Los sindicatos turcos han señalado la elevada tasa de mortalidad que se produce en Turquía en el sector minero, la falta de asistencia sanitaria adecuada en el momento de la catástrofe y la falta de control de la compañía responsable Soma Kömür sobre el número de trabajadores que se encontraban trabajando en la mina en el momento de la explosión. Los trabajadores, además, percibían salarios muy inferiores a los de la minería pública.
Los responsables sindicales han calificado el accidente como el “mayor asesinato” del mundo laboral. Numerosas manifestaciones se han convocado en la avenida Istiklal de Estambul en las que los manifestantes portaban pancartas que con el lema: “No es un accidente, es un asesinato” y las muestras de indignación ante lo ocurrido se multiplican en todo el país.
Los sindicatos turcos han convocado un día de huelga para el 15 de mayo en Turquía, pero la cosa no parece haberse quedado en lo que algunos querrían (un día de paro-luto).
La muerte de 283 personas después de la explosión deuna mina de carbón en la ciudad de Soma, en el oeste de Turquí, ha generado hoy (15 de mayo), una amplia huelga general, concentraciones, marchas y manifestaciones contra el gobieno en diversas ciudades del país. Hubo enfrentamientos entre manifestaciones y antidisturbios en diferentes actos.
La divulgación de la foto de la izquierda que muestra un asesor del primer-ministro Recep Erdogan agrediendo a un manifestante aumentó todavía más la revuelta popular. La imagem muestra a Yusuf Yerkel, vice-jefe de gabinete del primero-ministro, pateando a un manifestante en la última [quarta] en Soma. Esto ocurrió cuando el convoy de Erdogan fue atacado por familiares de las víctimas.
Izmir, la tercera ciudad turca, concentró las mayores manifestaciones. Millares de personas se echaron a las calles contra el gobierno. La polcía usó gases lacrimógenos y cañones de agua y gas para dispersar a la multitud. En Soma, familiares de los mineros y manifestantes protestaron cerca del lugar del accidente.