Un año más se acerca el Primero de Mayo; una vez más, y por
desgracia, nos vemos obligados a insistir en el carácter combativo de
esta fecha. Llevamos demasiado tiempo acostumbrados a procesionar en
ésta y en otras fechas de guardar, bajo distintas siglas; a deambular
como borregos entre la manifestación-procesión de turno, la fartura
solidaria, el concierto y la ofrenda floral. Pero no están los tiempos
(y nunca lo han estado, a decir verdad, y no ha faltado gente para
remarcarlo todos estos años) ni para paseos, ni para fabadas ni para
flores. Asistimos a un deterioro generalizado de nuestras condiciones de
existencia como no se recuerda en décadas, y la respuesta ha de estar
al altura de la agresión recibida.
Por ello, animamos a todas las personas y colectivos que se sientan
aludidos, a que vayamos preparándonos para volver a hacer del Primero de
Mayo una fecha que sirva para fortalecer lazos, para afirmarnos como
clase, para seguir reconstruyendo una comunidad de lucha que permita
mandar el sistema capitalista, el trabajo asalariado y toda la
organización de la vida sometida a la lógica mercantil al sitio que se
merecen: el vertedero de la Historia. El espectáculo de la falsa
protesta y de la autocomplacencia sólo seguirán sirviendo para lo que
han servido hasta ahora: para la desmoralización y la impotencia.
Avancemos en la guerra social contra el Estado, el Capital, y todos sus defensores.
Mañana 1º de mayo bloque en la manifestación a las 12:00 en la plaza del Humedal (Xixón)
PRIMERO DE MAYO BAJO LAS PROHIBICIONES DEMOCRÁTICO - FESTIVAS Y CON TERROR AL PARO
El ya maldecido mil veces primero de Mayo de las libertades y
prohibiciones democráticas, hoy se adereza con el terror a no tener
trabajo, al hambre, a ser prescindible por el capital como fuerza de
trabajo.
Primero fue convertido por los poderes públicos de la democracia
en día festivo, para anular su potencial mensaje subversivo. Que no es
otro que, si los proletarios no trabajan en la reproducción e
intercambio de mercancías, este mundo absurdo se para,
independientemente de la fuerza militar que conserve intacta la clase
dominante. Porque parar de trabajar atenta contra las relaciones
sociales mismas y más si es para reivindicar que los sometidos al
trabajo asalariado tienen en su mano acabar con su condena. Que pueden
paralizar la producción y circulación de mercancías cuando quieran.
Eso era el Primero de Mayo, una demostración de fuerza en la
guerra social del proletarios y los burgueses. Entonces no eran
fiestas, prohibiciones, convivencia ciudadanas o comilonas, las que
sacaban a los proletarios forzosamente de las calles y de las terrazas
destrozadas de los cafés burgueses. Eran las cargas de caballería,
las ametralladoras o incluso la artillería de cualquier ejército
democrático. El primero de mayo era sin más, una anomalía en el
legalmente pacifico y burocráticamente violento discurrir de la sociedad
mercantil.
Hoy, no solo se ha convertido en un día festivo donde se deja de
producir mercancías, en ciertos lugares, para consumir e intercambiar
esas mercancías más intensamente. Hoy, como no, se utiliza este día
para remarcar un mito burgués según el cual los asalariados viven por
la gracia que les concede el capital al otorgarles un trabajo. El mito
del mundo al revés que refuerza el terror a perder el miserable salario
que otorga el don del derecho a la vida y otros muchos derechos
democráticos. Es la afirmación de la derrota histórica del asalariado
frente al dueño del capital, del expropiado frente al expropiador de su
vida.
Ningún burgués podría vivir de sus billetes de banco, sus bonos,
acciones o incluso de sus propiedades tangibles, si no trabajaran para
él los proletarios asalariados, consumieran las mercancías que ellos
mismos producen, aceptaran el precio de esas mercancías y la
inviolabilidad de la propiedad privada, por encima del derecho a la vida
del asalariado o desechado, del desposeído de sus medios de vida en
general.
Hoy en medio de una desvalorización general del capital mercantil y
del capital financiero, la única salida del capital es la destrucción
de las mercancías, la eliminación en masa de proletarios sobrantes. La
agudización del enfrentamiento interburgués para arrastrar en él a esos
proletarios, sobrantes o no, hambrientos y acosados por la miseria.
Como no recuperemos los viejos hábitos de la guerra social contra
la clase capitalista, como un Primero de Mayo de combate, estamos
muertos en silencio. El Primero de Mayo tendría que servir para
reafirmar los intereses de los desposeídos frente a los intereses de
los expropiadores. El rechazo a toda reorganización burguesa del trabajo
en relación a lo festivo: día de producir mercancías o de dar
servicios, día de consumir. El repudio a la moral del trabajo
asalariado y del consumo. La determinación para entorpecer el
normal desarrollo de las relaciones sociales mercantiles. Negarse a
colaborar con la clase dominante y a aceptar sus mitologías, tanto
relacionadas con el trabajo como con otros temas, negarse al sacrificio
por la economía nacional y por la patria misma. Arrojar estiércol sobre
esa entelequia asquerosa que es la patria burguesa. La patria de un
burgués es su banco fiscalmente paradisiaco, la del proletario tiene que
ser por pura supervivencia… la humanidad.
¡¡ PARA ACABAR CON EL PARO, SUPRIMAMOS EL TRABAJO !!
SI LA ECONOMÍA NOS DESTROZA,
DESTROCEMOS LA ECONOMÍA.
CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITAL.
POR EL COMUNISMO, POR LA ANARQUÍA