LUCHAMOS ENTRE NOSOTR@S, mientras ellos se ríen,
UNÁMONOS CONTRA ELL@S, porque solo son muerte.
(LPR)
Con motivo de los paros convocados por los trabajadores de AUVASA (Autobuses urbanos de Valladolid), el alcalde -Óscar Puente- ha realizado unas declaraciones en las que les tacha de "privilegiados", comparándoles con los trabajadores aéreos que en el año 2011 protagonizaron una famosa huelga que acabó siendo militarizada...
Por aquel entonces, la carroña mediática manejó el concepto de PRIVILEGIO para referirse a unxs trabajadores asalariados cuyas condiciones laborales son "mejores" que las del resto... En Solidaridad de clase, nº 11, publicación de la Coordinadora de Cajas de Resistencia y Comités de Solidaridad, se publicó un texto sobre la huelga de los controladores y como el poder maneja el tema de los privilegios, en él se denunciaba claramente la uilización de estas "falsedades" para dividirnos y someter mejor a lxs trabajadores:
"El objetivo es de índole
sociológico, pues se pretende influir colectivamente en la
mentalidad del trabajador fomentando la envidia, la individualidad,
la división, basadas en los criterios de desigualdad con referencias
a las condiciones de los más desfavorecidos dentro de la
organización de su sistema.
Como podemos observar en
ningún momento la situación reivindicativa es referenciada por el
empresario y sus órganos de información desde una perspectiva
comparativa con las mejores condiciones económicas y sociales de
otros sectores o colectivos, o con las del empresariado y sus
beneficios, o con los beneficios regalados a todos aquellos que no
producen ni generan riqueza ni plusvalía.
Y es lógico, los
trabajadores no podemos esperar que sean precisamente nuestros
explotadores y sus secuaces quienes proporcionen unas informaciones
que irían contra sus intereses, o que estuvieran orientadas a
descubrir su juego sucio. Por tanto, somos los trabajadores
explotados quienes estamos obligados a denunciar y combatir este
juego sucio de los capitalistas, a poner en claro sus pretensiones y
las armas que utilizan para engañarnos, dividirnos y poder así, a
la vez que seguir explotándonos, enfrentarnos entre los trabajadores
y restarnos fuerzas en la lucha contra el verdadero enemigo, los
capitalistas y todos sus secuaces.
Si todos sabemos que el
beneficio se genera mediante el trabajo productivo, lo lógico es que
los trabajadores comencemos por cuestionar los beneficios que se
llevan los que no producen, que son por regla general los que no
trabajan, como banqueros, empresarios, inversores, especuladores,
etc. o los que realizan tareas improductivas como la monarquía, los
políticos, militares, policías, curas y eclesiásticos, burócratas,
etc., a partir de aquí podremos, con ecuanimidad, comenzar a valorar
quienes cobran cantidades justificadas o injustificadas, sean estas
de la cuantía que sean.
Si todos sabemos que del
trabajo sale el salario y que este es solo una parte del producto de
ese trabajo, comencemos por cuestionar los beneficios y supervisar
las cuentas empresariales, y entonces a partir de aquí, podremos
valorar comparativamente quien de verdad cobra justificadamente su
salario sea de la cuantía que sea y en qué cuantía y quien se
lleva beneficio a costa del trabajo de otros.
Lo cierto es que hoy, por
medio de sus ofensivas mediáticas, el capitalismo explotador
consigue el enfrentamiento entra la clase obrera en detrimento del
conjunto de la propia clase obrera, que en vez de reivindicar sus
salarios, en comparación con otros más elevados, asume que estos
sean reducidos y en el colmo de la estupidez ni siquiera en beneficio
propio sino en beneficio del capitalista y las castas parasitarias a
su servicio.
El privilegio y su
concepto manipulado.
A partir de introducir en
la clase trabajadora la estúpida concepción comparativa con los
menos favorecidos salarialmente, surge como consecuencia la creencia
de que quienes más cobran por su trabajo son privilegiados.
