El
siguiente análisis, extraído de la pagina de traducciones griega verba-volant,
hace referencia a la situación de la crisis económico y política griega. Pero
el informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico) que analiza fue pensado también para el estado español así como para
todos aquellos estado que ahora se encuentran en crisis (realmente el planeta
entero). Esta informe escrito en el 1996 nos da una idea de lo previsible de la
crisis que atravesamos, incluso de la posibilidad de que haya sido creada. Esto
no es nuevo, ya el informe final de la cumbre de Davos a comienzos de siglo,
asi como diferentes análisis realizados por los jefes del capital preveían la
presente situación y su aprovechamiento por parte del capital y sus empresas. Ahora que la represión se agudiza y el capital hace su propia revolución contra sus siervos (todxs nosotrxs) es momento mas que nunca de destaparles.
Desde Valladolor recomendamos su lectura y difusión para romper la mentira del
capital y sus crisis.
En 1996, la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico) publicó en el 13º volumen de su boletín oficial, Cahiers
de Politique Économique (en francés), un artículo escrito por Christian Morrison
titulado “Las posibilidades de la realización de ajustes estructurales” (en inglés). Como se cita en el texto, se trata de un
informe elaborado por el Centro de Desarrollo de la OCDE, sobre los problemas y
las formas de manipulación política de los pueblos, así que sus gobiernos
pudieran pasar las estrictas medidas de austeridad y los cambios estructurales
impuestos durante el avance del neoliberalismo en los años ´80, en varios
países denominados “en desarrollo” y países del llamado Tercer Mundo.
Aparte del cinismo del texto del informe, se demuestra que lo
que estamos viviendo en Grecia durante los últimos años no ha sido
fortuito. No teníamos duda de que la ofensiva del Capital y el Estado haya sido
organizada y premeditada. Sin embargo, en el texto de la OCDE este hecho está
explícita y descaradamente confesado. Recordar que el informe fue redactado en
1996.
Siguen unos fragmentos extraídos del artículo de Christian
Morrison:
“Las políticas de estabilización económica y de cambios
estructurales pueden causar agitaciones sociales, e incluso poner en peligro la
normalidad en los países. En este boletín de política económica se analizan las
consecuencias políticas de estos programas (políticas). Como ha surgido del
estudio sistemático en cinco países y en dos muestras representativas en
América Latina y África respectivamente, el coste político en huelgas,
manifestaciones y rebeliones varía en función de las medidas tomadas. De
hecho, a principios de la década de 1980, se consideró que el estado de emergencia
generado por las crisis financieras en los países en desarrollo, se podía
confrontar con la restauración de los equilibrios macroeconómicos. Por lo
tanto, los ajustes estructurales se limitaron a un programa de estabilidad,
teniendo como criterio único la reducción más rápida posible del déficit
público. Pero muy pronto nos dimos cuenta de que la estabilización no es un fin
en sí mismo.” [...]
En este extracto se hace una breve introducción al tema,
avisando de los riesgos que pueda tener (para el Poder) la imposición de un
paquete de medidas que conducen a una gran parte de la población a la pobreza y
la miseria. Fijaos en el vocabulario embellecido del texto: “políticas de
estabilización económica”, “cambios estructurales”, “ajustes estructurales”,
“programa de estabilidad”. A través de los términos seleccionados se
pretende alterar el significado real y por consiguiente la esencia de la
política neoliberal. También, aquí se admite que se había llevado a cabo un
experimento bien estudiado en varios países, antes de hacer lo mismo en Grecia
(y no sólo).
“De hecho, siempre que se planteó el tema de unos cambios
estructurales, las instituciones internacionales [FMI, Banco Mundial, etc]
exigieron una reducción drástica de los gastos públicos fundamentales. Esto
hizo impopulares a los gobiernos que, en caso de disturbios, recurrieron a la
represión, multiplicando el costo político. [...] La aplicación de programas de
cambios estructurales en decenas de países durante la década de 1980 mostró que
habíamos descuidado la dimensión política de esta cuestión. Bajo la
presión de huelgas, manifestaciones e incluso revueltas, muchos gobiernos se
vieron obligados a detener o reducir significativamente estos programas. Así
que tuvimos que reconocer que el éxito económico del ajuste estructural
depende de la posibilidad de su aplicación política.”[...]
Aquí se admite que en algunos casos la Soberanía había
subestimado las reacciones de los pueblos y metió la pata, pues muchos
gobiernos tuvieron que retirar sus políticas.
