guerra de clase contra el capitalismo, en la revolución
proletaria internacional para instaurar el poder de los oprimidos y
de los explotados –la dictadura del proletariado- fase
transitoria necesaria para poner fin a la sanguinaria sociedad del
capital y para avanzar, en perspectiva, hacia el comunismo, la
sociedad sin guerras ni opresiones, sin mercado ni dinero, sin clases
ni Estados.
Para que esta situación
sea posible, el proletariado deberá recorrer la vía de la lucha de
clase: la vía de la lucha y de la organización para la defensa
exclusiva de sus intereses inmediatos y, a largo plazo, en oposición
frontal a los intereses de las clases poseedores y con completa
independencia respecto de las fuerzas y de las instituciones ligadas
de una manera u otra a la conservación social.
Sólo la reorganización
en clase, y por tanto en partido (el Manifiesto Comunista),
le permitirá luchar victoriosamente contra los capitalistas y sus
Estados y dejar de ser la víctima predestinada de las rivalidades
destructoras y de las mortales contradicciones burguesas. La
reorganización del proletariado en clase le dará también la
posibilidad de arrastrar a la lucha anticapitalista al menos a una
parte de los estratos arruinados por la crisis, intoxicados por la
degeneración de la sociedad actual y sujetos a participar en las
peores desviaciones reaccionarias, proponiendo el objetivo no
ilusorio sino concreto de la lucha por una sociedad finalmente
humana.
Por lejana que pueda
parecer hoy esta perspectiva, es la única realista.
¡Por la reanudación
de la lucha de clase proletaria!
¡Abajo la sociedad
del capital, viva la revolución comunista mundial!
17 julio 2016
Partido comunista internacional
1
Ver
http://airwars.org/news/international-airstrikes-and-civilian-casualties-in-iraq-and-syria-december-2015-to
may-2016. Si la mayor parte de los bombardeos ha sido obra de
los americanos (p. ej: en Irak 5850 bombardeos), los aliados de la
coalición no se quedan atrás: 761 bombardeos británicos y 670 por
parte francesa en Irak.
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La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com