MANIFIESTO INICIO CAMPAÑA
Desde diversos territorios nos hemos organizado para
señalar públicamente a lxs responsables directos de las 200 vidas que se
quedan dentro de las cárceles cada año bajo la custodia y dominio del
estado. Distintas colectivas e individualidades hemos buscado apoyo las
unas en las otras para movilizarnos y hacer de altavoz de todo lo que
nuestrxs compañerxs presxs tienen que explicar y denunciar. Agresiones,
abusos, vejaciones, abandono, desatención médica y muerte son la
realidad del día a día dentro de las cárceles. Instituciones
penitenciarias y carcelerxs responsables directxs. Personal sanitario
cómplice.
Aquí fuera no
queremos silenciar esta realidad y queremos mostrar nuestro apoyo a las
personas que se encuentran detrás de los muros. Por eso hemos convocado
una campaña estatal coordinada: “¿Qué está pasando tras los muros?
Contra la desatención médica y las muertes en prisión”.
Del 10 al 25 de
Junio de 2024 saldrán a la luz de forma progresiva testimonios de compas
presxs además de informaciones varias relacionadas con el tema. También
habrá convocadas concentraciones y actos en diferentes territorios.
La
dignidad hace referencia al valor inherente a cada ser (humano o no
humano) por el simple hecho de serlo. No se trata de una cualidad
otorgada por alguien sino intrínseco a la naturaleza del propio ser. Ni
se compra, ni se vende. Tampoco se custodia. Dentro de prisión las
personas son secuestradas por el estado y se les arranca su dignidad.
Allí se tortura física y psicológicamente. Se traslada de forma
arbitraria a las personas, desarraigándolas de cualquier entorno social
y/o familiar; se utilizan las comunicaciones con el exterior como moneda
de cambio en un juego de “premio-castigo”; se revisan cartas, llamadas o
comunicados como medidas preventivas de seguridad; existe la
explotación laboral y no hay derecho a tener un sindicato de apoyo (lxs
carcelerxs sí); no se atienden las necesidades específicas de cada
cuerpo; existe un régimen de aislamiento que se puede alargar en el
tiempo durante años; no existe libertad de expresión ni de asociación;
hay un estricto régimen de control temporal y de horarios y la
comunicación con el exterior es tan reducida que lo que pasa aquí fuera
está fuera del alcance de las personas que habitan dentro (y al revés).
Se crea una brecha espacio-temporal que dificulta e impide la
convivencia y la adaptación entre un “dentro-fuera”.
Si
entramos a hablar de desatención médica a nuestrxs compañerxs,
afirmamos que hay asesinatos directos y asesinatos indirectos. Muertes
directas como consecuencia de palizas y torturas por parte de carcelerxs
armadxs y en manada en una encerrona contra un preso y con la
complicidad médica de partes sanitarios falsificados negando las
pruebas. Personas con enfermedades terminales como cáncer, esclerosis o
parkinson que no son inmediatamente excarceladas como indica esa ley
vigente suya a la que tanto les gusta acudir solo cuando les interesa. O
compañercs que necesitan urgentemente salir al hospital por una
sitomatología grave y no son derivades.
De
forma indirecta la cárcel también mata cada día. Más de la mitad de los
puestos de trabajo médico-sanitarios de instituciones penitenciarias
están vacíos. Además, la administración niega el derecho de asegurar a
las personas presas unas prestaciones médicas y sanitarias mínimas.
Muchas veces no se da acceso a medicaciones que podrían salvar una vida o
se administra a destajo ibuprofeno sin ajustarse a los requerimientos
de la enfermedad. Personas sin dientes a las que no se les da una dieta
adaptada a sus necesidades o compas con movilidad reducida a las que no
se las acompaña para que puedan desplazarse al lavabo, visitas
familiares o al patio. En relación a la salud mental, los servicios de
acompañamiento y terapéutico son prácticamente inexistentes. Y ante
tentativas de quitarse la vida, nos explican que las consecuencias son
el castigo a aislamiento y la retirada de todas las pertenencias hasta
nuevo aviso. En el mejor de los casos, baja la psicóloga una semana más
tarde y le comenta al chico que debería empezar sesiones de yoga. El
riesgo a desarrollar un trastorno mental es 16 veces mayor en prisión
que en la calle.
La
mortalidad por sobredosis, muerte súbita o suicidio dentro de las
cárceles es mucho más elevada que fuera. El Estado Español es el cuarto
país de Europa con más suicidios en sus prisiones; el riesgo de suicidio
en la cárcel se multiplica por 8 respecto a la vida “libre”. En 2020,
62 personas se quitaron la vida mientras estaban privadas de libertad.
Se
proporciona a las personas presas psicotrópicos aditivos legales sin
apenas control médico, herramienta infalible para obtener una población
reclusa relajada, adormecida y enganchada. Se suministra metadona sin
necesidad y se sabe de casos de muertes por sobredosis habiendo sido
administrada por los propios servicios médicos carcelarios. Abundan los
fallecimientos de compas en extrañas y dudosas circunstancias, nunca
esclarecidas.
Enviamos
especialmente todo nuestro amor al compañero Pedro Escudero a quien, el
15 de mayo de 2019, dejaron morir ardiendo en su celda en la cárcel de
Teixeiro a la espera de juicio como denunciante por unas palizas que le
habían propinado lxs carcelerxs un año antes. Así como a Sannah Cadiri
muerta el pasado año en la cárcel de Brieva supuestamente ahorcada,
aunque un carcelero confesó que se le había dado una paliza. A Manuel
Fernández, fallecido en la prisión de Albocasser; su muerte se catalogo
como “muerte súbita” aunque tenia evidentes marcas de violencia y se
negó a la familia la posibilidad de una segunda autopsia. Y tantas otras
personas muertas en todos los centros de exterminio (cárceles, CIES,
calabozos…).
Gracias
también a Manuel Noguera “Lolo”, a Alfonso Miguel Codón, a David Rojas…
por sus relatos, así como a todxs aquellxs que han compartido su
experiencia anónimamente. Vuestras palabras nos llena de dolor y rabia
pero, lejos de hundirnos en la soledad y el aislamiento, nuestros lazos
se hacen más fuertes cada día. Gracias también a todxs aquellxs compas
con quien mantenemos contacto pero no han salido reflejadas sus
palabras. Y enviamos nuestro cariño a todxs lxs que seguís ahí dentro
resistiendo. Vuestra lucha siempre será nuestra lucha.
Invitamos
a todo el mundo a reflexionar, a compartir y a seguir rompiendo el
silencio ante tanta crueldad e impunidad. ¡Feliz campaña contra la
desatención médica y las muertes en prisión y abajo todos los muros!