LA EDUCACIÓN. LA ENSEÑANZA. EL SISTEMA.


Los sistemas educativos nacionales surgen en Europa a principios del siglo XIX a raíz de la Revolución Francesa. En España, la Constitución de 1812 incorpora la idea de la educación como un entramado en el que debe intervenir el Estado, con lo que se sientan las bases para el establecimiento del sistema educativo español. Sin embargo, su concreción definitiva culmina con la aprobación, en 1.857, de la llamada Ley Moyano.


Tras varios avances (informe Quintana, de 1814, convertido en norma en 1821) y retrocesos (Plan Calomarde, de 1823) en 1836 se aprueba el Plan General de Instrucción pública, antecedente de la Ley Moyano de 1857. La Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857, llamada Ley Moyano por ser Claudio Moyano Ministro de Fomento en el momento de su aprobación, fue fruto del consenso entre progresistas y moderados, y significó la consolidación definitiva del sistema educativo liberal. En ella se establece una concepción centralista de la educación, el eclecticismo en la cuestión de la Iglesia en la enseñanza y la consolidación de una enseñanza privada, básicamente católica, a nivel primario y secundario.

Los pocos avances producidos en el periodo de la Primera República se concretan en la libertad de enseñanza, incorporada al sistema educativo español de modo definitivo.

La educación volvió a tener un gran protagonismo a finales del siglo XIX. Se reforman las escuelas normales, la enseñanza secundaria y los planes de estudio de las enseñanzas universitarias. Las reformas también afectan a la reglamentación de los exámenes, a la regulación de la enseñanza de la religión, a la titulación del profesorado, a la reordenación del Bachillerato y a la autonomía universitaria. Un hecho muy destacado es el intento de que los maestros pasen a ser pagados por el tesoro público, puesto que hasta entonces eran pagados por los ayuntamientos y su salario era bastante deficiente.

Tras el triunfo de los partidos republicanos y socialistas en las elecciones municipales, el 14 de abril de 1931 se abre una nueva etapa en el sistema educativo español. La Constitución republicana proclamaba la escuela única, la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria, la libertad de cátedra y la laicidad de la enseñanza. Igualmente, establece que los maestros, profesores y catedráticos de la enseñanza oficial serán funcionarios. La victoria de los partidos de derecha en 1933 recovará muchos de los planteamientos educativos del gobierno anterior.


En los primeros años del régimen de Franco, la educación sólo interesa al Gobierno como vehículo transmisor de ideología, sin importarle en exceso su organización y estructura interna. Así, proliferan decretos y órdenes ministeriales con una sola idea: la educación debe ser católica y patriótica: educación de acuerdo con la moral y dogma católicos, separación de sexos, incremento del elitismo y la discriminación, enseñanza obligatoria de la religión en todas las escuelas y derecho de la Iglesia a la inspección de la enseñanza en todos los centros docentes. Se observa igualmente una politización de la educación por medio de una orientación doctrinaria de todas las materias. El Estado se desentiende de la tarea educativa y la deja plenamente en manos de la Iglesia.

La “apertura” del régimen a mediados de los 50 se concreta en el sistema educativo en la “Ley Ruiz Giménez”, primer paso hacia la escolarización obligatoria a partir de los 14 años que establece, a su vez, un sistema de convenios para que los ayuntamiento construyan escuelas.

La Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa (LGE), regula y estructura, por primera vez en este siglo, todo el sistema educativo español. Los planteamientos de la ley se inscribían en la tradición educativa liberal y suponían un reconocimiento implícito del fracaso de la educación autoritaria de los últimos 30 años. Esta ley sigue, en buena medida, vigente: generalización de la educación, planificación estatal de la enseñanza, presencia notable de la enseñanza privada (en un primer momento en los niveles no universitarios), relación entre la escuela y el mundo del trabajo, “por entender que la educación debe preparar para el trabajo”. Lejos de una política educativa integral que atienda al desarrollo del ser humano en sus diversas facetas (física, psíquica, manual), establece de este modo la subsidiaridad del sistema educativo respecto al desarrollo del capitalismo español y la producción:

