¡Abajo la intervención imperialista en Mali!
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valladolor
jueves, 31 de enero de 2013
guerra a la guerra,
imperialismo,
internacionalismo proletario
¡Abajo el
imperialismo francés!
Desde el 11 de enero, bajo el pretexto de
«salvar» el país de una pretendida amenaza terrorista inminente y en
«respuesta» a una demanda de ayuda del «presidente interino» local, el
gobierno francés ha desatado una intervención militar en Mali. No es, pues,
desde ahora que el gobierno actual de izquierda, en continuidad con el
gobierno Sarkozy precedente, multiplica las maniobras diplomáticas, las
presiones sobre el gobierno malí y prepara fuerzas militares con miras a un
ataque contra los insurgentes del Norte-Mali.
No queriendo aparecer en primer plano, y
evitando involucrarse demasiado en el terreno, el presidente Hollande
habría tratado de levantar una fuerza militar africana dirigida y asistida
logísticamente por su gobierno, en respuesta a la debilidad del ejército
malí.
En el plano interno malí, el gobierno
francés ha utilizado todo tipo de medios para obtener del presidente
interino Dioncouda Traoré (1) un pedido de ayuda oficial. Desbordado por las
manifestaciones cotidianas exigiendo su dimisión, no podía menos que ceder a
las demandas francesas. Desde el comienzo de la intervención militar
francesa, el estado de urgencia fue decretado y con ello la prohibición de
manifestar en la calle, mientras que los militares se libraban en Bamako a
actos de pillaje y a operaciones nocturnas de intimidación hacia los
habitantes venidos del Norte.
En el plano diplomático, la intervención
militar francesa provocó la hostilidad más o menos abierta de Argelia y
Estados Unidos (2), así como de otros países europeos. El enviado especial
de la ONU, el ex primer ministro italiano, Prodi (Italia posee intereses en
Mali), esperaba que las operaciones militares no se realizaran antes de un
año, siendo partidario más bien de emprender negociaciones. El gobierno
argelino se oponía a dichas operaciones, dado que para Argelia, la frontera
con Mali no era fácil de controlar, y por ello bajo el temor de que su
territorio fuese teatro de los combates; de su parte, los americanos, que
antes habían formado una parte de los militares malíes, incluyendo a los
Tuaregs, que luego pasaron a engrosar las filas de la rebelión (3),
afirmaban públicamente que la intervención francesa no valía de nada, y que
era preferible una solución política. En realidad, los americanos no tenían
ningún deseo de ir a socorrer a un régimen pro-francés en Bamako; esto es,
las declaraciones de unanimidad y solidaridad en «la lucha contra el
terrorismo» – léase: lucha contra todo lo que amenace el orden capitalista
internacional – no pueden esconder las sórdidas rivalidades
ínter-imperialistas!
Los cuervos imperialistas franceses
defienden desde hace décadas, sin menoscabo de medios militares, su « jardín
da caza » africano (esta era la expresión del ex presidente socialista,
Miterrand, para nombrar a las antiguas colonias que, no obstante hoy
independientes, siguen bajo la dominación francesa); es de esta manera que
las grandes sociedades neo-coloniales francesas obtienen sus beneficios.
Pero, el inexorable avance, tanto económico como político, de los
imperialismos en competencia, amenazan constantemente las posiciones del
imperialismo francés, lo que obliga a éste a recurrir a la fuerza para
mantenerse.
Finalmente, la decisión francesa de iniciar
la intervención militar de manera «unilateral» recibe el apoyo verbal de
todas las potencias imperialistas, incluyendo el apoyo de americanos, rusos
y chinos, más los Estados de la región. Argelia acepta, a regañadientes,
abrir su espacio aéreo a los bombarderos franceses y cerrar su frontera a
los rebeldes, mientras que los Estados africanos de la CEDEAO (4) han
comenzado a enviar a Malí las fuerzas militares convenidas.
Sin embargo, nada asegura que esta
intervención militar imperialista sea un viaje de vacaciones; el gobierno
Hollande afirma que durará «el tiempo que sea necesario», al mismo tiempo
que en su curso no cesa de aumentar la cantidad de soldados y pertrechos: se
habla de 3000 soldados franceses, venidos tanto de Costa de Marfil, como de
otros países africanos donde se encuentran estacionados, así como de la
metrópolis. Los «especialistas» militares dicen que la guerra será
larga...
