¿La semilla de los huertos vecinales en Valladolid comienza a enraizar?
Tras el 15 M, algunxs vecinxs de Valladolid se lanzaron a okupar huertos ecológicos autogestionados en parcelas que el Ayuntamiento tenía abandonadas. En principio, estas iniciativas surgieron un poco en varios barrios (La Rondilla, Pajarillos, La Victoria, Parquesol...).En algunos de estos barrios la iniciativa venía comandada por las asociaciones de vecinos.
Sigue la noticia en prensa:
"Es el caso de ‘Los Comuneros’, de La Victoria, y de ‘La Unión’, de Pajarillos, que este jueves han firmado convenios con el Consistorio para legalizar los huertos y darles rango oficial. Unos acuerdos, que tienen dos años de vigencia y que autorizan al vecindario a ocupar unos solares abandonados para crear huertos urbanos de carácter comunitario y con diferentes actividades sociales, educativas o culturales.
“Con esta firma formalizamos una situación que tenía que haberse hecho hace mucho tiempo”, ha explicado María Sánchez, concejal de Medio Ambiente, quien considera que ambas asociaciones realizan una labor social y ecológica “encomiable”.
La edil ha puesto de relieve que la labor vecinal en estos huertos ecológicos “va más allá” del autoconsumo y la agroecología, sino que realizan una labor educativa y social en los barrios. “Es una forma de hacer ciudad desde los propios vecinos”, ha matizado Sánchez, que ve en esta firma como “símbolo del nuevo Ayuntamiento para acercar posturas con los colectivos y personas que trabajan de manera desinteresada y altruista por la ciudad”.
Una situación que también reconoce Santiago Campos, de la ‘Huerta sin puerta’ de la Asociación de Vecinos ‘Los Comuneros’ al afirmar que con esta firma “nos sentimos un poco más Ayuntamiento y el Ayuntamiento se siente un poco más vecino”.
Y es que con este convenio se reconoce el trabajo de los desinteresados hortelanos durante años, así como la conversión de espacios abandonados en lugares de encuentro entre vecinos. “Se fomenta la convivencia vecinal”, ha afirmado, además de que demuestra que “tenemos capacidad de autogestionar y de actuar para mejorar el espacio urbano”.
Los convenios acuerdan que los vecinos deben velar por el cuidado y correcta conservación del solar, asegurándose de adoptar todas las medidas de seguridad que sean necesarias para garantizar la seguridad de las personas y del material y las que fueren requeridas de acuerdo a la normativa vigente.
Mientras que las obligaciones del Ayuntamiento se circunscriben a facilitar una toma de agua de riego, con el compromiso de los usuarios de utilizarlo con eficiencia.
Como ha explicado María Sánchez, la idea es que estos convenios se hagan también efectivos con las asociaciones de vecinos de Rondilla, Villa del Prado y del barrio Belén. En el caso de las dos últimas, los terrenos que ocupan son propiedad de la Diputación, en el primer caso, y de la Universidad de Valladolid, en el segundo. Por ello, desde el Ayuntamiento mandará este convenio firmado hoy para ver si ambas administraciones aseguran esa utilización ecológica de los terrenos.
A su término, los vecinos de ambos barrios se comprometen a dejar expeditos los solares en el plazo de un mes.
[NdR]
Siempre nos quedará la huerta...
Más allá de la repugnante glorificación de la ciudadanía, la democracia y lo bonito que es todo, debemos denunciar este proceso públicamente por lo que nos atañe y por lo que en él, o en paralelo, se ha desarrollado desde hace un tiempo. La práctica de la okupación de terrenos y solares para huertas colectivas (o parques socializados) es extensa y se viene extendiendo más desde la crisis "griega"... por eso es importante subrayar lo que supone esta legalización en términos de derrota.
Lo que se ha producido con estas legalizaciones, ni más ni menos, es el final de un proceso que en algunos momentos pudo aportar algo al tejido subversivo y anticapitalista en Valladolid. La recuperación de estos espacios mediante su legalización antecede a su liquidación definitiva. Más allá de que sigan funcionando dos, cuatro o cuatro cientos años lo que ya no son es una práctica autogestionada y comunal frente al capitalismo y su crisis.
La represión pudo con las okupaciones para centros sociales, durante un tiempo... pero la integración, la legalización, acaba con ellos definitivamente:
"Una idea terrible, que no nos deja dormir por las noches, ronda por nuestras cabezas. Y es que en algunos casos las okupaciones sean permitidas antes que desalojadas para que la gente esté concentrada en un lugar, ya que si estuviese dispersa sería más difícil de controlar. Puede ser una forma de tener a la gente tranquila permitiéndole un lugar donde reunirse, que la 'peña' se contente con un espacio... y poder desahogarse los fines de semana al mismo tiempo que se crea la ilusión de estar resistiendo". [Todo lo que pensaste sobre la okupación y nunca te atreviste a cuestionar. Contra la legalización de los espacios okupados].
Igual que sucedió en ciertos ejemplos en la Argentina, con el proceso de legalización de las okupaciones de fábricas que pasaron de ser herramienta de lucha a elementos de integración en el capital y domesticación de lxs trabajadores; igual que sucedió en Italia con la legalización de espacios okupados, igual... con esto de los huertos "autogestionados"...
"A nosotrxs nos parece que las distintas okupaciones, sobre todo en las grandes ciudades, no deben buscar los favores de los partidos ni la asimilación por las leyes pues esto no conlleva más que la legitimación del poder para-institucioal que nada tiene que ver con la autogestión y su desarrollo".