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SE EXTIENDE EL BROTE DE SARNA EN LA CÁRCEL DE MANSILLA DE LAS MULAS



FAMILIARES, AMIGOS Y AMIGAS DE LOS PRESOS DE LA CÁRCEL DE MANSILLA DE LAS MULAS, en León, han denunciado ante nuestro colectivo y otras instancias la existencia de un brote importante de sarna en el interior de la prisión, una situación que lleva ya meses activa y que la dirección de la cárcel oculta y niega.

 
 
Desde hace meses ha habido denuncias por la existencia de una plaga de chinches y algunos presos han sufrido serios picores y ronchas en la piel que no fueron debidamente tratadas. Nos consta (las denuncias son anónimas para evitar represalias) que son decenas los presos afectados, situación que ha sido puesta en conocimiento de los servicios médicos de la cárcel y de la dirección, sin que se hayan tomado las medidas básicas de higiene para detener la plaga, como cambio de colchón, de la ropa de cama, toalla, ropa personal. Además, como es habitual cuando hay quejas entre los internos, los presos que se han atrevido a denunciar esta situación han sido castigados. Según ha podido saber nuestro colectivo de fuentes médicas, el brote de sarna está ya muy avanzado en la cárcel de Mansilla. 
Hay que decir también, que por cuestiones económicas, los presos que no tienen poder adquisitivo no pueden permitirse que alguien desde el exterior les entregue prendas nuevas y limpias.
Otra situación de riesgo es que en la lavandería se junta la ropa de todos los presos, sin discriminar las prendas de los que están afectados de sarna de los que no, lo que supone una mayor propagación del contagio.

Desde CDHC denunciamos el abandono sanitario que sufren las personas presas en este país. No se trata solo de que las plazas del personal sanitario no se cubran. La atención que reciben l@s pres@s es insuficiente, muchas veces inexistente, inadecuada, vejatoria, como lo demuestra el hecho de estar acompañados en consulta por las fuerzas del orden.

Exigimos a la dirección de la cárcel y al Servicio Territorial de Sanidad de León que todos los afectados sean vistos inmediatamente por especialistas para que les apliquen un tratamiento adecuado a su dolencia, que se adopten todas las medidas necesarias para erradicar esta plaga, antes de que se convierta en un problema de salud pública.

La sarna si no se trata a tiempo y de forma tajante puede provocar secuelas de por vida, y hasta la muerte. La desesperación que sufren estas personas por los insoportables picores junto con el trato humillante por parte de los servicios médicos de la prisión les pueden llevar a situaciones límite de las que serían responsables todos aquellos que no hicieron nada para evitarlas.





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COLECTIVO PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS CÁRCELES
CDHC




Chinches, sarna y torturas en la cárcel de Mansilla de las Mulas 


 
 
Hace tres semanas este grupo de apoyo a personas presas tuvimos conocimiento de que una plaga de chinches campaba a sus anchas en la prisión de León. 
 
Los hechos son como siguen:
 
    1° El 31 de mayo, la madre de uno de los chicos afectados se pone en contacto con nosotr@s.
 
    2° Su hijo pidió el traslado desde la prisión de Las Palmas de Gran Canaria a la península, llegando a Mansilla sobre el 23 de diciembre de 2024.
 
    3° Ya venía con algunos picores y ronchas en la piel que no fueron tratadas en la cárcel de León hasta febrero de este año.
 
    4° A partir de ahí, su situación no ha hecho más que empeorar, por lo que solicitó en numerosas ocasiones ser visto por el médico de la prisión.
 
    5° Le han recetado sin diagnóstico alguno el siguiente listado de cremas y pastillas: clovate crema( para la psoriasis); diprogenta crema antibiótico( para psoriasis y otros problemas de la piel); permecure crema( para la sarna); elocon crema( para picores) con corticoides; esvastina pastillas (antiestamínico); atarax( ansiolítico); enstilar espuma( psoriasis); diproderm( antiflamatoria y contra el picor); halibut crema( para diversos problemas de la piel como rozaduras, irritación, quemaduras...), más un pinchazo que no sabe de qué.
 
    6° El protocolo consistía en aislarle unos días en enfermería y devolverle a la celda sin aplicar las más elementales reglas de higiene, cómo cambio de colchón, de la ropa de cama, toalla, ropa personal...
 
    7° Hace 15 días, al menos otras 10 personas de su módulo, el 14, empiezan a sentir picores y aparecen las primeras ronchas en manos, brazos...
 
    8° La manera de proceder es idéntica. Aislamiento en enfermería durante unos días, dispensado de cremas diversas y vuelta a la celda con condiciones higiénicas pésimas.
 
    9° Mientras, el primer afectado tras mucho insistir, lo que le acarreó unos días de castigo en aislamiento, salió el 18 de junio a una consulta externa en dermatología, en el hospital de León, que confirma que se trata de sarna en un estado muy avanzado, afirmando que es inhumano que lo hayan tenido de esa manera y añadiendo que si no seguían el protocolo de cambiar la ropa todos los días junto con el tratamiento médico adecuado, no se iba a curar.
 
    10° Al salir de la consulta, la guardia civil se niega a entregarle el informe médico, con la excusa de que no tiene derecho a tenerlo y que lo entregarán en el servicio médico de la cárcel.
 
    11° A día de hoy sigue sin recibir el tratamiento indicado por el dermatólogo, al resto de sus compañeros les van aislando y devolviendo a celdas mientras empeora su situación. Uno de los afectados ha renunciado al colchón y duerme en el suelo desde hace unos días.

 
El abandono sanitario que sufren las personas presas en este país es una vergüenza intolerable. No se trata solo de que las plazas del personal sanitario no se cubran. La atención que reciben l@s pres@s es insuficiente, muchas veces inexistente, inadecuada, vejatoria, como lo demuestra el hecho de estar acompañados en consulta por las fuerzas del orden y en el caso que nos ocupa, es un ejemplo paradigmático de tortura, reconocido por organismos nacionales e internacionales que cada año señalan al Estado español por sus flagrantes incumplimientos.
 
Exigimos a la dirección de la cárcel y al Servicio Territorial de Sanidad de León que todos los afectados sean vistos inmediatamente por especialistas para que les apliquen un tratamiento adecuado a su dolencia, que se adopten todas las medidas necesarias para erradicar esta plaga, antes de que se convierta en un problema de salud pública.
 
La sarna si no se trata a tiempo y de forma tajante puede provocar secuelas de por vida, y hasta la muerte. La desesperación que sufren estas personas por los insoportables picores junto con el trato humillante por parte de los servicios médicos de la prisión les pueden llevar a situaciones límite de las que serían responsables todos aquellos que no hicieron nada para evitarlas.

 
FIRMAN : G.I.P. - Grupo Información de Prisiones León, 
Asamblea Anticarcelaria de Valladolid e Individualidades


 



La máquina social penitenciaria se justifica por el principio de reinserción social como finalidad de las penas de cárcel y garantizando teóricamente el reconocimiento y salvaguarda de los derechos de las personas presas que no hayan sido restringidos por la sentencia condenatoria. Palabrería, porque nada de eso se cumple, sino que el sistema punitivo en su funcionamiento real resulta sumamente destructivo tanto para quienes están condenados legalmente a sufrirlo y presuntos culpables presos como para sus familiares y gente cercana. Los mecanismos de garantía o defensa jurídica sólo funcionan para los presos ricos, una exigua minoría, que pueden gastar mucho dinero en abogados. Y el sistema punitivo se ceba en los pobres, estigmatizando a los más rebeldes o inadaptados y persiguiéndoles de por vida, a ellos y a sus allegados.

Las familias que llegamos a tener a alguno de los nuestros en la cárcel, hemos de sufrir, sin proceso ni delito, una condena tan grave o más que la de nuestros seres queridos encerrados: un gran impacto emocional, mucho dolor, ansiedad, frustración, indignación, impotencia… que duran tanto como la condena judicial y bastante más allá; estigmatización social, malos tratos y humillaciones permanentes por parte de los agentes del orden de (policía, jueces, administración, carceleros…); gastos considerables y continuos que lastran enormemente nuestras economías domésticas… Familias frente a la crueldad carcelaria (FFACC) surge como un intento de autodefensa solidaria ante todo eso.

Nuestra asociación fue fundada por un grupo de mujeres con hijos, hermanos, compañeros o padres encarcelados, muchos de los cuales han encontrado la muerte dentro de los muros. Se apoya en la compañía y atención y recíproca como principal fuente de energía, habiendo organizado varios encuentros en los que se celebran talleres, guiados por una psicoterapeuta, para aprender a cuidarnos, y asambleas en las que dialogamos directamente sobre nuestros problemas comunes y decidimos en pie de igualdad sobre qué hacer para afrontarlos.

