MANIOBRAS
ESTATALES
Por fin, el
domingo 30 de junio, cerca de las 5 de la tarde, en el poblado de Halul,
cerca de Hebrón, gracias a la incorporación de escuadrones civiles a las
fuerzas militares ya en acción (7), tres cadáveres fueron encontrados. Poco
tiempo después se confirmaba la identidad de los mismos: se trataba sin duda
de los tres jóvenes secuestrados. Inmediatamente el gobierno israelí
realiza una reunión extraordinaria donde el primer ministro Netanyahu
promete venganza, y anuncia los primeros ataques sobre la Franja de Gaza,
así como el comienzo de la demolición de los hogares de los supuestos
culpables (8).
Durante el
entierro y las obsequias de masa, han ocurrido hechos que ni la gran prensa
ni la famosa opinión publica se han tomado la molestia en reseñar o
resaltar. Ahora se conoce de la existencia de la grabación de una llamada
telefónica de uno de los secuestrados a la policía para informar sobre el
hecho, luego se oye el sonido de un disparo, gritos de dolor de los jóvenes
judíos y gritos de alegría de sus secuestradores (9). Esto confirma las
sospechas de que se trató de un asesinato premeditado, dado que ninguno de
los secuestradores hacían exigencias, ni ninguna organización reivindicaba
el secuestro.
En otras
palabras, el gobierno israelí sabía casi con certeza de que los jóvenes
habían sido asesinados; pese a tales circunstancias utilizó a la canalla de
los medias y sus mercenarios para justificar una operación llevada
conjuntamente con la AP corrompida y vendida (10), con el fin de desmantelar
a Hamás que es la principal inquietud de Netanyahu (11), y reforzar así la
dominación sobre sus marionetas en la desgraciada Palestina ocupada. Pero es
y sera siempre el proletariado árabe palestino quien sufra las consecuencias
directas de todo esto: muertes, expropiaciones, detenciones arbitrarias y un
sinnúmero de sufrimientos constituyen el pan de cada día de la población
palestina. Y, una vez más, bajo la mirada indiferente del mundo entero, y
sin que ello suscite reacciones desfavorables contra Israel de parte de los
gobernantes de los llamados “países democráticos”...
TERRORISMO...
Los
secuestradores aún siguen huyendo, pera la prensa israelí ya tiene sus
nombres: Marwan Kawasme y Amar Abu Eisha, dos militantes del grupo islamita
Hamás que anteriormente cumplían condena en las prisiones israelíes. Pero
lo cierto es que la muerte de tres jóvenes, entre ellos dos menores,
simplemente por ser judíos, sin ningún objetivo político definido, es una
imbecilidad criminal, inspirada por el odio racial que el fundamentalismo
musulmán, ultra-nacionalista, reaccionario y anti-obrero, ha inculcado a sus
militantes, en su gran mayoría sin futuro ni perspectivas. Sin embargo este
odio racial esta fundado sobre bases materiales bien reales y tangibles.
La ocupación
colonial llevada a cabo por el Estado israelí, y que cada vez se intensifica
más, fomenta la opresión nacional, utilizando a la burguesía palestina
representada por la AP para oprimir al vasto proletariado palestino,
permitiendo que sociedades israelíes paguen por debajo del salario mínimo
israelí dentro de los territorios ocupados, engendrando un aumento general
de la pobreza, lo cual ha provocado manifestaciones y huelgas contra el
propio gobierno de la AP, aunado al bloqueo de la Franja de Gaza, hacen la
situación verdaderamente insoportable; todo esto no puede más que desembocar
y hace fácilmente presagiar que un día u otro habrán reacciones
desesperadas.
El descontento
del proletariado palestino hacia una autoridad palestina y otras
organizaciones nacionalistas corrompidas ha sido, en efecto, recuperado por
organizaciones de tipo fascista pan-islámicas, que han prometido luchar
contra la corrupción y romper con los capituladores de Fatah;
desgraciadamente las fuerzas proletarias no han logrado tomar la vía de la
lucha de clase dado que no existe el Partido de clase, debido sobre todo a
la derrota infligida durante décadas al proletariado por parte del
oportunismo en general, y el estalinismo en particular, sepultureros de la
Revolución de Octubre y falsificadores del auténtico programa comunista.
… Y CANALLAS
Hoy el
nacionalismo judío ha hecho una nueva víctima, Mohamed Abu Khadir, de 16
años de edad, secuestrado y quemado vivo, y luego abandonado en un bosque en
las afueras de Jerusalén, asesinado al parecer por extremistas judíos, en
venganza por la muerte de los tres jóvenes colonos (12);
Hoy, en que
ciertas organizaciones de la extrema derecha sionista salen a la calle
gritando ¡Muerte a los árabes!, golpeando a todo árabe que encuentren en el
camino (13), los medias de mierda israelí no hablan sino de errores que la
policía pudo haber cometido durante la búsqueda de los jóvenes judíos
secuestrados, publicando innumerables fotos y publicaciones aparecidas en
las redes sociales, incitando al odio racial contra los árabes, mientras que
nada dicen acerca del dolor de las madres palestinas que, ellas sí, no irán
a protestar a la ONU (14);
Hoy, en que las
diversa fracciones de la izquierda israelí llaman a la calma, organizan
manifestaciones para hacer saber que no todo el mundo en Israel está por la
violencia (15); que ellas están por la paz, que hay que reconciliar a los
dos pueblos mediante negociaciones – es decir, reconciliar a dos burguesías
que ya se han puesto de acuerdo de como habrá que tratar al proletariado,
demostrando fehacientemente que los pacifistas terminan siempre en brazos de
los guerreristas. Es por ello que, cuando los jóvenes palestinos vuelven
espontáneamente a revivir la Inti-fada, lanzando piedras a las fuerzas de
ocupación, arrancando las cámaras de vigilancia instaladas en las calles de
Gaza, quemando cauchos, levantando barricadas, en recuerdo de su hermano
mártir, estas organizaciones pacifistas vienen y condenan estas acciones por
excesivas y que no contribuyen a la pacificación social! (16).
