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ECONOMÍA DE LA CATÁSTROFE

Incendios, ¿casualidad? ¿tragedia? No, beneficio capitalista y control democrático.



En los últimos días el fuego está arrasando miles y miles de hectáreas en diferentes puntos del país. Tarifa en Andalucía, Jarilla en Extremadura, Cofrentes en Valencia, Picos de Europa… pero sobre todo León, Zamora y Galicia, son las zonas más afectadas hasta el momento. Como siempre sucede con estas situaciones, los telediarios y la prensa abren diariamente con noticias acerca del caos y de la mala gestión, los improperios que se cruzan entre sí diferentes administraciones; todo ello a costa de una situación que ya ha matado a cuatro personas, arrasado una cantidad inmensa de zonas de cultivo y acabado con cientos de cabezas de ganado.

 

En un clima mediterráneo como el que predomina en buena parte de la península ibérica, con marcados periodos de calor y sequedad, con una masa boscosa que no para de crecer año tras año, los incendios deberían ser algo normal y controlado. Pero cada año la situación es peor. Cada vez más destrucción y cada verano más muertos. No sólo importa la terrible situación creada directamente por los incendios, sino también el juego político y social que se libra para aterrorizar a la población, utilizándolo como excusa para mantener el estado de miedo y nervios permanente con el que la clase burguesa gobierna tan bien.

“Hay que potenciar la prevención”, “los fuegos se apagan en invierno”, “no hay que permitir que se repita esta situación, debemos ir a las causas” … son frases que hemos escuchado en estos últimos días en boca de políticos, altos responsables de la Administración central y autonómica e incluso de los bufones que habitualmente prestan su imagen para potenciar el efecto de estas estupideces. Porque son estupideces: ni la prevención, ni el trabajo cotidiano, ni por supuesto las causas de los incendios constituyen preocupación alguna para la burguesía o sus representantes. La catástrofe, sea en forma de incendios, de inundaciones e incluso de guerra es consustancial al mundo capitalista y la burguesía saca buen provecho de ella.

En el caso de los incendios, la cosa es clara: durante décadas se ha disminuido el gasto en cualquier tipo de política preventiva, tratando de mantener en el mínimo imprescindible (que, como se ve, es totalmente insuficiente) las partidas presupuestarias destinadas a las medidas necesarias para controlar los fuegos del verano. Ni el Estado central, ni las Comunidades Autónomas, ni los municipios ven en las intervenciones que sería necesario llevar a cabo otra cosa que un gasto inútil que únicamente lastra sus cuentas anuales. Pero no sólo se trata de que, ante la “catástrofe” (completamente evitable, como se ve), se reduzcan los gastos de prevención, sino que el beneficio que se puede obtener de ella es tan cuantioso que elimina cualquier incentivo para prevenirla. La construcción de parques eólicos o nuevas viviendas en los espacios arrasados, la industria maderera, las propias inversiones públicas en las zonas afectadas, constituyen un gran negocio del que ni la gran ni la pequeña burguesía, ni la constructora ni el pequeño propietario, quieren privarse. La pregunta acerca de cuántos incendios son provocados es ya tópica. Pero más allá de ella, ¿cuántos son mantenidos el tiempo necesario para que cumplan con su función económica? ¿cuántos y por quienes son “incentivados”? ¿cuántos rinden unos resultados en términos económicos a los que nadie quiere renunciar?


El capitalismo da, siempre y en todo momento, los mismos resultados: los recursos naturales y humanos se destruyen para obtener con ello toda la ganancia posible. De nuevo, los incendios de estos últimos días nos dan un buen ejemplo de ello, porque durante muchos años los responsables de las políticas de prevención, es decir, el propio Estado burgués en cualquiera de sus niveles responsables, han llevado a cabo una tarea de disminución del peso de la fuerza de trabajo, de los recursos humanos, de los proletarios en suma, en las tareas de prevención y sofoco de los incendios. La misma política que se sigue en cualquier empresa, donde se sustituye fuerza de trabajo por capital, manos por máquinas, para continuar el ciclo de valorización del capital, se sigue en el sector público: el empleo se precariza, los sueldos caen, los servicios se subcontratan, los contratos son cada vez más breves… incluso se llega a sustituir las torres de vigilancia por cámaras de circuito cerrado.

Aún así se podrá pensar que un incendio es una tragedia… ¿para quién? Ni el Estado burgués que lo permite ni la burguesía privada o pública que lo alienta lo ven de esta manera. La lógica capitalista del beneficio opera también en este ámbito. A medida que la economía rural, en la cual existían incentivos directos para las tareas de prevención porque el monte se utilizaba como fuente de unos recursos cuyo valor estaba en que se renovaban año a año, ha dejado paso a una economía capitalista altamente desarrollada, donde el beneficio está en gran medida en la destrucción, directa o indirecta, de los recursos. Así, los incendios se vuelven cada vez más difíciles de evitar y contener. Debe tenerse en cuenta que en esa economía rural (por lo demás capitalista también, aunque con un grado de desarrollo menor) el fuego siempre fue un recurso y una herramienta más que se utilizó para mantener la masa boscosa en unas dimensiones apropiadas y así evitar incendios tan violentos como los que vemos hoy, cuando el bosque resulta tanto más beneficioso cuanta más cantidad del mismo se puede destruir de una vez.


Otras de las frases gastadas de tanto usarlas estos días son los insultos que se cruzan de uno a otro bando político: las administraciones locales del Partido Popular contra el Gobierno central del Partido Socialista y viceversa, para achacarse la responsabilidad de los incendios. El juego democrático también saca un beneficio neto de esta situación. Cada situación, cada desastre natural, cada muerto, sirve para reforzar la idea de que las alternativas democráticas representan realmente opciones diferentes y que el proletariado puede (¡y debe!) adherirse a una de ellas para solucionar los problemas urgentes que le rodean. Pero lo que se busca con esto realmente es la adhesión al propio sistema democrático, la creencia de que la solución a los problemas que crea la burguesía se encuentra en las propias instituciones burguesas, la práctica tan extendida, tan impregnada en el cuerpo social del proletariado, consistente en delegar la lucha en defensa de su supervivencia en los mecanismos institucionales que regulan el gobierno democrático del país.

En la versión más extrema de este juego, una versión que cobra cada vez más fuerza porque responde a una tensión que afecta a todas las clases sociales y que aumenta poco a poco, se llega a hablar de España como “estado fallido” en la medida en que es absolutamente incapaz de responder a situaciones como la de estos incendios o como la de las inundaciones de Valencia hace 10 meses. Se trata, como decimos, de una versión aparentemente más radical, más dura, pero igual en esencia, de esa defensa del juego democrático al que llama la burguesía de todos los bandos y de todas las instituciones. ¿Qué Estado burgués es capaz de responder a la catástrofe que implica su propia existencia y la de la burguesía? ¿Bajo qué orden burgués no se producen catástrofes cada vez más ampliadas por la fuerza del propio desarrollo capitalista? La salida nacionalista de la crisis social, que a medida que se enerva la situación internacional y nacional más parece perfilarse en el horizonte, también necesita del refrendo democrático para triunfar.


Aunque hoy parezca una vía difícil de tomar, lejana e incluso inalcanzable, es la lucha de clase proletaria y no la confianza en ninguno de los señuelos democráticos que ofrece la burguesía la que podrá acabar con esta situación. Pese a que parezca extraña, poco concreta e irrealizable, es la única realista. En estos días lo que estamos viendo es el fracaso de cualquier otra opción.

Los proletarios son los únicos que tienen un interés claro en que la sociedad de la catástrofe sea aniquilada, en que las inmensas fuerzas sociales que el capitalismo dedica a mantener y reforzar el dominio de clase de la burguesía se destinen a lograr una sociedad en la que desaparezca la apropiación privada (burguesa, bajo todas sus formas) de la riqueza social. Para lograrlo, al menos para embocar la vía de la lucha anti burguesa y anti capitalista, la clase proletaria debe romper con la mixtificación democrática, debe despreciar el veneno que supone la fe, que desgraciadamente aún hoy tiene, en que la clase burguesa y su juego de alternancia parlamentaria o cualquier remedo autoritario de este, pueda suponer una salida a las catástrofes inducidas por la propia burguesía y su sistema. Debe revolverse, con toda su fuerza, contra el frente común que la burguesía le impone.

Lo hemos visto en los incendios, como lo vimos en las inundaciones de Valencia. Toda la fuerza social de los proletarios es democráticamente conducida hacia la política de colaboración entre clases que beneficia directamente a la burguesía. Esa colaboración convierte a los proletarios en voluntarios, en mano de obra gratuita con la que tapar el desastre, cuando ya no queda otra opción (y que además muere en esa labor), cuando toda su fuerza de clase debería dirigirse a golpear a la burguesía, a parar la producción, a obligarla a pagar por su economía de la catástrofe.

