Unidad de patronal, gobierno y sindicatos … contra los trabajadores



El pasado viernes 6 de mayo, la patronal y los sindicatos CC.OO. y UGT firmaron el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), es decir, el acuerdo sobre negociaciones salariales que va a regir las posiciones que estas organizaciones mantendrán a la hora de afrontar las negociaciones colectivas allí donde su influencia pueda hacerse notar.

Con este acuerdo, que ha sido celebrado de inmediato por el gobierno y especialmente por la ministra Yolanda Díaz, se fijan las siguientes subidas salariales: para 2023, un 4%; para 2024, un 3% y para 2025 un 3%. Esto se presenta, claro, como un “buen acuerdo” para ambas partes. Pero ¿pueden beneficiarse al mismo tiempo trabajadores y empresarios como si sus intereses pudieran ser los mismos? Es evidente que no.

Es importante tener en cuenta que un acuerdo de este tipo no significa otra cosa que una declaración de intenciones.

En España los salarios están regulados por los Convenios Colectivos firmados entre trabajadores y empresarios, que tienen carácter de ley y que, por lo tanto no están condicionados por ningún tipo de pacto previo entre patronal y sindicatos. Lo que este acuerdo quiere decir es que, a la hora de firmar los convenios colectivos en los que las entidades representadas por la patronal y las organizaciones sindicales tienen capacidad de decisión, se sujetarán al criterio anticipado por sus direcciones. Por lo tanto, la firma del AENC no tiene valor práctico, sino simbólico: las grandes organizaciones patronales y sindicales que, en sus respectivos ámbitos, tienen una fuerza decisiva, afirman que este será el marco general en el que se moverá la negociación salarial durante los próximos dos años y medio.

Esto es toda una declaración de intenciones, especialmente por parte sindical: con la firma de este pacto se renuncia a cualquier tipo de movilización general en defensa de los salarios y se acepta que, en cualquier coyuntura económica, la patronal pueda contar con unas subidas máximas como las firmadas.

Pocos días después de la firma, en una entrevista concedida a Cinco Días, Garamendi, recientemente reelegido jefe de la patronal afirmaba que “la primera infraestructura del país es la paz social y con este acuerdo queda garantizada para 2023, 2024 y 2025. Además, se lanza un mensaje muy potente: que los empresarios y los sindicatos hemos vuelto a ser responsables.” Por su parte, Pedro Sánchez se vanaglorió en el Congreso de los Diputados de haber logrado un acuerdo que reforzaba esta misma paz social a diferencia de lo que sucede en países como Francia. Por lo tanto con este acuerdo se puede saber cuál es el precio real de la paz social.

A continuación, damos una tabla que traduce a un lenguaje económico realista el pacto entre patronal y sindicatos, relacionando las subidas salariales con el poder adquisitivo de los sueldos. Es decir, tomando los salarios reales.


 

Subida salarial 

Inflación 

2021

0

3,10%

2022

0

11,8%

2023

4%

15,9%

2024

7,1%

19,03%

2025

10,3%

21,53%



Partiendo de 2020 como año a partir del cual hacer los cálculos, vemos que en el presente acuerdo se “olvidan” del año en curso completamente y no se estipulan incrementos salariales (que se deberían pagar como atrasos en las nóminas futuras) ni para 2021 ni para 2022. En total y tomando los valores acumulados, el incremento salarial al final del periodo 2021-2025 será de un 10%, aproximadamente… Pero, por otro lado, utilizando la inflación como medida del poder adquisitivo real y viendo que se incrementa (también en términos acumulados) un 21,5% es automático comprobar que los salarios reales descenderán aproximadamente un 10% al terminar el periodo. Y que de hecho en 2021 y 2022 ya nos empobrecimos en casi un 14%.

El Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva recién firmado y del que gobierno, patronal y sindicatos alardean es un acuerdo para rebajar los salarios reales de la mayor parte de los proletarios, que verán cómo en la firma de los próximos convenios colectivos el tope salarial que pueden alcanzar estará por debajo de la inflación. Es un movimiento con el que los sindicatos y el gobierno de PSOE-Podemos consolidan tres años de acuerdos con la patronal encaminados a abaratar el precio que los empresarios pagan por la mano de obra y a mantener la paz social.

Durante 2020, durante la pandemia, los ERTEs se impusieron como manera de que el Estado se hiciese cargo de los salarios de los trabajadores que no podían trabajar por las condiciones excepcionales, rebajándolos en un 25%. En 2021 se firmó una nueva reforma laboral que, además de consolidar los ERTEs como manera de cargar a las arcas del Estado el coste de la mano de obra, potenció la figura jurídica del contrato fijo-discontinuo para que las empresas pudiesen prescindir de los trabajadores que no necesitan en un determinado momento sin pagar despidos, obligándolos, en el mejor de los casos, a consumir el subsidio de desempleo acumulado. Es decir, un contrato en el que, de nuevo, el Estado se hace cargo de los costes salariales cuando no es necesario el empleo de la mano de obra.

El saldo neto de la obra del “gobierno más progresista de la historia” queda claro: las condiciones de trabajo de los proletarios han sido devaluadas, sometidas a la decisión exclusiva de la patronal. Si el Estado, órgano colectivo de los capitalistas, refuerza su papel económico es principal y únicamente para aminorar los gastos de aquellos capitalistas que no pueden hacerles frente. La clase proletaria ha sufrido golpes duros estos últimos años, atacada por todos, principalmente por los mismos empresarios que presionan día a día a la baja, por los acuerdos y normas de los gobiernos locales y regionales y por el gobierno central... con la inestimable ayuda de los bonzos sindicales de CCOO y UGT que, una vez más, pretenden controlar y paralizar la respuesta proletaria.

Y sin embargo, los proletarios y proletarias deberemos responder... y no esperar a futuras mejoras ni creer en los cantos de sirena de la democracia que nos vende humo envasado en estos días... deberemos luchar, desde nuestro aquí y desde este ahora, por intereses propios de nuestra clase, rompiendo el marco de la paz social que nos imponen, saltándonos acuerdos que nos constriñen y generando una verdadera respuesta proletaria a la bajada real de salarios que sufrimos, una respuesta obrera  organizada e independiente.


 


 

 

 

... LUCHA PROLETARIA 

 

 

 

 


 

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















ARCHIVO

Traduce-Translate-Μετάφραση

Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."