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Continuando con nuestra tarea de contribuir al desarrollo y la extensión de la lucha de clases, pretendemos señalar y denunciar lo que podríamos calificar como "el enemigo interno", es decir, aquellos sindicatos, que reclamándose como parte de la clase trabajadora, son conocidos por sus prácticas antiobreras y por el mantenimiento de la "paz social" a toda costa (bonito eufemismo para denominar a la paz impuesta a lxs sometidxs, mediante toda la violencia que sea necesaria, por parte de sus opresores).
En el Estado español los dos mayores representantes de este "enemigo interno" son las estructuras sindicales de UGT y CCOO (aunque no los únicos).

Antes de entrar más a fondo en la exposición de motivos que nos lleva a adoptar este calificativo para denominar a estos sindicatos queremos hacer un ejercicio de honestidad para que nadie se llame a engaño.
Quienes elaboramos estos artículos nos encontramos dentro de una cierta "tradición", de prácticas e ideas, que se reconoce dentro de la autonomía obrera y que defiende sobre todas las cosas la independencia organizativa y política de la clase obrera.
Este principio, en el caso concreto de la cuestión sindical lleva a algunos a la negación del sindicato como institución necesaria para el desarrollo de la lucha de clases por dos razones principalmente:
 1) Que, como dijo la AIT en su manifiesto inaugural, la emancipación de la clase obrera tiene que ser obra de lxs obrerxs mismxs y por ello en ciertas ocasiones la figura del sindicato, en vez de ser un motor necesario para la lucha, puede conllevar una práctica de delegación que haga que lxs obrerxs se desvinculen de los temas que les afectan directamente, lo que a la larga supondría en lugar de un motor, un freno, al promoverse la pasividad, la desmotivación y el individualismo.
 2) Que la conversión del sindicato en institución mediante su integración en el aparato estatal para hacer de mediadores en los conflictos entre proletariado y burguesía, los limita en su acción al marco de la "paz social" (porque es esta misma la que legítima su posición) y los convierte, no en dinamizadores de la lucha de clases, sino en correas de transmisión necesarias para el poder dentro del sistema capitalista (la otra cara de la moneda del capataz que ejerce con gusto la función de "matón empresarial" pero en su versión sindical).
La financiación por parte del Estado de estos organismos hace imposible su independencia.

Y sin embargo, al mismo tiempo, sabemos que la lucha económica, de resistencia, de la clase trabajadora, no es una simple cuestión de formas. El sindicato integrado es igual de inerte que la asamblea cooptada por unos estalinistas.
Es, por tanto, la realidad actual de la lucha de la clase trabajadora la que nos lleva a subrayar el papel de enemigo interno de estos sindicatos vendidos.

Para ejemplificar la degradación progresiva en la defensa de los derechos de lxs trabajadorxs que llevan practicando estos sindicatos, desde su legalización en la época de la Transición hasta nuestros días, basta con tomar como ejemplo el papel que han jugado en la reciente huelga del Metal en la bahía de Cadiz.
En el marco de las negociaciones para la firma de un nuevo convenio colectivo del sector del metal, la FEMCA (patronal del metal en Cádiz) llega a un acuerdo con UGT, con la connivencia de CCOO que esta vez se ha puesto de perfil (en otras ocasiones estos papeles se intercambian).
Dicho acuerdo supone la consolidación de la pérdida de derechos laborales que han venido sufriendo lxs trabajadorxs del metal en Cádiz desde 2012, con la excusa de la crisis, en un momento donde la carga de trabajo vuelve a la Bahía por lo que se intenta su blindaje hasta 2032, periodo de vigencia de dicho convenio (demostrando que cuando a la patronal le interesa si que se pueden pactar convenios con largos periodos de vigencia). Esta pérdida de derechos viene reflejada por unos salarios a la baja (manteniendo la línea adoptada en tiempos de crisis, cuando ahora la situación ha cambiado y no se espera que vuelvan esos tiempos en los próximos años) que no garantizan el poder adquisitivo perdido en los últimos años, ninguna mejora en cuanto a seguridad o estabilidad de los puestos de trabajo y un total abandono de lxs trabajadorxs de las subcontratas que son aquellxs que más sufren la temporalidad y la precariedad, dejando un mensaje alto y claro: solo negociamos "migajas" para nuestros propixs afiliadxs, el resto nos importa entre muy poco y nada de nada. Tremendo descaro y falta de vergüenza para quienes se dicen "defensores de la clase obrera".