Del mundo del horror y la muerte que la burguesía depara a la humanidad sólo se saldrá mediante la destrucción del sistema capitalista y, para ello, la clase proletaria debe levantarse para hacerlo saltar por los aires.



15/08/2025

Partido Comunista Internacional


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 El único responsable del catastrófico aluvión en el Levante es el capitalismo


 

Casi 100 muertos, decenas de desaparecidos, miles de viviendas destruidas, familias que han perdido lo poco que tenían para subsistir… Víctimas innecesarias de una “tragedia” completamente predecible y evitable. Sólo en el mundo capitalista, donde la muerte de niños tiene menos importancia que unas horas de trabajo pueden tener lugar sucesos como los de ayer en Valencia.

Una gota fría es un fenómeno meteorológico habitual en el Mediterráneo y regular en la costa levantina desde que se tienen registros históricos. Consiste en un súbito enfriamiento, al tocar tierra, del aire caliente procedente del mar. Al suceder esto, el agua en estado gaseoso pasa bruscamente a líquido y se precipita con mucha violencia sobre la tierra. Como se sabe, algo normal en estas fechas del año, algo que la población de la zona conoce muy bien, algo para lo que las autoridades están preparadas (o deberían) porque lo afrontan con bastante frecuencia… Y sin embargo el centenar largo de muertos que con toda certeza se esperan muestra que, una vez más, el potencial destructivo de las inclemencias naturales se ve acrecentado exponencialmente por el sistema capitalista.
Porque Valencia no es sólo la región de la gota fría sino también una de las regiones del país donde la urbanización desaforada del territorio y la consiguiente destrucción de los parajes naturales que hacían de canalizador natural de este tipo de fenómenos ha sido más notable en los últimos años. ¿Cuántas urbanizaciones construidas en el último siglo no llevan el nombre “Rambla de…”? ¿Cuántas calles que se llaman “Torrent”?, indicativo de cómo la búsqueda sin fin de beneficio no ha respetado ni los accidentes naturales directamente vinculados a la gota fría, al empuje destructor del agua y al resto de fenómenos asociados a aquella. 

La propia ciudad de Valencia creció en torno a un río al que, en época capitalista, contradiciendo los conocimientos adquiridos desde los inicios de la vida sedentaria (siguiendo los cuales nunca se construyó más allá del punto que rompía las aguas de la antigua laguna, justo donde hoy está la catedral y, a su alrededor, la ciudad medieval) rodeó hasta el punto de urbanizar todo el espacio de crecimiento natural de éste. Lo mismo ha sucedido en tantos y tantos pueblos cercanos: la necesidad insaciable de suelo para construir, producir y especular ha llevado a edificar barrios y polígonos industriales justo donde es sabido que no debe hacerse. Las consecuencias las hemos visto esos días, pero no hay que irse muy lejos en el tiempo para encontrarse con sucesos similares. En 1957, el 14 de octubre y por las mismas causas que lo sucedido ayer, el río Turia que cruza la ciudad se desbordó anegando los barrios inmediatos y dejando 81 muertos. Este acontecimiento llevó al Estado a desviar el río y sacar su cauce fuera de la ciudad. Ayer la naturaleza mostró que puede más que todas las decisiones burocráticas salidas de la cabeza enferma de la burguesía y arrasó de nuevo el cauce antiguo y los barrios de 1957.  En 1987, el 3 de noviembre, un poco más al sur, en la comarca de La Safor, otra riada destruyó el pueblo de Oliva. Pocos años antes, en 1982, la rotura de la presa del pantano de Tous arrasó la cuenca del Júcar matando a 8 personas. En menos de un siglo y sólo teniendo en cuenta los sucesos más graves, ésta es la realidad, “impredecible” e “imposible de prevenir”, según las autoridades.

La realidad de los acontecimientos del día 29 es que tanto los gobiernos locales como los autonómicos y el nacional estaban alertados de lo que podía suceder. No sólo lo sabían porque son conscientes (¡no hay meteorólogo que no lo sea!) que en otoño el riesgo en estas zonas es máximo, sino también porque desde hacía al menos dos días los servicios de previsión estaban alertando de lo que podía suceder. Pero ni la experiencia de las últimas décadas ni estas advertencias fueron suficientes: el coste, única realidad para el capitalista, de paralizar la actividad productiva, evacuar a las personas y minimizar los riesgos humanos es mucho menor que la gravedad de la destrucción. En primer lugar porque en el capitalismo una vida humana nunca tendrá ni la mitad de valor que el capital invertido o el beneficio que se puede sacar de él. Y en segundo lugar porque el capitalismo no sufre por la destrucción sino que crece en ella y por ella, tiene en las catástrofes un impulso vital de primer orden: donde un proletario ve miseria y muerte, un capitalista ve posibilidades de negocio, rentabilidad elevada y poca competencia. Es esto lo que explica que ayer, después de que las propias autoridades llegasen a dar la alarma (a las 8 de la tarde, cuando desde las 6 ya era evidente que la jornada sería trágica) multitud de empresarios de la región obligasen a sus trabajadores a presentarse en el puesto de trabajo, bajo amenaza de despido, para cumplir con el turno de noche. Es esto lo que explica por qué los dueños de las grandes superficies comerciales de las afueras prohibieron, cuando las inundaciones ya habían comenzado, que los trabajadores abandonasen sus puestos de trabajo y, luego, cuando la catástrofe amenazaba, los servicios de emergencias no se movilizasen para sacarles de ahí: ni una vida vale lo que las ventas de unas horas, piensa cualquier burgués.

Esto debe tenerse claro, debe recordarse ahora que políticos, artistas, empresarios y toda la ralea de siervos de la burguesía van a comenzar con sus quejidos por los muertos: la mayor parte de los muertos son proletarios y han perdido la vida porque no pudieron refugiarse, porque tenían que trabajar pese a las advertencias en contra por parte de los servicios de prevención. Porque la burguesía es capaz de mantener en pie carísimas infraestructuras, decenas de miles de instalaciones productivas, lugares para el turismo, etc. pero no puede proporcionar una ayuda de emergencias básica ante un peligro conocido y más que probable como la gota fría de estos días.

Por parte del gobierno, del autonómico y del nacional, comienza ahora el show democrático de la polémica y el ataque parlamentario: entre ambos culparán al rival para que el proletariado acepte que es obra de la terrible derecha fascista o de la izquierda criminal. La realidad es que ambos trabajan única y exclusivamente para la burguesía, tanto en el PCE como en el PSOE como en el PP: todos ellos son culpables de los muertos de ayer.
Pronto aparecerán también los nuevos curas de la “religión climática” a explicarle a los proletarios que la responsabilidad de estos sucesos no hay que achacársela a la burguesía en su conjunto, sino a unos cuantos empresarios que con su modelo productivo atrasado, basado en el carbón y el petróleo y no en las energías verdes, propician el cambio climático. Y desde sus púlpitos, convenientemente jaleados por la prensa, van a proponer la enésima política de colaboración entre clases con el único objetivo de frenar la catástrofe climática que nos espera.

Pero la realidad es que estas supuestas tragedias, que mejor pueden calificarse como masacres, no desaparecerán mientras no lo haga el modo de producción que las crea. Mientras no desaparezca un sistema, el capitalismo, que encuentra más beneficio en la muerte, en la destrucción y en la reconstrucción que en la prevención, no desaparecerán las causas que amplifican cualquier fenómeno natural hasta el punto de hacerlo letal para el ser humano. Mientras no desaparezca una clase social, la burguesía, que ha sido capaz de conquistar la tierra y el espacio para el comercio, de poner en marcha la más avanzada tecnología productiva, pero que no es capaz de convertir en seguras las ciudades en que habita la mano de obra proletaria, estas situaciones, en esta misma zona y dentro de no mucho tiempo, volverán a tener lugar. Y mientras no desaparezcan los agitadores y propagandistas que pretenden mejorar, reformar, cambiar lo necesario del capitalismo y tienden a los proletarios la exigencia de confiar en la democracia y la colaboración con al burguesía para lograrlo, la clase proletaria tendrá frente a sí no sólo a su enemigo natural, la burguesía, sino a todo un ejército de colaboradores de esta que lucharán para mantener a los trabajadores como víctimas en cualquier circunstancia.

Mañana los proletarios enterrarán a sus muertos y pedirán porque una catástrofe similar no tenga lugar de nuevo. Mientras, la burguesía canalizará a través de su Estado los miles de millones que le permitirán no sólo reanudar, sino ampliar la producción en las instalaciones destruidas y hacer crecer sus negocios con la reconstrucción.