* *
*
Malí, más de dos veces la superficie de
Francia, con una población de más de 15 millones de habitantes, es un país
esencialmente agrícola (más del 70% de su población vive en el campo).
Antigua colonia francesa, el país está integrado por poblaciones con
lenguas, costumbres e historias diversas, avatares que junto a la debilidad
del desarrollo económico y social impiden su unificación (de nuevo el mito
de Babel!, NdR), tal como lo certifican las permanentes insurrecciones de
los tuaregs del norte. La crisis económica internacional, que debía
inexorablemente golpear a la región (tal es el caso de la vecina Costa de
Marfil) agravan todavía más las contradicciones internas del país que ahora,
con el cacareado «modelo democrático malí», las clases dirigentes ocultan
sus relaciones con el imperialismo, cuyo fin no es otro que el de saquear
sus recursos, sin preocuparse por el destino de las poblaciones; lo
demuestran las huelgas que han estallado en las diversas empresas,
incluyendo en las minas de oro, mientras que el paro y el alza de precios
agravan el descontento general.
En marzo del año pasado, pocas semanas antes
de las elecciones, como consecuencia de una rebelión de soldados que habían
sufrido un revés frente a los rebeldes, una junta militar toma el poder
después de derrocar al presidente Amadú Tumani Turé, de quien se sospecha
buscaba negociar con los independentistas tuaregs. Pero bajo la presión de
los Estados africanos y del imperialismo francés, la junta se vio obligada a
ceder el puesto a un “gobierno de transición”; sin embargo, por ser impuesto
desde el exterior, un gobierno semejante no puede gozar de legitimidad
alguna a ojos de la población, más atenta a lo que dicen los militares
golpistas que denuncian la corrupción de los politicos. Entre tanto, en el
Norte, el poder había sido tomado por los rebeldes tuaregs, para luego pasar
a manos de organizaciones islamistas que se habían cargado con los armas de
la guerra en Libia: la caída del régimen de Kadafi bajo los bombardeos de la
OTAN tuvo la indeseable virtud de hacer desaparecer a uno de los pilares del
orden imperialista en la región...
Unas 60 empresas francesas se encuentran
presentes en Mali. Luego de la liberación de los años 90', las grandes
sociedades de Estado (banca, telecomunicaciones, textil, etc.) fueron
privatizadas a favor notablemente de las grandes empresas Bouygues, Vinci,
Vivendi, etc. Anteriormente, las exportaciones tradicionales eran algodón y
ganado, y el oro que es la principal fuente (70% de sus exportaciones) de
ingresos de ese país, sin embargo, sus minas, altamente rentables, se
encuentran en poder de grandes sociedades británicas y sudafricanas
asociadas al Estado malí, la producción de una de ellas es asegurada por una
de las filiales de Bouygues, la gigante francesa (5). La falta de capitales
ha impedido hasta ahora la explotación de otras riquezas presentes en el
suelo malí: el norte, probablemente encierra yacimientos de petroleo (en la
región prospectan el gigante petrolero italiano ENI, la argelina Sonatrach,
junto a otras empresas menos importantes) y de uranio. A pesar de que para
los capitalistas Mali tiene una gran importancia, no obstante es su posición
estratégica lo que aquí cuenta. Es cierto que combatiendo a los rebeldes
malíes, los militares franceses protegen los yacimientos de uranio que
explota Areva en el Níger vecino (Areva ya se había disputado con los
tuaregs). Empero, se trata de un plano más amplio donde lo que está en juego
son las posiciones dominantes francesas en la región; “En Mali, la Francia
se juega también el futuro de su presencia en África”, explica de esta
manera a sus lectores el editorialista del cotidiano patronal francés, “Les
Echos” (6).
Y no es sólo en Mali que el
imperialismo galo ha entrado en acción en estas últimas semanas. El mismo
día en que sus aviones comenzaban a atacar a los rebeldes malíes, un fuerte
choque militar se desarrollaba en Somalía para tratar de recuperar a un
agente de los servicios secretos, rehen de los islamistas locales; los
militares franceses no se preocuparon sobremanera de la reacción del
gobierno somalí a esta acción sobre su territorio: el gobierno Hollande, que
se vanagloria del respeto por la “legalidad burguesa” con respecto a Mali,
ha demostrado así, una vez más, que esta legalidad no es más que un pedazo
de papel que los gangsters imperialistas invocan sólo cuando les conviene...
