Intento de pogromo y razias contra los inmigrantes en Torre Pacheco
Una única salida: la lucha de clase, por encima de toda división nacional, étnica o racial.
En Torre Pacheco, Murcia, después de varias semanas de supuestos incidentes violentos, siempre achacados a inmigrantes marroquíes (varios de ellos bulos propagados por grupos de extrema derecha en redes sociales) se ha asistido a un “estallido racista” en el que centenares de vecinos del pueblo, acompañados por otros centenares de elementos de extrema derecha desplazados hasta allí para participar en los disturbios, se han enfrentado a inmigrantes marroquíes, yendo a buscarles a sus barrios, apaleándoles por la calle, atacando sus establecimientos, etc. Por su parte, los inmigrantes, especialmente los jóvenes, han respondido con contundencia, enfrentándose con los manifestantes y con la policía, dejando varios heridos y algún detenido. De hecho, si se hace caso a la prensa burguesa y a las no menos burguesas redes sociales, los elementos de extrema derecha que prometían una especie de limpieza étnica exprés en el pueblo habrían pagado en sus propias carnes su bravuconería y ni siquiera la ayuda de la policía, la Guardia Civil y la cobertura mediática dada a su favor habría evitado que alguno de ellos haya sido hospitalizado.
Estos sucesos no tienen nada de espontáneos. Desde hace semanas algo similar se venía fraguando: primero fue el frustrado intento de un grupo neo nazi de concentrarse frente al centro de menores de Hortaleza (Madrid), luego las manifestaciones contra la violación de una mujer por parte de un maliense en Alcalá de Henares (también Madrid), finalmente Torre Pacheco. Y durante todo este tiempo en varios pueblos y pequeñas ciudades de España han aparecido carteles llamando a la defensa de la “seguridad ciudadana” y a “combatir” a unos supuestos agresores marroquíes… Todo tiene el tono característico de una campaña premeditada, para la cual, desde hace tiempo, se lleva buscando únicamente un pretexto con el que desencadenar algo como lo de este fin de semana pasado en Murcia.
Torre Pacheco es uno de los pueblos con menor renta per cápita de España. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, ésta era en 2022 de 9.016 euros. Un dato efectivamente muy bajo si se tiene en cuenta que es uno de los pueblos agrícolas más importantes de la Comunidad de Murcia y que tiene una próspera industria centrada en la transformación agrícola y el sector hortofrutícola (tanto productos para el consumo nacional como destinados a la exportación). ¿Cuál es la explicación para esta aparente discrepancia? Que en Torre Pacheco, como en todo el arco del Sur mediterráneo, desde Almería hasta Murcia, se concentra uno de los estratos del proletariado peor pagados del país; de manera que la pobreza estadística de la región refleja, en realidad, una fortísima polarización social, una distribución económica sustentada en que una clase poseedora, fundamentalmente medianos y pequeños agricultores propietarios de la tierra y del capital necesario para explotarla, emplea a los jornaleros a cambio de salarios de miseria y hambre. La estadística da una visión equivocada de pobreza generalizada, cuando lo que existe es miseria proletaria y riqueza burguesa.
Más allá de esto, Torre Pacheco, como el conjunto del campo español, tanto el de interior basado en la agricultura extensiva como el de la periferia donde predomina el ultra moderno cultivo de invernadero, pasa por una profunda crisis que está haciendo que muchas empresas dejen de ser rentables, como consecuencia de la entrada en el mercado mundial de nuevos productores africanos y latinoamericanos. Así, desde 2012, la superficie cultivada en el pueblo ha caído un 52%, de casi 15.000 Ha. a muy poco más de 7 mil. De acuerdo con los datos que proporciona la Consejería de Economía murciana, esta disminución del cultivo apenas ha implicado un descenso del empleo en la agricultura, que ocupa en el pueblo, aproximadamente, a 14 mil personas, también desde 2012. Pero fuera de la agricultura, los últimos años han implicado un incremento considerable del nivel de ocupación y, por lo tanto, de descenso del desempleo: un 70% más de empleo en la industria, un 45% más en la construcción y un 50% en el sector servicios. Es por ello que el paro ha caído, en el municipio, un 60%.
