ALGUNAS VERDADES SOBRE Y CONTRA EL
TRABAJO POR EL 1° DE MAYO
Ningún trabajo es malo. Lo malo es tener que trabajar.
Don Ramón
* Trabajo proviene del latín “tripalium”, que
significa tortura. De hecho: el trabajo es una obligación, un sacrificio, una
carga, un fastidio, un tormento, un sufrimiento, en fin, una tortura que no
sólo te explota, sino que te deshumaniza, te enferma y te mata. Todo
trabajador, todo proletario ha vivido, sentido o pensado esto alguna vez.
* El trabajo es la alienación de la actividad humana.
Sólo con el aparecimiento de la propiedad privada, el comercio, las clases
sociales y el Estado, la actividad humana se convirtió en trabajo para
beneficio solamente de quienes tenían propiedad y por ende poder sobre el
trabajo ajeno.
* En la sociedad capitalista -sociedad de la
mercancía y el dinero-, el trabajo es trabajo asalariado. El salario, a su vez,
parece ser la remuneración de todo el tiempo de trabajo realizado, pero en
realidad esconde el trabajo excedente no remunerado y embolsado por el
capitalista, o sea la parte del tiempo de trabajo en la que el proletario
trabaja de más y gratis para el patrón. Por esa razón el trabajo asalariado es
explotación. Y ésta es la base sobre la que se levanta y sostiene toda esta
sociedad.
* Los proletarios no tenemos propiedades ni riquezas
y por eso tenemos que vender en el mercado nuestra fuerza de trabajo a cambio
de un salario. No trabajamos porque nos gusta, sino porque en esta sociedad no
existe otra manera de ganar dinero para sobrevivir. Pero, en cambio, trabajando
es como enriquecemos a otros, a los capitalistas. Nuestra esclavitud asalariada
es su “gallina de los huevos de oro”: en el capitalismo no se produce para
satisfacer las necesidades humanas, sino para obtener ganancia o lucro a costa
de la imposición y la explotación de nuestra fuerza de trabajo.
* El “trabajo digno” no existe –ni ha existido ni
existirá-: la explotación no es digna, al contrario. El “trabajo digno”, lo
mismo que el “salario digno”, es una gran mentira que el gobierno capitalista
de la contrarrevolución ciudadana en ecuador quiere hacer aparecer como verdad
para que los proletarios que vivimos en este territorio nos comamos ese cuento,
agachemos la cabeza y encima más “demos gracias” y seamos “buenos trabajadores”
y “buenos ciudadanos” para el democrático progreso de la patria, es decir un
buen rebaño de corderos que van directo al matadero.
* El trabajo asalariado es precario o inestable por
naturaleza: los proletarios empleados somos desempleados en potencia, y los
proletarios desempleados son empleados en potencia también. El “subempleo” se
mueve entre estos dos momentos. Lo único que se mantiene estable o que no varía
es la explotación de toda la clase capitalista sobre toda la clase trabajadora.
* Donde hay explotación, hay conflicto entre
explotadores y explotados. Y “mientras haya miseria, habrá rebelión”. Lo que
pasa es que, aunque no parezca, en realidad estamos en guerra: la guerra de
clases; en la cual, proletarios, los capitalistas (empresarios, patrones) que
nos explotan son nuestros enemigos naturales e irreconciliables.
* El desempleo no es voluntario, es estructural. El
mismo capital produce un ejército de desempleados, porque su existencia le
permite explotar más a los empleados y así mantener o recuperar su ganancia.
Sin desempleo no es posible el capitalismo, no existiría. Y tampoco hubiese
desempleo si no existiese el capitalismo. Por lo tanto, el único modo de acabar
con el desempleo –y la miseria- es abolir el trabajo asalariado.
* El miedo al desempleo y la competencia entre los
propios proletarios también enriquece y sobre todo hace más poderosa a la clase
de los capitalistas, pero más débiles a los proletarios. De esta manera también
nos mantienen controlados, dominados y anulados como clase.