La clase proletaria, que hoy parece estar desaparecida, política y organizativamente, de la vida social, que da la impresión de que únicamente puede poner los muertos en catástrofes como esta, lleva consigo la única posibilidad de superar la miseria del mundo capitalista y el drama que la acompaña continuamente.  Ella padece el mudo burgués tanto en las catástrofes como en la paz cotidiana, tanto en las riadas como en el trabajo, donde aporta miles y miles de muertos cada año para sacar la producción adelante. Pero por el mismo motivo, porque está en el centro del mundo capitalista, porque tiene la producción de toda la riqueza social en sus manos, porque constituye la mayor parte de la población en todos los países, puede deshacerse de la clase burguesa y aniquilar su mundo, abriendo la puerta a un futuro donde la verdadera abundancia, el verdadero equilibrio del ser humano en tanto ser natural con el medio, llegue por fin. Ése es, sin duda, el futuro, ésa es la verdadera fuerza (hoy sólo potencia, mañana real) de la clase proletaria. Pero para alcanzar ese futuro, para mostrar su verdadera fuerza, debe retornar al terreno de la lucha de clase, debe combatir contra las clases enemigas, tanto en lo que se refiere a la defensa de sus intereses inmediatos, los relacionados con la supervivencia más elemental, como en el enfrentamiento político general contra el dominio político y social de la burguesía.


¡El responsable de todas las catástrofes es el capitalismo!

¡Sólo la lucha de clase del proletariado puede acabar con sus “tragedias”, barriéndole del mapa!

¡Por la reanudación de la lucha proletaria!

¡Por la reconstitución del partido comunista, internacional e internacionalista!



30 de octubre, 2024.

Partido Comunista Internacional

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Murcia: trece muertos en el incendio de unas discotecas ¿Una tragedia inevitable?

 

 

 

El pasado domingo día 1 de octubre trece personas murieron en el incendio de tres locales de discoteca situados en el polígono Las Atalayas, en Murcia. Siguiendo lo que cuenta la prensa el incendio se originó en una de las discotecas, que estaba a su vez dividida en dos locales diferentes, y de allí se extendió a las demás. En pocos minutos las llamas consumieron todo el material inflamable acumulado en las salas, el tejado de una de ellas colapsó y esto, unido a las características de este tipo de locales, cerrados, con grandes aglomeraciones, etc. convirtió las discotecas en un infierno del que estas trece personas no lograron salir con vida.

 

Después de la tragedia, vienen las plañideras a darse golpes en el pecho por tan terrible desgracia. Todas las autoridades locales, autonómicas y estatales dan muestras ostentosas de solidaridad u ofrecen, como el presidente de la Región de Murcia, López Miras, “todos los servicios de la Región” a los afectados. Mientras, por otro lado, culpan directamente de lo sucedido a la empresa propietaria de los locales e inician la correspondiente ofensiva legal para mostrar que la responsabilidad del suceso recae exclusivamente en ella.

Pero la propia prensa evidencia que la culpa de lo acontecido está tanto en la empresa como en esas “autoridades”. Según el diario El País, existen dos versiones enfrentadas. Por un lado, el Ayuntamiento de Murcia afirma que el local donde comenzó el fuego, si bien llevaba abierto desde 2008 acometió hace unos años obras de tal envergadura que le hicieron perder su licencia de apertura porque la seguridad no estaba garantizada en eventos como el del pasado domingo. Por lo tanto, la empresa propietaria del local estaba incurriendo en un delito al mantener el local abierto, dar fiestas en él, etc. La causa del incendio estuvo, según el Ayuntamiento, en este incumplimiento de la ley por parte de los dueños y sobre ellos debe recaer la culpa de lo sucedido. Por su parte, la empresa propietaria afirma que sí contaban con licencia de apertura para el local, pero que esta se ha quemado en el incendio.

 

Es evidente que la empresa tiene un interés directo en afirmar que existía una cobertura legal adecuada para la apertura del local y que, por lo tanto, al no infringirse la normativa municipal, sea cual sea la causa del fuego, existe una responsabilidad compartida con las autoridades municipales al menos ante un posible fallo de seguridad. De ahí el decir que la licencia existe pero que se ha quemado: se trata de defenderse ante un hecho agravante que puede determinar la responsabilidad penal en el suceso.

Por parte del Ayuntamiento se trata de centrar la cuestión en la inexistencia de la licencia. Pero en el fondo esto es algo trivial. En primer lugar porque, como todo el mundo sabe, las condiciones de seguridad que es necesario cumplir para obtener una licencia de apertura no garantizan que no pueda producirse un incendio como el que tuvo lugar el domingo. ¿Cuántos edificios y locales con la documentación legal en regla han ardido sin que la previsión exigida a los dueños por los ayuntamientos haya sido suficiente para evitarlo? Las medidas de seguridad exigidas son mínimas. Para las autoridades se trata, sobre todo, de no entorpecer el establecimiento y la marcha de las empresas, de no obligarles a inversiones “desmedidas” en seguridad que reducirían el atractivo de abrir un negocio porque incrementarían los costes.

En segundo lugar, aún en el caso de que la falta de licencia de apertura pueda considerarse un factor determinante del incendio, porque fuese la falta de medidas de seguridad la que llevó a que el Ayuntamiento la retirase… ¿por qué se permitía que el negocio aún estuviese abierto? Según la prensa, fue en enero de 2022 cuando el Ayuntamiento anuló la licencia previamente existente. Casi dos años después ¿por qué los técnicos o la policía municipal no habían clausurado aún el local? Porque de la misma manera que la obtención de una licencia de apertura no exige prácticamente nada a los dueños de este tipo de negocios, la falta de ella tampoco les obliga.

El Ayuntamiento, claro, ha anunciado que abrirá una investigación con el fin de averiguar por qué el local seguía abierto pese a carecer de licencia… Pero ¿acaso alguien en su sano juicio puede creer que se trata de un misterio? Hoy en día hasta el más pequeño ayuntamiento del país dispone de una capacidad de control inmensa. Los ayuntamientos controlan a la policía local y cuentan con el apoyo de la Nacional y de la Guardia Civil. Tienen medios de registro impensables hace pocas décadas, sistemas de seguimiento de personas y actividades, redes de videovigilancia extendidas por todo el territorio… Como representantes del Estado se encargan de velar por la función represiva de este y cuentan con recursos casi inagotables para ello. Pensar que el Ayuntamiento de una gran ciudad como es Murcia no ha tenido los recursos suficientes para cerrar un local que incumplía la normativa municipal es algo completamente absurdo.

 

El Estado burgués es capaz de sancionar, perseguir, reprimir, etc. a través de una gran variedad de medios. Su fuerza coactiva es cada vez mayor y se desarrolla en todos los planos: desde el seguimiento individualizado de los ciudadanos hasta la contención de masas en grandes eventos. Y esta capacidad represora siempre creciente se justifica afirmando que tiene la función de proteger a la población, de evitar catástrofes, ya sean provocadas (atentados, etc.) o naturales. 

¿Dónde queda esa protección cuando han muerto trece personas en una discoteca que no debería estar abierta, según las propias afirmaciones del Ayuntamiento? En ningún sitio: el Estado burgués, el Estado de la clase capitalista que se presenta como garante del bien común, es absolutamente incapaz de cumplir con las funciones que dice tener. Bajo su férula no dejan de producirse, una y otra vez, catástrofes como la de Murcia. Y esto no sólo porque existen funcionarios corruptos y empresarios corruptores capaces de falsear una licencia o de hacer la vista gorda cuando esta no existe, sino porque el propio Estado, en cualquiera de sus niveles, por sistema, no va a actuar contra la burguesía, no va a entrometerse en sus negocios, no va tocar sus fuentes de ingresos. Y da igual el caso que sea, el riesgo que implique o las consecuencias que pueda tener: el Estado burgués no existe para eso, no tiene esas funciones. Como mucho reaccionará ante la catástrofe, dirigirá medios y recursos a los afectados (lo que habitualmente es otro tipo de negocio patrocinado, esta vez, directamente, por él), pero nada más. 

La visión del Estado como un ente colocado por encima de los intereses particulares, capaz de modular (o reprimir) los excesos egoístas de cualquier individuo o empresa, de dar una visión general que se sobreponga a los abusos que se pueden cometer… sencillamente es mentira.