Estas son las cifras oficiales, que sirven para mostrar, tomando como aproximación los datos de empleo, que la economía de Torre Pacheco padece dos influencias contrapuestas: por un lado, un ajuste entre sectores productivos que caracteriza desde hace años a buena parte del campo español, que hace poco rentable la pequeña producción agraria y que está liquidando empresas de este sector cada año. Por otro lado, una recuperación de la producción no agraria desde los niveles de la crisis de 2012 y como consecuencia, un aumento del empleo y de la consiguiente importación de trabajadores, vía inmigración legal y/o ilegal. Es una situación generalizada en todo el país: la recuperación económica, la supuesta “bonanza” capitalista, no se produce sin desequilibrios. Aparecen las fricciones entre sectores productivos que se reflejan en enfrentamientos entre diferentes estratos burgueses y pequeño burgueses. Por otro lado, la exigencia por parte del capital de una mano de obra muy barata, que padece unos salarios que son los únicos que permiten la rentabilidad de la inversión realizada, incrementa las tensiones sociales porque la burguesía logra aumentar así la competencia entre proletarios, dirigiendo hacia ese fin todos sus esfuerzos y recursos, propagando los enfrentamientos, dando cobertura a todas las corrientes nacionalistas, racistas y xenófobas… con el fin no de expulsar a esos inmigrantes, a los que tanto necesita, sino de disciplinar a los nuevos proletarios y hacer caer sobre ellos el peso del malestar social que el propio desarrollo capitalista genera.
¿Se quiere una explicación acerca de la violencia de estos últimos días? Ahí se tiene. La burguesía, sobre todo una burguesía como la española que históricamente sólo ha logrado mantener las bases de su competencia en el mercado internacional gracias a los bajísimos salarios del proletariado al que explota, requiere mano de obra importada con el fin de garantizar esos bajos salarios. La importa en contingentes legales o ilegales y, dentro del país, la priva de cualquier derecho, excepto el de ser explotada.
En los puntos más crueles y abyectos de este proceso, separa a niños de sus padres, encierra a menores con adultos, da vía libre a las organizaciones criminales dedicadas a la trata de blancas, a la extorsión y al asesinato para que hagan negocio… En definitiva, trata a los inmigrantes como animales. ¿Se extraña alguien, después, de cualquier tipo de violencia? Un solo grupo social es culpable: la burguesía, clase criminal por excelencia. Y esto vale tanto para la burguesía española, que hacina, reprime, maltrata y asesina a los proletarios migrantes como para cualquier otra, particularmente la marroquí, que desde hace décadas trata de mantener un control estricto sobre sus “súbditos en el extranjero” desarrollando un amplio sistema de espionaje y represión a través de las mezquitas y los elementos de la pequeña burguesía comerciante: ambas juegan un papel en el mercado de la explotación proletaria.
Los sucesos de Torre Pacheco han sido buscados y casi programados. Porque incluso en los momentos de relativo auge económico, de cierta -limitadísima- estabilidad, el capitalismo sólo puede existir creando desorden, caos y sufrimiento. Necesita este tipo de situaciones, estas razias alentadas y televisadas, para, por un lado, dejar salir la presión que se genera irremediablemente en su sociedad y que se trata de encauzar siempre hacia cualquier forma de violencia contra los proletarios; mientras por otro lado, necesita utilizar ese enfrentamiento, esa violencia, para disciplinar y someter por el miedo a los miles de nuevos proletarios que llegan a España para ser explotados en el campo y en la ciudad. Torre Pacheco les muestra su destino: trabajar en condiciones penosas y estar siempre sometidos a que, con cualquier excusa, se desencadene la violencia contra ellos. En este caso, ha sido una violencia “popular” (la de los hijos de la pequeña burguesía), pero siempre, en toda ocasión, es la violencia institucional y policial. Y esta política no es propia de uno u otro sector de la burguesía.
Toda la clase burguesa está de acuerdo con ella y la promueve jugando su correspondiente papel en su desarrollo. Los grupos nacionalistas tipo VOX y sus satélites callejeros, azuzan abiertamente los intentos de pogromos. Pero el gobierno de coalición PSOE – SUMAR deja hacer, permite la movilización de los grupos de extrema derecha, se niega a enviar a la policía y, cuando lo hace, les ordena reprimir a los inmigrantes que se defienden y no a los fascistas que pretendían “cazarles”. La confluencia, e incluso la coordinación técnica, entre todas las fuerzas de la burguesía es un hecho: los sucesos de Torre Pacheco no habrían tenido lugar si el Ministerio del Interior de Grande Marlaska (del PSOE), el mismo que ha mandado detener a más de 25 obreros del metal en Cádiz, no lo hubiera querido.
