De la masa de información, conservaremos lo siguiente. Las once millones de personas encarceladas en todo el mundo son globalmente pobres y, como tales, física y psicológicamente vulnerables. Tienen todo de que temerle a la pandemia.
En base a las medidas tomadas y las consecuencias que han acarreado, se observan dos fenómenos:
• El primero puede ser descrito como un cierre: la suspensión del derecho de visita de los familiares, el cese de actividades, el bloqueo de los permisos de salida temporales, la suspensión de audiencias judiciales, que aleja la perspectiva de una liberación; motines, violentos y mortales para algunos, fugas, a veces masivas; desinfecciones aquí y allá, pero la escasez de productos para practicarlas, ausencia de agua para lavarse las manos en muchos establecimientos, las dificultades a las cuales sera expuestos aquellos que dependen de sus parientes para alimentarse; la prohibición del uso de gel hidroalcohólico por la presencia de alcohol. … y siempre el uso de la fuerza para mantener la tapa bien cerrada.
• El segundo podría describirse como apertura. Incluye: la liberación, masiva o no, de prisioneros, el ajuste de las sentencias y otras liberaciones anticipadas; la disminución del uso de la privación de libertad cuando se trata de sentencias cortas o de prisión preventiva; el suministro de timbres o de crédito para llamadas telefónicas o de video con el fin de mantener los lazos familiares…
FUENTE Y TEXTO COMPLETO: https://www.prison-insider.com/es/articles/coronavirus-la-fievre-des-prisons
A continuación un breve resumen de lo que ha sucedido y está sucediendo en las cárceles del Estado español:
Movimientos de protesta
30 de marzo. Varios motines estallan en las cárceles de Valencia, incluyendo Villena, Fontcalent y Picassent. Los reclusos protestan por la suspensión de las visitas que permiten la introducción de narcóticos desde el exterior. Un buen número de prisioneros sufren por la abstinencia.
Llamamientos y recomendaciones
26 de marzo. Muchas organizaciones, entre ellas "Rights International Spain", exigen al ministro del Interior y al secretario general de Instituciones Penitenciarias «aplicar medidas urgentes», así como “garantizar los derechos fundamentales de los reclusos» y «liberar a los reclusos enfermos graves y a aquellos que tengan más de 70 años“.
Casos identificados
25 de marzo. La cárcel de Estremera, en Madrid, anunció el primer fallecimiento de un recluso por covid-19 y el contagio de 38 guardias penitenciarios. Otros dos reclusos se contagiaron y están hospitalizados en Madrid. En total, 125 reclusos y 225 trabajadores están bajo observación médica o en cuarentena.
20 de marzo. Once guardias y tres personas detenidas dan positivo desde el inicio de la epidemia. Unos sesenta detenidos que presentan síntomas o han estado en contacto con enfermos son trasladados y puestos en cuarentena.
17 de marzo. Miembros del personal penitenciario de varios centros, entre ellos, el penal de Navalcarnero, en Madrid, dan positivo en el test de coronavirus. La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) denuncia la falta de medios de prevención y coordinación para la lucha contra la epidemia en los establecimientos.
Condiciones sanitarias y atención médica
24 de marzo. Las autoridades penitenciarias reciben 40 000 mascarillas quirúrgicas.
21 de marzo. Un número importante de reclusos presenta síntomas de abstinencia, lo que intensifica el clima de tensión dentro de los distintos centros. El confinamiento en las prisiones dificulta a los reclusos la posibilidad de acceder a productos estupefacientes.
11 de marzo. Se ponen en aislamiento doce prisiones, con el fin de extremar las medidas de prevención. Sobre un total de 8000 prisioneros, alrededor de 300 se habrían fugado.
Vínculos con el exterior
20 de marzo. El número de llamadas permitido aumenta de diez a quince por semana. Los presos con dificultades económicas pueden hacer uso de un teléfono de forma gratuita. Tras la suspensión de las visitas, las llamadas telefónicas son el único medio que tienen los reclusos para mantener el contacto con sus familiares y recibir asistencia jurídica.
15 de marzo. El Ministerio de Interior decreta el estado de alarma. Se suspenden todas las visitas y permisos de salida.
Revisión del cumplimiento de las penas
18 de marzo. Anuncia que los prisioneros en régimen de semi-libertad podrán dormir en sus casas.