 

Hace pocas semanas hubo lluvias torrenciales en la zona ubicada entre el sur de Madrid y el norte de Toledo. Como es sabido, los servicios de emergencia utilizaron una señal de radio para lanzar un mensaje de alarma a través de los teléfonos móviles de la población e instarles a no salir de sus casas. Mientras hacían esto, las lluvias arrasaron parte de algunos pueblos de la zona y se llevaron puentes y casas que estaban construidas en antiguos cauces de ríos y arroyos secos desde hace décadas. Murieron dos personas. Las “autoridades” eran plenamente conscientes de que en la zona donde se estaban produciendo las lluvias existen multitud de construcciones que vuelven a estas potencialmente peligrosas por la formación de riadas, efectos balsa, etc. Pero en lugar de evacuar, desplegar los recursos disponibles para prevenir riesgos para la población… lanzaron un mensaje de alarma y dejaron que las cosas corrieran su curso. Atemorizar, reprimir, etc.: esas son funciones del Estado burgués. ¿Evacuar un pueblo o cerrar una discoteca? Los costes son, en su terrible contabilidad, mayores que los beneficios. El dinero vale más que cualquier vida humana.

 

El sistema capitalista, donde la ley del valor, la maximización del beneficio y el incremento de las ganancias son la única regla que se aplica en todo momento, provoca el peligro. Se levantan discotecas (que de por sí constituyen un riesgo inmenso para los clientes) porque es necesario canalizar la frustración y el agotamiento que produce la vida bajo el capitalismo hacia un consumo “reconstituyente” basado en la evasión. Las discotecas generan un beneficio inmenso a sus propietarios vendiendo alcohol, drogas, etc. y facilitando una especie de estado de trance a los clientes gracias a la música y las luces. Este beneficio no se le va a negar a ningún empresario en nombre de la seguridad, los requisitos necesarios para la apertura, etc… Y a la consecuencia de esto, en forma de incendio como el de Murcia, se le llama catástrofe, cuando se trata en realidad, de una consecuencia hasta normal de las cosas bajo el orden capitalista.

 

3 de octubre de 2023

 

 

Partido Comunista Internacional

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El Sindicato de Estudiantes convoca una huelga general estudiantil el 27 de octubre en defensa de su salud mental

  

COMUNICADO del S.E.

¡Stop suicidios! ¡Contra la destrucción de la educación pública!

Millones de jóvenes sufrimos una epidemia de enfermedades mentales sin precedentes. Los trastornos de ansiedad y de conducta alimentaria, las depresiones, una tasa de suicidios insoportable (que alcanza una media de 11 diarios), el elevadísimo consumo de psicofármacos… suponen una agresión contra la juventud inaceptable.

Esta pandemia silenciosa es una lacra social derivada de un sistema capitalista que nos niega la posibilidad de tener una vida digna. El paro, la precariedad, los precios de la vivienda, una enseñanza pública bajo ataque y que alimenta el fracaso escolar… tienen un efecto gravísimo sobre nuestra salud mental y la de nuestras familias.

A todo ello hay que sumar una sanidad pública desbordada y sometida a recortes infames. Recibir atención psicológica en los hospitales públicos se ha convertido en una carrera de obstáculos, con listas de espera eternas y centros sin suficientes profesionales en salud mental. Ante este colapso, nos quieren obligar a desembolsar miles de euros en consultas privadas, para que grandes empresas se forren a costa de nuestro sufrimiento.

La salud mental no puede ser un privilegio. ¡Por un plan de choque urgente!

Todos los días escuchamos discursos lacrimógenos y promesas que se quedan en nada. El Gobierno y las Comunidades Autónomas hablan mucho de la educación pública y la salud mental, pero luego dedican a esta emergencia social la miseria de 100 millones para solventar un problema que exige miles.

Nuestro futuro y nuestras vidas están en juego. No podemos continuar así. Por eso desde el Sindicato de Estudiantes llamamos a toda la juventud a la huelga general estudiantil el 27 de Octubre y a participar masivamente en las manifestaciones que organizaremos a las 12h. Solo luchando, con el apoyo de nuestros profesores y familias, levantaremos un gran movimiento social para que se tomen todas las medidas que necesitamos para proteger nuestra salud mental y defender la educación pública.

  1. Aumento drástico de los recursos en salud mental para llegar al menos al 15% del gasto total en salud (actualmente es del 5%). Creación de miles de plazas de psicología y psiquiatría en la Atención Primaria, en Hospitales, y en los colegios, institutos y facultades públicas. Por una educación sexual, emocional y de prevención de suicidios como parte de los planes de estudio.
  2. Educación pública 100% gratuita desde infantil a la Universidad. Gratuidad total de libros de textos. Supresión de las tasas académicas en FP y Universidad. Plan de inversión del 7% del PIB. ¡Ni un euro para la privada-concertada!
  3. Por un puesto de trabajo digno al acabar los estudios o subsidio de desempleo para todos los jóvenes. No es posible tener una buena salud mental con salarios de miseria y contratos que nos impiden tener vida social.
  4. Nacionalización de la sanidad privada y la industria farmacéutica. La salud no puede seguir siendo un privilegio de clase ni un negocio, deben estar al servicio de las necesidades sociales.

https://www.sindicatodeestudiantes.net/noticias/otras-noticias/87-resto-del-estado11/3590-27-de-octubre-huelga-general-estudiantil-en-defensa-de-nuestra-salud-mental

 

 

LA SALUD MENTAL ES UN PROBLEMA SOCIAL

Más allá de nuestras diferencias (y algo más) con el "Sindicato de Estudiantes" (v. el texto "El sindicato de estudiantes y la tendencia, que por alguna extraña razón ha desaparecido de internet, "dónde está todo") esta convocatoria tiene como tema central la difícil situación psicológica de nuestros jóvenes y no tan jóvenes, situación psicológica agravada por los dos años de encierro y pandemia, por las "bombas de miedo" lanzadas periódicamente por los medios de comunicación de masas y los gobiernos (v. las "alertas" que en estos días nos mandará el gobierno), generadas por el modelo de vida capitalista y la explotación creciente de la mayor parte de la población. El capitalismo es un sistema asesino, de la tierra, de las especies, de la vida humana.

 

La ansiedad es la reaccion más natural frente a la sociedad que nos rodea.
 

 "La buena salud mental es una especie de puzzle formado por piezas genéticas pero sobre todo ambientales. Algunas vienen de serie, como predisposición genética a sufrir algún problema mental;  otras, las más, se construyen con el tiempo, a través del entorno en el que vivimos, la familia que nos ha tocado, la relación con los demás, la situación económica, el trabajo o los sucesos traumáticos que puedan surgir. Una amalgama de factores definen la buena o mala salud mental de cada uno, pero no todos juegan el mismo papel. El estrés laboral, por ejemplo, pesa en la depresión y, según un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry, si se minimizase este factor de riesgo, se reduciría casi un 20% los casos de trastornos depresivos".

[ Salud mental y explotación en el trabajo: https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2022/07/salud-mental-y-explotacion-en-el-trabajo.html ]

 

"El desarrollo de esta sociedad va íntimamente ligado al desarrollo del individuo aislado. La sociedad mercantil generalizada excluye y disuelve toda comunidad que no sea la comunidad del dinero y desarrolla todo lo que potencia el aislamiento social. Todo lo que une lo une en tanto que separado, esa es la esencia de este mundo, y su modo de vida, la democracia. El efecto que esta realidad provoca en la comunidad humana, destruyendo su ser social, atomizándola en individuos aislados con intereses contrapuestos, es cada vez más terrible. El ciudadano es hoy el ejemplo luminoso de cómo el desarrollo mercantil y el individuo aislado se desarrollan de forma paralela. Este desarrollo no sólo niega brutalmente la comunidad humana, sino que plantea grandes obstáculos a la lucha contra el capitalismo, pues la afirmación de ese individuo va en dirección opuesta al desarrollo y la organización de la única comunidad que se contrapone al capital, la comunidad de lucha, que parte de un ser colectivo, de una clase social revolucionaria, el proletariado".

[ CONTRA LA CATÁSTROFE CAPITALISTA: https://valladolorinternacionalista.blogspot.com/2018/04/contra-la-catastrofe-capitalista.html ]  

 

"Sentimos náuseas, náuseas de miedo y muerte provocadas por esta larga agonía… Ahora nos damos cuenta de todo. El encierro empezó mucho antes, pero solo ahora parecemos despertar, reconociendo las paredes de esta cárcel". 

[ EL POZO Y EL PÉNDULO: https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2020/04/el-pozo-y-el-pendulo.html ]

 

FRENTE AL SISTEMA CAPITALISTA Y SU BARBARIE,

LA SOLIDARIDAD DE CLASE, LA LUCHA CONTRA EL CAPITAL. 