[…] La jornada escolar unilateral, improductiva y prolongada de los niños pertenecientes a las clases superiores y a las clases medias aumenta inútilmente el trabajo de los enseñantes “mientras derrocha el tiempo, la salud y la energía de los niños no sólo sin fruto sino con grave daño para ellos”


Las reformas democráticas que se han sucedido han venido a remachar este sistema educativo liberal-capitalista: Ley de Reforma Universitaria (1983), Ley del Derecho a la educación (LODE, 1985), Ley General del sistema educativo (LOGSE, de 1990), LOPEG (de 1995), LOCE (de 2002), LOE (en 2006)… hasta la LOMCE de 2013 (la llamada Ley Wert) y la actual LOMLOE que la deroga en ciertos aspectos volviendo al marco general de la LOE. La LOMLOE comenzó a estar en vigor en el curso 2021-2022.

La nueva ley de educación no puede solucionar los problemas de la educación. Como todas las reformas educativas va encaminada a:

a) adecuar la enseñanza a las necesidades del mercado laboral y otros condicionantes sociales (contener el desempleo, etc.)

b) aligerar la carga económica que supone la educación para el estado, es decir, para el conjunto de la burguesía.


Todo este entramado legislativo, de uno (PSOE) y otro (PP) signo, ha remachado la estructura del sistema educativo en el marco liberal-capitalista, promoviendo la segregación en tres tipos de centros (públicos, concertados –de la Iglesia en su mayor parte- y privados), dejando a la llamada escuela pública poco más de un 50% de la educación. A esto hay que añadir la progresiva entrada de la empresa privada en todos los niveles del sistema educativo. Si en un primer momento, la empresa privada y la Iglesia se dedicaban especialmente a primaria y secundaria, desde los años 2000 hemos asistido a la total implantación de la empresa capitalista en todos los niveles educativos, desde preescolar (recuérdese lo sucedido con la educación de 0 a 3 años y la escasez de plaza públicas) hasta la Universidad (donde hoy por hoy existen ya más universidades privadas que públicas).

El sistema de enseñanza, en cualquier sistema político, es la enseñanza del sistema. Y esta breve historia de la educación en España no viene más que a corroborar el triunfo completo de la burguesía, con las típicas peleas entre sus diversas facciones, que marcan un desarrollo impositivo, autoritario y al servicio de la producción y reproducción de capital.


Situación del sector.

Existen distintos grupos de trabajadores relacionados con, o dentro de, el sector educativo: el PAS (personal de administración y servicios), los docentes, los estudiantes y las madres y padres. La situación profesional de fijos e interinos y las diversas situaciones de los trabajadores fomentan la división y el clasismo. Por supuesto: nuestra lucha tiene que ver con los más precarios en cada situación.

La implantación sindical dentro del sector es mayor que en otros, pero es muy pasiva y fundamentalmente legalista: desde los “sindicatos” coorporativos (ANPE, ASPES), a los sindicatos de Funcionarios como CSIF, los sindicatos mayoritarios y su posición (CCOO, UGT, STECYL dentro de la enseñanza de Castilla y León) y la posición de los minoritarios CGT y CNT. Se ve que casi nadie hace verdadera labor sindical, salvo casos concretos.

Desde las movilizaciones del 2011-2013, contra los recortes (en primer lugar) y contra la Ley Wert (por cuestiones políticas más que laborales), el sector se mantiene en una parálisis general solo rota por las movilizaciones parciales que se producen en algunas comunidades autónomas (País Vasco, Madrid). Las movilizaciones a favor de “la enseñanza pública” en estos años fueron importantes, pero solo han vuelto a demostrar la impotencia de las reivindicaciones centradas en “lo público”. Las esperanzas puestas en el Estado, aún envueltas en fraseología revolucionaria, revelan la “fe democrática en los milagros” o la “fe servil en el Estado”… ambos casos están a miles de kilómetros de distancia del socialismo.