Esta falacia es siempre
utilizable y utilizada por el capital, pues siempre habrá alguien
que cobre menos o que incluso no cobre y por tanto según esa teoría
incluso con salarios de miseria se será privilegiado frente a quien
no tiene siquiera salario alguno. De hecho ya se está dando al
situación de considerar privilegiados a quienes tienen un trabajo en
régimen esclavista.
Y cuando el trabajador
asume esto y llega a creérselo se pone en situación de tal
inferioridad para defender sus propios intereses que llega a extremos
de reivindicar actuaciones contrarias a sus intereses y los de su
propia clase, incluso en beneficio de los explotadores; llega a
extremos de reivindicar el ser explotado incluso en condiciones de
miseria, en fin, llega a desear que sus condiciones miserables las
sufran todos los demás trabajadores, mientras que para nada se
plantean el combate ni contra el sistema de explotación ni contra
los verdaderos explotadores que son quienes se apropian del producto
de nuestro trabajo y que por tanto son los que en realidad gozan de
privilegios, pues son quienes disfrutan de todo lo que se llevan sin
realizar trabajo alguno.
Estos mismos privilegios
son los que realmente tienen todos aquellos que forman parte de
sectores improductivos como los ya reseñados y cuyos beneficios
recibidos son siempre privilegios ya que ellos no generan ninguna
riqueza con su actividad parasitaria e improductiva.
La utilización y
manipulación del servicio al ciudadano en contra del derecho del
trabajador a la defensa de sus intereses como clase.
Se está manipulando de
forma descarada por parte de los gobierno, la patronal y los medios
de difusión, el tema de la salvaguarda de los derechos y servicios
al ciudadano, sublimando este concepto y poniéndolo por encima de
los derechos de los trabajadores, de forma que al anular el derecho
que como trabajador se tiene a la lucha contra la explotación, en
aras de no crear perjuicios o molestias a otros, quienes salen
siempre beneficiados son los explotadores en perjuicio del conjunto
de la clase trabajadora.
Para conseguir esto,
apelan a que se respete el derecho individual al trabajo, pero
curiosamente quien primero viola este derecho es el propio Estado, su
gobierno y la patronal que han originado ya más de cuatro millones
de parados a quienes niegan su derecho al trabajo. Apelan al derecho
a la libre circulación de las personas, pero curiosamente es también
el estado, u gobierno y su sistema quien viola este derecho con el
establecimiento, la imposición y protección de fronteras, barreras
y zonas prohibidas y privadas, cárceles y centros de internamiento,
persecución de la inmigración, etc. Sin contar con quienes no
pueden ejercer estos derechos y servicios pues están supeditados a
unas posibilidades económicas a las que no tiene acceso una gran
mayoría de la población.
Su ofensiva lanzada en
este terreno origina de inmediato el enfrentamiento entra la propia
clase trabajadora anulando la necesaria solidaridad de clase que
obligaría a los capitalistas y sus gobiernos a solucionar los
conflictos y las reivindicaciones de forma favorable a los
trabajadores con la mayor celeridad y rapidez posible pues las luchas
se harían extensivas y siempre contra el capitalismo enemigo común
de nuestra clase.
Pero no queda solo en eso
la ofensiva capitalista, una vez conseguido el enfrentamiento entre
los trabajadores, instigan y alientan a quienes están engañados y
de su parte para que criminalicen y traten a otros trabajadores en
lucha de secuestradores de los ciudadanos e incluso de terroristas,
tras lo cual a los gobiernos y capitalistas se les deja en plena
libertad para aplicar los más bestiales castigos y represalias como
despidos, detenciones, apaleamientos, encarcelamientos, etc.,
dentro de una total impunidad consentida.
Toda esta actividad
dirigida y fomentada desde los medios de comunicación a su servicio
y bajo su control, desemboca en una manipulación sociológica de tal
calibre que están consiguiendo sobre la práctica que se desarrolle
un concepto equivocado de solidaridad, pues al final con quienes
muchos trabajadores se solidarizan consciente o inconscientemente es
con sus enemigos de clase, o sea, con los capitalistas que les
explotan e incluso con los policías que les reprimen".
Pues eso...
solidaridad de clase.
Por la UNIDAD OBRERA.