* El Estado no es neutral: es el guardián de la
propiedad privada y la esclavitud asalariada, de nuestra explotación y
opresión. Monopoliza y ejerce la violencia para garantizar los negocios y
ganancias de toda la clase capitalista. Es el patrón de patrones y la mafia de
las mafias. El gobierno es el brazo ejecutor del Estado. Todo gobierno,
entonces, es capitalista. Ningún gobierno ha sido, es ni será revolucionario,
sino todo lo contrario. En ecuador, el gobierno de alianza país es enemigo del
proletariado. Proletarios: desconfiemos de él y tratémoslo como tal.
* Los sindicatos, de todo color o ideología, negocian
con los patrones la explotación de los proletarios, no la combaten ni pretenden
eliminarla. Son caporales y traficantes laborales. No están “mal dirigidos” ni
son “vendidos” o “traidores”. Son órganos del Estado capitalista. Son enemigos
del proletariado. (Como también lo son los partidos políticos, las ongs, las
iglesias, las universidades, los medios de comunicación.) Proletarios:
desconfiemos de ellos y tratémoslos como tales.
* El 1° de Mayo no se celebra el “día del trabajo” ni
de los trabajadores. Históricamente, surgió y se estableció -con sangre- por la
lucha del proletariado contra la explotación capitalista: el 1° de Mayo es una
fecha histórica de lucha contra el trabajo y por la revolución social. Ahora,
las luchas proletarias internacionales de los últimos años, meses y semanas en
el fondo también se deben al malestar social que produce la explotación
capitalista o el sistema del trabajo asalariado en sus diferentes formas y efectos
en todo el mundo. Proletarios: la mejor manera de rememorar y mantener vivo el
verdadero significado de esta fecha hoy en día -como siempre- no es salir a
desfilar en la ciudadana o borreguil marcha-show de todos los años; sino, bien
por el contrario, luchar contra el trabajo asalariado hasta abolirlo,
criticándolo, resistiéndolo y atacándolo en la teoría y sobre todo en la
práctica.
*
Proletarios, pensemos un momento en esto: con
nuestro trabajo, hemos producido y producimos todo lo que existe en esta
sociedad. Por lo tanto, todo debería ser nuestro, pero no lo es por todo lo que
hemos dicho hasta aquí... Sin embargo, la misma energía que se usa para
sostener este sistema puede usarse para destruirlo y reapropiarnos de nuestras
vidas junto a las condiciones materiales que la hacen posible. El proletariado
es una clase explotada, pero también puede ser una clase revolucionaria. Es la
clase que vive del trabajo, pero también puede ser la clase que critica y
suprime el trabajo. A esto es a lo que más le temen los vampiros o parásitos
capitalistas. No olvidemos que estamos en guerra de clases.
*
Proletarios: sabemos bien que no podemos llamar a
desertar de nuestros trabajos. Tampoco vamos a decir que no luchemos por
mejores condiciones laborales y salariales. Hagámoslo, pero confiando sólo en
nosotros mismos y con nuestras propias fuerzas, por fuera y en contra de
sindicatos, partidos y el Estado, así como de diferencias étnicas, sexuales,
ideológicas, regionales, nacionales, etc. –que lo único que hacen es dividirnos
y debilitarnos-. Es decir, hagámoslo de manera colectiva, organizada, autónoma
y directa. Luchemos así por reivindicar nuestras necesidades humanas contra las
necesidades de la economía, del capital. Pero sepamos bien que ninguna reforma
cambiará nuestra condición de explotados, de esclavos asalariados; quizás la
suavizará o maquillará, pero sobre todo la mantendrá y reforzará. Que la lucha
por las necesidades de nuestra clase tarde o temprano entrará en antagonismo
con la ganancia del capital y su Estado –partidos y sindicatos incluidos-, por
tanto, entrará en antagonismo con su base que es el trabajo asalariado y la
propiedad privada. Y que, cuando esto pase, la única manera de llevar nuestra
lucha hasta el final será que el proletariado se reconstituya como sujeto, como
fuerza revolucionaria, de modo que organice, centralice y empuñe toda esa
fuerza para abolir todas las relaciones sociales capitalistas y, a la vez, para
destruir violentamente a su principal y más sanguinario guardián: el Estado; es
decir, mediante y sólo mediante la dictadura social, antiestatal, mundial y
temporal del proletariado para abolir la propiedad privada, el trabajo
asalariado y la sociedad de clases, para decidir qué y cómo producir en base a las
necesidades humanas y de la vida, para que la actividad humana vuelva a ser tal
y para que seamos una comunidad humana real.