En República Centroafricana, el
gobierno Hollande había jurado delante de todo el mundo que no era cuestión
de enviar soldados franceses a salvar el régimen que, frente a la repentina
rebelión, pedía ayuda a Paris (¡en realidad, las tropas francesas ya se
encontraban presentes desde la operación “Boali” por la “consolidación de la
paz”!). Después que arriba al poder a través de un golpe de Estado militar,
aprobado (¿o provocado?) por París, el presidente Bozizé termina por cansar
a los imperialistas quienes tratan al régimen de “autista” por el hecho de
negarse a seguir sus “consejos”. A finales de diciembre, cientos de soldados
(hoy serían alrededor de 600) habían sido enviados, hecho negado por
Hollande, a Bangui, la capital; al parecer, sólo para “proteger” a los
residentes franceses! En realidad, estos soldados junto a militares
chadianos ya presentes en el país, tenían por misión rechazar el avance de
los rebeldes hacia Bangui y, al mismo tiempo, hacer presión sobre el
régimen. El “mensaje” enviado por los imperialistas franceses aparentemente
ha sido bien captado: Bozizé ha aceptado formar un gobierno de coalicion con
politicos de la oposición, prometiendo abandonar “proximamente” el poder. Es
de esta manera como el gobierno PS-Verdes concibe la no-ingerencia en los
asuntos internos de los países africanos...
Las intervenciones militares y las
guerras que lleva a cabo desde hace décadas el imperialismo francés en
África (las más recientes datan de Libia y Costa de Marfil), no están
motivadas por sentimientos “humanitarios” o “democráticos” como lo pretende
la propaganda oficial francesa; las mismas se explican únicamente por la
defensa de los intereses de las empresas que continúan sometiendo a su orden
a las antiguas colonias y acrecentando sus negocios en otros lugares.
Pese a estar constreñido, por
causa de la crisis del euro, a cortar en los gastos militares, incluso a
“redimensionar” su aparato militar, el imperialismo francés ha hecho un
esfuerzo constante en mantener una red de bases militares que hoy cuadrilla
una parte de África; y tiene todo interés en seguirlo haciendo, puesto que
es precisamente por su rol de gendarme de la región que logra obtener
ventajas contantes y sonantes!
El imperialismo francés
representa, por lo tanto, una amenaza directa contra las futuras luchas de
emancipación de los proletarios y poblaciones oprimidas y explotadas en
estos países. Y, de manera más general, una amenaza que pesa sobre el
destino de poblaciones civiles que son las que siempre sirven de escudo a
los enfrentamientos entre fuerzas y Estados burgueses.
Ahora, los burgueses franceses y
sus testaferros politicos van a hacer reposar los costos de sus guerras en
los proletarios de Francia; primero, agravando la presión policial hacia los
trabajadores inmigrantes, sobre todo los que vienen de estas regiones (el
dispositivo “Vigipirate” ha sido reforzado y, según la prensa, los
servicios policiales tratan de aumentar la vigilancia de los proletarios
venidos de Mali y que se cuentan por decenas de miles en Francia), y
segundo, agravando la explotación capitalista.
Si en el momento en que se desata
la guerra de Mali, en París se firmaba un histórico acuerdo entre el
patronato y los sindicatos más colaboracionistas, con el fin de obligar a
los trabajadores a someterse más a las exigencias capitalistas, mientras que
Renault anunciaba la supresión de miles de empleos, todo ello releva del
azar del calendario.
En el fondo la guerra imperialista
al exterior y la guerra social al interior, no son sino dos aspectos de un
mismo ataque del capitalismo que busca restaurar sus niveles de beneficios,
acrecentando la explotación, miseria y opresion. Y no es por azar que este
ataque capitalista en Francia, que recibe una larga aprobación por parte de
todos los partido politicos, del PCF al Frente Nacional, lo lleva a cabo un
gobierno de izquierda: nunca un gobierno de derecha hubiese propinado
semejante golpe sin producir reacciones. Como siempre, los sirvientes
reformistas de la burguesía – los grandes aparatos políticos y sindicales (y
sus seguidistas de extrema-izquierda) – son los únicos capaces de paralizar
a la clase obrera cuando esta es golpeada por la clase enemiga.