“Una conclusión clave es que, de acuerdo con las
estadísticas basadas en el estudio de decenas de países, durante una década, el
costo político varía en función de las medidas tomadas. Esta es una conclusión
muy importante, porque significa que mediante el estudio de las medidas y las
reacciones se puede elaborar un programa de política óptimo, es decir, un
programa que reduzca al mínimo los riesgos. [...]
La OCDE pues aprendió la lección y se percató de que se
tenía que estudiar más atentamente el contenido y la índole de las medidas
tomadas, con el fin de “reducir al mínimo los riesgos”. ¿Pero qué
riesgos y para quiénes?
Las medidas que causan la mayoría de las manifestaciones son las que
afectan a toda la población y tienen como resultado la subida de los precios,
cualquiera que sea la causa de esta subida (recortes de subsidios, aumento de
los impuestos indirectos, devaluación). Por lo tanto, en Zambia, duplicando el
precio de la harina y el maíz en diciembre de 1984, y en conjunto de los
recortes de los subsidios, se provocó una ola de disturbios, la represión de
los cuales resultó con 15 muertos. Del mismo modo, cuando en 1988 el gobierno
de Nigeria aumentó el precio del petróleo, el cual era comprado principalmente
por las familias pobres, hubo disturbios con 6 manifestantes muertos. [...] Sin
embargo, otras medidas, tales como los recortes en las inversiones públicas
o en los gastos funcionales (excluidos los salarios) no llegan a generar
ningunas agitaciones graves [...] Los recortes en las inversiones públicas
afectan principalmente al sector de la construcción, el cual, a continuación se
verá plagado de quiebras y despidos. Sin embargo, este sector se compone
principalmente de pequeñas y medianas empresas que no tienen mucho peso
político. [...] Por otro lado, los recortes en los costos de operación
(funcionales) del Estado afectan a los funcionarios públicos, pero los
gobiernos pueden conseguir que la opinión pública se ponga de su lado, si obran
de forma flexible, presentando, con la ayuda de la Prensa, estas medidas como
medidas de justicia, bajo el argumento de que si los sacrificios se le piden a
todo el pueblo, los funcionarios públicos no pueden ser una excepción. [...]
Ya estamos llegando al meollo del asunto. Las medidas se distinguen y se diferencian según las
consecuencias que tienen para la estabilidad del sistema capitalista. Protestas,
manifestaciones combativas, revueltas, rebeliones: estos son los riesgos, que
en los extractos anteriores se explicitan con ejemplos.
En los últimos renglones del extracto de más arriba la OCDE
aconseja a los gobiernos manipular a la opinión pública, valiéndose de la
ayuda de los medios de desinformación.
Las medidas tienen que presentarse a los pueblos como medidas de justicia, como
indicativa y descaradamente se sugiere en el texto. Es precisamente lo que está
ocurriendo en Grecia en la actualidad. El gobierno y los medios de
desinformación masivos se están esforzando por presentar las medidas como
justas, necesarias e inevitables. Nos están hablando de sacrificios (a los que
tienen que someterse todos los trabajadores y los jubilados, haciendo
hincapié en lo de todos, sin excepciones, siguiendo la sugerencia-directriz de
la OCDE al pie de la letra.
Más abajo las directrices se especifican, por si no son del
todo entendidas por las élites locales:
“Lo cierto es que un gobierno no puede poner en práctica
el programa de estabilidad contra la voluntad de toda la opinión pública. Un
programa que afectaría por igual a todos los grupos sociales, se ha demostrado
que es mucho más difícil de implementar que un programa que discrimina a
algunos grupos, perjudicándolos en beneficio de otros. El gobierno pues
tiene que velar por que se ponga de su lado una parte de la población, aunque
tuviera que cargar desproporcionadamente y con unas medidas penosas a ciertos
grupos sociales.” [...] “La liberalización de las importaciones y la
apertura de las profesiones-una medida en que siempre insiste el Banco Mundial-
provoca unas reacciones contrarias, de las que el gobierno se puede
aprovechar. [...] Por ejemplo, puede eliminar los aranceles de materias
primas que compran todas las empresas, o de productos principales que las
pequeñas empresas difícilmente pueden conseguir. De esta manera, rápido puede
crear alianzas que apoyen la política de liberalización de importaciones y
profesiones. “[...]
Esto es exactamente lo que han estado haciendo los
gobiernos griegos desde hace unos dos años. Pero lo mejor viene justo después:
“El gobierno que es llamado a aplicar unos programas de ajuste, está
obligado a tomar medidas impopulares. [...] Pidiendo ayuda al FMI, también
puede beneficiarse políticamente, ya que puede contestar a los que están
reaccionando, que las medidas están previstas por el acuerdo impuesto por el
FMI y que está obligado a tomarlas, ya sea por voluntad propia o no. [...]