Este acuerdo se ha llevado a cabo a espaldas de las asambleas de trabajadorxs e incluso después, cuando estás se habían negado a someterse a tal abuso y habían empezado a movilizarse (apoyados en los sindicatos CGT y CTM), llegando a convocar una huelga indefinida que ha durado 23 largos días con protestas a diario (lo que deja bien a las claras que este acuerdo carecía del apoyo mayoritario de lxs trabajadorxs del metal). La postura de UGT y CCOO ha sido alinearse con la patronal, ninguneando a los sindicatos convocantes por una supuesta falta de representación (pese a que en los tajos, las asambleas y las calles se veía claramente lo contrario), tildando las manifestaciones de "ilegítimas" y criminalizando a lxs trabajadorxs en lucha, acusándolos de promover actos vandálicos ("poco quemamoh" para lo que merecen, a decir verdad).

Estás practicas, modos y maneras que podemos calificar como antiobreras con toda claridad no son un caso puntual ni algo de los últimos tiempos; son la línea que vienen adoptando progresivamente los "sindicatos mayoritarios" en todos los sectores y empresas a lo largo del Estado. Se han convertido sin lugar a dudas en la correa de transmisión de los deseos de la patronal, adoptando una suerte de juego de roles en donde la patronal hace de poli malo y estos sindicatos hacen de poli bueno, para que lxs trabajadorxs acepten la precariedad como una condena inevitable bajo la ilusión del mal menor.

Es por eso que desde aquí les señalamos y acusamos de ser el "enemigo interior" y le pedimos al conjunto de la clase obrera que les niegue la representatividad que dicen ostentar cuando lleguen a acuerdos que sean perjudiciales a sus intereses sin tan siquiera consultarles.

No son los defensores de la clase trabajadora, son los mamporreros del capital.
    

POR LA UNIDAD OBRERA




 

Para que el proletariado no sea cada vez más aplastado en la esclavitud salarial y la impotencia social, ¡unificación de todas las capas proletarias, empleadas y desempleadas, contra el colaboracionismo y contra la competencia cada vez más aguda entre proletarios!

 

 

 

La crisis pandémica de los dos últimos años parece haber ocultado las verdaderas razones de la crisis industrial y financiera que atenaza al sistema capitalista de forma cíclica.

 

La contradicción entre el capital y el trabajo inherente al modo de producción capitalista -aumento progresivo del capital constante (maquinaria, nuevas tecnologías, materias primas, edificios, etc.) frente a una tendencia a la disminución proporcional del capital variable (salarios)- conduce a un aumento de la competencia en los mercados y a una inevitable sobreproducción de mercancías y de capital en relación con su posible localización, desencadenando así crisis cíclicas en el sistema capitalista que llevan a una búsqueda frenética de nuevos mercados (a través de guerras comerciales, políticas y financieras) y de mano de obra más barata a ritmos de trabajo más elevados, para hacer más competitivas las mercancías de cada empresa en un mercado internacional saturado.  En consecuencia, los capitalistas se ven impulsados a deslocalizar ciertas empresas a otros países donde el trabajo asalariado es más productivo, es decir, cuesta menos por unidad producida. Este es el caso, sobre todo, de las multinacionales, que son la expresión emblemática de la fase imperialista del capitalismo, es decir, aquella fase de desarrollo en la que el capital excedente, para ser explotado, emigra del ahora restringido ámbito nacional a otros países para conquistar salidas al mercado o donde, precisamente, la extracción de plusvalía y, por tanto, la explotación del trabajo es mayor.