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VER MÁS:

Algunas notas sobre "locura" y "psiquiatría": https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2018/03/algunas-notas-sobre-locura-y.html 

Convocatoria de Huelga estudiantil: https://www.sindicatodeestudiantes.net/noticias/otras-noticias/87-resto-del-estado11/3590-27-de-octubre-huelga-general-estudiantil-en-defensa-de-nuestra-salud-mental

Informes laborales durante el estado de alarma: https://es.scribd.com/document/466642838/Informes-Laborales-durante-el-Estado-de-Alarma


LOS ACCIDENTES LABORALES CONTINÚAN EN CIFRAS ALTÍSIMAS EN 2021.


Más de 700 trabajadores muertos en sus centros de trabajo o mientras se dirigían a ellos en el año pasado... y la tendencia este año sigue siendo la misma. La siniestralidad laboral, lejos de decrecer, sigue en aumento, tal y como se desprende de los datos publicados en los últimos días.


* JUSTO AYER, mientras estábamos publicando este artículo, recibimos la funesta noticia de la muerte de un trabajador, transportista de Makro, tras sufrir un accidente en el Paseo Zorrilla que le provocó una parada cardíaca que le llevó a la muerte: https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/muere-conductor-tras-20220216164813-nt.html

La presión laboral, el estrés, los ritmos... son la causa de cientos de muertes al año. 

Desde este medio queremos mandar un fuerte abrazo a los familiares, amigos y compañeros del trabajador fallecido. LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO.






Subcontratación, precariedad y accidente laboral van de la mano. 

Los “accidentes” laborales no los pararán ni la empresa ni los sindicatos. Las muertes y accidentes en el trabajo no se van a acabar por arte de magia… Los empresarios lo tienen claro. Y actúan en consecuencia ahorrando en seguridad, acelerando tiempos y presionando en la producción. 

En ningún sitio se reconoce que la precariedad del mercado laboral sea motivo de siniestrabilidad, trabajadores contratadxs por días o por horas, sin la formación adecuada, con jornadas maratonianas, sin ningún tipo de aliciente de futuro...

La seguridad en el trabajo es un coste para el empresario. Para el obrero es la vida. Y se vuelve a demostrar año tras año. Es hora de poner fin a esta sangría. Los trabajadores deben luchar por su vida y sus condiciones de trabajo, y por no perder en él la vida.


La lucha debe ser hecha por los obreros y obreras... o no será

Frente a esta realidad que vivimos los trabajadores y a la actual situación económica, todos nosotros, los y las trabajadores y trabajadoras en activo y en paro, debemos unir nuestras fuerzas en torno a verdaderas reivindicaciones obreras:

    - CONTRA LOS DESPIDOS ABIERTOS Y ENCUBIERTOS, CONTRA QUIEN LOS EJECUTA.

    - NO AL EXCESO DE JORNADAS, NO A LAS HORAS EXTRAS. Reparto equitativo del tiempo de trabajo.

    - ELIMINACIÓN DEL TRABAJO SUMERGIDO para beneficio empresarial.

    - SUBIDA DEL SALARIO DEL OBRERO (subidas más fuertes para los salarios más bajos).

    - SUBSIDIO DE PARO INDEFINIDO (SALARIO DE DESOCUPACIÓN) PARA TODOS LOS TRABAJADORES SIN EMPLEO


"Para que la lucha contra los accidentes en el trabajo y contra todas las nocividades derivadas del trabajo mismo pueda tener éxito, es imprescindible que los trabajadores se organicen por objetivos e intereses propios de los trabajadores, contra todos los organismos burgueses y colaboracionistas, es imprescindible que la lucha se lleve a cabo con medios y métodos de clase y que enfrente al mismo tiempo a los capitalistas y a las organizaciones oportunistas que blanquean la explotación.

Los “accidentes” laborales no los parará la empresa ni los sindicatos. Las muertes en el trabajo no se van a acabar por arte de magia… Son los propios trabajadores los que deben imponer las condiciones de seguridad en el trabajo, los que deben obligar con su lucha a que la empresa ceda en materia de prevención, los que deben dar la batalla continuamente para lograr que estos objetivos, que son mínimos pero que afectan a la propia vida de los obreros, se consigan". 

(v. https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2019/08/otra-vez-un-trabajador-muerto.html ).


NO SON ACCIDENTES, SON ASESINATOS


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Más informaciones:

[Barakaldo] Concentración contra los accidentes laborales:  http://barakaldodigital.blogspot.com/2022/02/colectivos-sociales-denuncian-tras-la.html





 

Estado de alarma permanente en el trabajo



La pandemia de la Covid-19 ha dejado dos cosas completamente claras:
 

1) El capitalismo, un modo de producción basado en la succión de plusvalía a la clase proletaria que no entiende de barreras ni humanas ni medioambientales cuando se trata de incrementar el beneficio, es incapaz de garantizar la salud de la población, ni local ni mundialmente.

2) La única respuesta que son capaces de dar los Estados, cualquiera que sea el color del partido gobernante, para luchar contra una situación crítica como la vivida, es incrementar la presión y la represión sobre la clase proletaria, es decir, sobre la mayor parte de la humanidad, que es precisamente la que sufre con mayor dureza las consecuencias de este tipo de situaciones catastróficas.

 

De China, donde se inició la pandemia, a Estados Unidos, de Europa a África o a América Latina, el escenario ha sido exactamente el mismo: una vez comenzó a extenderse el virus y, con ello, a verse sus consecuencias terroríficas sobre la población que padecía una salud más deteriorada por el paso de los años, las enfermedades y, sobre todo, la pobreza, los Estados responsables de la salud pública adoptaron una estrategia en dos fases. La primera consistió en negar la gravedad de la situación. Todos podemos recordar, aquí en España, al responsable del centro de emergencias sanitarias, máxima autoridad en lo referente a medidas de prevención, decir que en el país apenas veríamos cuatro o cinco casos de la enfermedad. O al presidente de Brasil reírse de los miles de muertos de su país diciendo que la Covid-19 sería en cualquier caso una “pequeña gripe”. A la hora de pasar por esta fase ha dado exactamente igual que países con características sumamente parecidas ya estuviesen padeciendo la enfermedad a gran escala: el Estado español miró hacia otro lado cuando el Norte de Italia estaba siendo asolado por el virus, los Estados Unidos ignoraron todas las advertencias provenientes de China, etc. La segunda fase, que entró en juego una vez que la pretendida “normalidad” había quedado borrada del mapa, consistió en agudizar al máximo los mecanismos represivos con los que cuenta cada Estado. Algo que sólo tiene sentido en un mundo donde la clase dominante, la burguesía, dueña y señora de los medios de producción y de la riqueza social, tiene mucho más miedo a las clases subalternas, especialmente a la clase proletaria, que a cualquier enfermedad o catástrofe “natural”. En vez de rehabilitar hospitales, contratar servicios médicos, crear puestos de enfermería, etc. el Estado comienza por imponer medidas de control de la población: el confinamiento, el aislamiento de ciudades y el Estado de Alarma son diferentes modalidades de este control.
Su fin es tan sólo parcialmente el de preservar la salud de la población: durante meses se ha ido echando leña al fuego y, cuando el incendio es incontrolable, se prohíbe respirar para no intoxicarse con el humo. La verdadera salud, aquella que el capitalismo no puede garantizar, está basada en la prevención, en la atención inmediata al enfermo pero también en el cuidado del sano para que no enferme. Todo aquello que ningún Estado de ningún país ha hecho. Las medidas de excepción, como en España el Estado de Alarma y el confinamiento, son la constatación de que los sistemas sanitarios, esos en que se invierten millones de euros y con los que se justifica el mal llamado “Estado del bienestar”, se vienen abajo ante una situación realmente grave tal y como lo hace un castillo de arena en cuanto lo toca el agua. Se confina a la población, se saca al ejército a la calle, se llenan los barrios de policías ejerciendo de verdaderos matones, se multa a una buena parte de la población… ¿Acaso estas son medidas de salubridad? No, es represión pura y dura encaminada a reforzar al máximo la fuerza de un Estado que no es capaz de gestionar la salud pública y puede ver cómo se colapsan las grandes ciudades en las que se almacena la mano de obra, que teme la crisis social que puede derivarse de la pandemia. En cualquier caso, si son ciertas las cifras provisionales de mortalidad que estiman diferentes medios de comunicación (de 40 a 50 mil personas), todas estas medidas muestran su incompetencia en la medida en que no han podido evitar que muera el 1% de la población española durante los tres meses que estuvieron vigentes.