Coordinándonos en lo posible con grupos anticarcelarios de la calle y personas presas en lucha, hacemos lo que podemos para denunciar ante la sociedad y las instituciones responsables todos los abusos que sufrimos, tanto nosotras como nuestra gente presa, por medio de movilizaciones en las calles, ante las cárceles, juzgados, instituciones penitenciarias, etc; utilizando lo mejor que podemos los medios publicitarios a nuestro alcance; y también hemos der meternos muchas veces en procedimientos judiciales con la consiguiente necesidad de abogados que nos asesoren y asistan profesionalmente. esa es nuestra principal fuente de gastos.

Hasta hora nos habíamos financiado con ayuda de una caja de resistencia de grupos  libertarios de Valencia, ya desaparecida, donde nos integramos como un grupo más, organizando comidas populares, vendiendo libros, láminas, camisetas, etc. Las sinergias en que nos apoyábamos casi se han disuelto y nosotras estamos bastante agotadas, pero tenemos que seguir adelante, porque todavía tenemos gastos considerables sin cubrir y casos judiciales abiertos: una muerte en prisión, varios enfermos mentales encarcelados, presos con condenas interminables, denuncias de abusos…

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 Itinerario de Familias frente a la crueldad carcelaria: continuamos preparando la campaña de crowdfunding


Las personas presas, como cualquier otra y un poco más, necesitan muchos cuidados, una parte de los cuales, por exigencia legal, deberían serles proporcionados por la administración penitenciaria que les mantiene encerrados pero está obligada por sus propias leyes a velar al mismo tiempo por su salud y calidad de vida y a proporcionarles los medios para su reinserción social, la finalidad constitucional de las penas de cárcel. Desgraciadamente, no es sólo que eso no se cumpla, sino que el sistema penitenciario resulta muy destructivo tanto para quienes lo sufren encerrados como para sus familiares y allegados.

   Torturas y malos tratos frecuentes e impunes. Régimen de castigo por aislamiento sumamente destructivo. Traslados arbitrarios y punitivos, desarraigantes, desocializantes. Abandono médico. Uso arbitrario de fármacos psicotrópicos. Enfermos mentales presos y, frecuentemente, en régimen de castigo. No excarcelación de enfermos graves y terminales hasta que no es inminente su muerte. Doble discriminacón de las mujeres presas, pues las cárceles están pensadas para hombres. Explotación laboral. Condenas muy largas en general, con dos tipos de cadena perpetua, en la que la resocialización es imposible. Alto índice de mortalidad, por enfermedad grave, sobredosis y suicidios principalmente. Indefensión jurídica manifiesta.

   Para intentar enfrentarse a estas situaciones las familias deben hacer grandes esfuerzos, con gran impacto económico, psicológico y social, en su salud y en su vida, como si, no habiendo hecho nada, tuvieran que sufrir también una condena. Nuestra asociación la formaron en 2017 un grupo de mujeres que tenían familiares presos o los habían perdido: sus hijos, hermanos o compañeros habían muerto estando en prisión. Entre ellas, Pastora González, la madre de Xosé Tarrío, que fue para nosotras una compañera importante por su contagiosa energía y gran corazón. Empezamos con mucho ímpetu. El apoyo y el cuidado recíproco entre nosotras era nuestra principal fuente de energía. Con ayuda de una psicoterapeuta, hicimos varios talleres en los que aprender a articularlo. Encuentros personales, directos, entre nosotras, que aprovechábamos también para hacer asambleas y tomar decisiones.

   Encontramos apoyo sobre todo en gente libertaria de Valencia que mantenía una cierta comunidad de lucha, integrándonos como un grupo más en su caja de resistencia. Esa ha sido durante años nuestra principal fuente de financiación. Nos movilizamos juntas durante varios años en actividades de recaudación y, además, haciendo concentraciones anuales frente a las cárceles de Picassent y Albocàsser y también en la Secretaría General de Institucionanes Penitenciarias, coordinándonos en lo posible con las luchas de las personas presas y con algunos grupos anticarcelarios de la calle y buscando el contacto directo con la gente que sufría los mismos problemas que nosotras. También intentamos comunicarnos a través de redes sociales y otros recursos en internet. Nuestros gastos han sido mayormente los que nos ha ocasionado la necesidad de contar con abogados para denunciar e intentar buscar reparación ante las vulneraciones de los derechos de nuestra gente.

   Aquella sinergia casi se ha roto. Pastora murió y otras compañeras han ido abandonando la asociación. Pero, aunque un poco agotadas, aún quedamos unas cuantas y, sobre todo, aún tenemos gastos sin cubrir y casos abiertos. Uno de ellos, por ejemplo, el de un muchacho que murió en prisión. Otros dos de enfermos mentales presos, uno de los cuales hemos conseguido que salga, pero persiste su enfermedad psíquica y aún le quedan causas pendientes, acusado por los carceleros, de cuando aún estaba preso y en régimen de aislamiento. El otro sigue preso y en régimen de castigo sin ningún tratamiento adecuado. Otros casos son de grandes condenas.

   Nos dirigimos una vez más a personas y grupos afines para pediros vuestro apoyo en el desarrollo de la campaña de crowdfunding que estamos preparando. Querríamos que nos conocierais un poco mejor. Nos vendría bien un poco de apoyo económico, desde luego, pero es tanto o más importante la comunicación y la solidaridad práctica, que crezca en lugar de ir a menos como parece suceder de un tiempo a esta parte. Es necesario afrontar lo que pasa en las cárceles, actuar día a día frente a ello. ¡No nos dejéis solas! ¡No dejemos sola a la gente encarcelada!

    Más información sobre nosotras, ideas, preocupaciones, experiencias y actos, en nuestro blog: https://familiasfrentealacrueldadcarcelaria.noblogs.org/

 





 


Por qué muere nuestra gente en las cárceles


    Porque allí son habituales las torturas y malos tratos. Existe un régimen de castigo que destruye física y mentalmente a sus víctimas. Se traslada arbitrariamente a la gente, desarraigándola de su entorno social y familiar. Se obstaculizan las comunicaciones con la calle, imponiendo despóticamente su intervención o su privación como castigo. El acceso a la cultura casi no existe. Se censuran las publicaciones «por motivos de seguridad». No existe libertad de expresión ni de asociación. La explotación laboral es enorme. Las mujeres presas están doblemente discriminadas, por presas y por mujeres.

    La situación sanitaria es catastrófica, porque la administración penitenciaria incumple sistemáticamente su obligación legal de asegurar a las personas presas unas prestaciones médicas, sanitarias y farmaceúticas iguales a las de cualquier ciudadano. Se abandona a los enfermos sin proporcionarles la medicación y los tratamientos que podrían salvarles. Y, sin embargo, no se aplica la legislación que dispone que deben ser liberados los enfermos muy graves y con padecimientos incurables más que cuando ya es inevitable su muerte a corto plazo. Los enfermos psiquiátricos constituyen un porcentaje muy elevado de la población reclusa, sin que se les reconozca su condición ni se les cuide, yendo a parar muchos de ellos, por el contrario, al régimen de castigo, de donde han salido muertos unos cuantos. En las cárceles no existe psiquiatría ni psicoterapia que valga. Y no es que pensemos que la actividad corriente de los «profesionales de la salud mental» sea ninguna panacea, pero siempre será mejor que el aislamiento, las porras de goma, el gas pimienta o las sujecciones mecánicas.

    No es extraño que más de la mitad de los puestos de trabajo médico-sanitario perma-nezcan vacantes: ¿quién va a querer trabajar en condiciones tan indignas? De los que tienen estómago suficiente, muchos médicos suelen hacerse cómplices de las frecuentes torturas al hacer la vista gorda ante las lesiones resultantes. El tráfico de drogas ilegales está con-sentido, pero, además, se proporciona a los presos todo tipo de drogas legales adictivas sin apenas control médico, para que no molesten. Se suministra metadona sin necesidad y con tal negligencia que ha habido muchas muertes por sobredosis, administradas por los mismos servicios médicos carcelarios. La mortalidad –muchas veces por causas como sobredosis, suicidio o «muerte súbita»– es en las cárceles mucho más elevada que en la calle y abundan los fallecimientos en extrañas y dudosas circunstancias, nunca aclaradas, ya que no se cumplen los trámites prescritos legalmente para ello ni se ofrece a los familiares la oportunidad de exigirlos.

