Nuevamente la represión llama a la puerta. Desde hace unos meses, la ciudad de Valladolid se ha visto envuelta en un nuevo caso represivo de acoso y persecución policial.
La policía municipal está destinando un sinfín de recursos para llevar a cabo una investigación pericial con el fin de incriminar a varios jóvenes graffiteros de nuestra ciudad. Desde el Ayuntamiento, con ayuda de los medios de manipulación de masas, se viene realizando una campaña de acoso y derribo contra la libre expresión, que busca criminalizar a la juventud y su medio de expresión.
Varios chavales han sido sancionados con multas administrativas que duplican las cuantías de la actual ordenanza municipal (que ya de por sí son muy superiores a las del resto del Estado) sin haberse producido ningún tipo de identificación o detención, ni habiendo pruebas de que hayan cometido los hechos imputados (superando algunas cuantías los 20.000€ por individuo, acumulando así multas por valor de 50.000€). Todo esto se hace con la ayuda de la eficaz labor de medios como El Norte de Castilla, que ha publicado información de algunos de los afectados, pasándose por alto la ley de protección de datos o la tan cacareada "presunción de inocencia".
Desde siempre, LOS MUROS SON LOS PERIÓDICOS DEL PUEBLO. Pero el caso que nos ocupa llama más aún la atención por la hipocresía y el cinismo de la sociedad en su conjunto.
Mientras se aplaude al "arte urbano", se pagan grandes cantidades de dinero por "exposiciones de arte contemporáneo" o se participa de la red "creart"... mientras se habla de los nombres de grandes artistas del graffitti y se les acoge en los museos... nuestros chavales y no tan chavales siguen siendo pasto de la represión, perseguidos y multados por hacer algo ¡tan grave! como es pintar una pared, un tren o cualquier otra superficie.
Esto no es nuevo. El anterior alcalde ya tuvo su particular batalla contra los que pintaban las calles (sus mensajes, su arte)... y perdió, por supuesto. Fue entonces cuando se hicieron los murales de AQUÍ PINTAMOS TODOS (algunos todavía en pie). Porque es muy bonito que el ayuntamiento se gaste un montón de dinero en "murales de la felicidad" y otras iniciativas de arte urbano... pero es TOTALMENTE REPUGNANTE que en vez de acudir a la (mucha) gente que pinta bien en esta ciudad, a los grafiteros de la calle y de los barrios, trabajar con ellos y hacerlo libremente desde abajo, se esté acudiendo a "artistas" que tapan todo el trabajo y todo el arte que los demás llevabámos años cultivando, SIN RESPETO ALGUNO... y luego se extrañarán cuando se pinte encima de esos "murales".
EL ARTE URBANO NACE DE LOS CHAVALES DE LOS BARRIOS, no de la concejala de cultura de turno y de los técnicos del ay-untamiento.
BASTA YA DE REPRESIÓN AL ARTE URBANO. AQUÍ PINTAMOS TODAS.