Los sucesos de Torre Pacheco se parecen, como dos gotas de agua, a los que tuvieron lugar en El Ejido hace 25 años. Entonces, un caso de violencia similar al de la semana pasada desencadenó días de persecuciones de trabajadores magrebíes, incendios de sus casas, intentos de asesinato… todo bajo la expectación cómplice de las autoridades, que también entonces veían necesario dar una lección a un proletariado al que querían enseñar qué significa realmente “convivir”. Pero entonces, hace 25 años, los proletarios de El Ejido y parte del Campo de Níjar respondieron con una fuerza que nadie esperaba: convocaron una huelga salvaje en toda la zona, abandonaron los puestos de trabajo y cortaron de raíz la violencia, al menos temporalmente. A la agresión que sufrían por parte de la pequeña burguesía local, dueña de tierras, fábricas y comercios, respondieron con el arma proletaria por excelencia: la huelga.
Por supuesto, la victoria de los trabajadores no fue permanente. Pararon las razias, cierto, pero la violencia siguió y sigue presente. Periódicamente llegan noticias de incendios de campamentos de chabolas donde viven los trabajadores, de violaciones a mujeres migrantes, de palizas a jóvenes… todos ellos actos de disciplinamiento ejercidos por la burguesía local para sembrar el terror sobre las masas proletarias.
Los proletarios de Torre Pacheco, como los de todas partes, ya sean nacionales o extranjeros, sólo tienen una vía para afrontar sucesos como los de estos días: la lucha de clase. Esta lucha significa reconocer que existen unos intereses comunes, por encima de raza, nacionalidad, sexo, edad… que unen a toda la clase trabajadora: la necesidad de resistir al capital, de imponerse ante sus exigencias, que siempre serán de más explotación y peores condiciones de vida. Pero también significa entender que la solidaridad de clase, el rechazo a colaborar con la clase burguesa dominante, con la patronal, con sus partidos, con sus fuerzas represivas, es un deber al que el proletariado nativo, el que disfruta de unas condiciones económicas y sociales mejores que sus hermanos de clase inmigrantes, no puede negarse. No puede (¡no debe!) solidarizarse en ningún caso con los intereses de “su” burguesía, no puede hacer frente común con “sus” empresarios, contra aquellos trabajadores que se encuentran en peores condiciones, esperando con ello mantener una situación algo mejor a costa del sufrimiento del resto de proletarios.
Lamentablemente, esta política de colaboración entre clases ha sido moneda común para el proletariado durante demasiado tiempo. Es por ello que algunos proletarios llegan a secundar las consignas racistas y xenófobas, en las que ven la continuación de esa solidaridad interclasista, de movilización junto a elementos de otras clases sociales, a las que están tan habituados. Es por ello, también, que la clase burguesa teme al proletariado migrante, que engrosa las filas de la clase trabajadora española pero que no disfruta de las ventajas de esa colaboración que se ha dado durante décadas: eso le hace más susceptible de revolverse contra las consecuencias de la explotación salvaje que padece y dar ejemplo de cuál es la vía al retorno de la lucha de clase.
¡Solidaridad de clase entre proletarios, nacionales y extranjeros!
¡Contra las razias y la violencia burguesa de todo tipo, una única vía: la lucha de clase!
13/07/2025
Partido Comunista Internacional
- Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
¡No a la militarización de Ceuta y Melilla!
¡Solidaridad con los inmigrantes reprimidos por el ejército y la policía!
Durante el pasado lunes 17 y hoy martes 18, casi 8000 inmigrantes han cruzado la frontera que separa Ceuta del territorio marroquí y han entrado en España. Ante esta situación, auspiciada por el Estado marroquí, que ha utilizado a su policía para provocar este movimiento de personas, la respuesta del gobierno ha consistido en la militarización de las ciudades de Ceuta y Melilla, a las que ha desplazado un contingente militar que se ha desplegado sobre todo en la zona de El Tarajal apostando en la playa sus vehículos blindados como si se tratase de una invasión armada.
Una vez que los militares han comenzado a reprimir a la masa humana que intentaba cruzar a nado alrededor del espigón que separa Ceuta de Marruecos en esta zona, han logrado retener a miles de inmigrantes, trasladarlos a zonas de detención y devolverlos a Marruecos al momento, es decir, han aplicado las famosas devoluciones en caliente que nunca han parado, ni con el gobierno del Partido Popular ni con el gobierno socialista.
A última hora del día 18, la situación parece haber vuelto a la normalidad: la policía marroquí ha vuelto a cerrar su lado de la frontera y ya prácticamente nadie intenta cruzarla pero miles de inmigrantes siguen presos en manos del gobierno español que no ha aclarado qué piensa hacer con ellos. Desde algunas organizaciones no gubernamentales se afirma que no se ha llamado a la asistencia jurídica gratuita a la que tienen derecho los inmigrantes detenidos, así que todo hace pensar que también serán devueltos a Marruecos por la vía rápida.