    Las personas presas están indefensas frente a todo eso y ante multitud de decisiones de las autoridades carcelarias y judiciales que les perjudican gravemente. Los Servicios de Orientación y Asistencia Jurídica Penitenciaria y la justicia gratuita son insuficientes. Los Juzgados de Vigilancia, encargados de la «tutela judicial efectiva» de los derechos de las personas presas, inoperantes. El poder punitivo del Estado se ejerce sin respetar ninguno de esos derechos que, en teoría, lo justifican.

    Somos familiares y gente solidaria con las personas presas. Algunas hemos sufrido la muerte de nuestros hijos, hermanos o compañeros, supuestamente confiados al “cuidado” de las instituciones estatales. Estamos intentando apoyarnos mutuamente, organizarnos y coordinarnos para afrontar, denunciar y, a ser posible, detener esa situación degradante. Nos dirigimos a toda persona o grupo que pueda sentir alguna solidaridad o afinidad con nosotras para pediros vuestro apoyo. Queremos hacer una campaña de “micromecenazgo” (crowdfunding) para hacer frente a nuestros gastos pendientes y poder mirar hacia el futuro con un poco más de tranquilidad. Os agradeceríamos cualquier tipo de colaboración, económica, de difusión, o del tipo que se os ocurra. Esto es un primer contacto. Habrá más, y os avisaremos cuando iniciemos la campaña.

Familias frente a la crueldad carcelaria


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Este pasado domingo se celebró la marcha a la cárcel de TOPAS (Salamanca). Aquí dos breves crónicas de lo sucedido que nos han llegado al correo:


Crónica sentimental de la XXIV edición de la marcha contra la cárcel : 

Tras las interrupciones que provocó la pandemia resultaba difícil recuperar la energía de años atrás, máxime en estos tiempos de baja temperatura social. Pero, se hizo el esfuerzo, contando con el apoyo de CNT y a partir de la iniciativa de varios grupos, en Salamanca, Valladolid, Zamora ,Palencia o Cuellar,y comenzamos a trabajar para hacerla posible. Confluyeron varias actividades (charlas-debate sobre la situación de salud, talleres de carteo a personas presas, conciertos en solidaridad con lxs presxs y la edición de un manifiesto de intenciones reiterando los objetivos –NI FIES NI DISPERSIÓN NI ENFERMOS EN PRISIÓN-que perduran desde los orígenes de las primeras marchas y haciendo hincapié especial en el recuerdo, hace 25 años de la muerte de Virginia Garaioa, la activista que falleció atropellada en la segunda edición de la marcha. Superados los principales obstáculos -que nos puso la Guardia Civil con un desproporcionado despliegue militar y  nos impidió acercarnos a la zona más próxima a la prisión, como es el parking de visitas-se optó por rodear todo el perímetro alambrado de la prisión, unos 3 kilómetros aproximadamente, y fue en el último tramo recorrido cuando pudimos leer el comunicado de la coordinadora de la marcha,  corear con todas las fuerzas los lemas anti carcelarios y escuchar la respuesta de los presxs de 2 pabellones, el de primer grado y el de mujeres, que nos hicieron llegar  de viva voz algunas de las carencias y deplorables condiciones de salubridad, abandono sanitario, alimentación... Finalmente, más emociones pues en el lugar en que perdió la vida Virginia Garaioa, fue leído un resumen de lo que se dijo entonces y una carta personal de Alberto, el insumiso preso entonces. Junto a otras compañeras, Alberto depositó un ramo de rosas negras, expresando su voluntad y la de todxs de continuar en lucha , como rezaba la pancarta  

VIRGINIA DESCANSA EN PAZ  

SEGUIMOS EN GUERRA

¡¡ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES!!!



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24 años luchando contra la macro-cárcel de Topas, y 25 desde el desafortunado desenlace que sufrió Virginia, perdiendo la vida a las puertas de esa prisión.

La marcha a Topas ha contado con más concurrencia que la vez anterior, llegando a Cubo del Vino algo más de treinta personas. Desde esta localidad se puso marcha a la cárcel, dirigidos en todo momento por un amplio dispositivo de la guardia civil, la cual nos impidió el paso al aparcamiento, tanto con el coche como a pie. No hubo enfrentamiento ni situaciones forzadas contra el bloqueo, dada la superioridad numérica de las fuerzas del orden.

Rodeamos la cárcel, primero por carretera, luego campo a través, para después enfilar, como locomotoras, los raíles de la antigua vía ferroviaria. El último lado del cuadrilátero fue el más provechoso, estableciendo contacto con presos y presas desde la larga distancia que nos separaba. La fuerza del grito pudo llegar y nos hicieron saber situaciones intolerables que se vienen denunciando actualmente por el movimiento contra la tortura que es la cárcel.

¡No hay agua caliente!
¡Aquí dentro nos están matando!

Los carceleros y la guardia civil se mostraron alterados por el diálogo, incluyendo el manifiesto que pudieron oír los compañeros de dentro. Contestaciones a cada frase.

¡Son más asesinatos, siempre son más! ¡libertad, libertad, a los presos por luchar!

Tras dos horas de marcha nos despedimos, arrojando coraje, suerte, y lucha a quienes siguen dentro de los muros. Pusimos rumbo al comienzo, al fatal cruce donde se hizo un sentido homenaje a Virginia y la clara declaración de intenciones por parte del compañero insumiso en aquél momento.

¡Por tu memoria continuo luchando, jamás cesaré! aseguró el compañero, ante los aplausos de los allí presentes.

Tras el acto en memoria de Virginia, se realizó una merienda común, compartiendo entre quienes fuimos...

¡POR OTRAS 1000 MARCHAS MÁS!

¡POR EL FIN DE LOS CIES, LOS FIES, LAS CÁRCELES DE MENORES, LA DISPERSIÓN, EL RÉGIMEN DE AISLAMIENTO, Y LOS ENFERMOS EN PRISIÓN!

¡POR EL FIN DE LA TORTURA Y LA REPRESIÓN!

¡ABAJO LOS MUROS!




 



Seguimos preparando las jornadas anticarcelarias que empezarán el día 18 de Mayo y terminarán el día 21 con la marcha a Topas (id apuntando en el calendario).


Os invitamos a asistir a la fiesta de presentación de la marcha a Topas que tendrá lugar el 13 de Mayo en La Galería (c/Vera, número 19, Salamanca). Tocarán el grupo de punkabilly The Monioz y el grupo de hip hop Maestros Combativos Aprovechamos también para invitaros a las demás actividades de la marcha a Topas:

Jueves 18 de Mayo a las 20:00: Concentración frente a la Gerencia de Salud de Área del Sacyl (Avenida Mirat junto a la Plaza Gabriel y Galán) con el lema «Por la sanidad pública también en prisiones»

Viernes 19 de Mayo a las 20:00 en el local de la Cnt (Avenida Italia 24-26) charla «Robar días al juez o el panóptico comestible» con Ana Gordaliza

Sábado 20 de Mayo a las 18:00 en el local de la Cnt (Avenida Italia 24-26) Taller de Carteo con personas presas

Domingo 21 de Mayo a las 12:00 en la plaza de Cubo del Vino, Marcha a Topas


https://marchatopas.noblogs.org/




 XX AÑOS DERRIBANDO MUROS DESDE EL CORAZÓN


La Marcha contra la Macrocárcel de Zuera celebramos este año nuestro XX Aniversario. Muchos de los colectivos a los que os escribimos habéis estado presentes en nuestro recorrido de una manera directa o indirecta. Por eso os escribimos con tiempo para comunicaros que la Marcha este año se celebrará el domingo 16 de abril y nos encantaría que nos acompañárais una vez más. Sabemos que en algunas ocasiones la compañía no puede ser física (aunque es la que más nos gusta) así que os animamos a que nos mandéis algún escrito o archivo de audio si queréis que lo hagamos traspasar los muros con radio Hawai ese día y aprovechéis para saludar a la gente presa de Zuera.


En unas semanas mandaremos más información sobre la jornada. Como actividad previa tenemos concierto en AVV Arrebato el sábado 25 de marzo.




Aprovechamos este momento para comentaros que acabamos de estrenar un canal de Télegram y os animamos a uniros. También podéis encontrarnos en Facebook o Instagram para estar informados de las actividades que vamos realizando.

