Desde el día 22 de enero se están registrando fuertes enfrentamientos entre trabajadores en paro y policías en este país africano.
Todo empezó cuando el día 22, en la ciudad de Krasrine, un chico murió al subirse a un poste de tensión eléctrica durante una manifestación de desempleados. Desde entonces las revueltas se han extendido por todo el país, incluida la capital.
En algunas localidades los manifestantes han incendiado comisarías y ocupado edificios públicos, según informa la prensa burguesa. Hasta el momento hay al menos 538 manifestantes detenidos, varias decenas de heridos y un policía muerto, mientras que el gobierno ha decretado el toque de queda.
La tasa de paro en Túnez, según los datos notablemente manipulados que proporciona el gobierno post revolucionario, es del 15% (si bien en Krasrine, cuna de las revueltas llega al 32%)
A la vez que la UGT-T (Unión General de Trabajadores de Túnez) ha intentado colocarse a la cabeza de un movimiento que no comenzó ella, el gobierno ha accedido a dar ayudas a 5.000 parados de Krasrine y a poner en marcha un programa de desarrollo local basado en inversiones públicas.