“
Ya no queda la menor duda: los gobiernos griegos están
haciendo exactamente lo que les han ordenado sus amos ya desde los años ´80.
Gobiernos y esbirros suyos no dejan de decirnos que las medidas han sido
impuestas por el Fondo Monetario Internacional, que los gobiernos son unos
meros gestores, que no tienen más remedio que tomarlas y que en caso contrario
el país va a quebrar.
“Sería bueno que las medidas fueran tomadas antes del
estallido de la crisis. No obstante, hay maneras de confrontar el coste
político, incluso si las medidas son tomadas después de que estalle la crisis.
[...] Si el gobierno es elegido un poco antes del estallido de la crisis, tiene
por delante un período corto (de 4 a 6 meses) durante el cual la opinión
pública todavía lo apoya y puede echar la culpa de las medidas impopulares a
sus predecesores. Durante este tiempo, los gremios pierden temporalmente su
fuerza y entonces el gobierno tiene que apresurarse para dirigir la
opinión pública en contra de ellos. Después de este período de gracia las
cosas se complican terriblemente. El nuevo gobierno va siendo considerado cada
vez más como el único responsable de la situación y por lo tanto se verá
obligado a asumir la totalidad del coste político de la reestructuración. [...]
Desde el primer momento pues en que tome el Poder, tiene que dejar la
retórica optimista e insistir, aunque sea exagerando, en la gravedad de los
desequilibrios económicos, haciendo hincapié en las responsabilidades de
sus predecesores y el papel negativo de los factores exógenos. [...]”
¿A que sería bueno tomar las medidas antes del estallido
de la crisis? ¿O sea que las medidas no tienen que ver con la crisis?
Bueno, en el caso de Grecia no llegaron a tomarlas antes de que estallara la
crisis, así que se atribuyera una parte de la necesidad de tomarlas a factores
externos. Así pues, el gobierno echó la culpa de todo a los gobiernos
anteriores y a los gremios, tal y como se aconseja hacer en el texto de la
OCDE. De la retórica optimista preelectoral (“hay dinero” decía el ex primer
ministro) se pasó a una reiterada propaganda sobre la gravedad de la situación.
Y no hay que olvidar el papel de los mass media en todo esto.
Sigamos:
“De los riesgos que vayan a aparecer, el de las huelgas
es el menor. Las huelgas, básicamente, movilizan a los asalariados del sector
moderno, y no a las clases sociales más pobres. Con las concesiones apropiadas,
el gobierno puede acabar con ellas. [...] Sin embargo las huelgas pueden
favorecer el estallido de manifestaciones. En particular, las huelgas de
los docentes, aunque en sí mismas no constituyen un problema para los
gobiernos, son indirectamente peligrosas porque liberan a una masa
incontrolable de la juventud estudiantil, la cual que puede participar en
manifestaciones y en este caso la represión puede tener consecuencias
dramáticas.”
Aquí se hace una clasificación algo torpe y superficial de
los riesgos que puedan tener para los gobiernos las huelgas y las
manifestaciones. A continuación se hace una referencia bastante más larga a los
recortes.
[...] “Los recortes en todo el sector público, siendo una
de las principales medidas de los programas de estabilización, no son tan
peligrosos políticamente como la subida de los precios en los artículos de
consumo. Ellos generan huelgas más bien que manifestaciones, afectan más a las
clases medias y a los más pobres, y en todo caso el gobierno puede recurrir
al pragmatismo de los funcionarios públicos. Por ejemplo puede explicarles
que si el FMI impone recortes del 20% en el sector público, y que lo único que
queda es reducir los salarios o hacer despidos, y que el gobierno que
prefiere hacer lo primero en beneficio de todos los trabajadores. Nuestra
experiencia de la mayoría de los gobiernos africanos muestra que este argumento
tiene éxito.” [...]
”Uno de los recortes principales concierne a los costos
de operación de las escuelas y las universidades. Es una opción mucho más
preferible que una reducción drástica del número de alumnos y estudiantes. Las
familias van a reaccionar violentamente ante la posibilidad de que sus hijos
queden excluidos de la Educación. Sin embargo, no van a reaccionar a una
degradación gradual de la calidad de la Educación. Así, poco a poco van a
aceptar pagar una cantidad de dinero así que sus hijos puedan estudiar, o que
se recorte algún tipo de actividad educativa. Esta degradación, sin embargo,
se tiene que hacer paso a paso, primero en una primera escuela y no en la
escuela vecina, para evitar así una reacción generalizada de la población.”