El presidente Sánchez ha viajado a las dos ciudades autónomas junto con el ministro del interior Grande-Marlaska. Desde allí ha afirmado que no permitirá que se viole la soberanía territorial española y que defenderá la integridad nacional a cualquier precio con un discurso inusualmente claro al respecto de la situación que se vive en Ceuta y Melilla desde hace años.
Por su parte, el gobierno de Marruecos ha llamado a consultas a su embajadora en Madrid después de que esta, una vez se hubo reunido con las autoridades españolas, dejase entrever que el movimiento migratorio alentado por Marruecos es una respuesta ante el apoyo prestado por las autoridades españolas al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, que fue admitido en un hospital de La Rioja para tratarse por Coronavirus.
Este tipo de movimientos por parte de Marruecos son muy comunes: periódicamente afloja la vigilancia que ejerce tanto sobre las verjas que separan Marruecos de España como sobre los inmigrantes, buena parte de ellos subsaharianos que viven durante meses en territorio marroquí esperando poder pasar a España, y provoca situaciones en las que la policía y la Guardia Civil española se ven desbordadas. Se trata de maniobras que el Estado alauí lleva a cabo para reafirmar su posición como gendarme del paso a Europa para los centenares de miles de inmigrantes que intentan huir de sus países cada año: a cambio de ejercer este papel, cuya importancia intenta poner de relieve con este tipo de provocaciones, recibe cuantiosas sumas de dinero, concesiones en otros ámbitos de la política internacional, etc. Durante los últimos años la situación se ha ido tensando cada vez más: al cierre de los pasos fronterizos le siguió el bloqueo a las miles de trabajadoras que pasan a diario la frontera para comprar y vender mercancías, con lo que se condena a la miseria a todas las familias que viven de este comercio. La situación creada por la pandemia mundial únicamente ha logrado agravar este panorama, en medio del cual las presiones tanto del Estado marroquí como del español no hacen sino crecer.
La militarización de Ceuta y Mellia tiene como objetivo no tanto controlar un paso de inmigrantes, algo que perfectamente podía haberse hecho con refuerzos policiales, sino mostrar una posición firme frente a las “provocaciones” marroquíes. El discurso humanitario del gobierno español no puede esconder la tensión que existe entre los dos Estados, que mantienen desde hace cuarenta años una calma tensa siempre en riesgo de ruptura y sobre la que planea el control tanto de zonas estratégicas del Norte de África como de los pasos marítimos del Mediterráneo y el Atlántico, así como la continuidad de la soberanía española sobre Ceuta y Melilla. Las concesiones hechas por España a Marruecos buscan evitar que el conflicto de baja intensidad que se vive en la frontera, especialmente con la inmigración como moneda de cambio, pase a ser una situación más grave y para ello se transfieren continuamente fondos al Estado alauí, se le da carta blanca para imponer sus intereses en el Sáhara, etc.
Por su parte Marruecos es una potencia regional de primer orden en el Norte de África y constituye una especie de tapón que controla una parte de los flujos migratorios subsaharianos y que es capaz de evitar el desarrollo del peligro terrorista tipo ISIS que amenazaría de cerca a los países europeos. Como hemos dicho, cobra un precio por llevar a cabo estas funciones y cuando la situación se le vuelve ligeramente hostil, presiona con abrir la válvula de la inmigración.
En medio de esta situación, los inmigrantes marroquíes y subsaharianos son simplemente una moneda de cambio entre ambos estados. Después de recorrer miles de kilómetros, dejando atrás su tierra y su familia y después de caer bajo el control de las redes criminales que controlan los pasos por el Sáhara hacia la costa Norte africana, los inmigrantes subsaharianos quedan bajo el dominio de las fuerzas armadas marroquíes, que les reprimen con dureza, limitando sus movimientos, hacinándoles en bosques de los que no les permiten salir si no le conviene a Marruecos para presionar a España. Y si finalmente consiguen saltar la valla que separa Marruecos de Ceuta o de Melilla, se encuentran con las fuerzas represivas del Estado español que, o bien les encierran en los centros de internamiento de inmigrantes (los tristemente célebres CIEs) o les deportan directamente y sin el procedimiento legal adecuado.
Las masas desheredadas de África, que padecen en su tierra las consecuencias del control de estas por parte de las principales potencias imperialistas y de los gobiernos autóctonos aliados a estas, se encuentran, al huir, con que las mismas potencias que les mantienen en situación de guerra permanente y extienden la miseria a cada lugar de sus países, ejercen toda la presión posible sobre los estados magrebíes del Norte para que controlen los flujos migratorios y ejerzan de policía fronteriza a gran escala. El precio de esta política anti inmigratoria es la multiplicación de las muertes en los pasos fronterizos, marítimos o terrestres, de Canarias, Marruecos, Túnez, Sicilia, etc.