 

Muchas cuestiones educativas y las cuestiones laborales DEBERÁN lidiarse en el futuro, más allá de “la oferta educativa” o de “la ley de educación” de turno. Nuestra crítica se dirige al papel de la educación en este mundo burgués, que nunca va dirigida a la satisfacción de las necesidades humanas. Más allá de las propuestas pedagógicas y las ilusiones reformistas, hay que dejar claro que, si de verdad queremos tener una nueva educación, DEBEREMOS LUCHAR por una nueva sociedad.

Los trabajadores de la escuela, como todos los proletarios, son explotados cada vez más por la clase burguesa dominante, en el sector de la producción como en el de la distribución y de los servicios. Tienen el mismo interés que todos los otros proletarios –ya estén empleados en sector público o en el privado, sean precarios o desocupados- en luchar contra el mismo enemigo de clase que no tiene ningún problema en bajar los salarios y en despedir a miles de trabajadores sólo para salvar a su Majestad el beneficio capitalista y a su sistema económico de dominación.


Algunas ideas y reivindicaciones “para empezar”

  • La enseñanza es un sector laboral como otro cualquiera, hay que desarrollar una lucha obrera, por la unidad obrera mediante la solidaridad de clase, sus métodos, medios y reivindicaciones.

  • Respecto al derecho laboral es urgente atacar el problema de la situación de los interinos mediante su consolidación.

  • NI PRIVADA NI CONCIERTOS.

  • Abajo el concordato con la santa sede. Abajo el poder de la iglesia en la educación, en la sanidad y en todos los sectores donde tiene sus tentáculos de control ideológico y social. La religión no debe ser una asignatura. Sus contenidos deben repartirse entre historia y filosofía. Se debe dar historia de las ideas religiosas y las creencias pero no “una religión”. La religión debe quedar en el ámbito privado.

  • La reforma educativa real debe estar unida a una reforma social (revolución). Contra la sociedad de clases.

  • Aunque no queremos entrar a “hacer una reforma” en esta situación, sí que planteamos nuestro modelo educativo a partir de un reparto del tiempo en 3: formación laboral, formación científica y formación física (lo que nos daría un horario de 2 + 2 + 2), atendiendo a la formación integral de la personal. Enseñanza integral y de oficios.

  • Luchar contra la separación entre trabajo intelectual y trabajo manual.

  • Los hijos de los trabajadores a la pública. Rechazar la competencia entre colegios e institutos públicos (y en general) por el alumnado. Contra la supuesta “Libertad de elección” de centro.

  • Medios del estado para los estudiantes: libros gratis, programas y medios informáticos, material y extraescolares, etc.




Constitución de la URSS:

En interés de la salvaguarda de la clase obrera de la degeneración física y moral, como en interés de su capacidad de lucha por la emancipación, el partido exige […]

5) La prohibición a los empleadores de utilizar a niños en edad escolar (hasta los 16 años) la limitación del horario de trabajo de los jóvenes (16-20 años) a cuatro horas y la prohibición a hacerles trabajar de noche en las industrias insalubres y en la minería. […]

14) La instrucción gratuita y obligatoria, general, politécnica [que haga conocer en teoría y en la práctica todas las ramas principales de la producción] para todos los niños de ambos sexos hasta los 16 años; una relación estrecha de la enseñanza con el trabajo social productivo de los niños.

15) La provisión a todos los alumnos de la comida, del vestuario y del material didáctico a cuenta del Estado.

16) La transferencia del sistema de enseñanza pública a las manos de los órganos democráticos de la administración local; la exclusión del poder central de cualquier intromisión en la determinación de los programas y en la selección del personal docente; la elección de los enseñantes directamente por la misma población y el derecho de la población a despedir a los enseñantes indeseables.


la verdadera educación del proletariado es aquella que le indica la vía de la revolución

[extraído de Solidaridad de Clase, nº19]



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La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."