 

La plusvalía es el valor del tiempo de trabajo no remunerado del asalariado que el capitalista se embolsa en la propia fuente de producción. Cuanto más aumenta la técnica y la tecnología introducida en la producción, más disminuye el tiempo de trabajo diario que corresponde a la parte diaria del salario acordado con el trabajador, y más aumenta el tiempo de trabajo diario no remunerado, que corresponde, precisamente, a la plusvalía. Pero la técnica y la tecnología cada vez más innovadoras aplicadas a la producción y la distribución permiten al capitalista obtener la misma cantidad de producción, e incluso aumentarla, con menos trabajadores. Los parados, los "despidos", son una consecuencia directa del desarrollo del capitalismo, formando ese ejército industrial de reserva del que habla Marx en El Capital: así, el exceso de trabajadores va acompañado de un exceso de mercancías y de capital, poniendo en crisis todo el sistema económico y social.

 

Los grandes trusts, las grandes multinacionales, son una de las expresiones más típicas de la concentración capitalista con la que el capital trata de hacer frente a las crisis de sobreproducción y de equilibrar, aumentando enormemente la masa de sus beneficios, la tendencia a la baja de la tasa media de ganancia, la verdadera bestia negra del capitalismo.

Por tanto, no es una historia reciente que las multinacionales desinviertan en un país y se instalen en otro.  En los últimos 40 años, muchas fábricas multinacionales han abandonado Italia, lo que ha hecho que la tasa de desempleo del país se dispare. Sin embargo, a través de los amortiguadores sociales y la absorción de parte de los despidos en los servicios, tal vez creando empresas ad hoc que sólo existen sobre el papel, el capitalismo nacional ha garantizado hasta ahora una cierta paz social. El Estado burgués es el administrador y garante de esta política.

 

La indignación de estos días por parte de los sindicatos tricolores y los distintos partidos del arco constitucional hacia las políticas de las multinacionales forma parte de las muchas mistificaciones burguesas. El decreto-ley sobre trabajo y fiscalidad del 30 de junio lo deja claro. De hecho, el Gobierno de Draghi dio luz verde a la liberación de los despidos, con la excepción, por el momento, del sector textil, dejando vía libre a los empresarios para deshacerse del exceso de mano de obra. De hecho, con la abolición del artículo 18, los sindicatos italianos y el gobierno ya han sellado un importante resultado formal al disipar el mito de los derechos adquiridos también con respecto al lugar de trabajo.  La huelga de dos horas del 19 de julio declarada por Fiom, Fim y Uilm, es la hoja de parra de los confederados que, con su precioso trabajo oportunista, acompañan desde hace décadas la política antiobrera de los distintos gobiernos que se han sucedido hasta ahora.            

Las cerca de 47 mesas de crisis abiertas actualmente en Mise suponen que al menos 50.000 puestos de trabajo están en riesgo.

Los amortiguadores sociales se siguen utilizando en los países capitalistas más avanzados, como Italia, pero a medida que disminuye la extracción de plusvalía, los márgenes de utilización de las políticas sociales son cada vez más estrechos. La duración de estos amortiguadores es cada vez más corta y los pagos son cada vez más pequeños.

Esto dará lugar a un choque social que promete ser cada vez más sangriento.

 

El gobierno burgués, como siempre, en situaciones de crisis aguda, donde están implicadas las fábricas históricas, no puede hacer más que tomar posiciones formales y abstractas sin perjudicar los intereses de las empresas. Ejemplos de ello, a estas alturas, son la moción aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputados, que compromete al gobierno de Draghi a salvar la planta de Whirlpool en Via Argine, Nápoles, pero no está claro cómo; otra moción, esta vez aprobada por el consejo regional de Toscana, que protege, al menos sobre el papel, a los 422 empleados de la planta de GKN en Campi Bisenzio, en la provincia de Florencia, pero que de hecho siguen en situación de despido temporal; y de nuevo, la declaración del presidente de la región de Campania, De Luca, quien, en el comunicado nº 103 emitido tras la reunión con los sindicatos y trabajadores de Whirlpool, define la situación como insostenible y "espera", junto con sus asesores, que la próxima reunión con el presidente Draghi pueda representar un "punto de inflexión" en el conflicto al comprometer a una de las mayores empresas del país en un plan serio y creíble de reindustrialización.

