Los ricos y poderosos saldrán más reforzados de ella, aupados por el Estado. Y nosotros, más pobres de lo
que ya éramos antes. Y si lo éramos, es porque había ricos. La crisis solo intensifica estos procesos.
Y en base a ese derecho de propiedad, regulado por el Estado, nos obligan a pagar por lo más básico:
(comida, vivienda…) y nos obligan a trabajar para ellos si queremos dinero para sobrevivir. ¿Qué hacen
sino millones de trabajadores yendo a trabajar en pleno confinamiento? Y mientras, haciendo equilibrios,
escuchando a políticos y periodistas hablar de moderación, unidad y responsabilidad con un horizonte
de desahucios, despidos e incertidumbre, porque la crisis sanitaria se irá, pero las condiciones de
explotación y miseria a las que se nos someten prevalecerán y aumentarán exponencialmente.
Crisis sanitaria que deja otra pregunta: ¿Alguien cree que a Amancio Ortega o Esperanza Aguirre
van a negarles una cama en la UCI si pillan el virus? Pues eso.
Hagámoslo nosotros: huelgas de alquileres, huelgas en los curros y en los centros de estudios,
huelga salvaje, por encima de partidos, sindicatos y estructuras anquilosantes. Y tomemos, no esperemos,
okupemos las propiedades vacías que son pasto de la especulación capitalista de inmobiliarias, bancos
y fondos de inversión. Tejamos redes de solidaridad y apoyo mutuo.
Y hagámoslo sabiendo que el Estado ya está preparado con miles de militares, policías, cámaras
y drones para proteger el orden, para proteger la propiedad y el trabajo, porque la autoridad es un
garante de los explotadores para continuar sometiendo a los explotados. Tomaremos las calles,
no olvidamos, no perdonamos, no habrá gobierno, urna, voto, militar, policía, periodista o juez
capaz de contener la epidemia de rabia y revuelta. De nosotros depende devolverles el golpe.
Saquea a los ricos.
Este texto fue publicado anteriormente en
MADRID: CUARENTENA CITY: http://valladolorenlabiblioteca.blogspot.com/2020/03/madrid-cuarentena-city.html