Años de privatizaciones y recortes han supuesto un deterioro grave del sistema que protege
nuestra salud: atención primaria sin medios para contener la epidemia, hospitales colapsados
con pacientes por los suelos, profesionales obligados a decidir a quién intentar salvar la vida
por falta de respiradores, residencias de ancianos en las que los infectados y las muertes sin
atención han sido la tónica general, centros de minusválidos psíquicos, cárceles y CETIs de los
que no se quiere hablar en los medios de comunicación por su estado lamentable.
externalización de servicios), sindicatos domesticados por el capital privado que de forma
deliberada no han defendido los intereses de la población, empresas y fondos de capital de
riesgo que se han lucrado y continúan haciéndolo a través de los contratos público-privado,
jueces que han fallado contra a la población ante las leyes que desmontaban la sanidad, y esa
parte de la población que se mantuvo en silencio mientras todo esto ocurría, pensando que no
les afectaba. ¡Hoy, la realidad es otra! Todos y todas hemos perdido o conocido a alguien que ha
muerto por falta de asistencia o deficiencias en la atención sanitaria.
tabla rasa y ahondar en la situación de privatización, en la que la Sanidad se desmantela.
En junio de 2019, según cifras oficiales, casi 700.000 personas esperaban una intervención
quirúrgica, y 2.400.000 la primera consulta con el especialista. Mientras, los seguros privados
(esos que han desaparecido en la pandemia), no han parado de crecer y de hacer caja a nuestra
costa, ¡con nuestra salud!
ni libros blancos para “reconstruir la sanidad”, elaborados por los que nos han llevado a esta
situación. Este es un problema de todos. Es el momento de luchar para recuperar,
y la responsabilidad es nuestra. Estamos obligados a salir a la calle. No un día, ni dos,
sino todos aquellos que sean necesarios para obligarles a blindar la sanidad, revertir lo
privatizado, expulsar al ánimo de lucro de la atención sanitaria, establecer un sistema digno
en el cuidado de nuestros mayores. Centrar el sistema en la prevención, y en la actuación
contra los productores de enfermedad, es decir, para prevenir lo que no sabemos curar.
Para que nuestro dinero se dedique a garantizar el interés general, que es la salud digna de
toda la población.
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MÁS INFORMACIÓN (concentraciones y convocatorias):
http://valladolorentodaspartes.blogspot.com/2020/06/20-de-junio-jornada-de-lucha-por-la.html
NUESTRO PROGRAMA. Cinco puntos básicos:
CUANDO EL LUCRO ENTRA POR LA PUERTA, LA SALUD SALE POR LA VENTANA.
La privatización mata.
Derogación de la ley 15/97 y del artículo 90 de la Ley General de Sanidad. Recuperación de todo lo privatizado. Atención primaria centrada en la salud colectiva. Supresión de las redes paralelas.
Incompatibilidad pública-privada. Fuera empresas privadas de la sanidad pública.
POR UNA INDUSTRIA SANITARIA Y FARMACÉUTICA PÚBLICAS
La industria farmacéutica, como cualquier negocio privado, obedece al objetivo prioritario de aumentar los beneficios de sus propietarios. Es decir, los objetivos del sistema sanitario de disminuir la enfermedad y la muerte y de mejorar la salud son fines supeditados para quienes fabrican, distribuyen y venden los medicamentos a la capacidad de pago de los usuarios.
SANIDAD UNIVERSAL, INDEPENDIENTEMENTE DE LA SITUACIÓN PERSONAL ADMINISTRATIVA
La sociedad goza de buena salud cuando todos los individuos la tienen, sin excepción. Por ello nuestro objetivo es que nos sea devuelto el derecho robado a la salud y se implante de facto una sanidad pública, universal, gratuita en el momento del uso, de calidad, y para todos y todas, sin requisitos ni excepciones, incluidas las personas migrantes en situación irregular.
CUIDADOS CON DIGNIDAD PARA NUESTROS MAYORES
Ninguna contraprestación a empresas privadas con el pretexto de la crisis del Covid-19. ¡Nunca más dinero público para el negocio privado!
POR UN SISTEMA SANITARIO CENTRADO EN LOS DETERMINANTES SOCIALES DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD
Proponemos el establecimiento del “Principio de Precaución” como un principio fundamental de la acción sanitaria en todos sus niveles. Para no seguir actuando solo sobre los síntomas, sino sobre las causas, porque ¡debemos prevenir lo que no sabemos curar!.