 

El Estado, como sabemos, es el comité de empresa de la burguesía, y ninguna medida afectará en absoluto a los intereses generales de las empresas. Estas declaraciones no son más que posturas, que defienden una democracia formal de la que alardean constantemente todas las instituciones, pero que en realidad ocultan la dictadura de clase de la burguesía.

Sin embargo, no faltan las luchas y las reacciones espontáneas de los trabajadores.

Por ejemplo, tras el anuncio, el 9 de julio, del cierre de la fábrica GKN por parte de su propietario, el fondo inglés Melrose, los trabajadores protestaron forzando las puertas y ocupando la fábrica en asamblea permanente durante varias semanas. Dos días antes, la empresa había hablado de contratación y dos días después, al finalizar el turno de trabajo, la multinacional anunció el despido colectivo por correo electrónico.

El 27 de julio, ante el estancamiento, los mismos trabajadores salieron a la calle y organizaron una manifestación, intentando canalizar las protestas de los trabajadores de la cadena de suministro y otros.  Unas 40 ambulancias con sirenas a todo volumen y otros ciudadanos se apresuraron a apoyar a los 422 empleados despedidos. Había miles de manifestantes. Había un atisbo de solidaridad entre los trabajadores, aunque tuvieran que vadear el laberinto del corporativismo ingeniosamente inculcado por los sindicatos colaboracionistas.

También en este caso sólo hubo indignación por parte del gobierno. La Viceministra de Desarrollo Económico, Alesssandra Todde, declaró: "El comportamiento de la empresa fue inaceptable. Cerrar una planta de golpe con un correo electrónico da la idea de mirar sólo la lógica del beneficio (¡sic!) sin respetar la dignidad de los trabajadores y el respeto a la legislación y la negociación italiana. Hemos estado en contacto con la dirección italiana y "DESEAMOS" que den un paso al frente y cambien su actitud.

Pero, ¿cómo puede cambiar su actitud una empresa multinacional que sólo persigue y existe para obtener beneficios? ¿Qué pasa con la liberación de los despidos? La dignidad de los trabajadores es pisoteada en primer lugar por la mala fe de la ministra y del gobierno que representa.  "Todo es culpa del excesivo poder de las multinacionales", se hicieron eco los partidos y los sindicatos. Entonces, frente a este "poder excesivo", sólo se puede "ESPERAR" que las cosas se arreglen debido a un súbito remordimiento y sentimiento de culpa por parte de algún capitalista con rostro humano? Pero las desinversiones no se detienen.

Timken en Villa Carcina (Brescia) también despidió a 106 empleados de la noche a la mañana. El secretario general de Fiom en Brescia "expresa el deseo" de que se vuelva a la congelación de los despidos y se acelere la reforma de los amortiguadores sociales para proteger a los trabajadores incluso en situaciones de crisis.  Tal vez no recuerde que en años pasados fueron los sindicatos italianos los que defendieron y fomentaron el recorte de la seguridad social con el lema "no a la asistencia, sí al trabajo".  En vista de las crisis que se avecinan, sabían que esta afirmación no hacía más que desconcertar, ya que el trabajo sería cada vez más precario y para menos trabajadores.

En otra empresa en crisis, Sider Alloys, antes Alcoa, en Portovesme (CA), después de los despidos y el fondo de despido, el gobierno, en respuesta a las protestas, concedió la movilidad con carácter excepcional, proporcionando así sólo un soplo de aire fresco parcial y temporal.

Sin embargo, las medidas más suaves afectan a la multinacional holandesa Stellantis, nacida de la fusión de los grupos PSA y Fiat Chrisler Automobiles, que controla 14 marcas de automóviles. Teniendo en cuenta la composición social de sus empleados, la empresa ha previsto unas 800 prejubilaciones y una salida incentivada para 160 trabajadores de Carrozzeria Mirafiori.  También se ofrecerán incentivos de despido para las Meccaniche, las Presse y las Costruzioni Stampi, también situadas en Mirafiori, así como para Teksid en Carmagnola y la antigua Tea en Grugliasco.