En España tanto la represión contra los migrantes como el despliegue del ejército en las fronteras ha corrido a cargo de la coalición progresista PSOE-Podemos. Demostración evidente de que los intereses nacionales, de entre los cuales están en primer lugar tanto el control fronterizo como el control de la población inmigrante, están por encima de cualquier gobierno es que esta coalición ha continuado exactamente con la misma política que llevó a cabo el Partido Popular durante sus gobiernos. Los ministros de Podemos y del PCE, que se escudarán sin duda en que conforman la minoría de la coalición de gobierno, siguen exactamente la misma senda que los ministros del Opus Dei del anterior gobierno popular.
Pero más allá de la continuidad con esta política, que es la que impone la clase burguesa, la militarización de Ceuta y de Melilla tiene que ver con la demostración por parte del Estado de que el orden, en cualquiera de sus aspectos, se impondrá con fuerza y sin vacilaciones allí donde haga falta. No ha pasado ni un mes desde el fin del Estado de alarma, cuando el gobierno ha vuelto a sacar al ejército a la calle enseñando a quien quiera ver que de ahora en adelante el Estado burgués no va a tener problema ninguno en solucionar este tipo de problemas de la manera más expeditiva posible.
Los proletarios tienen mucho que aprender de las lecciones que este último año está poniendo encima de la mesa. La movilización con la excusa de la pandemia, el confinamiento forzoso, el despliegue de la policía en las grandes ciudades de la manera más intimidatoria posible, la prohibición de desplazamientos, reuniones, etc. y ahora la militarización de las fronteras muestran que el Estado burgués no tiene repararos en emplear toda la fuerza de la que dispone a la hora de afrontar cualquier situación que ponga mínimamente en riesgo el orden social.
Los sacrificios que, sin duda alguna, la burguesía exigirá a los proletarios en España irán acompañados de medidas represivas fortísimas. De la misma manera que se ha podido ver al presidente del Gobierno utilizar el mismo discurso militarista que suele utilizar el presidente de Ceuta, veremos a todas las fuerzas del Estado volverse contra la clase proletaria con el mismo discurso que hoy utiliza la extrema derecha. Si los proletarios no aceptan sin rechistar las medidas que con toda seguridad se impondrán a partir de septiembre (reforma de las pensiones, reforma laboral, etc.) la respuesta de la clase burguesa no será tan condescendiente como pudo ser hace diez años con el movimiento 15M. Hoy la situación social es mucho más tensa, incluso para esta burguesía, y su margen de maniobra mucho menor en consecuencia. El endurecimiento del Estado, el auge de la extrema derecha, el desarrollo por parte del gobierno de izquierdas de medidas punitivas contra la población, forman parte de un ensayo con el que la burguesía saca músculo y muestra a los proletarios el futuro que les espera si no toleran cualquier medida que les venga impuesta para favorecer la recuperación de la economía nacional.
Frente a esto, la clase proletaria debe sacar las lecciones oportunas. Debe romper con la ilusión de que la política de colaboración entre clases que defienden especialmente los partidos como Unidas Podemos, PSOE, Esquerra Republicana o Bildu, representa una posibilidad para sortear los males propios de la sociedad capitalista. Sólo la lucha de clase, en defensa de sus propios intereses, a través de medios y métodos clasistas, puede darle a la clase proletaria una mínima posibilidad de victoria frente a la tremenda fuerza que la burguesía está dispuesta a utilizar contra ella.
¡Fuera los militares de las fronteras!
¡Solidaridad de clase con los inmigrantes retenidos por el Estado español!
¡Por el retorno del proletariado al terreno de la lucha de clase!
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
18/05/2021.
[MADRID] Ante la militarización de la frontera en Ceuta: CONCENTRACIÓN - viernes 21 mayo 19H, Tso de Molina
¡NI CIES NI FRONTERAS NI NACIONES!
La situación en Ceuta es el resultado de las tensiones entre los estados español y marroquí, mostrando la auténtica cara del capitalismo y los estados como traficantes de nuestras vidas. El sistema no tiene
escrúpulo alguno en edificar alambradas y checkpoints, levantar muros y cárceles para personas migrantes como los CIES, campos de refugiados regidos por dura bota militar, y todo ello rodeado de la más alta tecnología, custodiada por cuerpos policiales y, cuando se tercie, militares. Nada como la democracia para gestionar el racismo y la xenofobia. Todo ello para regular el flujo de capital humano, es decir, la población forzada a desplazarse en las rutas migratorias mundiales, fruto de las guerras, la represión y la miseria de las que los estados y el capitalismo son directamente responsables. Sin olvidar la imperante necesidad de la clase empresaria de obtener una mano de obra barata a la que explotar.