Aquí es donde toda esta lógica terrible del confinamiento, el Estado de Alarma, etc. como medida sanitaria se viene abajo. ¡No se ha evitado la catástrofe! ¡La sanidad pública ha colapsado! ¡El “exceso” de muertes este año se mide en decenas de miles de personas! Las medidas han resultado casi inútiles porque en ningún caso han ido encaminadas a atajar el problema. Aun admitiendo la dureza que la situación imponía, en todo momento se tuvo un cuidado extremo en que la crisis sanitaria no interfiriese en la economía. Se ha confinado a la población, se ha demostrado un especial salvajismo hacia los niños y personas con minusvalía, se ha permitido una hecatombe en las residencias de ancianos, pero… ¿se ha paralizado la producción? No. ¿Se ha cortado de raíz con el foco de infección que es el transporte público que se utiliza para ir al trabajo? Tampoco. Porque, con la excusa de los trabajos esenciales, que incluyen un espectro tan amplio que va desde los supermercados hasta el sector de la logística, es decir, desde el suministro de alimentos hasta el reparto a domicilio de una televisión, casi todos los trabajadores empleados en algo que no fuese el pequeño comercio han tenido que ir a trabajar.

El trabajo es la principal actividad diaria, la que consume casi todo el tiempo de cualquier proletario, por tanto el lugar de trabajo es donde la posibilidad de infectarse se dispara, donde más contacto con otras personas hay. Es, por ejemplo, donde se sabe que se generalizan los brotes de gripe cada otoño. Cabría esperar que los centros de trabajo hubiesen sido el principal objetivo del confinamiento, que en España de hecho se ha llevado a cabo bajo el paraguas del Estado de Alarma, una figura constitucional dedicada tanto a pandemias… como a huelgas. Pero no ha sido así.  A la población se la ha confinado en su tiempo libre. Se ha prohibido pasear, visitar a los familiares o jugar en la calle. Pero no se han prohibido las aglomeraciones en el Metro de Madrid, Barcelona o Bilbao. No se han cerrado las empresas cuya planta productiva no podía garantizar condiciones de salubridad mínimas. No se han cerrado los talleres textiles de Alicante, que hacinan a decenas de proletarios en condiciones ya de por sí anti higiénicas…

Este es el resumen del Estado de Alarma y el confinamiento: ampliación excepcional de los poderes represivos del Estado, control en los sectores estratégicos de la economía y garantía de que la mano de obra acudirá a ellos. Así, vimos cómo en los primeros días de la pandemia en España se obligaba a los proletarios del sector de la automoción y el metal a acudir a sus fábricas pero se les prohibía hacer huelga, llegando a entrar la Ertzaintza en alguna factoría vasca para reprimir un conato de paro.

Cuando la salud se puede proteger sin causar un gran daño a la economía, la burguesía no tiene inconveniente en hacerlo. Cierra bares, pequeños comercios, etc. sin pestañear. Cuando su fuente de ingresos se pone en riesgo por las medidas sanitarias, entonces no hay salud que valga. Se ha multado por llevar en la bolsa de la compra productos que la Guardia Civil no consideraba imprescindibles, o por bajar con los niños a tirar la basura. Pero se ha permitido que el gran centro de logística de Amazon para el sur de Europa, el que está en Madrid, permaneciera abierto.

La salud, para la burguesía y su Estado es algo importante… hasta cierto punto. Su primer objetivo, del que depende su propia existencia, es garantizar la producción de mercancías y capitales, hacerlos circular… vigilar porque las leyes de hierro de la economía no se rompan. A este objetivo, le sigue el control de la población, especialmente del proletariado, la imposición de una disciplina cuartelaria con la que se prohíbe todo, excepto trabajar. El miedo, continuamente propagado por la prensa, radio y televisión, contribuye a reforzar la represión. Durante varios meses no hubo información, ni sanitaria, ni social, ni política… sólo consignas lanzadas desde el Estado y los medios de comunicación e impuestas en la calle por la policía.

La burguesía ensaya y aprende. Sabe que las consecuencia de su dominio se manifiestan en situaciones como esta: incapacidad para garantizar la vida humana, sacrificio de los más débiles… Pero también sabe que es de ellas de las que saca buena parte de su fuerza. En ellas ensaya sus formas de gobierno. Con ellas llama a la población a la obediencia, a seguir las normas impuestas, a aceptar una jerarquía en la que la propia vida ocupa el último escalón. Las futuras crisis, sanitarias, económicas y sociales, pondrán a prueba lo aprendido… por la burguesía y por el proletariado.



ASAMBLEA LABORAL,
Valladolid, 14 de agosto de 2020.



 

 



El Congreso Mundial del Móvil (WMC), que lleva celebrándose doce años en la ciudad de Barcelona, nos brinda la posibilidad de acercarnos a una foto fija del capitalismo actual, para ver si así nos sacudimos el polvo negacionista que esquiva la molesta existencia de las clases sociales.


Bajo un mismo techo se estaban cerrando contratos multimillonarios en salas rodeadas de seguridad privada mientras gitanas e inmigrantes subsaharianas limpiaban urinarios masculinos con sus bayetas y sus pinchazos en las lumbares. Bajo un mismo techo, un Ribera del Duero de 1.200 euros la botella y decenas de tuppers caseros engullidos con prisas entre bastidores. Espionaje industrial versus cotilleos a la hora del cigarro. Robots japoneses bailando break dance frente a esguinces de tobillos, dedos rebanados y caídas de andamios. Cocaína contra diazepam.
En las últimas décadas quizá desde el segundo asalto proletario a la sociedad de clases en los pasados años setenta—, el intento de trazar las líneas que conformen el sujeto revolucionario siempre se zanja con un grito ahogado: ¿Y quién somos ese “Nosotras”?, ¿cómo definimos el “Nosotros”? El Congreso Mundial del Móvil (WMC), que lleva celebrándose 12 años en la ciudad de Barcelona, nos brinda la posibilidad de acercarnos a una foto fija del capitalismo actual, para ver si así nos sacudimos el polvo negacionista que esquiva la molesta existencia de las clases sociales. No seré yo, no será nadie, quien delimite la primera persona del plural para el tercer asalto que dé al traste con esta sociedad; sin embargo, sí podemos ir sumando trazos, proponiendo estrategias o recuperando discursos que nos dibujen en un contorno común y nos acerquen a las capacidades necesarias para ello.
Este ostentoso evento, vitoreado por la derecha y por las izquierdas, que apacigua conflictos institucionales y pone en la misma fila sonriente a vicepresidentas del Gobierno y a neoalcaldesas del postactivismo, mueve la espuma del mundo mientras cava más hondo el agujero bajo nuestras rodillas. Este evento que dura cuatro días públicos y 361 por la espalda, nos permite sentar al capitalismo en una mesa de disección. ¿Qué no hubiera escrito Marx si hubiera contado con semejante representación de la catástrofe cotidiana en la que estamos inmersos?
Si esta humilde crónica os llega un mes más tarde de su celebración es precisamente porque cuesta digerir las jornadas de 16 y 17 horas de trabajo a que nos obliga el acontecimiento. Y os aseguro que somos muchos los que nos pedimos vacaciones en nuestros curros cotidianos para recibir esa inyección de dinero extra que supone el salón del móvil. “Afortunados” nos llama el resto de trabajadores, que ni siquiera cuenta con la posibilidad de recurrir a este tipo de paréntesis laboral porque vive en un eterno ir sumando días a golpe de contratos por horas. Hojas de vidas laborales que encallan impresoras de las oficinas del INEM.
Barcelona se engalana con su Feria durante una semana, siendo una especie de Bienvenido Mr. Marshall posmoderno con el furor propio de las ferias ganaderas de mi pueblo. Un apretón de manos de miles de millones para unas pocas decenas de bolsillos, estrujando a limpiadoras de hotel (2,5 euros por habitación), ejércitos de camareros que se inventan el inglés (9 euros/hora para los privilegiados), azafatas estilo gárgola de catedral (no más de 7 euros/hora, ni más de dos movimientos por minuto) y transportes públicos a rebosar por hordas de turistas con pases exclusivos al cuello: Exhibition Pass (799 euros), Silver Pass (2.199 euros), Gold Pass (2.699 euros) y Platinum Pass (4.999 euros). Para mayor escarnio, la mayoría de estos asistentes no paga ni metro ni bus mientras le usurpa a la población su medio de transporte habitual.

[...] La suma de explotaciones que se podrían plasmar es infinita, desde los años ochenta se han encargado minuciosamente de que así sea. El Mobile World Congress concentra en sí muchas de las contradicciones del capitalismo, los terrenos ásperos donde se rompen los tobillos de quienes tienen vidas invisibles. Hablar de precariedad tenía sentido con la existencia de las amplias capas de clase media, y por tanto, con la posibilidad —o no— de acceder a ella. En el punto en el que estamos, yo abogaría por ir sacando de la vieja caja de herramientas términos en desuso, sobre todo para saber a qué nos enfrentamos: pobreza, subordinación, esclavitud, colonialismo, parias y conciencia de clase. Recordando que son precisamente esas contradicciones antagónicas de este sistema económico caníbal las que permiten el cambio y el movimiento en la Historia.