Pero la mayoría de las situaciones de crisis parecen concentrarse en el sur y las islas. Desde finales de los años 70, se han cerrado cientos de fábricas mediante el uso de Cig, lsu, la movilidad y las prejubilaciones. Muchas empresas se enfrentan actualmente a esta crisis irreversible. La antigua Ilva de Taranto, un gigante del acero, está moribunda. En estos momentos se encuentra retenida por una ampliación de capital de 400 millones de euros tras un acuerdo en 2018 entre la multinacional Arcelor Mittal e Invitalia, empresa controlada por el Ministerio de Economía. Pero a partir de junio de 2021 se ha disparado el Cig para 4000 trabajadores. El sindicato media con una huelga estéril y una guarnición en la prefectura tratando de evitar una posible conexión con los trabajadores de Ilva en Génova. La coordinación entre los trabajadores de las dos plantas dificultaría el control de las luchas, pero, sobre todo, sería un ejemplo a seguir para los trabajadores de las otras empresas, consideradas demasiado peligrosas por sindicatos, partidos y gobierno.

La lucha de los trabajadores de Whirlpool en Nápoles ha estado en todas las noticias de la radio, la televisión y los periódicos.  El tira y afloja entre los trabajadores y la empresa ha hecho oscilar las medidas de la multinacional estadounidense. En las diferentes reuniones del Mise se han producido los habituales "varazos" hacia la empresa americana por parte del gobierno, pero, de hecho, como recordamos, la liberación de los despidos ha favorecido a la multinacional americana que ha tenido las manos libres para los despidos masivos desde el 1 de julio de este año. Los trabajadores fueron relegados a asambleas y protestas dentro de la propia fábrica durante meses. Pero la situación no se resolvió, salvo una primera concesión de Cig otorgada por la propia empresa. La lucha se trasladó entonces al exterior de la fábrica. Los trabajadores alzaron la vista y comenzaron a ocupar primero las autopistas, luego el aeropuerto y finalmente el puerto de Nápoles, bloqueando las salidas de los transbordadores e hidroalas hacia las islas desde el muelle de Beverello. En el Maschio Angioino se colgó una gran pancarta con la inscripción WHIRLPOOL. Procesiones espontáneas en el centro de la ciudad.  Las acciones de huelga dieron cierta visibilidad a los trabajadores. 

Lo mismo ocurre con los parados organizados de la zona de Nápoles. El actual "Movimiento de Desempleados 7 de Noviembre" lleva casi una década luchando por un puesto de trabajo. Entre ilusiones, promesas y denuncias forman parte de una potencial protesta colectiva, pero desunida, sin conseguir nunca superar el aislamiento de facto entre ellos y los trabajadores de la fábrica y los despedidos, salvo en las manifestaciones de solidaridad.  El aislamiento y el corporativismo que está arraigado entre los trabajadores ya que la dirección de las luchas sigue estando en manos de los sindicatos y partidos oportunistas.

Dada la situación, la burguesía ha decidido atacar de frente.  El traslado a lugares más productivos y la reducción de la mano de obra es una necesidad urgente para el imperialismo a nivel internacional. Y por ello se hace aún más necesaria la labor policial que los sindicatos confederales junto a los falsos alternativos realizan en las filas del proletariado.

 

Para romper este aislamiento, los proletarios despedidos y desempleados deben organizarse en una coordinación única que implique también a las fábricas activas. Pero para concretar esta coordinación, deben elaborar un programa de lucha unitario donde las reivindicaciones deben tener en cuenta únicamente los intereses del proletariado. Es decir, utilizando los métodos y medios de la lucha de clases:

- Huelgas sin preaviso, reducción drástica de la jornada laboral por igualdad salarial, delegados revocables en cualquier momento.

- Para los desempleados: salario de trabajo o salario de desempleo.