INSTAGRAM: https://www.instagram.com/marchacontralacarceldezuera/

FACEBOOK: https://es-es.facebook.com/marchazuera/

TELEGRAM (CANAL): https://t.me/marchazuera

WEB: https://marchazuera.noblezabaturra.org/

 


  


 Al compañero José Adrian Poblete Darre le vienen dispersando por las cárceles del estado, manteniéndole en primer grado y en aislamiento, tanto físico como de comunicaciones, etc. con constante traslados de cárcel. El aislamiento al que está sometido es una forma de TORTURA. 

Su participación en diferentes motines y su combatividad en todas las formas de lucha dentro de las prisiones, son la excusa de las instituciones penitenciarias para cebarse con el compañero. Lleva más de 15 años en prisión, sin haber cometido delito alguno de sangre o similar, sin difrutar de permisos ni de ningún otro beneficio penitenciario. 


José Adrián Poblete Darre

CP Madrid V - Ctra Comarcal 611, km 37,6. 

28770 - Soto del Real.


SOLIDARIDAD CON LXS PRESXS EN LUCHA

 



VENGANZA: LA REINSERCIÓN DE INSTITUCIONES PENITENCIARIAS.



Quien esté familiarizadx con lo que sucede en las cárceles, sabrá que si hay algo que no se permite bajo ningún concepto es que lxs presxs denuncien abusos por parte de sus carcelerxs. Quien ignore cuanto sucede en estos oscuros lugares debería saber que los malos tratos físicos y psicológicos están a la orden del día, que la reinserción no existe como no existe la justicia y que las cárceles son negocios donde prevalecen la corrupción, la arbitrariedad y la venganza. A quien ose plantar cara al monstruo le harán la vida imposible, sobre todo si tiene el arrojo de difundir públicamente los casos de maltratos, abusos y/o suicidios encubiertos.

Félix Medina Torres, preso en el módulo de aislamiento de Zuera, publicó el año pasado por estas fechas una carta en la que narraba la brutal paliza de la que él y otros compañeros fueron testigos sobre la persona de Miguel Eda Santiago. Puedes leer la noticia aquí: http://www.presos.org.es/index.php/2019/06/28/grave-denuncia-desde-la-carcel-de-zuera-la-muerte-de-un-preso-el-28-de-mayo-y-las-palizas-a-un-preso-testigo/

Miguel se encontraba entonces preso en  Zuera y denunció el supuesto suicidio de un chaval en mayo del año pasado, quien fue provocado con golpes, amenazas y presiones durante dos días por parte de carcelerxs y que finalmente le llevaron a quitarse la vida. A Miguel lo dejaron en tal estado que tardó semanas en recuperarse. A Miguel le colocaron una soga al cuello invitándole así a “suicidarse”. Finalmente le trasladaron, práctica muy habitual cuando hay altercados de importancia.

Desde que Félix hizo público este comunicado no le han dejado en paz. La guardia que participó en esa paliza mantiene desde entonces una postura chulesca y desafiante y recibe con frecuencia amenazas, insultos y coacciones, le desaparece ropa y le están conduciendo a la desesperación y a la locura.

El pasado día 11 de junio y con la excusa de que unos presos estaban haciendo ruido y tocando el timbre en la galería de aislamiento de la cárcel de Zuera, cuatro o cinco funcionarios junto  con el Jefe de Servicios a la cabeza y armados con cascos, porras y chalecos, se presentaron en su celda entre las 22 y 23 horas pidiéndole que sacara las manos por el cangrejo para, a continuación, esposarle, y conducirle por el pasillo de la galería D hacia la zona libre de cámaras de vigilancia. Le pusieron la zancadilla cayendo al suelo y empezaron los golpes en la cabeza, en las costillas mientras le pisaban las piernas. Uno, de pelo largo, le propino porrazos en piernas y glúteos hasta que el Jefe ordenó parar. No le llevaron al médico hasta el día siguiente, alegando que por la noche no hay personal sanitario. Esa noche la paso en una celda de la galería A, sin mantas y con la luz encendida permanentemente y en un estado de impotencia y rabia tal que le llevo a arrancar la ducha y hacerse cortes en los brazos. El médico no le dio el parte de lesiones. Su abogada ha presentado denuncia solicitando al centro las grabaciones de las cámaras ,el parte de lesiones, que sea reconocido por el forense y que se depuren las responsabilidades de los carceleros y Jefe de Servicios que hicieron guardia esa noche.

Quienes sabemos lo que sucede en las cárceles no esperamos gran cosa de las denuncias por malos tratos que formulan lxs presxs contra la institución, pero tenemos la obligación moral de sacar a la luz estas prácticas tan habituales como odiosas y denunciar la connivencia que existe entre carcelerxs, médicxs, Juzgados de Vigilancia Penitenciaria y demás instancias “democráticas”.

No más muertes encubiertas. No más maltratos sin respuesta.


¿¡SANIDAD ENTRE CUATRO MUROS!?
Las torturas y vejaciones se han convertido en la idiosincracia propia de los centros penitenciarios, y es que, no nos engañemos, la cárcel por sí misma enferma y asesina. Son muchos los determinantes que conllevan al mal estado de salud de las personas presas, lo que, sumado al mayor riesgo de padecer enfermedades infecciosas, inmunodepresoras o crónicas, termina derivando en un elevado índice de problemas relacionados con la salud mental que llevan, en última instancia, al suicidio.
Por lo tanto, podemos decir sin temor a equivocarnos que es sabido por todxs que los llamados derechos humanos, sí, aquellos que nos son inherentes por el mero hecho de serlo, resultan claramente vulnerados dentro de las prisiones, donde las personas deben convertirse en basura, si bien no reparan en esfuerzos para que así lo creamos. Por ello, si ya contábamos con que el trato que reciben las personas presas es denigrante, aún lo es más ahora, precisamente cuando, como sociedad, nos enfrentamos a uno de los momentos más proclives a desembocar en una crisis sanitaria sin precedentes, que en verdad ya nos encontramos.
Ante este escenario, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha decidido priorizar medidas tales como el mayor aislamiento de las personas presas, quienes se han visto obligadas a suspender sus visitas programadas y a permanecer en celdas individuales. Así mismo, se ha recurrido a denegarles cualquier tipo de permiso que pudiera corresponderles. Es decir, en lugar de adoptarse nuevas medidas que contribuyan a revertir la tan acusada falta de personal sanitario en prisión, y con ello, a una mejora en la calidad de vida de las personas presas, se ha optado por establecer toda una serie de medidas restrictivas, dentro de un régimen que de por sí lo es.
El nuevo COVID-19 se propaga con mayor velocidad que la que utiliza un halcón peregrino cuando se lanza en picado a por su presa, lo que implica que, una vez este llame a las puertas de las prisiones, arrasará con quien se le ponga por delante. Y es que, no estamos segurxs de que esto causase el tan famoso efecto mariposa, pero sí lo estamos de que provocaría un demoledor efecto dominó. Una epidemia lanzada al otro lado de los muros supone una masacre en tanto que las personas presas, y la vulnerabilidad que trágicamente les acompaña, configuran un objetivo preciso para el desarrollo de esta enfermedad.
Sin embargo, hemos de dejar de anticiparnos y de presuponer, pues, muy a nuestro pesar, ya es un hecho: «El coronavirus ha invadido las cárceles». La vida nuevamente nos golpea con una sutil ironía, ¿cómo es posible que los gruesos muros de las prisiones, aquellos que parecen infranqueables vistos desde dentro, hallan resistido tan débilmente a la amenaza de un virus?
Teniendo en cuenta el contexto que nos rodea, podemos confirmar, que al menos 300 internxs se hallan en estado de cuarentena dentro de las prisiones españolas, constatando, además, la muerte de una mujer de 78 años, que bien podría haberse encontrado sometida al arresto domiciliario contemplado en sus recurrentes leyes…
En definitiva, tal y como muchas de las personas presas ya vienen reivindicando por medio de diferentes medios de lucha, como huelgas de hambre o motines, desde diferentes colectivos anticarcelarios y organizaciones proderechos humanos se viene denunciando y exigiendo, tanto al Ministerio de Interior como a Instituciones Penitenciarias, que se tomen medidas de urgencia para paliar los efectos resultantes de la imposición del estado de alarma en las prisiones. Para ello se critican las diversas medidas de aislamiento, los cortes de las comunicaciones con los familiares y amigxs, la falta de prevención, análisis, así como la notoria ausencia de personal y recursos sanitarios, y se piden a su vez, medidas tales como la excarcelación inmediata, en especial la de aquellxs enfermxs graves o la de aquellxs que sufren patologías mentales. De manera que se les trate por lo menos mientras dure la pandemia en centros médicos fuera de la prisión donde se asegure los cuidados y no prime la seguridad y el régimen punitivo de la prisión .Necesitan trato humano y no castigo. De confinarse, mejor en casa, con lxs suyxs, paliando de este modo la tortura a la que aboca el aislamiento en las circunstancias descritas (ya de por sí durísimas), y descongestionando la misma reclusión, cruenta y degradante, que se vuelve más en estos momentos.
¡PORQUE NO QUEREMOS MÁS MADRES O PADRES LLORANDO A SUS HIJXS PORQUE MURIERON DE CÁRCEL!
¡LUCHA PARA CON LXS PRESXS!

