¿Sanidad entre cuatro muros?
Posted by
valladolor
sábado, 18 de abril de 2020
contra las torturas en prisión,
presos a la calle!,
sanidad,
solidaridad
¿¡SANIDAD ENTRE CUATRO MUROS!?
Las torturas y
vejaciones se han convertido en la idiosincracia propia de los centros
penitenciarios, y es que, no nos engañemos, la cárcel por sí misma enferma y
asesina. Son muchos los determinantes que conllevan al mal estado de salud de
las personas presas, lo que, sumado al mayor riesgo de padecer enfermedades
infecciosas, inmunodepresoras o crónicas, termina derivando en un elevado
índice de problemas relacionados con la salud mental que llevan, en última
instancia, al suicidio.
Por lo tanto, podemos
decir sin temor a equivocarnos que es sabido por todxs que los llamados
derechos humanos, sí, aquellos que nos son inherentes por el mero hecho de
serlo, resultan claramente vulnerados dentro de las prisiones, donde las personas
deben convertirse en basura, si bien no reparan en esfuerzos para que así lo
creamos. Por ello, si ya contábamos con que el trato que reciben las personas
presas es denigrante, aún lo es más ahora, precisamente cuando, como sociedad,
nos enfrentamos a uno de los momentos más proclives a desembocar en una crisis
sanitaria sin precedentes, que en verdad ya nos encontramos.
Ante este escenario, la
Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha decidido priorizar
medidas tales como el mayor aislamiento de las personas presas, quienes se han
visto obligadas a suspender sus visitas programadas y a permanecer en celdas
individuales. Así mismo, se ha recurrido a denegarles cualquier tipo de permiso
que pudiera corresponderles. Es decir, en lugar de adoptarse nuevas medidas que
contribuyan a revertir la tan acusada falta de personal sanitario en prisión, y
con ello, a una mejora en la calidad de vida de las personas presas, se ha
optado por establecer toda una serie de medidas restrictivas, dentro de un
régimen que de por sí lo es.
El nuevo COVID-19 se
propaga con mayor velocidad que la que utiliza un halcón peregrino cuando se
lanza en picado a por su presa, lo que implica que, una vez este llame a las
puertas de las prisiones, arrasará con quien se le ponga por delante. Y es que,
no estamos segurxs de que esto causase el tan famoso efecto mariposa, pero sí
lo estamos de que provocaría un demoledor efecto dominó. Una epidemia lanzada
al otro lado de los muros supone una masacre en tanto que las personas presas,
y la vulnerabilidad que trágicamente les acompaña, configuran un objetivo
preciso para el desarrollo de esta enfermedad.
Sin embargo, hemos de
dejar de anticiparnos y de presuponer, pues, muy a nuestro pesar, ya es un
hecho: «El coronavirus ha invadido las
cárceles». La vida nuevamente nos golpea con una sutil ironía, ¿cómo es
posible que los gruesos muros de las prisiones, aquellos que parecen
infranqueables vistos desde dentro, hallan resistido tan débilmente a la
amenaza de un virus?
Teniendo en cuenta el
contexto que nos rodea, podemos confirmar, que al menos 300 internxs se hallan
en estado de cuarentena dentro de las prisiones españolas, constatando, además,
la muerte de una mujer de 78 años, que bien podría haberse encontrado sometida
al arresto domiciliario contemplado en sus recurrentes leyes…
En definitiva, tal y
como muchas de las personas presas ya vienen reivindicando por medio de
diferentes medios de lucha, como huelgas de hambre o motines, desde diferentes
colectivos anticarcelarios y organizaciones proderechos humanos se viene
denunciando y exigiendo, tanto al Ministerio de Interior como a Instituciones
Penitenciarias, que se tomen medidas de urgencia para paliar los efectos
resultantes de la imposición del estado de alarma en las prisiones. Para ello
se critican las diversas medidas de aislamiento, los cortes de las
comunicaciones con los familiares y amigxs, la falta de prevención, análisis,
así como la notoria ausencia de personal y recursos sanitarios, y se piden a su
vez, medidas tales como la excarcelación inmediata, en especial la de aquellxs
enfermxs graves o la de aquellxs que sufren patologías mentales. De manera que
se les trate por lo menos mientras dure la pandemia en centros médicos fuera de
la prisión donde se asegure los cuidados y no prime la seguridad y el régimen
punitivo de la prisión .Necesitan trato humano y no castigo. De confinarse,
mejor en casa, con lxs suyxs, paliando de este modo la tortura a la que aboca el
aislamiento en las circunstancias descritas (ya de por sí durísimas), y
descongestionando la misma reclusión, cruenta y degradante, que se vuelve más en
estos momentos.
¡PORQUE NO QUEREMOS MÁS MADRES O
PADRES LLORANDO A SUS HIJXS PORQUE MURIERON DE CÁRCEL!
¡LUCHA PARA CON LXS PRESXS!
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La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com