" Por censura no entendemos que los hechos se oculten o se nieguen
sino que, una vez admitidos, se retoquen siempre para adaptarlos a
interpretaciones tranquilizadoras y por último, edulcorarlas para que
pierdan todo significado"
El abismo se repuebla. Jaime Semprún
¿PISCINA, GIMNASIO, ACTIVIDADES CULTURALES?
Por
este orden enumeraba una periodista televisiva las dotaciones que tiene
la cárcel de Zuera (Zaragoza), a tenor del traslado de l@s pres@s
independentistas a las prisiones catalanas. Solo iban a pasar la noche
pero toda oportunidad es buena para que a la opinión pública le quede
claro que l@s pres@s en este país gozan de unas instalaciones
inmejorables, que ni se merecen. Mientras "l@s sedicios@s" pernoctaban
en Zuera, ciudad de vacaciones, un hombre se pudría en la cárcel. De
ello daba cuenta la sección del corazón de El País del pasado 30 de
junio, con el titular: " La visita de la Infanta a Urdangarín ". Cuentan
las malas lenguas que el ex fue incapaz de mantener la calma el día de
su ingreso en prisión. Que se ha refugiado en la religión para poder
soportar las duras condiciones que le impone la cárcel de Brieva, cárcel
que él mismo eligió para no rozarse con la chusma y que según El País
es un derecho que todos los reos tienen. Reos como el ex-duque,
olvidaron añadir. No solo los reos no eligen prisión sino que suelen dar
con sus huesos en celdas a cientos de kilómetros de distancia de sus
familiares. El término dispersión no existe para l@s pres@s sociales y
no habiendo, como se afirma, pres@s polític@s debería quedar relegado a
su significado literal: separación y diseminación de LO que estaba o
solía estar reunido. Así que ¡ qué dispersión ni qué ocho cuartos!
Seguía
la crónica " informando" que a fin de no alterar el normal
funcionamiento del Centro, se había permitido a Cristina reunirse con el
ex el domingo 24 de junio. Con un simple aviso hecho media hora antes
de su llegada, entró la que nada sabe hasta la cocina de Brieva, en
coche de cristales tintados, sin esperar cola, sin posar su real dedo ni
su real jeta en sitio alguno. Los buitres que se apostan en las
inmediaciones de esta prisión de mujeres ni olieron la presa, tal fue la
discreción de ella. Esta aristocrática virtud y no otra cosa garantizó
el secreto de la visita.¡ Quién osa hablar de privilegios! ¡ Qué trato
de favor ni qué ocho cuartos!
Para el ex-duque es un agravio
vivir en un antro tan pequeño y ni el patio que recorre como zorro
enjaulado, ni la salita donde ve la tele( desde el primer día) ni el
gimnasio " equipado con lo más elemental "( y que usa desde el primer
día), le sirven de consuelo. Tal es su estado que los responsables del
Centro andan preocupados por su salud mental por lo que recibe casi a
diario la visita de una psicóloga. Convendría recordar a este respecto,
que el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura, encargado de
denunciar todo trato inhumano y degradante que se produzca en los
centros de custodia de sus países miembros, ofrece en sus informes
anuales interesantes datos sobre el personal sanitario y la atención
psiquiátrica que se da a la población reclusa en las cárceles de este
país. Pero antes de nada, subrayar que en 2016, último año en que el
Comité visitó comisarías, centros de menores,CIES y centros
penitenciarios, había en el estado español 92 médic@s y 514 enfermer@s
por cada 100.000 habitantes, porcentaje que está por debajo de casi
todos los países del entorno. Si lo comparamos con el número de médic@s y
enfermer@s que se recoge en el informe citado, podría pensarse en una
atención exquisita pero a estas alturas y tras los tijeretazos a la
Sanidad Pública, nadie se cree que a l@s pres@s se les trate mejor que
al resto de l@s mortales. La realidad lo único que confirma es que la
población reclusa, con una media de edad de entre 30 y 40 años, es una
población enferma. Esto no lo niega ni la propia institución carcelaria
que declara haber adquirido en 2016 fármacos por valor de más de 18
millones de euros, buena parte de los cuales son tranquilizantes,
somníferos, neurolépticos y demás farmacopea psiquiátrica. En cuanto a
los ingresos hospitalarios, la mayoría son por enfermedades del aparato
digestivo, muy relacionadas con el alto número de pres@s infectad@s por
la hepatitis C, casi un 20%. Sin embargo, solo un@s poc@s reciben
tratamiento, generalmente l@s que se encuentran en un estado ya avanzado
de la enfermedad. De la comida del rancho nadie habla, salvo quien la
sufre, pero es evidente que no ayuda a paliar estas dolencias.
Pero
sigamos con el Informe del CPT. En Mansilla de las Mulas ( León ) había
en 2016, 1.070 presos. Aplicando los porcentajes que hemos visto, le
corresponderían 1 médic@ y 5 enfermer@s, aproximadamente. Cuenta, no
obstante, con 7 médic@s, 11 enfermer@s y 7 auxiliares. Un médic@ por
cada 152 presos, un enfermer@ por cada 97 presos... y un psiquiatra que
acude cuatro horas a la semana para empastillar a más de 400 personas
con trastornos de la personalidad y psicóticos. En ninguna prisión
existe la figura del psicólogo clínico, salvo quizás en Brieva. Otra
cárcel visitada en 2016 por el Comité fue la de Puerto 1, donde cumplían
condena en primer grado 205 presos. Tiene 2 médic@s, 4 enfermer@s y 2
auxiliares. El psiquiatra les visita una vez al mes, a ellos, a los 700
de Puerto 2 y a los 1.300 de Puerto 3, dedicando unas horas a cada
centro. En Texeiro no hay psiquiatra desde 2011 aunque el 6% recibe
medicación antipsicótica y el 60% benzodiacepinas, es decir, 810 presos
de los 1.228 que tenía esa cárcel en 2016 tomó pastillas sin ningún
control. En esto consiste la atención psiquiátrica. Durante el fin de
semana el problema se agrava al repartirse medicación para dos o tres
días, incrementándose los trapicheos, las sobredosis y las muertes. Pero
como si nada, ¡qué desatención sanitaria ni qué ocho cuartos!
Sus
cifras dicen que en 2016 murieron 171 pres@s. 147 el año pasado.3.885
en los últimos diecisiete años. La mayoría de "muerte natural", el resto
por sobredosis y suicidio. Nosotr@s afirmamos que no mueren, les matan.
Nos preguntamos cuál es la causa de este silencio
mediático-institucional y por ende, social. Os invitamos a dar
respuestas a la cuestión planteada como paso previo al desarrollo de una
crítica anticarcelaria que nos permita desmontar las vergonzosas
mentiras que justifican su existencia: que la justicia es igual para
tod@s, que el fin último de la cárcel es la reinserción de las
personas.