Lxs Solidarixs







AL SR FERNANDO GRANDE MARLASKA, MINISTERIO DEL INTERIOR. MADRID


Antonio Arevalillo Sanz, interno en este Centro Penitenciario de Zuera( Zaragoza), donde constan mis demás datos personales, quiero, después de leer la carta que nos hizo llegar a la población reclusa en la que agradece nuestra actitud y comportamiento ante la epidemia del COVID-19, darle una respuesta que, a buen seguro, no estará a la altura que usted, como responsable de prisiones merece.
En las prisiones españolas en general y en la de Zuera particularmente, el virus no se manifestó de forma virulenta, todavía. Se sigue con la dinámica de siempre: las muertes por palizas, “los suicidios”, las sobredosis de pastillas que proporcionan los camellos institucionales. Centenares de pres@s muert@s que ni siquiera forman parte de estadísticas pero cuyas cifras se mantienen estables desde hace años. Mucho tendrá que “trabajar” el corona virus para igualar la pandemia que menciono y que padecemos hace ya demasiado tiempo. Estadísticamente, aun con menos población reclusa, somos los que más muertos presentamos. Enhorabuena, llevamos años siendo los primeros.
Por si lo expuesto no fuese suficiente, se nos impide desde hace más de un mes la posibilidad de poder comunicar telefónicamente con nuestros familiares, amig@s, abogad@s, etc, si carecemos de medios económicos, pues han retirado las tarjetas de Telefónica, que era la forma habitual de llamar. Ni siquiera un trabajo puede ser una alternativa, ya somos miles l@s pres@s que trabajamos en la limpieza, de ordenanzas, así como en los talleres de los mal llamados módulos de respeto. Esfuerzos de la mano de obra esclava, sí, se trabaja pero no se cobra. Y mientras todo esto sucede, el Vicepresidente y su mujer, la Ministra de Igualdad, discuten si las granjas son de cerdos o también habría que calificarlas de cerdas. Mire usted, aquí la comida es tan asquerosa que la escupirían los cerdos y las cerdas, los perros y las perras. Comemos la basura de los contenedores de los hipermercados.

En esta prisión, como en todas las demás de las que usted es responsable, no basta con halagos como el suyo de buen comportamiento para conseguir ( ignoro si derechos como en prisiones europeas o privilegios sometidos a voluntades) permisos de salida o la libertad condicional. No tod@s tenemos un cuñado político o somos el cuñado del Rey, ni dinero para pagar a los equipos técnicos de prisiones por un buen informe que facilite lo que no son otra cosa que derechos, una vez cumplidos los plazos de condena sin sanciones.

La corrupción o prevaricación de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria va en función de sus quehaceres diarios, negándonos abogad@s, mientras los Fiscales no parecen darse por enterad@s, siendo partícipes de estas corruptelas y prevaricaciones, tanto en los casos más leves como pueden ser las sanciones penitenciarias como en los más graves, al no presentarse como parte en los casos denunciados por torturas, algunos con resultado de muerte.

No tengo fe ni convicciones para pensar que algo de lo relatado pueda cambiar. Sois los hijos y nietos del franquismo pero peor porque negáis la redención de penas por un trabajo remunerado, prohibís los indultos generales para aplicar los particulares a quienes jugáis en la misma mesa y encubrís la cadena perpetua con condenas desorbitadas más allá de la vida.

Espero y deseo que el COVID-19 sea, no una peste, sino un virus de conciencia social. Las cárceles son el reflejo de sus sociedades y España es un islote en el mundo, un híbrido que no tuvo su revolución y perdió su identidad social.

Mediante el presente escrito vengo a pedirle que seamos puestos en libertad tod@s l@s pres@s que hayamos cumplido las ¾ partes de nuestra condena y con urgencia (así se requiere debido al estado de alarma sanitaria), l@s que además padezcamos enfermedades crónicas.

Por último, le suplico que reflexione sobre el trabajo que desempeñan los equipos técnicos de prisiones, corruptos e insufribles más allá de lo que pueden expresar estas líneas.



Atentamente: Antonio Arevalillo Sanz
En Zuera a 28 de marzo de 2020




 
"Los llamados a la solidaridad y el apoyo mutuo, a romper el aislamiento de las personas presas", se suceden entre los grupos de apoyo a las personas presas.








Está teniendo lugar en todas las prisiones del estado un profundo malestar:

        1º - Por el miedo al contagio en un lugar tan vulnerable y la desatención médica que vive en las prisiones y que se viene denunciando desde hace tiempo (v. EL CARRO nº1, sobre la desatención sanitaria en prisión: https://es.scribd.com/document/422159130/el-carro-1)

        2º - Por el aislamiento social e individual al que se ven sujetos los internos en las prisiones.

Ante la amenaza del coronavirus se suspende el contacto con la calle, quedando rotos los vínculos familiares y afectivos tan necesarios en la cárcel. [v. http://tokata.info/mas-informacion-sobre-protestas-en-las-carceles-contra-el-aislamiento-impuesto-arbitrariamente-y-la-falta-de-verdaderas-medidas-contra-el-coronavirus/http://tokata.info/mas-informacion-sobre-protestas-en-las-carceles-contra-el-aislamiento-impuesto-arbitrariamente-y-la-falta-de-verdaderas-medidas-contra-el-coronavirus/]



El 17 de marzo La Directa informaba del aislamiento de 167 personas presas por posibles contagios.

En las prisiones se están dando protestas públicas (desde el conato de motín en la cárcel de Wad Ras) ante la situación de abandono, hacinamiento e incertidumbre, que se mezcla con las malas prácticas y la negligencia de las autoridades penitenciarias, como se ha denunciado. Si los reclusos disponían de apenas 7 minutos para hablar telefónicamente con sus allegados (por supuesto Telefónica en su tarjeta de obligada compra sigue quedándose el remanente que les sobra hasta los 10€ de la recarga), en algunos casos se ha conseguido duplicar ese tiempo y se siguen solicitando salas para instalar videoconferencias.


La población reclusa está muy molesta por la situación, Nadie entiende "cómo los funcionarios entran y salen" y las familias de los presos no pueden visitarlos ni a través de un cristal. Hasta el momento se han producido varios "plantes" de presos que no querían entrar en sus módulos por la noche. Todo esto tiene lugar semanas después de la oleada de motines en las prisiones de Italia, saldadas con más de una decena de muertes, parte de ellas tras el asalto a los módulos de enfermería ante una situación en la que se veían más encerrados aún de lo habitual, sin el apoyo familiar de las visitas y encima tratando a diario con funcionarios que entraban, salían pero no tenían EPIs. La democrática Europa se ve que no puede hacer como la dictadura iraní, que liberó nada menos que 70.000 presos.

También hay que mencionar la situación de los CIE (centros de internamiento de extrajeros), donde hay miles de personas esperando su deportación. Recordamos que el día 20 del pasado mes tuvo lugar un motín en el CIE de Aluche.



Después de haber pasado ya unas semanas desde que se están aplicando los protocolos de «prevención y protección» ante el COVID-19 en las cárceles, lxs compas de Lleida han denunciado la rabia, la preocupación, la impotencia y la indignación por como se está gestionando la situación, por como han aislado y recluido aún mas a lxs compas de dentro, por las noticias de abusos, maltratos, palizas que nos llegan con dificultad, por como se abusa mas que nunca del poder y la impunidad, y por como parece que se consideran como «positivas» ciertas medidas que se han empezado a adoptar por parte de Instituciones Penitenciarias que, a nuestro parecer, son solo un lavado de cara.

