lunes, 3 de enero de 2022

Sí al tren de cercanías... no al soterramiento

 

 

Hoy miércoles 20, a las 12h se ha producido una concentración en la Estación de Valladolid-Campo Grande para reclamar un tren social, sostenible, regional. Por la tarde, el mismo miércoles 20, a las 19:30 en Palencia (edificio de los sindicatos) ha tenido lugar una charla-debate sobre «Propuestas para un Ferrocarril Público, Social y Sostenible» entre las propuestas establecer unas Cercanías ferroviarias entre Palencia y Medina del Campo, más necesarias que nunca como alternativa al coche.

El jueves 21 a las 18:30 habrá en León una marcha desde el Apeadero La Asunción (FEVE) a la estación de Matallana, aún por estrenar tras años terminada. También el jueves 21  a las 19h. en Burgos Concentración ante la Subdelegación del gobierno. El viernes 22 a las 18h en Salamanca manifestación que partirá a las 18h desde la Glorieta de CyL y terminar en la Plaza de la Constitución. En Zamora habrá una concentración el sábado 23 a las 12h en Plaza de la Constitución.

Finalmente, el domingo 24 será la manifestación en donde confluiremos todos los territorios en Madrid a las 12h desde la Plaza de Tirso de Molina hasta Atocha. Todas estas movilizaciones se enmarcan en la lucha por el tren como medio de transporte más sostenible y seguro.

 

 

 

Sobre la línea Medina del Campo - Valladolid - Palencia.

Los concentrados han reclamado un ferrocarril metropolitano, con una estación en Santovenia, otra en la zona sur y las dos existentes que se una a la propuesta de corredor de Cercanías entre Medina, Valladolid y Palencia. La propuesta de corredor de cercanías para la zona metropolitana de Valladolid, presentada en 2015, está paralizada desde entonces. Pretende fomentar y potenciar el eje Valladolid-Medina-Palencia con trenes reagionales y de cercanías que den servicio a la necesidad diaria de miles de usuarios, trabajadores y estudiantes en su mayor parte, que han visto como se reducían los horarios de esta ruta durante los últimos años y más aún a raíz de la pandemia y los recortes derivados del estado de alarma. Es urgente recuperarlo teniendo en cuenta el grave problema climatico y de movilidad que se presenta en los próximos años, derivado de la crisis climática y de la crisis de la automoción y el consumo de energías fósiles.
 
En los últimos años, las inversiones en el ave se han comido todo el dinero del tren, y el cercanías y los trenes regionales se están abandonando. Al cierre de vías y rutas (como la de Ariza, perdida hace tiempo), se unen los recortes de la pandemia que han limitado enormemente los horarios y la movilidad de los viajeros, lo que provoca que muchos de ellos estén recurriendo al transporte particular. Es evidente que esto es justamente lo contrario de lo que necesitaría una "movilidad sostenible".

Los convocantes han reclamado inversiones en cercanías y regionales y aumento de todos los horarios que fueron recortados en la pandemia y que impiden que la gente acuda a trabajar o estudiar en horarios normales. Han defendido el tren como medio más sostenible (asegurando que el tren es potencialmente mucho más verde de lo que es ahora) y lo han relacionado también con el uso de la Bicicleta y el tren, perfectamente compatibles y a todas luces una solución de movilidad mucho más adecuada para el respeto del planeta.

 
 
 

Los Talleres de Renfe. El tren regional y el soterramiento.

También se han referido a los nuevos talleres de RENFE (recordamos que los antiguos talleres de Farnesio ya están cerrados), afirmando que existen "peleas" por las cargas de trabajo con otros talleres (Madrid, Toledo), que el taller está infrautilizado, aunque está prácticalente al 100 x 100, pero que tiene disponibilidad para bastante más carga de trabajo, más personal, etc... Que los talleres estén ya a pleno rendimiento es una buena noticia, pero esto es solo el primer paso.

Las obras del desvío de mercancías -desvío que, según la propuesta realizada, podría ser también utilizado para un segundo recorrido que incluyera el Polígono San Cristobal, la Cistérniga, etc.- siguen avanzando aún lentamente. Y nadie puede saber cuando se abrirá realmente ese desvío, de gran importancia para los barrios por los que pasa el tren. 
 