* Con el correr del tiempo, el mismo látigo diario de
la explotación/opresión capitalista, la crisis, la miseria y la lucha de clases
se encargarán de hacer todo ello y, en especial, se encargarán de que el
proletario dormido se despierte y que el proletario despierto se organice con
sus pares para luchar por sus necesidades humanas y por tanto contra este
sistema, por su vida y su autoemancipación, por la revolución social... por el
comunismo y la anarquía.
TRABAJAR MÁS ES VIVIR MENOS.
EL TRABAJO NOS
DESTRUYE.
¡RESISTAMOS Y DESTRUYAMOS AL TRABAJO
PARA VIVIR DE
VERDAD!
¡A LUCHAR CONTRA LA ESCLAVITUD ASALARIADA
HASTA
ABOLIRLA,
SIN INTERMEDIARIOS NI REPRESENTANTES,
Y HASTA EL
FIN!
AYER, HOY Y MAÑANA:
¡GUERRA DE CLASES, LUCHA PROLETARIA AUTÓNOMA Y
DICTADURA REVOLUCIONARIA DEL PROLETARIADO
PARA LA ABOLICIÓN DEL TRABAJO ASALARIADO,
AQUÍ Y EN TODO EL MUNDO!
proletarios revolucionarios
1° de Mayo de 2014
quito-ecuador
... La
clase trabajadora... no debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no
contra las causas de estos efectos;... que aplica paliativos, pero no cura la
enfermedad...
En vez
del lema conservador de “¡Un salario justo por una jornada de trabajo justa!”,
la clase trabajadora deberá inscribir en su bandera la consigna revolucionaria:
“¡Abolición del sistema del trabajo asalariado!”
K.
Marx, 1865
Los patrones nos quieren
trabajando y trabajando para exprimirnos la mayor ganancia posible.
Los sindicatos nos quieren
sumisos para negociar con nuestras cabezas.
El Estado nos quiere
reducidos a números en gráficos hechos por imbéciles, así nos reprimen y
así nos ajustan.
Los partidos nos quieren
votando en época de elecciones y como carne de cañón el resto del año.
Las religiones nos quieren
arrodillados, siervos, fieles, como tontos que deben esperar el cielo
mientras soportan la explotación en la Tierra.
¡Nosotros no queremos más!
Somos el proletariado, es decir: los explotados y oprimidos de todo el
planeta. Quienes tenemos que vender nuestro tiempo y fuerza para vivir, quienes
no vivimos de las demás personas.
Nuestra existencia se opone al Capital, porque a mayor ganancia del
capitalista mayor es nuestro sufrimiento. Así nos echan del laburo, nos
acarrean de acá para allá, mandoneándonos, comparándonos con cosas,
destruyéndonos en "accidentes de trabajo".
Nos une el trabajo (lo tengamos o no) y la imposibilidad de decidir
sobre nuestras vidas. Pero también nos une ser lo que se opone a las ganancias.
Asumir ese rechazo nos hace fuertes y, en muchas ocasiones, en distintas
partes del mundo hemos estallado de rabia: ocupando las calles, tomando lo que
nos niegan, enfrentando a los guardianes de los ricos, haciendo huelga,
sabotaje y organizándonos sin partidos ni sindicatos.
Un 1° de mayo como hoy, hace más de 100 años, les mostramos a los
burgueses de lo que somos capaces cuando nos juntamos y hacemos temblar este
maldito mundo de la economía.
La lucha nos une y nos recuerda que la
vida puede ser completamente distinta.
Que podemos vivir sin Estado y sin
Capital,
que podemos vivir en Comunismo y
Anarquía.
Los Amigos del
Primero de Mayo, 2014