Parece ser cierto que, al menos en algunas comunidades, se están adoptando incipientes medidas para calmar los ánimos de lxs presxs y contrarrestar los efectos de las restricciones para prevenir el coronavirus en la cárcel. Cabe recordar que las medidas adoptadas han estado basadas siempre en más aislamiento, soledad y castigo: No dar permisos de salida, no permitir las comunicaciones por locutorio ni los vis a vis, suspensión de actividades, etc. No nos resignamos a pensar que esta era la única solución. Estamos segurxs de que tiene que haber formas de mantener el contacto con lxs presxs, al menos a través de un cristal. Esto implicaría más lentitud, más trabajo, cambiar estructuras, normas y funcionamientos. Invertir en medidas de higiene y desinfección. Pero creemos que sí hubiera sido posible, si de verdad la población reclusa importara mínimamente a las autoridades y a la sociedad. Con el pretexto de intervenir en relación a la expansión del COVID-19 se han vulnerado, aún más, los derechos de estas personas de un modo brutal.




Webs de denuncia de la situación carcelaria.
http://tokata.info/
https://suportpresxslleida.noblogs.org/
https://desdedentro.noblogs.org/
https://colectivopronoiamurcia.noblogs.org/
https://elcarropropresxs.blogspot.com/

Nueva propuesta frente al actual estado de excepción:
https://suportpresxslleida.noblogs.org/post/2020/03/29/nueva-propuesta-frente-al-actual-estado-de-excepcion/

Actualización situación en las cárceles:
https://suportpresxslleida.noblogs.org/post/2020/03/23/actualizacion-de-la-situacion-en-las-carceles/

Este texto ha sido redactado tomando como base unas notas tomadas de ALASBARRICADAS y del blog del SUPORTPREXSLLEIDA:
>http://alasbarricadas.org/noticias/node/43346
  >https://suportpresxslleida.noblogs.org/post/2020/04/01/sentimientos-y-reflexiones-que-nos-surgen-por-las-medidas-aplicadas-en-las-prisiones-en-relacion-al-covid-19/


LOS ANTICARCELARIOS DE VALLADOLID LLEVARON LAS REIVINDICACIONES DE LXS PRESXS AL HOSPITAL CLÍNICO Y A LA FACULTAD DE MEDICINA

 

Con cierto retraso pues queriamos coincidir con las 11 ciudades de este país que lo hicieron el 27F,llevamos al Clínico y a la Facultad de Medicina , la información urgente de la situación sanitaria de las personas presas,y de su lucha mediante el documento de Osabideak "Algunas claves para entender lo que está pasando con las personas enfermas en prisión"




  Nadie  que llevase bata blanca, pues a ellos y a su conciencia iba dirigido, se quedó sin la información clínica y humana que justifica plenamente el derecho a ser excarceladas de las personas presas con enfermedades graves y/o incurables ,  desmontando  los argumentos falaces de Instituciones Penitenciarias-de puro populismo punitivo- para negarselo de manera sistemática.Y no digamos  los datos de la información del propio Ministerio del Interior que revelan la desatención y abandono sanitarios de la población reclusa.Precisamente y según la comparecencia parlamentaria del propio Ministerio , los presupuestos en IIPP han caido a cifras de 2016,solo quedan 285 médicos y  6 psiquiatras para atender todas las carceles...(había 500 hace años) y su edad media ronda los 60 años...  Nadie, desde hace 2 años , presenta siquiera solicitud para concurrir a oposiciones de la sanidad penitenciaría, y mientras tanto  la cifra de muertos se ha disparado, superando este año los promedios de años precedentes ,con  datos escalofriantes de suicidios y  sobredosis de farmacos psicotrópicos (que les facilitan los carceleros para"tirar de jueves a lunes, "pues  los fines de semana hay vacio sanitario presencial casi absoluto ), y lo que es más grave aún , fallecimientos por enfermades de personas que, según su propia ley , debían haber sido excarceladas, encontrandose,como el resto de la población reclusa ,  sin atención que no sea de urgencia y ni siquiera presencial como se ha denunciado en  los casos de cárceles como las de Pamplona, León(Mansilla de las Mulas) o Dueñas(Palencia).Nuestra información y el  razonado documento que les presentamos fué acogido con respeto y  notamos cierta incredulidad,lo que demuestra la importancia de realizar este tipo de labor.

En la entrada de personal,  y al cambio de turno, repartimos en mano  entre las y los profesionales de Medicina y Enfermería unos 250 folletos  que contenían el documento elaborado por OSABIDEAK

   La jornada de información se continuó a la tarde con nuestra presencia en la Facultad de Medicina, en cuya recepción entrada al Aula Magna ( a la entrada del Aula Magna) colocamos una pancarta -denuncia y una  mesa informativa con folletos de los numeros o y 1 de El Carro,boletín de apoyo a lxs presxs ,y  entregamos  a los estudiantes una carta apelando a la obligación que contraen  de defender el compromiso ético de atender a los pacientes sin discriminación alguna, y menos aún  por su condición social, o por las tribulaciones que les abocaron a ingresar en prisión, pues en eso consiste   El Juramento Hipocrático. Recorrimos una a una  todas  las areas de estudio y descanso (Biblioteca , entre planta de estudio, Cafetería etc) Y también aquí, percibimos la escasa información con la que cuentan sobre esta problemática.

Todo discurrió con una buena acogida,hasta que se presentó el decano José  María Fidel  Fernandez ,con la intención de que quitáramos la pancarta-denuncia de su sitio,argumentando  que se trataba de "algo político" y que "la Facultad era su casa ",porque había sido elegido...Discutimos públicamente su postura fascistona-ya nos prohibió en su día presentar a los protagonistas del conflicto del Hospital del Bierzo en 2017 -pero la cosa no fué más allá,porque cuando llegó este señor,ya habiamos terminado nuestra actividad.




