El 10 de marzo de 1972 la policía franquista asesinó a Amador y Daniel y dejó cientos de heridos en una protesta sindical de los trabajadores de Bazán en Ferrol.
Hoy recordamos la memoria de todos aquellos que se dejaron la piel, e incluso la vida, por luchar por los derechos de la clase trabajadora gallega, porque sin su firmeza, generosidad y compromiso no tendríamos los derechos que hoy tenemos.
Pero aún queda mucho por hacer, y desde Ceivar siempre estaremos al lado de quienes siguen dejándose la piel y la vida en la lucha laboral, porque los derechos sólo se mantienen y se conquistan trabajando.
¡Viva la lucha de la clase obrera!
Amador, Daniel, ¡la lucha continúa!
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El Día de la Clase Obrera Gallega es una conmemoración anual celebrada cada 10 de marzo para recordar la muerte de dos trabajadores gallegos a manos de la policía en FERROL.
Su origen está en el 10 de marzo de 1972, cuando la policía franquista disparó contra una protesta sindical en los astilleros ferrolanos de BAZÁN, donde murieron dos trabajadores de la factoría, Amador Rey y Daniel Niebla, y resultaron heridos alrededor de medio centenar de manifestantes. Desde aquel año, la fecha es homenajeada por las diferentes organizaciones sindicales de Galicia, reclamando mejoras sociales y laborales:
El 8 de marzo de 1972, en asamblea, los obreros ferrolanos de Bazán rechazaban el acuerdo propuesto (eran épocas del sindicato vertical), y acordaban una nueva asamblea de trabajadores para el día 9. La empresa respondió despidiendo a José María Riobó, Manuel Amor Deus, José Díaz Montero, Ramiro Romero, José Miguel Rey y Alfonso Couce, todos ellos sindicalistas de Comisiones Obreras, y prohibiéndoles el acceso a la factoría. La situación generó enfrentamientos entre obreros y guardias. Al saberse lo acontecido, el paro fue total. A las nueve y media de la mañana, unos cinco mil trabajadores se concentraron para exigir la anulación de los despidos y sanciones a los guardias. El director habló con los empleados sin llegar a soluciones. Los trabajadores acordaron mantenerse concentrados hasta que se atendieran sus peticiones. A las tres de la tarde, la dirección de la empresa amenazó con un desalojo policial. Frente a la negativa de los obreros, a las cinco de la tarde cargó la policía, cerrando la factoría. Los enfrentamientos continuaron en la ciudad, y se escucharon los primeros disparos de la policía.El día 10 la prensa informó de lo sucedido, del cierre de la empresa, las cargas policiales y los disparos contra los obreros del astillero. A las siete y media de la mañana se congregaron unos cuatro mil trabajadores frente a las puertas cerradas de Bazán. Decidieron marchar en manifestación hasta el polígono de Caranza, entonces un barrio nuevo en construcción y, allí, se unieron a los trabajadores de otras empresas como ASTANO. Al paso de los huelguistas, en la carretera de Castilla con la Avenida de las Pías, la policía cargó contra ellos, siendo respondidos con el lanzamiento de piedras. La policía abrió entonces el fuego. Dos obreros murieron y medio centenar resultaron heridos. La policía tuvo que retirarse al cuartel, donde tuvieron que defenderse de varios intentos de asalto. Al saberse lo que estaba ocurriendo, los trabajadores de las empresas de la zona comenzaron a cerrarlas en solidaridad. El gobierno cortó las comunicaciones telefónicas y por tierra de la ciudad, y un buque de la armada se situó frente al Puente de las Pías. El ejército permaneció acuartelado y Ferrol fue tomado por la Guardia Civil. El balance final fue de dos huelguistas fallecidos, dieciséis heridos de bala y docenas por otras lesiones, ciento sesenta despedidos, ciento un detenidos, sesenta encarcelados y cincuenta y cuatro multados con entre cincuenta mil y doscientas cincuenta mil pesetas de entonces.
Única foto de la jornada junto a la imagen de los obreros asesinados |