El trabajador George P., un joven rumano de 20 años, estaba reformando la cubierta de un edificio de cinco plantas cuando se precipitó al vacío. No se pudo hacer nada por su vida I.M.L. / Aranda [diario de Burgos]
La tarde de ayer se tiñó de luto en la capital ribereña tras registrarse el primer accidente laboral con resultado de muerte en lo que va de año. En torno a las 18 horas, el servicio de Emergencias Sanitarias 112 recibía una llamada avisando de que un trabajador se había caído del tejado de un edificio de la calle Somosierra, con una altura de 17 metros. Al llegar el equipo, escoltado por una patrulla de la Policía Local que acudió a reforzar el dispositivo del Cuerpo Nacional de Policía, se encontraron en el suelo de un descampado a George P., un joven rumano de 20 años, que se hallaba en parada respiratoria y con un fuerte golpe en el costado izquierdo.
El equipo sanitario comenzó las maniobras de reanimación cardiopulmonar propias en estos casos y, tras más de media hora de esfuerzos, desistió al no conseguir que el accidentado recuperase las funciones vitales.
A la espera de los resultados de la autopsia, que se realizará en el Instituto Anatómico Forense de Burgos, hasta donde se trasladó el cuerpo, los facultativos del 112 apuntaron que podría tener un fuerte traumatismo en el cuello, además de probables fracturas internas y órganos afectados.
Joven y audaz
El fallecido llevaba pocos meses residiendo en la capital ribereña, hasta la que se había trasladado para estar cerca de su novia. La empresa Cubiertas Arama, ubicada en Villalba de Duero, le había contratado hacía apenas 15 días para desempeñar las labores propias de la reforma y fabricación de tejados. Un empleo de riesgo a causa de las condiciones de altura a las que se tienen que desarrollar las faenas.
La causa del accidente podría haber estado en una negligencia por parte del trabajador. Los facultativos del servicio de Emergencias Sanitarias tuvieron que retirar el arnés que llevaba el accidentado para comenzar las labores de reanimación, lo que deja claro que en la obra se guardaban las medidas de seguridad obligatorias en estos casos. Sin embargo, los compañeros de obra del fallecido comentaron a DB que quizá antes de precipitarse al vacío debió de soltarse la cuerda de seguridad para asomarse al borde del edificio «a mirar cómo subía la máquina o algo así» y, en ese momento, debió de perder el equilibrio, lo que le hizo caer al vacío.
Algunos de los vecinos de los edificios colindantes llegaron a afirmar en el lugar de los hechos que algo así era de esperar. Una residente en un bloque de pisos cercano y cuya vivienda se encuentra a una altura superior al tejado del edificio desde el que cayó George P. comentó que en ocasiones había visto a la cuadrilla de obreros trabajar sin utilizar las medidas de seguridad que ella entendía que debían ser obligatorias.
En el alero del tejado se apreciaba aún colocada la red que actúa de quitamiedos y que evita que caigan al suelo las herramientas o materiales de construcción que pudieran rodar por la cubierta, pero que, en esta ocasión, no pudo parar la caída de este trabajador, que encontró la muerte lejos de su país natal y de su familia.
[Ndr: otra muerte en el curro, otro asesinato legalizado por la justicia burguesa al servicio del capital. En el periodicucho del que extraemos la información, una chica comentaba lo siguiente:
"No es verdad lo que dicen!!!!El chico no tenia ningun arnes!Tampoco sus companeros tenian algun arnes.Despues del accidente han subido todos en el tejado y se han puesto los arneses,pero antes no tenia ninguno algun arnes!Como pueden decir tantas mentiras???Yo les visto alli a trabajar todos los dias sin engancharse porque vivo en un bloque cercano.Es una pena por este chico tan joven!!!El jefe tiene la culpa!!!Asi que tiene que pagar por ser iresponsable!!!Pero una vida no tiene precio!!!"
Y por desgracia así es. La vida de un obrero no tiene precio... al menos hasta que los y las trabajadores, hartos de explotación, miseria y muerte, nos organicemos para luchar contra los culpables de este asesinato y de tantos otros, los culpables de nuestra vida de incertidumbre y precariedad, del exterminio planetario y el sometimiento de la especie humana y todas las demás. Cualquier muerte en el curro es intolerable. Y algunos no olvidamos a pesar de que la prensa esconda estas noticias en el último rincón del periódico. No olvidamos, por ejemplo, como otro trabajador -también arandino- murió en las obras de IKEA en Valladolid al caerse, también, del tejado del edificio en construcción.
A los burgueses queremos ver en los tejados, en vuelo libre que acabe con su existencia despreciable.]
Fallece un obrero tras caer desde un tejado a 17 metros de altura
Posted by
valladolor
sábado, 10 de septiembre de 2011
Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com