LA REALIDAD HABLA POR SÍ SOLA
La
tristísima y amarga noticia que recién me acabas de dar vuelve a
reabrir de par en par la herida que, desde hace algunas décadas, tengo
en mi podrido corazón. Se reabre, sangrante y brotan estas lágrimas
repletas de impotencia, rabia intensa, desconsuelo y, por qué no
reconocerlo abierta-públicamente, de este sufrimiento que me roba la
paz...
De nuevo me veo obligada a digerir, por expresarlo de
una manera medio tranquila, sin cagarme literalmente en todo cuanto se
menea y tiene su grado de responsabilidad, esta rejodida rabia que me
produce saber que un compañero afín fallece al otro lado de esos
exterminadores muros que tan bien conozco. La devoradora bestia
carcelaria vuelve a cobrarse la vida de una persona a la que tuve el
inmenso placer de conocer personalmente y a la que, admito abiertamente,
tenía un gran aprecio y admiración. Nuevamente la impune bestia nos
arrebata a un compañero que prácticamente llevaba la mitad de su
existencia enclaustrado en sus destructivas mazmorras, de nuevo la
asquerosa y odiosa bestia nos priva de un/a camarada, de su fraternal
calor.¡ Maldita puta bestia!
LUIS MIGUEL MINGORANCE CORRAL
fallece en el Centro de exterminio nazional de Zuera, Zaragoza, a
poquito menos de que le restaran dos años para su excarcelación física
total y lo hace a consecuencia,(hasta donde sé), de metástasis pulmonar,
una traicionera y silenciosa enfermedad que, al paracer, pasó
desapercibida incluso para l@s médic@s carcelarios que, en cumplimiento
teórico de sus funciones y prácticos de su profesión, le atendían.
Porque nuestro camarada Luís en modo alguno era un@ de es@s
privilegiad@s re@s por corrupción, malversación, etc, que están tan de
moda en la palestra informativa y a l@s que sí se les aplican los
diferentes artículos reglamentarios para que sean excarcelad@s y tengan
así una muerte lo más digna posible. NO, para nada.
Nuestro
camarada Luís era una persona pobre y humilde, al que mantenían
secuestrado físicamente desde hacía décadas y al cual se tenía ( o se
debería haber tenido ) expuesto a un control médico periódico que, desde
el desconocimiento actual, desde el desconocimiento de algunos porqués,
tendrían que habernos puesto sobre aviso de que nuestro compañero
padecía un cáncer pulmonar con metástasis. Una enfermedad que no surge
de la noche a la mañana y que tampoco tiene este amargo desenlace de un
día para otro.
En el verano de 2017, a escasos meses de
recobrar mi libertad física, coincidí con " El Huesito Pavo" en el salón
cultural y hablamos de muchas cosas pero jamás de los jamases me dio a
conocer, ni tan siquiera me dio a entender que sufría la susodicha
enfermedad mortal. Si el compañero conocía tal extremo, ciertamente optó
por reservárselo hasta sus últimos días, cosa que me permito poner en
duda, porque, a fin de cuentas, ¿qué motivos tenía Luís para ocultar a
un camarada tal extremo? Es más, ya no voy a pensar que me lo ocultara a
mí, que en resumidas cuentas tan solo éramos dos compañeros afines que
habíamos participado en algunas protestas reivindicativas en común. Sí
que me replanteo cómo puede ser posible que Luís le ocultara a la
abogada que nos visitaba periódicamente su enfermedad. Estamos hablando
de un compañero anarquista participante en protestas, una persona que
peleó desaforadamente porque se respetasen los derechos humanos de las
personas pre.s.x.s. Francamente, no creo que Hueso Pavo supiese de su
enfermedad pues de haberlo sabido seguramente habría peleado para que la
inquisición carcelaria le hubiera excarcelado.
Es evidente
que en el Centro de exterminio de Zuera está ocurriendo algo
preocupantemente grave con relación directa al Servicio médico, pues
desde el pasado octubre de 2016, que apareció muerto en extrañas
circunstancias en el módulo de aislamiento nuestro compañero José
Serrano, han fallecido unas cinco o seis personas más. No sé a vosotr@s,
pero a mí me da mucho que reflexionar.
Desde el
desconocimiento, no sé cómo se forma ni se desarrolla una metástasis
pulmonar pero presupongo que para l@s entendid@s en la materia una
enfermedad de este calibre no pasa de puntillas bajo ningún concepto ni
circunstancia. Hasta donde sé, esta enfermedad tiene ciertas alarmas que
hacen detectarla, máxime cuando afecta a una persona que se encuentra
privada de libertad en una institución que tiene el deber ineludible de
"velar por su integridad y su salud física", conforme le dictan las
leyes.
¿Qué ocurre con los servicios médicos carcelarios que
no han detectado (presuntamente) esta enfermedad en el camarada? Y en
caso de que se la hubiesen diagnosticado, ¿por qué nuestro compañero
murió en prisión y no se pusieron en marcha todos los mecanismos legales
para que Luís fuese excarcelado y tuviese una muerte digna?
L@s
pres@s en lucha llevamos décadas enlazando generacionalmente nuestras
protestas, reivindicando la desatención sanitaria que se sufre en los
Centros Penitenciarios Nazionales como un punto urgente a resolver, así
como que las personas presas con enfermedades muy graves y con
padecimientos incurables sean inmediatamente excarceladas, sin que l@s
máxim@s responsables de la institución nos hagan el más mínimo caso.
Esta misma reivindicación la defendió incansablemente nuestro compañero
hoy tristemente fallecido. Me produce una rabia inmensa que much@s
camaradas estén pagando con sus vidas las incuestionables ineptitudes,
dejadeces, desintereses humanos y un larguísimo etcétera de razones de
aquell@s que se hacen llamar "profesionales" pero a l@s que la realidad
desnuda nos demuestra, por enésima vez, que no tienen ni el más mínimo
interés en profesar los cuidados sanitarios de las personas que tienen
bajo su tutela.
Para terminar deseo dar las gracias al
camarada LUIS MIGUEL MINGORANCE CORRAL, gracias por tu ejemplo de
humanidad, bondad, combatividad, valentía, entrega y solidaridad
manifiesta. Porque nos enseñó a tod@s l@s que le conocimos lo que
realmente implica ser un A-N-A-R-Q-U-I-S-T-A, con todos tus defectos y
tus virtudes. Muchísimas gracias.
Individualmente jamás podré
olvidar la "penúltima" vez que te asomaste a la ventana del módulo 1
para despedirme y desearme suerte pues al día siguiente salía... ¡Tú
sabes y yo también!
Joder Luís, un orgullo haberte conocido, joder y de haber compartido aquellos momentos de nuestra trayectoria.
Públicamente
reconozco que estos son los momentos amargos que sufrimos aquellas
personas que perdemos a un/a compañer@ pres@. L@s inquisidores nos
condenan a muerte porque dicen que somos asesin@s, violent@s,
peligros@s...y yo, como siempre camarada, quiero poner de relieve lo
mejor que poseemos: NUESTRO INDOMABLE CORAZÓN Y NUESTROS SENTIMIENTOS!!!
Salud y anarquía Luís, sé libre siempre... como el viento, Huesito, como el viento.
ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES