Esta semana se han publicado imágenes y un video con la agresión policial a porrazo limpio a unos jóvenes en el Barrio de Delicias, de Valladolid. La agresión, que según la prensa está siendo investigada internamente por el propio cuerpo nacional de policía, se produjo la pasada semana.


 

 

EL ZORRO AL CUIDADO DE LAS GALLINAS


El delegado del Gobierno en Castilla y León ha anunciado este lunes a los medios de comunicación que se está investigando en coordinación con Policía Nacional si hubo una “mala actuación policial” en una intervención el pasado jueves en el barrio de las Delicias, en Valladolid, en cuyo caso se abrirán los expedientes disciplinarios “que correspondan”.

Uno de los vecinos de la zona habría grabado la intervención, en la que hasta ocho agentes de la Policía Nacional retuvieron a unos jóvenes, de origen magrebí a los que agreden a porrazos posteriormente. En el video se aprecia como dos policías, especialmente uno de ellos, golpean con las porras a los jóvenes sin ningún tipo de provocación previa. En ese momento, los chicos no presentaban resistencia y permanecían quietos, según se ve en el vídeo. El resto de agentes se mantuvieron quietos durante los golpes que propinaban sus "compañeros".

 Los hechos sucedieron en la Avenida de Segovia, en el barrio de las Delicias de Valladolid. En el vídeo, difundido a través de las redes sociales, se escucha a uno de los agentes interpelando a los chicos con frases como: “¿Qué te pasa?”, “¡Me cago en tu puta madre!” y ¡Tú te callas!“. El mismo agente gritó a los transeúntes que pasaban por la zona: ”Tirad para allá“.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha defendido, como no podía ser menos, la actuación policial. Fuentes de esta organización policial se han justificado asegurando que han existido reiterados enfrentamientos entre bandas y que una llamada alertó de que se estaban agrediendo de nuevo con armas blancas, por lo que los agentes tuvieron que mantener la guardia. Nada de esto se desprende de las imágenes ni del video que está circulando. Las imágenes conocidas no muestran los supuestos incidentes previos y sí una ausencia total de provocación por parte de los jóvenes antes de ser agredidos repetidamente. El recurso a "las bandas" no deja de ser una cortina de humo y un espantajo que intenta justificar la violencia policial y el racismo institucional que estos hechos muestran.


LA VIOLENCIA QUE NO CESA

La brutalidad policial que acabamos de ver no es una excepción, obra de "ovejas negras" o de "elementos violentos"; es la consecuencia inevitable de la defensa del sistema capitalista; puesto que éste se basa en la explotación de la mayoría, el mantenimiento del orden burgués exige una represión constante de todos aquellos que puedan amenazar o desafiar esta explotación, de todos aquellos que representan una amenaza al menos potencial para el orden establecido. Estos hechos son una muestra de la "violencia en acto", pero la violencia en potencia y la coerción son la norma permanente y perpetua que estructura toda esta sociedad.

En períodos de prosperidad económica y de calma social, esta represión, aunque siempre presente y violenta, aparece esporádicamente. La democracia, que es el sistema político más adecuado al orden burgués porque enmascara la lucha de clases, presenta entonces un rostro pacífico y relativamente "benévolo". Pero en tiempos de crisis y de intensificación de las contradicciones capitalistas, la democracia revela su verdadero rostro al servicio exclusivo de la dominación capitalista: la represión se manifiesta abiertamente, adquiriendo un carácter sistemático, cada vez más violento y "arbitrario".

Este "giro" se manifiesta así mismo en el recrudecimiento de las medidas contra los inmigrantes y los solicitantes de asilo, señalados como chivos expiatorios por la opinión pública. Así, no es de extrañar que ante episodios de violencia policial, los voceros y defensores del sistema pongan el grito en el cielo contra los inmigrantes, justificando la violencia policial porque "algo habrían hecho".

La burguesía es la clase que ha fusionado ideológicamente el concepto de supremacía intelectual y civil sobre todas las demás clases sociales con el privilegio "natural" de ser la clase que ha superado las condiciones de vida primitivas y bárbaras gracias a la técnica, la industria, la innovación y los descubrimientos científicos. Esta supremacía, este privilegio, se basa en un modo de producción -el capitalismo- fundado en la más moderna forma de la esclavitud: la esclavitud asalariada, en la que la mayoría de la población se ve obligada a vender su fuerza de trabajo y su cuerpo para sobrevivir: Esclavitud que arrastra tras de sí todas las formas más abyectas de las sociedades anteriores, demostrando que la sociedad capitalista, en términos de relaciones entre seres humanos, es la más deshumanizadora e inhumana de todas las sociedades de clases.

El racismo que la burguesía alberga hacia la clase proletaria, hacia la "raza" de los asalariados, explotados con el único fin de producir beneficios antes de ser desechados cuando ya no son explotables, no ha sustituido al racismo de las anteriores clases dominantes: la nobleza, el clero, los señores feudales o los esclavistas de la antigüedad, sino que se ha sumado a él.

El racismo contra los negros, como contra los judíos, los indios, los latinos y los asiáticos, tiene una larga historia. El modo de producción capitalista moderno, que ha revolucionado el mundo, tiene sus raíces históricas en Europa, en Italia, España, Inglaterra, Francia, Alemania; pueblos blancos que, con el desarrollo de la industria a gran escala, colonizaron el mundo y subyugaron a los pueblos de todos los continentes. Y mientras dure el capitalismo, también durarán los mitos del individuo, del gran jefe, del líder supremo, del capitalista hecho a sí mismo, y el racismo continuará en todas sus formas, siempre determinadas por las necesidades económicas, políticas, sociales y culturales de la época.

Para eliminar el racismo, que hunde sus raíces en la estructura económica y social de la sociedad burguesa, es necesario eliminar el modo de producción sobre el que se desarrolla, empezando no por la cultura y la "conciencia", que son meros reflejos de la estructura económica y social capitalista, sino por la lucha de clases proletaria en la que el elemento decisivo es la condición común de los asalariados, por encima de todas las diferencias de origen, sexo, raza o nacionalidad. 

La única manera de derrotar todas las formas de racismo es luchar contra la clase burguesa dominante, sea cual sea su color de piel, su raza o su país de origen, porque ella es la beneficiaria de toda opresión, de todo racismo, de toda esclavitud.

La respuesta a la agresión policial, a la brutalidad y al crimen sólo puede ser eficaz si se lleva a cabo independientemente de las orientaciones de los partidarios de la conciliación social, agentes de la colaboración entre las clases. Sólo una lucha clasista y claramente anticapitalista puede hacer retroceder al gobierno y a la burguesía movilizando a los proletarios. Esto vale tanto para la defensa contra la violencia policial como para la defensa de los salarios, la lucha contra los despidos y la represión contra los solicitantes de asilo y los sin papeles.

          Con nuestrxs hermanxs DE CLASE, contra la violencia policial y sistémica

 

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MÁS INFORMACIÓN:

- VER VIDEO: https://x.com/FonsiLoaiza/status/1818017424429744619

- https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/varios-policias-nacionales-investigados-agredir-jovenes-magrebies-20240729182306-vi.html

 

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















ARCHIVO

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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."