A todas y todos los profesionales de enfermería y medicina

 Se trata de una experiencia personal y vital de gran impacto y sufrimiento (propio y de nuestro entorno), que nos obliga a vivir con diversos síntomas físicos y psicológicos que van agravándose con el tiempo como dolor, deterioro de funciones corporales e intelectuales, que producen diversas discapacidades y limitaciones, y el miedo-angustia a un fallecimiento precipitado. Sin olvidar que algunas enfermedades, además, mantienen aún un alto grado de estigma social. En estas situaciones de tan alta vulnerabilidad, si no existen las necesarias ayudas o apoyo sanitario y social para mantener mínimos de calidad de vida, así como la protección a la privacidad, la persona puede sentir fácilmente que se degrada su dignidad humana. La ley de autonomía del paciente, la ley de protección de datos, de confidencialidad médica, el código deontológico y las leyes de muerte digna y eutanasia van precisamente encaminadas a proteger la dignidad humana en estas vivencias.
En algunos casos, a esta situación vital de tan alta vulnerabilidad y sufrimiento se le añade la privación de libertad en los centros penitenciarios, que deniega la posibilidad de poder estar acompañado/a por los seres queridos, manteniéndoles en un entorno hostil donde, según todos los organismos de derechos humanos, se quiebran más derechos que el derecho a la libertad. Además, en el Estado Español la sanidad penitenciaria depende directamente del Ministerio de Interior y no del Sistema Nacional de Salud (excepto en la Comunidad Autónoma Vasca, Cataluña y próximamente se realizará la transferencia también a la sanidad pública de Navarra) y todo ello en contra de lo que recomiendan la ONU, la OMS y el Consejo de Europa como medida fundamental para propiciar la asistencia sanitaria en equidad y evitar la desasistencia y la discriminación. Y esta situación, nada menos que 15 años después de que se aprobara la ley 16/2003 de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud. Una sanidad penitenciaria que, según la propia Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria y la Organización Médica Colegial de España, desasiste, discrimina y vulnera la deontología médica al priorizar intereses regimentales. Una sanidad donde el 30% de las plazas del personal sanitario están vacantes y donde la reducción presupuestaria de los conciertos de asistencia sanitaria entre las CCAA e IIPP en los últimos 8 años ha sido de un 73%.
Desgraciadamente el problema no acaba tampoco aquí, porque los/las médicos/as forenses -que son los/las responsables de peritar y realizar informes de las personas enfermas recluidas para valorar las medidas alternativas al encarcelamiento- son dependientes en este caso de la Administración de Justicia. El ejemplo más documentado e ilustrativo del desprestigio profesional en materia de Derechos Humanos que conlleva esta falta de independencia médica de estos médicos forenses se encuentra en el hecho de que sean ya más de 4000 personas, a las que mediante el protocolo de Estambul, se les ha verificado que sufrieron torturas durante la detención gubernativa incomunicada. La revista Forensic Science International publicó 2 artículos evidenciando la mala calidad de los informes forenses de las personas detenidas en España y la ineficacia en la prevención y denuncia de las torturas. En 2016 en la Convención del Consejo Internacional para la Rehabilitación de las víctimas de la Tortura también quedó en evidencia la labor de los médicos forenses, en concreto de la Audiencia Nacional. La revista The Lancet también publicó un artículo evidenciando la práctica de torturas en España, y las reiteradas condenas del Tribunal Europeo de Derechos Humanos por la ineficaz investigación completan todo este desprestigio en materia de derechos humanos. Estamos empezando a documentar también la mala calidad de algunos informes forenses que permiten y facilitan la permanencia en prisión de personas muy enfermas.
La ley contempla la flexibilización de medidas privativas de libertad  e incluso la excarcelación en estos 3 supuestos:
  1. Personas mayores de 70 años
  2. Personas con enfermedades graves e incurables
  3. Personas con peligro patente para la vida
Con todos los ingredientes descritos anteriormente y con un Estado que no entiende la enfermedad mental, que no evita la exclusión social, que discrimina a personas migrantes, que no invierte lo suficiente en educación, que no toma decisiones valientes y eficaces en temas como la gestión y la regulación de las drogas,  el resultado no podía ser más que el panorama desolador que tenemos. En las cárceles de España fallecen entre 3 y 4 personas a la semana de media. Y no, no son muertes súbitas o inesperadas de personas aparentemente sanas o sin graves afeccionesLa mayoría fallecen por enfermedades, así como por sobredosis y suicidios (la tasa de suicidios se multiplica por 5 en las cárceles). En ningún centro de ingresos de nuestro Sistema de Sanidad serían aceptables tales cifras. Se trata mayoritariamente de muertes previsibles, de personas enfermas graves, sin curación, con peligro patente para la vida, no atendidas debidamente, excluidas socialmente falleciendo olvidadas, con una sanidad penitenciaria y pericial dependiente de administraciones no sanitarias.
En este contexto de una medicina penitenciaria debilitada, no formada ni comprometida con los derechos humanos, no independiente ni incluida en un sistema de salud público consolidado y donde los criterios para suavizar las consecuencias de la prisión no gravitan sobre ejes sólidos consensuados sanitarios, técnicos, objetivos, rigurosos, de igualdad y de dignidad humana,  seguirá la desasistencia y seguirán falleciendo y suicidándose las personas olvidadas e invisibilizadas.
Esta debilidad del sistema sanitario también queda al descubierto en el caso de las personas presas visibles o expuestas (las de actualidad mediática). Los criterios sanitarios se vuelven demasiado sensibles y vulnerables a vaivenes políticos e ideológicos del momento. Revelador y explícito es, observar, como dependiendo del viento político del momento, cuando un gobierno anuncia la aplicación de medidas  de acercamiento o la flexibilización de medidas privativas de libertad a enfermos/as recluidos/as que están recogidas en la propia legislación española y recomendadas en el ámbito internacional  (Reglas Mandela de la ONU, Informe Bergeron del Parlamento Europeo o jurisprudencia asentada del Tribunal Europeo de Derechos Humanos)  afloran vehementemente las presiones políticas y mediáticas,  polemizando las medidas con criterios no sanitarios. O del mismo modo, cuando se vuelve a tornar el viento político y los Gobiernos modifican lo establecido en el código penal vía instrucción, quebrantando el principio de jerarquía normativa y contraviniendo lo recomendado por todos los Organismos de DDHH. Desde una óptica sanitaria, jurídica y de Derechos Humanos resulta bochornoso contemplar cómo según el interés político del momento se aplican o restringen medidas humanitarias, sanitarias y de derechos humanos. A la vez  resulta preocupante observar como existe una intención de normalizar y acostumbrarnos a estas prácticas.
Creemos oportuno profundizar y desgranar 2 elementos con relevancia deontológica, legal y sanitaria,  y alto precio en derechos sanitarios que por cercanía temporal y geográfica hemos contemplado y que no deben transitar inadvertidas:
  1. La confidencialidad médica
Hemos querido iniciar este artículo describiendo la situación vital de padecer una enfermedad grave e incurable, para exponer la situación de vulnerabilidad que supone. En este escenario los/las sanitarios/as somos los/las confidentes necesarios/as y, por tanto, estamos obligados a guardar el secreto profesional. El ámbito asistencial necesita ese espacio protegido de confidencialidad y seguridad para garantizar una correcta asistencia y preservar la dignidad de la persona enferma.
El tratamiento mediático que se viene realizando de las personas de actualidad mediática enfermas y encarceladas está quebrantando este derecho a nuestro entender de 2 maneras:
  • Por una parte, la sanidad penitenciaria, la administración penitenciaria o la administración de justicia incurren en una ilegalidad grave cuando violan el secreto médico y filtran las enfermedades, diagnósticos o valoraciones médicas de las personas enfermas recluidas a los que se les contempla aplicar medidas flexibles o traslados de centros penitenciarios. Al padecimiento de una enfermedad grave y a la privación de libertad se le suman la sobreexposición pública  y la violación del derecho a la intimidad y al secreto médico. Muchos medios de comunicación los han filtrado y esto puede producir graves consecuencias, ya que las personas recluidas pueden dejar de consultar síntomas y afecciones con el fin de evitar la exposición mediática, privándoles de su pleno derecho a la asistencia sanitaria. Esta práctica de filtraciones ha permitido avanzar en esta vulneración al punto de observar con perplejidad que una asociación (no sanitaria) ha solicitado públicamente a la administración penitenciaria el acceso detallado de los diagnósticos y enfermedades que padecen determinados reclusos a los que se ha filtrado en prensa que se plantea aplicarles medidas legales correspondientes o acercamientos a cárceles más cercanas a sus domicilios. Y en esta misma dirección se avanza cuando recientemente también determinados partidos políticos han solicitado a un Gobierno de una comunidad que se compartan datos sanitarios con la policía para facilitar la expulsión de personas migrantes. Urge que la sociedad sanitaria y jurídica recuerde que el derecho a la confidencialidad médica  nos asiste independientemente de nuestra condición jurídica, nos ampara el derecho de que sólo sean conocedores de nuestras enfermedades y pronósticos aquellos que nosotros autorizamos, para poder facilitarnos la vivencia del proceso vital e íntimo que nos ha tocado vivir y garantizar el acceso a la óptima atención sin temor a que se difundan datos en nuestro perjuicio.
  • En este contexto de una medicina penitenciaria debilitada y dependiente, se produce otra vulneración de la confidencialidad quizás de una forma más indirecta, pero a nuestro parecer igual de preocupante, cuando algunas personas privadas de libertad gravemente enfermas se han visto obligadas a renunciar a su derecho a la intimidad y confidencialidad para poder denunciar la vulneración de otros de sus derechos (sanitarios y penitenciarios). Esto es algo que en una sociedad sana no debe producirse. Cuando ha de realizarse, la forma de no atentar contra la dignidad de la persona enferma al hacer públicos datos médicos confidenciales es la de realizarlo siempre con su consentimiento, focalizando en la defensa de derechos humanos, como dato indicativo o exponente de la vulneración sanitaria que se denuncia, y con rigor y respeto. Abriendo así el debate sobre la Sanidad Penitenciaria, con el objetivo de construir una sanidad penitenciaria garantista que favorezca finalizar con la revelación pública de datos médicos como denuncia.