LEER EL TEXTO DE Ciro Morales COMPLETO:



Mohamed Achraf cumplió la totalidad de la pena a la que había sido condenado en octubre del 2018, pero se le mantiene encerrado en las  más duras condiciones en base a un montaje del estado por el que se le acusa de supuestas captaciones yihadistas a través de sus cartas enviadas entre prisiones. Desde el inicio de su condena tiene las comunicaciones intervenidas. Si en esas cartas hubiera existido ese peligro de captación, ¿por qué cada director de prisión les dio curso y salida? Tal como pide, se reproduce este escrito donde denuncia esta herramienta de control y sumisión dentro de las prisiones [v. http://tokata.info/un-alegato-desde-la-carcel-contra-el-protocolo-antiyihadista-en-prisiones/]




No somos ni radicales ni terroristas. Ellos sí, radicales, terroristas e inquisidores. La inquisición contra el Islam.
Como te he comentado en varias ocasiones sobre las injusticias, los abusos y violaciones de los derechos humanos y la inquisición que sufrimos los presos musulmanes en general y los presos políticos islamistas en particular en las cárceles españolas por parte de las autoridades –Ministerio del Interior, la SGIP,los responsables de las cárceles, algunos carceleros, servicios secretos, fuerzas de seguridad y los tribunales de inquisición– con la excusa de luchar contra el “terrorismo y la radicalización” y sus “pactos antiyihadistas” y “stop radicalismos”. En realidad se traduce a la lucha contra el islam y los musulmanes y pactos anti-islam y antimusulmán y stop islam.
Estos neo cruzados de diferentes signos políticos e ideológicos han declarado la guerra contra el islam y contra los musulmanes para exterminarlos y por eso llevan sus planes macabros y criminales bajo el lema todo vale y el fin justifica los medios.
En las cárceles españolas los musulmanes sufrimos la inquisición total, persecución y hostigamiento por el hecho de serlo. Persiguen a todo musulmán practicante y los incluyen en el fichero F.I.E.S. 5 como sospechosos de radicalismo y terrorismo y a muchos de ellos les han dado palizas por rezar. Se les prohíbe practicar su religión y hablar su idioma y tener libros de religión en su idioma u otras lenguas.
Y como te he comentado en varias ocasiones, llevo años denunciando estos hechos que llevo sufriendo igual que el resto de mis compañeros y hace poco hice una huelga de hambre como protesta y denuncia de esta situación. El programa falso antiradicalismo pretende criminalizar a los presos comunes musulmanes que practican su culto a ratos y se les consideran radicales. Pero en realidad son drogadictos, personas desectructuradas, victimas del sistema. No existe radicalismo entre los presos. El radicalismo es el de la inquisición, es del sistema criminal que busca destruir y aniquilar a todo aquel que le planta cara, que no piensa como él y que lucha contra él, denunciándolo y desenmascarándolo.
El falso programa busca colgar medallas, galones y méritos engañándose a sí mismo y engañando a la sociedad porque las personas que mete en dicho programa ni son radicales ni nada y los que se apuntan es por salir de una situación penitenciaria peor (aislamiento, FIES, represalias…) a otra menos mala. Igual que los islamistas condenados por terrorismo que han firmado una conformidad, que no lo hacen porque sean culpables sino para evitar una condena mayor, porque de todas maneras les condenaran porque son musulmanes practicantes y saben que son inocentes.
Estas son las cloacas del estado, inventan, manipulan y falsifican las pruebas para condenar a personas inocentes como yo y como el caso del Dreyfus del siglo XXI, Jamal Zougam, condenado injustamente por el 11M, y como el 100% de los casos de islamistas acusados de terrorismo. Ver el documental del director de cine francés Cyrill Martin: El Nuevo Caso Dreyfus, que demuestra con pruebas y objetivamente que las cloacas del estado están detrás del terrorismo y que son ellos los terroristas y demuestran como hacen montajes acusando a musulmanes inocentes, como en mi caso y el caso de Zougam. Nosotros no somos ni radicales ni terroristas y a los hechos me remito (historial de cualquiera de nosotros). Nuestro único delito es ser musulmanes practicantes y, en mi caso, plantar cara al sistema, luchar contra él, denunciar sus violaciones y abusos, desenmascararlo y resistir a sus castigos, represalias e injusticias y defendiendo a los presos y presas víctimas de dichos abusos y violaciones.
Estimado amigo R. Estas circunstancias te las explique en anteriores cartas, sobre todo las que te envíe desde Zuera en 2014 y la de Murcia en marzo de 2018. Ahí he detallado la cuestión.
Por último quiero subrayar que el falso programa ha fracasado y fracasara porque al meter en él a falsos radicales (porque no hay otros) está curando heridas falsas inexistentes, esta sanando enfermedades falsas e inexistentes. Y para saberlo basta con analizarlo con el perfil e historial de los supuestos radicales. Pero antes hay que preguntarse ¿qué es el radicalismo? ¿qué es el terrorismo? “Es a este precio que podemos aclarar la acción institucional y asegurar que no va a agravar los fenómenos que está combatiendo, por ejemplo fabricando inútilmente categorías de sospechosos“. Le Monde Diplomatique, septiembre de 2018 artículo publicado por Laurent Bonelli y Fabien Carrié.
Mohamed Achraf. Diciembre de 2018 en el aislamiento de la prisión de Córdoba






“De las muestras de partículas en los filtros de los principales focos emisores de partículas recogidas en las fábricas indicadas (Lingotes Especiales, Michelin y Tafisa) se deduce que los niveles de metales presentes, están por debajo de los niveles detectados en las muestra de polvo recogido en el suelo analizada por los denunciantes, con lo que se deduce que además del aporte de polvo de estas fábricas tiene que haber otras contribuciones y una de ellas es sin duda, el tráfico urbano y de la autovía próxima al barrio de Fuente Berrocal”. Esta es, de momento, la principal conclusión que se extrae en el informe elaborado por la Dirección General de Calidad y Sostenibilidad Ambiental de la Junta de Castilla y León, a raíz de la presentación de una denuncia por parte de seis asociaciones de vecinos y Ecologistas en Acción por la aparición de un sospechoso polvo negro en toda la zona Norte de la ciudad.

En el citado informe, al que ha tenido acceso últimoCero, se indica, no obstante, que “dando por buena la toma de muestra realizada por los denunciantes que adolece de problemas técnicos, los niveles en sustancias peligrosas son muy bajos”. “Además, por el hecho de estar depositadas en el suelo, indica que se trata en su mayoría de partículas de tamaño superior a 10 micras y al no penetrar en los pulmones, tienen una afección muy limitada en la salud de las personas y ello con independencia de que, como es evidente, pueden causar molestias”, se reconoce.

Entre las conclusiones del citado informe (sin fecha y sin firma) también se apunta que “de los controles medioambientales efectuados a las instalaciones de referencia durante el año 2017 se deduce que estas dos instalaciones cumplen con lo indicado en su autorización ambiental”. “Las primeras muestras recogidas en los captadores de partículas sedimentables dan unos niveles en torno a 100 mg/m2/día que están por debajo de los niveles de referencia que existen para esta sustancia establecidos en 300 en la autorización ambiental de la empresa Lingotes especiales. A este respecto hay que indicar que no existe normativa básica en España que determine niveles admisibles de partículas sedimentables, sí hubo una norma que marco el nivel antes indicado, pero se derogó hace años sin establecer un nuevo nivel y alguna comunidad autónoma tiene marcado ese nivel en sus normas autonómicas”, se indica textualmente.

El informe apunta, como ya adelantó últimoCero que respecto a la calidad del aire ambiente y en concreto los niveles de partículas PM10 “los niveles obtenidos en la primera campaña desarrollada en Fuente Berrocal con el captador de alto volumen, son similares a los obtenidos en otras estaciones de medida de la calidad del aire de la ciudad de Valladolid e, incluso, se puede decir que hay una cierta tendencia a que estos niveles sean inferiores al resto de los obtenidos en esta ciudad”. “Los valores recogidos se encuentran por debajo del valor límite anual de partículas PM10 recogido en el Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire e incluso, todos ellos, por debajo de valor guía de referencia indicado por la Organización Mundial de la salud para este contaminante”, se indica antes de apuntar que “respecto a los niveles de metales en las muestras de partículas recogidas los niveles detectados están todos por debajo del 8% del límite legal establecido para estas sustancias en el Real Decreto 102/2011, de 28 de enero”.