Este caldo de cultivo, de tensión imperialista entre los estados, es ideal para el nacionalismo, y en consecuencia, para la extrema derecha. Estas fuerzas intentar inculcar el odio entre las personas pobres y explotadas contra sus hermanos y hermanas de otros regiones para que no identifiquemos a nuestro auténtico enemigo, que no es otro que el sistema. Por su parte, el gobierno progresista hará lo de siempre, proteger los intereses del capital y mercadear con las vidas de las personas migrantes.
Hacemos un llamamiento a salir a la calle, en solidaridad con las personas migrantes, y sobre todo, con sus luchas. Porque hemos visto como se rebelaban en motines en los CIES. Porque hemos visto como se rebelaban en los campos donde les tienen encerradxs en Canarias, y resistían a la represión policial con la vergonzosa complicidad de Cruz Roja. Porque hemos visto como las trabajadoras temporeras, muchas migrantes, se enfrentaban a sus patrones y a las condiciones de explotación en plena pandemia. Porque hemos visto como los chavales, deshumanizados y tildados de MENAS, se defendían con uñas dientes frente a ataques fascistas. Porque hemos visto como se generan redes de apoyo mutuo y solidaridad frente al acoso policial en las redadas racistas. Porque nos une el odio a la policía y sus constantes abusos contra todxs nosotrxs, que se dan tanto aquí como en la frontera de Ceuta.
Hacemos un llamamiento para salir a la calle contra las guerras y la tensión imperialista entre los estados y su macabro juego geopolítico,
Hacemos un llamamiento a salir a la calle contra el repunte militar de la frontera en Ceuta y el estrecho.
Un llamamiento a salir a la calle contra las fronteras y el capitalismo que las necesita.
¡Solidaridad y lucha!
¡Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases!
Convoca: Algunas solidarias internacionalistas
Viernes 21 de mayo. 19H. Tirso de Molina. <M> Tirso de Molina
Ante la militarización de la frontera en Ceuta:
CONCENTRACIÓN:
¡Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases!
¡NI CIES NI FRONTERAS!
Convoca: Algunas solidarias internacionalistas
[Panfleto] La repulsión a los inmigrantes es la defensa del capitalismo
PDF:
https://materialesxlaemancipac
Esta vez ha sido en Barcelona, donde según informan los medios burgueses, 50 inmigrantes se habrían amotinado durante la noche del 1 al 2 de este mes después de haber realizado durante los días previos protestas simbólicas en solidaridad con los amotinados del CIE de Madrid. Siempre según estos medios, los inmigrantes encarcelados en el CIE de Barcelona se habrían enfrentado a la policía nacional que les custodia justo después de la cena. Posteriormente se hicieron fuertes en el patio principal, donde resistieron hasta las 11 de la noche. Parece ser que este motín no ha sido el único acto de lucha de los encarcelados en el CIE: el día 7 de octubre hubo una protesta en el patio; el 16 de octubre un intento de fuga mediante una avalancha y el 22 del mismo mes una huelga de hambre de 24 horas.
En esta ocasión, como ya sucedió en Madrid, los inmigrantes han abandonado el motín después de pasadas unas horas y acto seguido los equipos antidisturbios de la policía nacional han intervenido para restablecer la normalidad. Igual que en Madrid, cabe suponer que los presos habrán sido víctimas de una represión salvaje.
Estos actos de rabia espontánea, que se transmiten a través de las rejas de una a otra prisión, son consecuencia de la situación desesperada que sufren los proletarios inmigrantes encarcelados en los CIE. Pero aunque respondan a una situación desesperada, no son actos desesperados que debieran evitarse, son la única salida que los proletarios inmigrantes retenidos en cárceles ilegales tienen para responder a los abusos de que son objeto a diario. Lejos de ver en estos motines, huelgas y fugas actos condenables, los comunistas vemos en ellos la respuesta natural a una situación en la cual el Estado burgués utiliza la represión abierta para controlar a la población inmigrante. Y decimos abiertamente que es la vía que, cada vez con más frecuencia y arrostrando la represión que sin duda se cebará con los revoltosos, todos los proletarios, inmigrantes o españoles, deberán tomar para luchar contra la situación que padecen, fuera y dentro de los centros de internamiento, en el puesto de trabajo, en los barrios obreros, como reacción contra la represión y la opresión cotidiana que sufren en todos los ámbitos de la vida.