[...]
Estos dos párrafos están dedicados a todos los que creen (o
quieren creer) que lo que vivimos no forma parte de un proyecto elaborado con
antelación y que de la situación social la culpa la tienen los trabajadores
perezosos y de la situación en la Educación pública la culpa la tienen los estudiantes que no
estudian lo suficiente.
Con respecto al dilema chantajista y falso “recortes
salariales o despidos”, señalamos que les está planteando a los trabajadores
tanto por parte del gobierno, como por parte de la patronal en el sector
privado. En cuanto al abandono-degradación de la educación pública en Grecia,
se va realizando paulatinamente, tal y como se cita en el texto de la OCDE. El
objetivo es su eliminación casi por completo y su sustitución por la educación
privada, al servicio del Capital.
“Nada es más peligroso políticamente que la toma de medidas globales para
hacer frente a un problema macroeconómico. Así que si queremos reducir los
salarios de los funcionarios públicos, primero tendremos que recortarlos en un
sector, recortar su valor nominal en otro e incluso elevar los salarios en un
sector que es crucial en términos políticos. Lo mismo hacer con los subsidios. No
lo recortamos todo a la vez. Tenemos que velar mucho por los detalles: si,
por ejemplo las familias pobres consumen azúcar en forma de polvo, podemos
aumentar el precio del azúcar en cubitos. [...]
Es cierto. En el caso de Grecia no se recortó todo a la vez.
Se veló por los detalles. Puede ser que el ejemplo planteado sea un poco tonto,
pro desde los años ´80 mucha cosa ha cambiado.
Es importante la conclusión que dice que un gobierno
fracasa por dos razones: o porque confía la implementación del programa de
estabilización y de cambios estructurales a tecnócratas, que descuidan el costo
político, ya sea porque se la confía sólo a los políticos, quienes están
interesados sólo en el coste político.”[...]
Desde hace unos meses en Grecia el gobierno está encabezado
por un títere de la banca internacional y la mayoría de las
cuestiones clave son gestionadas principalmente por tecnócratas de la Unión
Europea, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, con la
participación, aunque sea aparente, de los políticos locales. Pero hablando de
políticos, echemos un vistazo a lo que dicen las directrices de la Soberanía:
“Para tener un gobierno la posibilidad de hacer las
maniobras políticas requeridas por un programa de reestructuración, tiene
que estar apoyado por uno o dos partidos grandes y no por una coalición de
pequeños partidos. Para conseguir esto se necesita un sistema electoral
adecuado, con muchas circunscripciones electorales uninominales. Otras
medidas hacia esta dirección de fortalecimiento del Poder ejecutivo son las
leyes que conceden poderes especiales de carácter temporal o el control a
posteriori por el Poder Judicial, así que los jueces no puedan controlar con antelación
la aplicación de un programa. El referéndum es un arma eficaz en manos de un
gobierno sólo cuando él es el que tiene el control. Puede recurrir a un
referéndum para aprobar una medida tomada por él y poner fuera del partido a
una coalición de disidentes. También, cuando algunas medidas provocan una
creciente ola de disturbios y de represión, entonces la declaración de un
referéndum puede calmar el juego político y contribuir a la restauración del
orden, apaciguando la presión de los manifestantes.” [...]
Ya vemos porque hace unos meses se formó una coalición gobernante entre los dos partidos
más grandes y uno más pequeño, y porque Grecia dispone de una ley electoral que
le da al primer partido un bonus de 50 escaños, mientras que con las
modificaciones que ha sufrido y va a sufrir habrá más circunscripciones
electorales uninominales o por lo menos más pequeñas.
No nos olvidemos del papel de los amos del Régimen, o sea de
los agentes de la Soberanía trasnacional. En el siguiente extracto se habla de
reparto de roles y de la responsabilidad que han asumido de engañar y
desorientar.
“De la misma manera ayuda el reparto de roles entre
las organizaciones internacionales, las cuales se encargan del papel de
recordar las duras obligaciones del plan de reestructuración, y un número
de países, que jugarán el papel de los patrocinadores y proporcionarán alguna
ayuda cuando la toma de algunas medidas muy duras llegue a ser muy peligrosa.”
[...]
Después de todo esto, ¿queda la menor duda de que en Grecia
y a nivel internacional, la ofensiva del Capital y de la Soberanía está
coordinada, organizada y premeditada y tiene como objetivo la esclavización de
los pueblos y la instauración de un totalitarismo absoluto?