Para los proletarios, el
desencadenamiento de la guerra en Mali, que ha provocado de contra-golpe el
sangriento ataque islamista al yacimiento gacífero de In Amenas en Argelia,
debe ser entendido como una ilustración de lo que les reserva el capitalismo
en crisis: no un futuro de mejoras graduales de sus condiciones, después de
un momento difícil, sino un futuro de sangre y lagrimas, del que no será
posible escapar sino a través de la lucha. El sistema capitalista que
ensangrienta al planeta, no puede vivir sin la explotación de los
proletarios, a quienes por esta razón se les brinda la posibilidad de
aniquilarlo; para ello, es necesario combatir sin vacilar todos los ataques
burgueses, en la perspectiva de reanudar la lucha de clase revolucionaria,
que ya en el pasado les ha permitido lanzarse al asalto del capitalismo:
los proletarios no tienen nada que perder más que sus cadenas, por el
contrario tienen un mundo que ganar!
¡Abajo la intervención imperialista en Mali!
¡No a la union sacrée en apoyo a la guerra imperialista!
¡Abajo el imperialismo francés!
¡Viva la unión internacional del proletariado!
¡Viva el renacimiento de la lucha de clase contra el capitalismo mundial!
(1) Después de haber sido herido por
manifestantes y trasladado a un hospital de París, el presidente malí no
tenía muchas ganas de regresar a Bamako.
(2) En el primer comunicado habíamos
escrito « preparación », ya que la hostilidad americana y argelina
nos hizo considerar que, si bien la intervención se había iniciado, su
realización era frenada por esta hostilidad, teniendo por ello que realizar
esta operación sin el respaldo de los países otrora aliados en otras
aventuras y guerras por el planeta. La rapidez fue otro elemento que duplicó
las posibilidades de éxito de la operación argelina en el campo gacífero.
(3) Ver la encuesta del New York Times
del 14/1/2013, detallando los gastos americanos para formar a los
militares en Mali, en el cuadro de la política anti-terrorista de Estados
Unidos en África. Según el cotidiano, 1600 militares formados por los
americanos (de 8000 con que cuenta el ejército malí) se han ido con armas y
pertrechos a casa de los insurgentes! Cf http://
www. nytimes.com/2013/01/14/world/africa/french-jets-strike-deep-inside-islamist-held-mali.html?pagewanted=1
“la rebelión islamista utiliza los
soldados y oficiales formados por los americanos y que han desertado el
ejército regular malí el último año, llevando consigo su formación de la
lucha contra el terrorismo, sus competencias en torno al combate de
vanguardia, así como sus conocimientos de los métodos de inteligencia
occidentales. Francia se encuentra frente a un enemigo que los Estados
Unidos han ayudado involuntariamente!”
!” Cf http:// www.
breitbart.com/Big-Peace/2013/01/14/Leading-From-Behind-Part-II-France-Intervenes-in-Mali-After-US-Strategy-Collapses
(4) La CEDEAO (o ECOWAS, siglas en inglés)
es la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste. Basada en Lagos,
Nigeria, esta comunidad regional posee un parlamento, una corte de justicia
y un banco de inversiones para el desarrollo regional. Tratándose de paises
casi todos acuñando el CFA como moneda común, Francia no puede dejar de
tener gran influencia en su política.
(5) Las minas de oro malíes son
particularmente rentables. Según un informe de la FIDH (Federación
Internacional de los Derechos Humanos) de septiembre de 2007, en 2005 la
producción de una orza de oro costaba allí 95$ mientras que la misma se
vendía a 245$ en el mercado. El curso de la onza de oro continúa estando por
encima de los 1600$, mientras que el costo de su producción no ha aumentado
prácticamente en nada. Nada es menos sorprendente cuando la empresa
sudafricana Randgold anunciaba el año pasado beneficios récords en su mina
malí de Morila! Randgold y Anglogold subcontrata la producción a una filial
de Bouygues, Somadex. En 2005, Somadex despedía a 530 obreros huelguistas.
Cf http:// www. peuples-solidaires.org/293-mali-sombres-mines-d%E2%80%99or/
(6) Cf. Les Echos, 18-19/1/13
Partido Comunista Internacional
20 de enero
de 2013
www.pcint.orgValladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
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