En cuanto a los datos obtenidos hasta el momento para los diferentes contaminantes en la Unidad Móvil, “son semejantes a los obtenidos en otras estaciones fijas de medida de la calidad del aire en Valladolid”.

Fuentes oficiales de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente señalan que a la vista de este informe, se seguirá con la investigación, manteniendo las tomas de muestras en las zonas afectadas.

Las conclusiones de este informe difieren sustancialmente de las deducciones realizadas por técnicos municipales ya el verano pasado, cuando tras recibir las primeras denuncias vecinales, la Concejalía de Medio Ambiente requirió los servicios técnicos de un experto en la materia ‘a nivel internacional’, el Doctor Xavier Querol, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El 16 de octubre de ese año ya estaba listo su informe: “Podemos decir que el color negro del polvo se debe a partículas muy finas, entre 1 y 15 micras, de óxido de hierro, siliciuro de hierro y el algunos casos sulfuro de hierro. Muchas de ellas son esféricas e indican un proceso de fusión. También se detectan partículas de silicato de zircono, óxido de titanio, sulfato de bario, fibras de carbono y sulfuros de hierro. Algunas de ellas pueden provenir de abrasivos o de cargas de frenos”.

El resultado del análisis permitió a los técnicos municipales deducir que el foco emisor “es una industria de fundición de metales”, lo que apunta directamente a la fábrica de Lingotes Especiales, como se llega a indicar textualmente en el informe que acabó siendo remitido a la Junta de Castilla y León para que adoptara las medidas oportunas.

Las asociaciones denunciantes (la Asociación de Vecinos Fuente Berrocal, las Comunidades de Propietarios De La Galera, la Asociación de Vecinos Los Comuneros de La Victoria, la Asociación de Vecinos Puente Jardín, la Asociación de Vecinos La Isla del barrio de La Overuela, la Asociación de Vecinos Feria De Muestras de Huerta del Rey, así como Ecologistas en Acción de Valladolid), también habían encargado otro análisis al Laboratorio de Técnicas Instrumentales de la Universidad de Valladolid (al cual se le entregaron muestras del polvo acumulado recogidas los días 18 y 24 de octubre de 2017).

El resultado de ese análisis apunta que el componente mayoritario de ese ‘polvo negro’ es cuarzo (50%), materia orgánica (25%) y arcillas (destacando montmorillonita) además de incluir trazas de algunos metales pesados.

 

Cronograma de actuaciones

En el “informe sobre las actuaciones desarrolladas en el marco de las denuncias presentadas por las emisiones de partículas desde empresas situadas en el norte de Valladolid”, se hace un repaso pormenorizado de las actuaciones llevadas a cabo por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente:

Tras la denuncia formulada el 15 de febrero de 2018 se procedió con fecha 16 de febrero a coger una muestra de las sustancias emitidas por dos empresas situadas en la zona norte de Valladolid que potencialmente pudieran emitir una sustancia particulada de color obscuro.

Previamente, el día 9 de noviembre de 2017, se procedió a instalar en la estación de medida de la calidad del aire propiedad de la empresa situada en esa zona y en concreto en el Barrio Fuente Berrocal, un captador de alto volumen destinado a medir en el aire ambiente de forma manual las partículas de tamaño menor a 10 micras (PM10) y los metales presentes en ellas, de acuerdo con las normas técnicas de medición aplicables. Esta medición se hizo también en 2012 y 2016. Además en 2014 se efectuó una campaña similar en la estación Paseo del cauce situada en la zona norte de Valladolid y titularidad de la misma empresa.

El equipo situado en Fuente Berrocal pasó a medir partículas de tamaño PM2,5 el día 6 de marzo hasta el 2 de mayo. En la actualidad se ha instalado en la Urbanización Fuensol con la finalidad de medir partículas PM10, se indica.

Posteriormente a esta campaña que finalizará de acuerdo con el calendario previsto el día 9 de junio, se procederá a realizar otra campaña de medición orientada a obtener datos de BenzoApirenos para lo cual está previsto trasladar las muestras al Instituto de Salud Carlos III de Madrid.

Más adelante y si los requerimientos técnicos de los equipos lo permiten, se instalará este mismo equipo en el Barrio Puente Jardín para medir PM10, se apunta en el informe.

Por otro lado el día 7 de marzo se instalaron dos captadores de partículas de partículas sedimentables, uno en la Urbanización Fuensol y otro en el Camino del Cabildo ambos en el interior de recintos privados. La previsión con estos equipos es que estén tres meses en esa ubicación y si se viera que las condiciones son desfavorables para el depósito de las partículas en ellos por la meteorología, continuarán en esa ubicación el tiempo que sea necesario.

Igualmente el día 17 de abril se instaló en el Camino del Cabildo en Valladolid la Unidad Móvil de Medida de la Calidad del Aire.

A consecuencia de esta denuncia, se han programado inspecciones a la empresa Lingotes Especiales, Michelin Valladolid y Sonae Arauco (Tafisa). Los informes de estas inspecciones "están siguiendo la tramitación indicada en el Capítulo III del Reglamento de emisiones industriales y de desarrollo de la Ley 16/2002, de 1 de julio, de prevención y control integrados de la contaminación aprobado por el Real Decreto 815/2013, de 18 de octubre", y cuando finalice, “se pondrán en conocimiento de los denunciantes”, se hace constar en el informe.

También se destaca que se han mantenido dos reuniones con los denunciantes en las que se han acordado las medidas de diagnóstico de la situación que se han descrito anteriormente. La primera se desarrolló el día 1 de marzo de 2018 a la que asistieron 13 representantes de la asociación de vecino de Fuente Berrocal, de Puente Jardín, de la Urbanización Fuensol, de la Overuela y del Camino del Cabildo y la segunda el día 19 de mayo a la que asistieron un representante de Ecologistas en Acción, que no asistió a la primera reunión, y tres representantes de los denunciantes. “Derivado de esta última reunión y a través del representante de Ecologistas en Acción se han enviado por correo electrónico los resultados de los análisis de las muestras recogidas disponibles hasta el momento y se ha adquirido con estos representantes el compromiso de poner en su conocimiento inmediato los resultados de todos los controles que se desarrollen en el momento en que estén disponibles. En esta reunión se informó también de otras posibles fuentes de emisión de partículas sedimentables que puede haber en la zona”, se recoge en el informe que ahora concluye que el tráfico de la autovía puede estar detrás de este episodio de contaminación por polvo negro.


[NdR. Sin tener claro -por la falta aún de más informes y datos científicos- el origen concreto del polvo negro, parece evidente que la contaminación concentrada en el norte de Valladolid se debe a la propia dinámica de esta zona, en la que abunda el tráfico pesado derivado de la autovía así como del mercado central de abastos y de las propias industrias pesadas existentes en la zona, desde las citadas Lingotes Especiales (+ Frenos y conjuntos) o la factoría de Michelin, así como otras que se concentran en Santovenia y en otros puntos del arco que va desde el Polígono de San Crístobal a la autovía de Palencia-Burgos. La contaminación la origina el propio modelo de producción capitalista, al que no le importa en absoluto la salud de las personas sino solo que se produzcan mercancías, que las mercancías fluyan y se conviertan en dinero, y así sucesivamente: que el dinero se transforme en mercancía y la mercancía de nuevo en dinero, el ciclo de valorización del capital, D-M-D, he ahí el verdadero origen de la contaminación (atmósferica, sanitaria, social...). ]


Fuente:
http://ultimocero.com/destacada/2018/05/10/la-junta-achaca-polvo-negro-la-zona-norte-valladolid-al-trafico-la-autovia/

Otras informaciones sobre la contaminación en Valladolid:
>http://www.elnortedecastilla.es/valladolid/cuatro-detectores-mediran-20180403135915-nt.html
>http://www.elnortedecastilla.es/valladolid/junta-investiga-procedencia-20180320195231-nt.html
>http://ultimocero.com/destacada/2018/02/13/seis-asociaciones-vecinos-ecologistas-piden-se-investigue-origen-del-polvo-negro-soportan-desde-meses/

>https://www.ecologistasenaccion.org/?p=35743



PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “EL COLAPSO QUE VIENE”
Capitalismo Terminal
Transición Ecosocial
Ecofascismo

Por su autor: Carlos Taibo
Profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Día: viernes 2 de marzo de 2018
Hora: 19.00 h.


Lugar: Salón de Actos de la Biblioteca Pública de Palencia, Calle Eduardo Dato, 4
Organiza: Ateneo Libertario Eduardo de Guzmán de CNT Palencia

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















ARCHIVO

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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."