Las supuestas molestias (ruido) que genera el tren se deben a un 99% al tráfico de mercancías pesadas, como bobinas de acero, grandes trenes de contenedores, o los kilométricos trenes de vehículos que salen de las factorías vallisoletanas. Una vez desviado el tráfico de mercancías, el ruido del tren y sus molestias se reducirán a mínimos. Y aquí llegamos al otro problema: los que aún defienden el soterramiento sin preocuparse en absoluto del tren, de la movilidad y de las condiciones de vida de los que sobrevivimos en los barrios de la Zona Este y alrededores del tren.

Según los defensores del soterramiento, la vía es un muro que separa a los pobres de los ricos... o algo así. Pero la realidad es muy distinta de lo que ven estos pequeños propietarios y los que quieren utilizar el soterramiento como arma política para ganar elecciones (sea dentro del PSOE, sea el PP o sean los del moco verde). Toda su propaganda se basa en manipulación y engaños:

 

      1. La diferencia económica y social no se debe a la vía del tren. Un solo ejemplo: la zona con menor renta en Valladolid es La Rondilla-Barrio España que se encuentran más allá del tren en la zona norte de la ciudad. Solo unos metros más allá está la zona más rica (Paseo Isabel La Católica-Plaza de España), y no hay ningún muro que separe ambas zonas. 

      2. No es el tren lo que nos separa, es la clase social. Es cierto que los barrios del Este son pobres, pero porque son obreros y se construyeron junto a los centros de trabajo: los talleres de Renfe (Delicias), los polígonos de Argales, la carretera de Soria y el Polígono de San Cristóbal. Eliminando un muro de un tren no se combate la desigualdad: solo se embellecería una parte, se beneficiaría a unos pocos (los de siempre) y se empobrecería y/o se expulsaría a todos los demás.

      3. La operación del soterramiento no supone una mejora de la economía de los habitantes de los barrios. Solo, y hasta cierto punto, podría suponer una subida del precio de los pisos: es decir, solo mejoraría la economía de algunos que sean propietarios. Porque todos los que estámos alquilados y la mayoría de los propietarios veríamos que no solo suben los pisos (luego las hipotecas, los alquileres, etc.) sino que también subiría el pan y casi cualquier otra cosa. El soterramiento, además, generaría un proceso de gentrificación a todos los niveles que cambiaría nuestros barrios para siempre, desplazando a la población más pobre a los nuevos márgenes (¿las autovías, las rondas?).

      4. El soterramiento es una operación especulativa, sí o sí, y además no favorecería una ciudad humana y habitable sino una ciudad de autovías y coches. La supuesta barrera del tren sería sustituida por una barrera de automoviles que contaminarían más el aire, mucho más, que el tren y que harían ruido constantemente. Un tren de cercanías (con las mercancías desviadas) es menos ruidoso y contaminante que cualquier carretera que quieran poner donde están ahora las vías. No solo eso, las supuestas zonas verdes de las que hablan serían también objeto de la especulación inmobiliaria: el soterramiento realizado en Gijón de la estación del FEVE, por ejemplo, ha quitado el tren del centro, ha reducido la movilidad y ha dejado un "solarón" en medio que se disputan las constructoras a pesar de que los vecinos piden zona verde.

       5. El soterramiento era una solución... en el siglo pasado. La reivindicación del soterramiento nació de las movilizaciones vecinales de los 70 y 80 que pensaban que la ciudad acababa en la carretera de Circunvalación...  Frente a una sociedad que se preocupa por el medio ambiente y la sostenibilidad, el proyecto anterior conllevaba el olvido total de cualquier cuestión de este estilo, eliminando vías (las del tren regional), construyendo carreteras, etc. El soterramiento proyectado ELIMINABA totalmente las vías de cercanías, dejando solo vías para el AVE, lo que supone favorecer, de nuevo, a solo una pequeña parte de la población.



POR UN TREN SOCIAL. CONTRA EL SOTERRAMIENTO. 
Contra la especulación y contra el capital.



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