 

Reivindicaciones históricas, pero para ponerlas en práctica, los proletarios deben sacudirse décadas de práctica oportunista, colaboracionista y corporativista de los sindicatos tricolores, mediante la creación de organismos inmediatos e independientes de todo interés corporativo y oportunista.

La reanudación de la lucha de clases sólo se producirá a través de una serie de intentos de unificar a los proletarios de todos los sectores, de todas las edades, de todas las nacionalidades, ya sean activos o desempleados, y con el objetivo de organizarse en torno a reivindicaciones que defiendan exclusivamente los intereses proletarios. El camino es largo, difícil, plagado de trampas de todo tipo que los paladines del colaboracionismo interclasista no dejarán de inventar y aplicar. Pero es el único camino para el proletariado si no quiere ser aplastado cada vez más en las condiciones de impotencia y esclavitud.

Sólo con la reanudación general y duradera de la lucha de clases bajo la dirección de su partido comunista revolucionario, el proletariado aprenderá no sólo a luchar por objetivos unificadores inmediatos, como en una verdadera escuela de guerra, sino también a prepararse para luchar por objetivos políticos más generales e históricos -resumidos en la sociedad comunista, es decir, sin clases, de la especie- para cuya realización tendrá que derrocar el poder político de la clase enemiga por excelencia, la clase dominante burguesa.   

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

2 de agosto de 2020

       www.pcint.org







1º de Mayo: ¡Por la revolución social!






CONVOCATORIA UNITARIA de manifestación para el 1º de mayo en Valladolid:

Este año, el recorrido de la manifestación es de Plaza de la Libertad (Centro) a  Parque de la Paz (Delicias), empezando a las 12.00 h. En Parque de la Paz, tras la llegada de la manifestación:
  • Mitin
  • Paella y comida vegana
  • Actuaciones de cantautores
A continuación puedes leer el manifiesto conjunto de las organizaciones que haremos juntas el recorrido de este Primero de Mayo de 2017:



El 1º de mayo, día Internacional del Trabajo, se conmemora el asesinato de un grupo de trabajadores a los que condenaron a muerte en EEUU, por reivindicar la jornada laboral de 8 horas.
A lo largo de la historia han sido cientos de miles las personas de la clase trabajadora que han pagado con sangre, represión y cárcel su lucha por el reconocimiento y conquista de nuestros derechos: regulación de jornadas, salarios y condiciones dignas de trabajo.
Sin embargo, desde la consecución de cada uno de estos derechos se ha puesto a funcionar la maquinaria del Sistema para destruirlo, llevándonos en la actualidad a situaciones propias del siglo XIX: jornadas de 12/16 horas, trabajo en sábados y festivos, despidos instantáneos, salarios de miseria y abusos de toda índole.
El capitalismo no lograría sus fines si existiera un frente obrero  y fuerte, unido en la defensa de los intereses de la clase trabajadora. Si no lo conseguimos, este sistema  seguirá fortaleciéndose a base de la explotación y el control de cada uno de nosotros y de nosotras. Creando “crisis” que arrasan nuestros derechos y libertades, leyes mordaza  para que las personas que manifiestan su opinión acaben en la cárcel.
Mientras, los corruptos nos roban con total impunidad. Los bancos, rescatados con dinero público, siguen desahuciando a familias enteras. Vuelven a sacar del siglo XIX el concepto de “caridad”  para cargarnos con la “culpa” de que nuestra situación es producto de nuestros errores, y han de ser las instituciones “caritativas” las que nos “salven”. Cuando lo que tiene que haber es un sistema público y solidario, donde el dinero de nuestros impuestos revierta en derechos sociales para todas y todos: sanidad, educación, prestaciones, pensiones..
Todo lo que ocurre está relacionado entre sí y dirigido por los que ostentan el poder. Su mayor éxito… destruir la conciencia de clase, pues cuando la pierdes comienzas a confundirte de enemigo. Lo vemos en la persona inmigrante, en la compañera de trabajo, en el parado, en la pensionista, en el enfermo. Dejas de pensar en el colectivo y crees que sólo tú mereces sobrevivir, pierdes la dignidad y te conviertes en una herramienta del Sistema como los sindicatos pactistas, que son su herramienta más peligrosa, pues trafican con nuestros derechos a cambio de sus privilegios, otorgándose un poder que no les corresponde.
La única manera de acabar con esto es recuperar nuestra conciencia de clase, nuestra dignidad como personas dotadas de derechos, y principios tan básicos como la solidaridad.
Desde la unidad y la lucha se puede dar la vuelta a este caos organizado.
  • Para acabar con el paro habrá que reducir la jornada, eliminando las horas extras, el trabajo gratuito y en precario.
  • Para que los jóvenes adquieran competencias y formación hay que mantener al trabajador y trabajadora mayor en su puesto de trabajo, garantizando una jubilación digna al finalizar su vida laboral.
  • Para que la igualdad sea real hay que perseguir la discriminación por género, sexo, edad, procedencia o creencias.
  • Para mantener los servicios sociales hay que aumentar los salarios e imponer el pago de impuestos  a las clases ricas y sus grupos especulativos.
Este 1º de mayo reivindica tu dignidad, únete y lucha.  ¡Empieza a construir lo que quieres vivir!
  • Por el reparto del trabajo y de la riqueza
  • Salarios dignos para todas y todos.
  • ¡Renta Básica ya!
  • Libertad de expresión y manifestación, derogación de la ley mordaza
BLOQUE OBRERO, CGT, CNT, PARADOS EN MOVIMIENTO Y TRABAJADORES UNIDOS