Hoy, mientras
se multiplican los bombardeos terroristas israelíes sobre Gaza, con el
corolario de miles de víctimas (330 muertos y 3.300 heridos, hasta el
domingo 20 de julio, NdR) entre la población palestina, mujeres, niños y
ancianos en su mayoría, los Estados árabes burgueses muestran su
indiferencia y su abierta complicidad (Egipto) con el Estado hebreo;
Hoy, en que la
canalla imperialista da luz verde al gobierno israelí, condenando solo los
lanzamientos de obuses de Hamás (lanzados al azar hacia las ciudades
israelíes, aún cuando no constituyen para nada una amenaza militar evidente
contra Israel, pero que al divisar a la población civil no sirven en
definitiva sino a la unión contra los “terroristas”, entre esta población
civil y sus dirigentes) (17);
Hoy lo que hay
que denunciar y contra lo que hay que luchar es la ocupación y la
colonización, las injusticias y las expulsiones, la opresión y la violencia
que cotidianamente sufren los palestinos, los proletarios en particular.
Esta violencia que ha causado la desintegración de todas las organizaciones
que se dicen de izquierda o “marxista”, todas capituladoras frente al orden
y la paz burgueses y que hoy en día se han puesto al servicio de la
contrarrevolución, alimenta en lo que hoy queda de Palestina a un movimiento
reaccionario opuesto a los intereses de clase de los proletarios que no ven
en sus hermanos de clase israelíes más que el objetivo de una lucha
nacionalista y pro-capitalista. Esta es la tragedia de las masas palestinas
privadas de toda organización de clase y que han sido abandonadas frente a
la opresión.
Explotados de
todos los países, ya sean de Israel, Líbano, Jordania o Cisjordania, los
proletarios palestinos son la viva expresión de que los proletarios no
tienen nación. La lucha contra la opresión nacional y contra la explotación
capitalista que sufren no podrá realizarse sino a través de un largo y
difícil camino para volver a colocarse sobre posiciones de clase, para
constituir sus propias organizaciones proletarias independientes, y obrar
por la revolución comunista internacional en unión estricta con los
proletarios de la región y del mundo.
Recurrir a
métodos de clase, hacer revivir el espíritu de lucha de clase, es una
condición para la ayuda mutua, la histórica solidaridad entre los
trabajadores judíos y árabes; pero ello no podrá realizarse hasta tanto los
proletarios de la nación dominante – los proletarios judíos de Israel – no
encuentren la fuerza de romper con la colaboración de clase y con su
burguesía criminal, de manifestar su oposición a la opresión nacional
ejercida en su nombre sobre las espaldas martirizadas de los palestinos y su
solidaridad con ellos, sus hermanos de clase (18). Será solo entonces que
podrán reunirse con los proletarios de otros países por un mismo objetivo:
el derrocamiento de los Estados burgueses y la instauración de la dictadura
internacional del proletariado a fin de liquidar el sistema capitalista,
único medio para acabar con todas las injusticias, todas las opresiones,
todos los antagonismos y todos los conflictos nacionales, raciales o
religiosos que son sus consecuencias.
En tal
perspectiva, el rol de los proletarios de los grandes países imperialistas
es particularmente crucial ya que es el apoyo de “su” Estado, de “su”
burguesía lo que permite al Estado israelí tener las manos libres a la hora
de oprimir a las masas palestinas, consiste en la reanudación abierta de la
lucha anti-capitalista, en la realización efectiva de la unión de clase con
sus hermanos de clase inmigrados, por tanto, en la ruptura total con el
interclasismo democrático, nacionalista o xenófobo, y hacer renacer el
internacionalismo proletario.
Por la
unidad de todos los proletarios!
Por la
reconstitución del partido de clase internacional!
Por la
revolución comunista mundial!
Partido Comunista Internacional
11
de julio
de 2014
NOTAS:
(15)http://maki.org.il/
(18)
En grado e intensidad diferentes,
la misma situación se vive en los grandes países imperialistas, donde
amplios sectores de la clase obrera se encuentran empantanados en la
colaboración de clase, que es el gran objetivo de la ideología democrática,
e imbuidos de un sentimiento de superioridad xenófoba y racista con respecto
a los proletarios inmigrados, cuya realidad presente le es completamente
indiferente y la ven muy ajena a su futuro.