La
cárcel de A Lama, especialmente su departamento de máximo castigo, se
está haciendo famosa como un lugar parecido a Auschwitz, dado el
desprecio de la dignidad humana demostrado allí por los agentes
estatales. Sin remontarnos más atrás, es el lugar donde Emilio Sánchez del Peso estuvo 50 días en huelga de hambre para denunciar las torturas y malos tratos que allí se practican; donde Javier Guerrero Carvajal inició
la suya, que está a punto de llevarle a la muerte tras más de cien días
de privaciones, contra la arbitrariedad, indefensión y abandono a que
se somete a las personas presas; donde “se encontró” ahorcado a
principios de este mes a Borja Martín Gómez, o donde murió en abril del
año pasado Eugenio García Serrano, Gavioto, oficialmente por una
sobredosis de droga. “Suicidio”, “accidente”, dicen los papeles de las
administraciones carcelera o judicial, pero a quienes les querían no se
les quita de la cabeza la idea de que fueron asesinados por los
carceleros. Como dice una querida y respetada compañera gallega, “los
luchadores no se suicidan”.
En febrero pasado, su familia y amistades hacían un llamamiento a
la solidaridad con Reinaldo Gómez Guijarro, Jaro, que había sido
trasladado arbitrariaremente al módulo de aislamiento de la terrible
trena pontevedresa. Le habían encerrado en la misma celda donde murió su
compañero y amigo Gavioto. Allí, desde el primer día, fue amenazado:
“Ya sabes quién estaba ahí, tú verás cómo quieres acabar”, siendo
sometido en todo momento a una dinámica permanente de acoso e
intimidación de las que tantas veces han terminado en “suicidio”, como
saben quienes han vivido o presenciado situaciones parecidas, muy
habituales en las cárceles españolas. Su gente temía por su vida y por
eso se hizo pública su situación y se pidieron muestras de solidaridad y
apoyo. Al principio, le cambiaron de celda, y la cosa parecía estar en
vías de mejorar, pero a estas alturas no sólo no ha sido así, sino que
ha empezado a pasar lo que se estaba temiendo: anteayer recibió Jaro de
los carceleros un palizón de muerte.
Fue
por una norma arbitraria de las que se suelen imponer en los
aislamientos: encima de que estás encerrado, no te puedes tumbar, por
ejemplo, en la cama duranta el día; no hay ninguan razón válida, es sólo
porque les da la gana a ellos, una táctica más de control e
intimidación. A Jaro le pilló un boqueras echado en la cama y le llamó
la atención de muy malas maneras, replicándole él en lugar de achantar.
El “funcionario” salió corriendo y regresó con unos veinte carceleros
más, diciéndole que le iban a cambiar de celda; el día anterior, en un
cacheo, lo habían destrozado todo en la que ocupaba ene se momento. Le
esposaron y, mientras andaba por el pasillo rodeado de carceleros, uno
de ellos le lanzó un guantazo, él intentó defenderse, pero se le echaron
encima y le apalearon, le llevaron por la fuerza a una celda y le
esposaron boca abajo a la cama, postura en al que estuvieron golpeándole
hasta que se cansaron. Ahora tiene un gran derrame en un ojo,
hematomas por todo el cuerpo, fuertes dolores en la espalda y
dificultades respiratorias, todo a consecuencia de la tremenda paliza.
Sabemos que el martes pasado otro compañero, Enrique Silva Montoya,
Piyayo, recibió también de los carceleros una gran paliza al ser llevado
al siniestro departamento de castigo de la cárcel de A Lama.
De
momento, sirva esta nota para informar de lo que está pasando. Aunque
ya estamos viendo que hasta ahora no ha servido de mucho, mientras se
tramitan las correspondientes denuncias y se piensa qué más hacer, no
estaría de más dirigirse por fax, por correo o por teléfono a la
dirección de A Lama, a la secretaría general carcelera y al juzgado de
vigilancia penitenciaria denunciando la situación y protestando por
ella.
¡EN LA CÁRCEL DE A LAMA ESTÁN MACHACANDO A NUESTRA GENTE!
¡NO PODEMOS CONSENTIRLO!
Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
Calle Alcalá 38-40. 28014 – Madrid
E MAIL: dgip@dgip.mir.es; TEL: 91 335 48 76; FAX: 91 335 40 64-913354940
Centro Penitenciario de A Lama
Monte Racelo s/n. 36830 Pontevedra
TEL: 986 75 80 00; FAX: 986 75 80 11
Juzgado Vigilancia Penitenciaria nº 2 (Pontevedra)
Plaza Tomás y Valiente, s/n. 36071Pontevedra
TEL: 986 80 51 43; FAX: 986 80 51 41
Más información sobre lo que está sucediendo en la cárcel de A Lama: