[Valladolid] La ciudad imaginada y la mordaza
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valladolor
sábado, 16 de diciembre de 2017
CNT,
comunicados,
CONTRA LA LEY MORDAZA,
contra la represión,
NO a la ordenanza,
valladolid
¿La plaga de las subcontratas
disfrazada de emprendimiento? ¿Precariedad a los sones de la
participación? ¿Participación para quien pueda pagarla? Comentamos en
este editorial algunas reflexiones sobre el congreso “La ciudad
imaginada” patrocinado por el ayuntamiento de Valladolid. Pensamos que
Valladolid es una ciudad de trabajadoras, hagamos de ella una
ciudad a medida de nuestros intereses y no de las imaginaciones de
quienes nos explotan
El problema de qué lejía o qué aguarrás le
podrá quitar la costra de mugre vital a Valladolid sigue abierto.
Barriles de saliva se gastan sin tasa discutiendo si son mejores los
limpiadores industriales o los caseros. El ayuntamiento de Valladolid ha
terciado en el debate con la cartera abierta patrocinando una nueva
opción: no hay que cambiar la ciudad, sino imaginarla.
Se trata de “La ciudad imaginada”,
un congreso patrocinado por el ayuntamiento que a primeros de mes juntó
en el Museo Patio Herreriano a un montón de profesionales y teóricos de
la participación de aquí y de aculla para llevar a cabo unas “sesiones
creativas” con las que aumentar la participación ciudadana y “mejorar la
ciudad”. La cosa ha contado con el apoyo de la Cámara de Comercio de
Valladolid, que, como es sabido, no deja de fomentar la participación
ciudadana de las trabajadoras de su sector conduciendo a eliminar los festivos de su calendario laboral.
Tal implicación patronal en una supuesta
actividad pública hace pensar que es al rey dinero y no a la plebe sin
blanca a la que se quiere hacer participar. En nuestra ciudad del
soterramiento imaginario los portavoces oficiosos del ayuntamiento del
cambio gustan de recordar a los electores que se acuerdan de promesas
poco cumplidas que “los reyes magos no existen”. La ciudad imaginada y
sus subvenciones tienen pinta de aguinaldo que consolará a algunos
sectores de la pérdida de regalos de reyes con posibilidades de
“emprendimiento creativo” en el sector cultural.
En ese congreso internacional se pronunciaron palabras como “interlocutar”;
se diría que la lengua común del congreso era una forma de esperanto
que afortunadamente desconocemos. En cualquier caso, la lectura del
resultado de las sesiones -una serie de propuestas
que parecen fruto de la imaginación de Espinete-, no hace pensar en una
inversión seria de fondos municipales ni en necesidades reales, sino en
cobertura burocrática de expediente: “Vallacamión”, recolectores de
ideas en los bares, el “Arte-facto”…
Tales
ocurrencias se han proclamado libres de copyright, “con todos los
derechos reservados a aquellas personas que quieran implicarse en su
desarrollo”. El problema de tanta generosidad postmoderna viene de que,
como no han tardado en recordar las redes sociales, esta apertura de
esas presuntas ideas viene acompañada en el tiempo con la proclamación
de una herramienta para perseguir las ideas de todas: en estos mismos
días se ha puesto en marcha la Ordenanza Mordaza, versión maquillada de las Ordenanzas Antisociales del PP que ya tiene a todos los policías municipales afilando sus lápices de escribir atestado sancionador.
Es clave de la Ordenanza Mordaza y, en
conjunto, de la burocratización municipal de la actividad en las calles,
permitirla siempre y cuando se cumplan los requisitos que sólo podrían
cumplir con facilidad los profesionales del invento, y no desde luego la
clase trabajadora en el escaso tiempo en que escapa del yugo de la
fábrica, del mostrador o del establo doméstico. La represión que brinda
la Ordenanza Mordaza no es sólo para quien no pida permiso sino, en su
momento, para quien no lo pida según la norma y sus exigencias
burocráticas.
Por una casualidad de esas que no existen, una de las iniciativas promocionadas en La Ciudad Imaginada es una presunta “Ciudad Z”, cuyas actividades ya vienen siendo objeto de convenios con el ayuntamiento -con al menos trece mil euros de subvención en 2016 (filas 1242 y 1243 del archivo excel Subvenciones y Ayudas 2016)- El lenguaje no es inocente, y la propuesta de la Ciudad Z no fue otra que “convertir edificios abandonados en macrocontenedores de actividad cultural y social”,
es de suponer que bajo la gestión de la Z de marras, empresa solvente
-no en vano también lleva logos de CaixaBank- que la ofertará sin la
competencia de unas calles presuntamente vacías de incontenibles a golpe
de multas y precariedad.
Puede parecer que con contener la
actividad social y cultural entre muros de reserva india todo el mundo
gana en estos tiempos de la llamada crisis: quienes necesitan esas
actividades y quienes viven de burocratizarlas. Pero si de hacer
actividad social y cultural se trata, conviene empezar por poner en duda
tales apariencias, y no sólo porque, como ya sabemos por otras ciudades,
este urbanismo alternativo de rehabilitación cultural y de yacimiento
de empleo hipster tiene más peligro que una avispa acurrucada en una
zapatilla.
No está de más recordar cómo caramelos
institucionales del mismo sabor han convertido en décadas recientes a
educadores de calle en carceleros y a los solidarios internacionales en
doradores de la píldora del ajuste estructural ONG mediante. Fondos
públicos para actividades culturales y para sacar de la precariedad a la
gente creativa son mejores que fondos públicos para las cofradías de
Semana Santa, y no vamos a criticar su existencia; pero han de llegar de
manera que ni la independencia de la actividad ni los derechos
laborales de quienes forman parte de ella estén en juego. CNT tiene sus
puertas abiertas para cualquiera que sienta que sus derechos como
trabajadora están siendo negados, también en los chiringuitos creativos;
ya lo hemos hecho para otras ciudades y espacios rehabilitados
culturalmente a bombo y platillo, como Matadero en la capital del reino.
Hacemos un llamamiento a no pintar la
participación con tintes imaginarios o al menos a que sus colores sequen
al sol de la realidad, para que así sean una ocasión de fortalecimiento
social y no de beneficios privados. La participación ha de ser real,
fuera de moldes y desde la base, no un ritual de cara a la galería; y
hemos de insistir en ella aunque el ayuntamiento del cambio le quiera
poner la mordaza de siempre.
POR UNA CIUDAD MEJOR, ORGANIZATE, LUCHA, Y NO PIERDAS LA CABEZA
Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com