Ahora ya nadie puede ignorar que el sistema económico que padecemos
está basado en la corrupción y la depredación de recursos naturales y de personas. Y que, aparte de inmoral, esta expoliación es además insostenible.
El sistema político por su parte, cómplice y víctima al
mismo tiempo de la rapacidad financiera, agoniza entre su dependencia de
los resultados electorales y sus pesadas -y caras- maquinarias
burocráticas. Cada día que pasa, los partidos se demuestran más incapaces de pilotar algún cambio de rumbo, sea cual sea su tendencia.
En particular los de izquierda, antes satisfechos con lo que llamaron
“capitalismo humano” y “crecimiento sostenible”, tendrán que buscar
ahora otro sol que caliente su discurso hipócrita y vacío.
Los sindicatos que controlan el
sistema de elecciones sindicales, hace mucho que se enfangaron hasta las
cejas en el discurso neoliberal. Traicionaban así al
movimiento obrero, pero conseguían asegurar la hegemonía formal sobre
los trabajadores y su nutrición económica constante a través de su
participación institucional.
Ahora es el pueblo, quién tiene que
constituirse en movimiento social, construir alternativas, exigir
derechos y reivindicar la igualdad y la libertad para comenzar esta
transformación.
Ahora es necesario un cambio en las relaciones de trabajo que sustituya competitividad por solidaridad. Es necesario el reparto del trabajo existente con salarios y condiciones dignas; iniciar un sistema productivo respetuoso con las personas y los entornos,
que abandone el crecimiento como objetivo y se centre en satisfacer las
necesidades reales de la gente, en vez de construir otras artificiales.
Desde CNT creemos que el sindicato es una de las herramientas con las que iniciar esta tarea; nuestra manera es la autogestión y la independencia; un sindicalismo de empresa y de calle, basado en el trabajo constante y militante, sin liberados; una forma de tomar decisiones asamblearia; sin subvenciones, ni pactos, ni engaños.
Demostraremos que podemos construir otra forma de vivir y de trabajar.
Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.
si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com