El Principado pone en marcha un nuevo programa que
permite cazar a esta especie protegida de forma indiscriminada y sin
cupos en un área de 3.300 kilómetros cuadrados. Los ganaderos imponen su ley frente a la vida de una de las especies más importantes de nuestro ecosistema.
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En rayas oblicuas la zona donde se aplica la medida |
El Principado de Asturias, presidido por Javier Fernández (PSOE), ha dado vía libre a la caza indiscriminada de ejemplares de lobo ibérico
—una especie protegida por la legislación española y europea— en un
área de unas 3.300 kilómetros cuadrados, equivalente a un tercio del
territorio de la región. El Principado justifica la medida por “la alta conflictividad social”. Los ganaderos se quejan de que están en una situación “insostenible”
y de que la falta de ayudas tras los ataques obliga a muchos a
contratar seguros privados que les terminan encareciendo las cuotas.
Los ganaderos de la comunidad llevan años presionando
al gobierno regional para que declare “zonas libres de lobos”, pero en
2014 la Consejería de Agroganadería lo descartó al reconocer que suponía
“un callejón sin salida que acabaría en los tribunales”. Ahora,
el nuevo Programa para el control del lobo,
que ha entrado en vigor este mismo viernes, crea “zonas sin gestión
específica” donde se permiten actuaciones de control de la especie
de forma permanente y sin limitación de cupo.
La nueva orden contempla también las batidas de lobos por parte de
cazadores en cualquier época del año. Este viernes ya hay autorizadas
tres en los municipios de Candamos, Las Regueras e Illas.
“Es ilegal. Erradicar la especie de regiones
enteras es una medida completamente indiscriminada e injustificada que
contraviene la directiva europea”, señala en conversación con Público Luis Suárez, responsable de especies de WWF. La organización ha denunciado el caso ante la Fiscalía de Medio Ambiente y tiene previsto ponerlo en conocimiento de la Comisión Europea. También Ecologistas en Acción estudia acciones legales.
Otros territorios, como Ávila, habían
intentado antes declarar zonas libres de lobos, permitiendo su captura
de forma indiscriminada, pero nunca se llegaron a aprobar.
“Además de su dudosa legalidad, es una medida completamente ilógica desde el punto de vista ecológico. El lobo tiene una enorme capacidad de desplazarse,
recorre cordilleras enteras, por lo tanto, tarde o temprano volverá al
territorio”, señala Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción.
“El problema que tiene el lobo en Asturias es que
se le está criminalizando por los problemas de la ganadería extensiva, que son otros, entre ellos los bajos precios, la despoblación o las dificultades en el manejo”, señala Luis Suárez de WWF.
WWF ha recogido ya más de 14.000 firmas para pedir a Javier Fernández que frene la medida.“El Principado está dando por buena la mentira de que lobo y ganadería son incompatibles, cuando
hay experiencias que demuestran que la convivencia es posible”, zanja Oberhuber.