La vía no nos separa, nos separa la
clase social.
EL SOTERRAMIENTO no era (ni es) la
solución de los problemas sociales de los barrios del otro lado de
las vías. El problema social y económico de los barrios de la Zona
Este necesita de una intervención política y efectiva, y no de
macroplanes especulativos en los que se fían soluciones a problemas
humanos. No se soluciona el paro soterrando un tren: pan para hoy,
hambre para mañana. Y por lo mismo, unir estos dos lados de la
ciudad no significa que ya no haya guetos: los guetos reaparecen
siempre en los márgenes de esta sociedad. Si quitamos el gueto de
aquí se traslada a las afueras. Lo que no es una solución al
problema sino una manera de ocultarlo. Por eso decimos que el
soterramiento no puede solucionar un problema que es económico,
social y de clase.
Por poner un ejemplo que es muy ilustrativo de la realidad social: los tres institutos de educación secundaria de Pajarillos tienen serias dificultades en los cursos bajos con alumnos disruptivos de entornos y familias marginales, problemáticas, etc... ¿se va a solucionar esto por el soterramiento? ¿van a venir a estudiar aquí los de la Plaza España? Pues no, pero se podría atacar el problema desdoblando clases, haciendo clases más pequeñas y específicas de integración, dotando de más personal a estos institutos, de un personal comprometido con el problema y estable, dotanto de medios materiales y humanos, de personal técnico, ayudas sociales a los resultados (y no a la mera asistencia como hasta ahora), etc., etc. No se solucionan los problemas sociales y humanos con operaciones urbanísticas, sino con políticas sociales e inversión donde más se necesita.
Los 400 millones que cuesta (costaría)
soterrar el tren pueden servir perfectamente para implantar políticas
sociales de igualdad, urbanización de zonas degradadas,
rehabilitación de edificios en mal estado, ayudas sociales a
familias necesitadas... ¿Es que esto lo hace el soterramiento por sí
solo? No, ni mucho menos. La mentalidad pequeñoburguesa de algunos
vecinos (de algunas asociaciones de vecinos en concreto) es la que
afirma que el soterramiento supondrá mayor igualdad en la ciudad.
Mentira. Lo único que puede suponer es que quien sea propietario de
un piso junto a las vías vea revalorizarse el valor del piso. ¿Es
esto igualdad? No, son intereses económicos capitalistas de algunos
propietarios. A los no propietarios (proletarixs y demás), nada nos da.
ENTERREMOS LA LÓGICA CAPITALISTA,
construyamos resistencia social
Queremos enterrar, de una vez por
todas, los proyectos faraónicos especulativos: el soterramieto y
todo lo que suponía es el mejor ejemplo de política especulativa en
Valladolid.
Se pretendían vender unos terrenos por
un alto valor (engordado especulativamente), sin importar en ningún
caso el valor real (trabajo, producción), ni patrimonial e histórico
de naves y otras dependencias de Renfe.
Se pretendía que, junto a la operación
del soterramiento, se produjera un cambio de las zonas que limitan
con el tren, una gentrificación en toda la regla que afectaba
especialmente a Pajarillos y la zona del 29 de octubre.
Se pretendía soterrar el tren,
generando grandes avenidas y espacios que se llenarían de
rascacielos...
¿Dónde está la ciudad habitable e
igualitaria que traía esta propuesta? Ni se la ve, ni se la espera.
Así que basta ya, basta de engañar a la población y a los
vecinos de Valladolid. Por mucho que nos parezca bien que no haya
barreras, que nos gustara cruzar de un lado a otro sin túneles, lo
que no puede ser es que las verdaderas barreras (de clase) se
intenten tapar con un lavado de cara y una operación especulativa de
tal calibre que significa el endeudamiento ad infinitum de la
ciudad (y de los que la habitamos).
Pensamos que, por fin, en el propio
ayuntamiento y en Adif se han dado cuenta de la imposibilidad de la
operación que supondría endeudar a la ciudad de por vida.
Pensamos que hay que centrarse,
primero, en lo más importante desde el punto de vista de las necesidades humanas:
Apertura y puesta en
funcionamiento de los talleres de RENFE sin más dilaciones, para tranquilidad de los trabajadores y sus familias. En principio, los talleres generan hoy unos 600 puestos de trabajo y se prevén 1000 en los nuevos talleres.
Desvío de mercancías (bypass)
que saque de la ciudad todo el transporte pesado y peligroso, de mercancías
ferroviarias, dejando solo en las estaciones el transporte de
pasajeros.
Mejora de las conexiones
ferroviarias de cercanías y del sistema de transporte público
alrededor del tren, que haga del tren y de las estaciones urbanas un
centro de distribución y de transporte público y social que
facilite progresivamente un uso menor del vehículo propio. (Tren +
Bici + peatón – coches = ciudad amable).
Estudio de la permeabilidad de las
vías: mejores pasos y más numerosos, tanto por arriba como por
abajo (nudos). Inversión municipal en pasos más iluminados, más
anchos y mejor comunicados en todos los sentidos. En estos nudos:
plazas, murales, árboles, otros modos de hacer habitable la ciudad.
Conservación, restauración y
puesta en servicio (para uso público) del patrimonio industrial de Renfe, una vez
realizado el traslado de los talleres, que es propiedad de la ciudad
de Valladolid y representa la memoria de la primera
industrialización vallisoletana de mediados del siglo XIX.
Lo último, pero seguramente lo más importante: inversiones sociales, educativas y
laborales en los barrios de la Zona Este y en todas las zonas
desfavorecidas de la ciudad cerca o lejos de las vía (poblados de
la Carretera Madrid, C/ Caamaño y Viudas, Pajarillos y 29 de octubre, Cuesta de
la maruquesa, etc...).
LUCHEMOS POR INTERESES HUMANOS y no del
capital.
Pajarillerxs contra el soterramiento.