  1. La temporalidad, terminalidad y los criterios temporales estrictos de esperanza de vida:
La ley no exige que un enfermo sea “terminal” para contemplar la excarcelación u otras medidas de flexibilización, pero en este sentido todavía persisten arraigados con fuerza los conceptos de temporalidad y terminalidad, y se hizo muy explícita la intencionalidad punitiva para que determinadas personas con enfermedades muy graves e incurables recluidas salgan únicamente de prisión para fallecer en libertad en el periodo más breve posible; cuando hace unos 5 años se originó una viva polémica por la excarcelación de un enfermo muy grave incurable y con claro y evidente peligro patente para la vida, concretamente un enfermo con cáncer metastásico.
Las personas que asistimos a seres humanos con enfermedades graves, avanzadas, incurables y evolutivas sabemos que, aparte de aliviar los síntomas, lo que otorga la dignidad a este periodo de vida es precisamente el poder realizar las actividades vitales que la enfermedad te permite. Pensar que una enfermedad no es grave, avanzada e incurable porque la persona que la sufre puede andar, pasear o comer es no tener conocimiento absoluto de la enfermedad ni de los fallecimientos. Es precisamente lo que pretende proteger la ley de muerte digna: mejorar los cuidados y la atención en una situación de enfermedad grave avanzada y evolutiva, y dar capacidad de decidir el límite personal de la dignidad y el sufrimiento en nuestro proceso vital final.
Es en mitad de un proceso de excarcelación de un enfermo grave, avanzado, incurable y evolutivo -concretamente un paciente con SIDA avanzado- cuando se materializa la interpretación de enfermedad muy grave e incurable como enfermedad terminal y agónico, y se aprueba la Instrucción 3/2017 de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que, sin ninguna habilitación legal para ello, interpreta peligro patente para la vida como peligro inminente o periodo muy corto de vida (dos meses concretamente, según el Ministro de Interior de entonces), otorgando a los médicos penitenciarios la función de una especie de policía sanitaria. Función médicamente imposible de realizar y deontológicamente muy cuestionable. Peligro patente significa un riesgo de fallecimiento aumentado por enfermedades (por ejemplo enfermedades cardíacas o de los vasos sanguíneos que aumentan las probabilidades de infartos y hemorragias, trastornos mentales graves con elevado riesgo de suicidio, enfermedades que afectan a las defensas ante infecciones graves que pueden ser mortales…) y es un concepto independiente de la temporalidad estricta. 
A día de hoy, no existen en medicina herramientas pronósticas fiables que predigan fehacientemente el pronóstico temporal de los/las pacientes con enfermedades graves e incurables ni de los que tienen peligro patente para la vida (y debemos añadir que vistas las orientaciones de nuestra sociedad, donde el dinero, las ideas y las prácticas políticas están demasiado a menudo por encima de los derechos humanos, nos debemos alegrar por ello). La terminalidad o el final de vida o la enfermedad avanzada e incurable son términos MÉDICOS que se asientan sobre el cuidadoPor lo tanto, no son términos temporales, jurídicos ni penitenciarios. De hecho, a día de hoy en medicina la palabra terminal está cada vez más en desuso y se utiliza paciente con enfermedad grave avanzada y evolutiva.
Además de que la ley no exige que una enfermedad sea terminal para la excarcelación y que  no existen herramientas efectivas para medir los horizontes de vida con tanta exactitud; al introducir la temporalidad se excluyen muchísimas enfermedades graves incurables y con peligro patente para la vida, empezando por todas las enfermedades mentales graves, enfermedades que ocasionan mucho sufrimiento al paciente. Sería impensable imaginar a los/las profesionales en el ámbito sanitario de nuestra salud pública decidir y polemizar sobre la idoneidad de medidas o tratamientos sanitarios y humanitarios en base a su condición jurídica, de los tipos y naturaleza del delito, en base a criterios o juicios morales,  éticos o de cualquier otra índole, ni escucharles comentar públicamente, con nombre y apellidos, enfermedades y características de pacientes.  De todo este atolladero solo saldremos entendiendo que la salud penitenciaria y pericial son parte fundamental de la salud pública, que no puede estar separada de ella ni ser dependiente de otras administraciones. La medicina penitenciaria y la medicina legal y forense tienen que formar parte de la Sanidad Pública.
Hemos leído con mucho interés cómo la Sociedad Española de Hematología ha realizado una labor sanitaria y pericial ejerciendo de contrapeso de administraciones sanitarias no independientes para defender derechos sanitarios en el caso concreto del ex ministro enfermo y encarcelado. Para que las sociedades médicas científicas y la comunidad sanitaria no quedemos empañadas en este maremágnum de arbitrariedad, sobreexposición, juicios no sanitarios, discriminaciones, falta de independencia y descrédito profesional, nos toca demostrar que los criterios aplicables por enfermedad los defendemos por igual a todos las personas enfermas recluidas, nos toca vencer la arbitrariedad en el ámbito de la salud y la dignidad humana, nos toca comprometernos con la  independencia profesional y de calidad hasta que la sanidad penitenciaria y pericial formen parte de nuestro sistema público de salud. Porque la independencia profesional y la formación en derechos humanos es la que otorga credibilidad, rigor, respeto y confianza a la población; es más difícil manipularla por los vientos ideológicos-políticos del momento; ya que gravita en su propio eje sanitario técnico objetivo y de igualdad. Es la única receta contra la desigualdad, la discriminación, la arbitrariedad o el descrédito profesional. Es la que nos convierte a los/las médicos/as en garantes de derechos humanos y no en avalistas, cómplices o colaboradores de sus vulneraciones.
El Comité para la Prevención de la Tortura y los tratos o penas inhumanos o degradantes del Consejo de Europa  en su informe del 2011, considera que una inadecuada asistencia sanitaria en centros penitenciarios puede conducir rápidamente a situaciones que se consideran tratos inhumanos y degradantes. El pasado mes de febrero, el Defensor del Pueblo en el País Vasco realizó una campaña a favor de la dignidad en la enfermedad; se trata precisamente de eso, de la dignidad humana en una situación de gran vulnerabilidad como es una enfermedad grave. Quienes conocemos, convivimos y asistimos a seres humanos con enfermedades graves, avanzadas, incurables, con discapacidades, con el riesgo y el miedo a un fallecimiento precipitado, tenemos la certeza de que la reclusión en un centro penitenciario y la negación del acompañamiento libre de restricciones de sus allegados/as y de actividades que agregan dignidad humana a estos procesos vitales, así como los propios fallecimientos previsibles en prisión, han de adquirir la categoría de trato inhumano y degradante.
Estamos convencidos/as que en el camino nos encontraremos con quienes trabajan para construir un sistema penal, más garantista, de mayor eficacia rehabilitadora y preventiva que la actual. Tanto dentro como fuera de la prisión. En este Hospital Clínico Universitario existe el área de Recepción Hospitalaria, área en el que las personas profesionales de la medicina deben velar por la salud y bienestar de las personas presas que llegan. Haced valer el código deontológico que firmasteis.




ESTUDIANTES DE MEDICINA Y ENFERMERÍA, DEFENDED EL CÓDIGO 
DEONTOLÓGICO DE LA PROFESIÓN EN LAS PRISIONES

Nos encontramos delante de la Facultad de Medicina de Valladolid, así como en otras partes del territorio nacional, para haceros llegar quienes estudiáis la voz de aquellas personas que están encarceladas, las presas.

Queremos haceros llegar la denuncia de la situación que sufren las personas presas en cuanto a su salud se refiere: desatención sanitaria,  dispensación farmacéutica masivas de pastillas de forma negligente, y condiciones de higiene y de salubridad deficitarias. Además, estamos denunciando que se esté incumpliendo el Artículo 104.4 y 196 del Reglamento Penitenciario y el Artículo 91 del Código Penal, que contemplaría la excarcelación de las personas gravemente enfermas. En las cárceles de España se han registrado 139 muertos entre 2011 y 2016. En el 2018, la cifra de personas que murieron dentro de prisión aumentó un 43% respecto al año anterior. Nadie asume responsabilidades, los carceleros y carceleras, así como los responsables sanitarios, gozan de impunidad antes estas muertes, a veces de dudosas causas. Los médicos suelen actuar como encubridores de los carceleros: falseando partes médicos, distribuyendo fármacos psiquiátricos a personas sin diagnósticos de trastornos mentales y callando ante abusos y maltratos. Es por ello que estemos hoy aquí.

A pesar del silencio que existe en torno a la cárcel y del peligro que supone denunciar a Instituciones Penitenciarias, desde hace ya más de 3 años, presos y presas de todo el Estado inician ayunos y huelgas de hambre colectivas para reivindicar 14 puntos, puntos que simplemente reflejan derechos de la Ley que deberían cumplirse. El pasado 1 de septiembre se realizó una huelga de hambre para exigir la excarcelación de las personas presas con enfermedades graves y denunciar la desatención sanitaria.

Como futuros médicos ejerciendo la profesión, será vuestra responsabilidad velar por el cumplimiento del código deontológico de la medicina, o violar dicho código para vuestra propia vergüenza y el sufrimiento de los seres humanos encarcelados. Finalmente, queremos remarcar la responsabilidad colectiva que asume el Colegio de Médicos, institución que debería presionar para no depender de Instituciones Penitenciarias, para que los servicios sanitarios penitenciarios dejen de estar subordinados a la institución carcelaria y  en concreto a los directores de las prisiones y puedan volver a depender del Ministerio de Sanidad y ejerzan libremente su profesión de forma segura, denunciando las torturas a seres humanos, algo que suena muy grave y que ocurre a diario en las cárceles españolas.

¡Demos apoyo sanitario a las personas enfermas en prisión!

¡Exigimos la implicación, la responsabilidad, y el posicionamiento del personal sanitario ante la desatención médica y las muertes en prisión!

¡NO MÁS MUERTES EN PRISIÓN!



Más información:

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















ARCHIVO

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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."