Los proletarios inmigrantes no tienen aliados. En sus cárceles no entran las promesas del gobierno, ni los brotes verdes, ni los circos parlamentarios de la oposición. Tienen, eso sí, falsos amigos que dicen colocarse de su parte para así poder trabajar mejor para la burguesía y su Estado. Se trata de aquellos que, como Podemos, los Ayuntamientos de Madrid y de Barcelona, llaman con ocasión de los motines de los CIEs en estas dos ciudades a un hipócrita “Cerrar los CIEs”, afirmando que estas cárceles extra legales son un “problema administrativo” que puede ser solucionado con “medidas administrativas”. Pero pensar que los CIEs vayan a desaparecer es tanto como pensar que lo vayan a hacer las cárceles. Los CIEs, al margen del lugar que ocupan en el ordenamiento jurídico-legal español, son medidas represivas que la burguesía toma para poder llevar a cabo sus medidas de control de la mano de obra, para mantener a raya mediante la represión y el terror a la población proletaria sobrante. Y esto no es un “problema administrativo”, sino político, de la política que inevitablemente mantiene el conjunto de la burguesía para imponer su dominio de clase. Cerrar los CIEs no significará nada, si es que alguna vez esto llega a suceder. Lo saben perfectamente los ayuntamientos de Carmena y Colau, partidarios de este cierre pero que mandan a su Policía Municipal contra los vendedores ambulantes, inmigrantes, que acaban en los CIEs. Cerrar los CIEs, sin que desaparezca la Ley de Extranjería, sin que desaparezcan las decenas de medidas represivas contra los inmigrantes, etc. significará abrir otro tipo de mecanismo represivo.
Hace más de una década, las luchas de los presos sociales en las cárceles españolas tuvieron como objetivo prioritario el cierre de los módulos FIES, creados ex profeso para reprimir y asesinar a los presos más combativos que, durante la década de los años ´90 habían participado en los motines y protestas colectivas contra las pésimas condiciones de existencia en las prisiones. El FIES, Fichero Interno de Especial Seguimiento era una cárcel dentro de la cárcel y estaba instituido por la vía del reglamento interno de prisiones sin ningún respaldo legal. Cuando finalmente el FIES se cerró, simplemente se suprimió del reglamente interno y se le dio carta de naturaleza en la legislación penitenciaria. Los FIES siguen existiendo y aniquilando a los presos que más se destacan por defender sus condiciones de vida.
Lo mismo quieren que suceda, los Ayuntamientos del Cambio, con los CIEs: proponen su cierre, pero callan acerca de la realidad de los proletarios inmigrantes y su explotación cotidiana. Y es esa realidad la que hace necesaria los CIEs.
Frente a esta realidad, frente a la opresión cotidiana que cada vez padecen más intensamente, los proletarios inmigrantes no deben confiar en ninguna de las mentiras que les ofrece el los partidos del nuevo oportunismo político. Deben invocar la vía de la lucha cotidiana, buscando la unión con los proletarios autóctonos, rompiendo las correas que pretenden atarles al respeto a los medios democráticos. Sólo esta vía puede garantizarles alguna posibilidad de éxito.
"La lucha sigue en el Cie de Zona Franca, después de que el pasado domingo 69 personas rechazaron la comida e hicieron una huelga de hambre pidiendo su libertad inmediata, esta noche (1 de noviembre) ha estallado una nueva protesta.
Alrededor de 50 presos han empezado un motín después de la cena, las fuentes son diversas y no todas dicen lo mismo, pero una cosa está clara, no hay paz para los carceleros y para lxs demas colaboradores del Cie. Los presos se están amotinando, están intentado fugarse, se están poniendo en huelga de hambre y todo esto está pasando en muchos lugares del estado (Barcelona, Madrid, Murcia...).
Seguimos apoyándoles, que no se queden solos ni aislados entre las paredes de la cárcel de Zona Franca!
Ninguna ley ni gobierno acabará con los muros.
No hay libertad sin rebelión!
Solidaridad con lxs presxs en el CIE de Zona Franca, de Aluche y Murcia.
Que nuestros gritos de libertad sean mas fuerte que toda autoridad".
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Información sobre el Motín en el CIE de Zona Franca
Medio centenar de internos (en su mayor parte argelinos) del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona, protagonizan desde las nueve de la noche de este 1 de noviembre un motín.
Según fuentes oficiales, el motín es el colofón a un mes de tensiones que se iniciaron con la huelga de hambre simbólica que un grupo de internos convocó en solidaridad con los internos del CIE de Aluche, en Madrid, que se amotinaron durante doce horas.
