Andan
liados en todo el Estado con la nueva jornada laboral de 37,5 horas
semanales. Yo, señora ministra, con todo mi respeto, lo hubiera dejado
en 37, que la gente se hace mucho lío con los decimales. A la par en
Cádiz, cuna de la libertad, de la lucha obrera, de los astilleros, de la
nevera por la ventana, de las tanquetas …, la cuestión está atascada
entre librar un día a la semana o hacerse los 7 días a pulso sin
descansar. Entre trabajar 60 horas semanales o setenta y pico.
La
señora ministra va dejando cadáveres por las esquinas con grandes
reformas para la historia, pero no es capaz de conseguir que en
astilleros, y en muchos otros sectores más, se cumplan las leyes
aprobadas hace años o recientemente por ella misma. Nos recuerda, cada
vez más, a sus amigos del sindicalismo mayoritario, que celebran a voces
que firman el mejor convenio del mundo pero son incapaces de hacer que
se cumpla. Probablemente es que una cosa lleve a la otra: se negocia
sabiendo que lo que se firma es papel mojado.
Papel
mojado y pisoteado; no ya por la patronal, sino también por los propios
representantes de los trabajadores. UGT propone, después del gran
esfuerzo intelectual que conlleva, un convenio paralelo para los
trabajadores de astilleros de Cádiz, en el que librarian 1 día en vez de
2 y en el que no se solucionarían las jornadas diarias de 12 o más
horas y otro miles de problemas en los que se encuentran inmersos los
trabajadores de estos astilleros. Es decir, proponen un acuerdo por
debajo del convenio a la par que negocian este para el conjunto de los
trabajadores. No son capaces de mirar el convenio que ellos mismos han
elaborado (y elaboran) para ver qué la solución se llama cuarto turno= +
sueldo+descanso+personal trabajando.
Pero
el cuarto turno es más caro y las subcontratas no están dispuestas a
pagarlo: les es más rentable tener al personal trabajando de lunes a
domingos, “que ya descansaran bastante cuando se quedan en el paro”(I
Love You el fijo discontinuo de Yolanda). Navantia, cual Pilato, al
menos de cara al público, culpabiliza con su silencio a las navieras o a
la situación geoeconómica y se abona al chantaje: “o se trabaja los
domingos o se van los cruceros”. La empresa pública de guante blanco, de
chaqueta y corbata, manda a sus secuaces de la auxiliar a que amenacen a
los trabajadores y trabajadoras rebeldes: ”si no vienes el domingo,
búscate trabajo para el lunes”.
La
Navantia de la SEPI, la del Ministerio de Hacienda y la de María Jesús
Montero. La que no tiene dinero para mejorar las infraestructuras del
quasi cementerio de astilleros de Puerto Real o para que los
trabajadores libren como dice la ley, pero sí lo tiene para comprar 3
astilleros en United Kingdom (tri poin). Navantia, la todopoderosa,
referente mundial de la reparación de cruceros con grandes beneficios
económicos. Navantia, no importa ahora o ayer, dirigida por la derecha o
por la presunta izquierda de siglas que no de política, es la gran
responsable de que los astilleros se dividan en pequeñas dictaduras
empresariales que impiden que las y los trabajadores tengan derechos,
tengan vidas. Si un trabajador agacha la cabeza ante su patrón, la
acabará agachando también fuera de las factorías.
En
esos mismo astilleros en el que se nos niega hasta el descanso -bueno,
no exactamente los mismos, ya que queda poco de lo que fueron- se
construyó en 1929 el bergantín goleta Juan Sebastián Elcano. El sábado
Cádiz se vestía de gala porque embarcaba en Elcano la futura timón de
España, como anteriormente lo hizo su padre. Resulta gracioso el
dinerito que se han gastado en los sollados y resto del barco para que
doña Leonor pueda tener una educación idéntica a la de sus compañeros y
compañeras. No es lo mismo montar una rampa para el que no puede subir
las escaleras, que montarla para elevar aún más a la que ya está en todo
lo alto. El dinero que cuesta la igualdad.
A
veces, sobre todo en las noticias laborales, la prensa, parte de ella,
en su gran interés por ser un bien social, son como bomberos: solo
aparecen cuando hay fuego. A la par que en el ayuntamiento de Cádiz la
prensa se agolpaba para reproducir en sus medios la llegada de la futura
reina para ingresar en el Cano, en la entrada de los Astilleros de
Cádiz solo 3 o 4 periodistas, que no bomberos, contaban al pueblo lo que
ocurre a los trabajadores y trabajadoras. Las cosas que importan y las
cosas importantes.
En
estas semanas el show de los domingos ha estado servido. Hemos vivido
una de las situaciones más vergonzantes, pero también reales y
definitorias, de lo que se han convertido los astilleros: chantajes a
voces aprovechándose de que somos rehenes del desempleo, descarados
reconocimientos de los incumplimientos del convenio por parte de todos,
amenazas a trabajadores y a los propios delegados sindicales; en
definitiva, de lo que llevamos denunciando desde hace años. ¡Y todo
porque se quiere librar un puto día!, uno menos de lo que dice la ley.
Pues ni por eso la Ministra de trabajo se ha colado en el Ministerio de
Hacienda y le ha dicho a su compañera: ¡Qué coño está pasando en los
astilleros de Cádiz!. ¡Que se acabe inmediatamente!
Afortunadamente,
el sábado salió Elcano y los bomberos de la prensa no tuvieron que
mostrar al resto del Estado la vergüenza que se está viviendo en Cádiz.
España y el resto de la humanidad tuvieron la gran oportunidad de ver lo
bonito que es Cádiz y cómo el pueblo reconoce a su futura reina.
...cada
uno que sienta el orgullo por lo que sea; muchos, al ver al Juan
Sebastián Elcano por la Bahía, sentimos orgullo por las manos que lo
construyeron.
CTM - Coordinadora de Trabajadores del Metal de la bahía de Cádiz
Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com