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Otras convocatorias:

PALENCIA:

El Primero de Mayo debe ser algo más que las pantomimas que vemos habitualmente montadas por los “sindicatos” que con los Pactos de la Moncloa de 1977 perdieron su función de defensa de la clase trabajadora y se convirtieron en unas piezas más del Estado como sustentadores del “status quo” que tanto perjudica a nuestra clase social, que cuentan con unas cúpulas podridas que “coleguean” con la patronal apareciendo, una vez más,  en la enésima lista de casos de corrupción, cuyo objetivo es aferrarse en sus poltronas, seguir recibiendo subvenciones y mayor “representatividad” cedida de los/as trabajadores/as a través de unos papelitos (nada de tener voz ni pensamiento propios) en las Elecciones Sindicales promovidas por las empresas, a cambio todo esto de tener controlados/as y con miedo a los/as trabajadores/as, y que estas “apariciones” en días claves como el Primero de Mayo casi solo son “poses” para las fotos del periódico comercial del día siguiente para hacer presencia, por lo tanto debemos recuperar el Primero de Mayo como la jornada de lucha reivindicativa que recuerda lo sucedido en 1889 cuando fueron ejecutados y/o encarcelados varios trabajadores anarquistas y anarco-comunistas en Estados Unidos por la huelga general de 1886 en defensa de la consecución de la jornada laboral de 8 horas sin disminución de salario. Todos ellos importantes exponentes en Chicago de la “Asociación Internacional del Pueblo Trabajador” de ideología anarcosindicalista que fueron perseguidos, detenidos, torturados, víctimas de un montaje policial (vemos que en esto tampoco han pasado los años) y un juicio farsa -como reconocieron las autoridades años después- con el doble objetivo de dar un castigo ejemplar para todas las tendencias socialistas de la época y en especial al anarquismo y por otro lado intentar frenar de golpe, criminalizar y perseguir el movimiento que reivindicaba la jornada laboral de 8 horas que gracias a este tipo de luchas acabó implantándose, aquella que hoy seguimos disfrutando.


MADRID: 1º de Mayo anarquista. Acto contra el trabajo y el mundo que lo necesita: http://contramadriz.espivblogs.net/2017/04/18/1o-de-mayo-anarquista-acto-contra-el-trabajo-y-el-mundo-que-lo-ncesita/

ZAMORA: 1º de Mayo. A las 12h en la Plaza de la Marina, la CNT concoca en la cola de la manifestación que saldrá de ese lugar.



Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















ARCHIVO

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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."