La revuelta en el CIE de Barcelona empezó tras la hora de la cena, cuando los internos abandonaban el comedor. Según las mismas fuentes, algunos utilizaron las bandejas y las mesas para levantar barricadas, y lograron llegar hasta el patio principal, donde se hicieron fuertes.
Los internos han quemado alguna sábana para llamar la atención del exterior. Se ha encendido alguna fogata en algunas zonas del interior del CIE en las que se habrían hecho fuertes, según fuentes oficiales -que siempre hay que tomar con la debida "cautela"- .
En estos momentos en el CIE de la Zona Franca de Barcelona hay 130 inmigrantes retenidos, de los que medio centenar estaría participando en el motín. La Policía Nacional ha alertado ya a la Unidad de Intervención Policial (UIP), sus antidisturbios, que están apostados en las puertas de la instalación, a la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos en el interior, donde el director negocia con los amotinados.
Octubre ha sido especialmente complicado en el *CIE* de *Zona Franca*.El 22 de octubre, 69 internos iniciaron una huelga de hambre, que dejaron en 24 horas. Antes, hubo otro intento de fuga el 16 de octubre, a través de una avalancha, y el día 7, hubo otro conato en el patio. Pero ninguno de los incidentes anteriores tiene la relevancia del de esta noche, según varias fuentes oficiales.
> Mientras nada se dice en los medios del motín de ayer/hoy, una DELEGACIÓN del Congreso de diputados visita el CIE de Aluche "para comprobar in situ las condiciones": http://cadenaser.com/ser/2016/11/02/tribunales/1478083835_843468.html
> Análisis del: Motín en el CIE de Aluche. El proletariado inmigrante marca el camino: http://valladolorentodaspartes.blogspot.com.es/2016/10/motin-en-el-cie-de-madrid-el.html
La pasada noche del 18 al 19 de Octubre, varios migrantes que se encuentran presos en el C.I.E. de Aluche se amotinaron en el tejado para protestar al grito de “libertad”.
Algunas personas solidarias se acercaron de forma espontánea a mostrarles su apoyo, devolviendo los gritos de ánimo y lanzando petardos para que los presos se dieran cuenta de que no estaban solos.
Según fuentes periodísticas y policiales, el motín ha terminado después de 11 horas sin heridos.
En la zona, se encontraban algunos coches de policía, furgonetas de anti-distrubios y un helicóptero vigilando la zona acompañados del concejal de seguridad y emergencias de Ahora Madrid Javier Barbero, el de economía y hacienda Carlos Sanchez Mato y los concejales del distrito de La Latina Esther Gómez y Guillermo Zapata. Estos nuevos magnates de la “política del cambio” siguen representando la defensa de las fronteras, la represión contra los migrantes y todo disidente político y la más que sobrada presencia policial en los barrios de Madrid. Ellos son igual de responsables de las políticas migratorias actuales y seguirán trabajando codo con codo con el poder de cualquier país que le exija tomar medidas estrictas en cuanto a las personas migrantes. Su aparente preocupación y solidaridad sólo es “figureo” político. No necesitamos su compasión, no queremos ser parte de su campaña electoral, no caeremos en sus mentiras.
No es la primera vez que ocurre algo así en el C.I.E. de Aluche, un centro de internamiento que se encuentra metido en el barrio de Aluche y que su asimilación ha hecho que la presencia de esta aberración se haya convertido en algo normal.
Esperamos que sigan sucediéndose este tipo de acciones de rebeldía por parte de los presos y esperamos romper la maldita calma y normalidad que este edificio representa. Que se corra la voz entre los solidarios en ocasiones como esta, hace que no se aislen las voces de los amotinados en medio de la noche en un barrio como Aluche o donde quiera que sea.
SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS AMOTINADOS EN EL C.I.E. DE ALUCHE
ABAJO LAS FRONTERAS, ABAJO LAS CÁRCELES, ABAJO EL CAPITAL
más información:
https://es-contrainfo.espiv.net/2016/10/19/madrid-amotinamiento-en-el-c-i-e-de-aluche/
https://www.diagonalperiodico.net/libertades/31934-medio-centenar-internos-se-amotinan-cie-aluche.html
Preocupación por el estado de lxs internxs tras la protexta: https://www.diagonalperiodico.net/global/31936-internos-del-cie-aluche-amotinados-abandonan-su-protesta.html

Migrar es un derecho, no un delito.
Por esto os convocamos el sábado 22 a las 20:30 en la pza. de Fuente Dorada.
¡Ningún ser humano es ilegal!
¡Cerremos los CIEs!
Los gobiernos europeos y la dictadura siria de Al Assad, son responsables de las muertes de miles de refugiados
