El edificio entraba en la primera fase, que se retrasa 'sine die', de la rehabilitación de la barriada
El ambicioso, eterno y costosísimo proyecto de remodelación de la barriada del 29 de Octubre, uno de los entornos más degradados de la ciudad enclavado a la salida del túnel de Pajarillos, tiene visos de ir para largo o, mejor dicho, para muy largo. Eso, al menos, es lo que se desprende de la última intervención municipal en el antiguo colegio central de este grupo de viviendas de los años sesenta. Los operarios acaban de tapiar el veterano edificio y derribado parte de sus muros del patio trasero para frenar el vandalismo y el saqueo al que venía siendo sometido desde que cerraron sus aulas hace ocho años.
Esta operación, aunque de escaso coste, certifica el retraso del faraónico plan de rehabilitación, que contemplaba precisamente el derribo del viejo centro escolar en su primera fase para levantar allí un bloque piloto. La idea era trasladar allí a las familias afectadas por la demolición de sus bloques de forma progresiva, es decir, tirar un bloque, realojar a los inquilinos temporalmente y así sucesivamente hasta completar la demolición de las 570 viviendas de esta barriada.
El pequeño problema de semejante operación, sin antecedentes en la capital, es su coste –un mínimo de 137 millones de euros– y el volumen de residentes afectados –1.600 habitantes en la actualidad–.
La concejala de Urbanismo, Cristina Vidal, justificó hace dos semanas los retrasos, a preguntar del PSOE, en la «complicada tramitación» del plan y pidió el apoyo de los grupos municipales de la oposición para intentar avanzar en su puesta en marcha.
El grupo de viviendas, entre tanto, continúa su imparable camino hacia la ruina con el antiguo colegio, que albergaba la etapa de preescolar del Cristóbal Colón –el centro se mudó por completó al otro edificio de la cercana calle Cigüeña al finalizar el curso en el año 2004–, como singular avanzadilla. En sus fachadas, que dan a las calles Pavo Real y Zorzal –a la altura justo del paso subterráneo de Vadillos–, ya no queda ni un solo cristal en las ventanas; el interior fue desguazado y destrozado poco a poco desde poco después del cierre, y el patio se había convertido literalmente en un enorme vertedero de basura.
[Algunos de] Los vecinos, por su parte, piden que se agilice, como mínimo, la demolición del centro escolar y que comience «cuanto antes el proyecto de rehabilitación» para evitar que el grupo del 29 de Octubre «continúe degradándose al ritmo actual».
[Otros vecinos, desde hace tiempo, apostaron por la paralización completa del proyecto, la rehabilitación del colegio como CENTRO SOCIAL para el barrio, autogestionado por los vecinos, así como la rehabilitación de las viviendas del mismo modo que se ha hecho en alguna zona de Las Viudas o en las casas de la zona del antiguo Cine Vistarama, todas ellas de la misma época que las del 29 de octubre. La zona ahora "degradada" (muchos sabeis que no es pa tanto) era una de las zonas más tranquilas de Los Pajarillos hasta el desmantelamiento del Poblado de La Esperanza en el año 2001. La degradación se ha producido a raíz del realojo de ciertos elementos relacionados con el tráfico de drogas. La lucha de los vecinos contra esta lacra, social y abierta y en muchos sentidos antiprohibicionista ha conseguido que la zona sobreviva sin la degradación que el periódico nos pasa por las narices. Pero la crisis parece haberse llevado el proyecto al agujero... en nuestras manos está empujar al mismo sitio a todos los que degradan y explotan nuestro barrio y nuestras vidas, empujar al capitalismo y a quienes lo defienden al estercolero de la historia].