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Elecciones “europeas” del 26 de mayo
Posted by
valladolor
martes, 21 de mayo de 2019
abstención activa y de clase,
elecciones,
partido comunista internacional,
UE
Elecciones “europeas”
del 26 de mayo:
¡Contra el capitalismo, contra la Unión Europea, contra todos los estados
burgueses!
¡Por el retorno a la lucha proletaria fuera del circo electoral y sobre el
terreno de clase!
Desde hace unas semanas, los electores de los países de la Unión Europea son
llamados a votar para renovar el “Parlamento Europeo”; en Bélgica y en
Italia estas elecciones se unen a las administrativas, mientras que en
España coinciden con la mayor parte de las autonómicas (sólo Cataluña,
Valencia, País Vasco y Andalucía las han celebrado o las celebrarán en fecha
diferente) y a las municipales.
A la derecha como a la extrema derecha y a la izquierda como a la extrema
izquierda, todas las fuerzas políticas presentes en la “escena política” se
han movilizado para participar en las elecciones –y para hacer participar a
los proletarios. Las fuerzas que no han podido presentar a sus propios
candidatos participan en la campaña apoyando a los candidatos de otras
listas. Por ejemplo en Francia el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) llama
a votar por “Lutte Ouvrière”, en Bélgica el PSL (Partido Socialista de
Lucha) llama a votar al PTB (Partido de los Trabajadores Belgas), en Italia
decenas de organizaciones que se reclaman del nombre “comunista” o de “izquierda”,
apoyan a partidos que tienen ya diputados europeos, como es el caso del
Partido Comunista (escisión de Refundación Comunista) afiliada a la
Iniciativa Comunista Europea, que cuenta con dos eurodiputados del KKE (Partido
Comunista Griego)
También se presentan a estas elecciones los adversarios de la Unión Europea,
como en Gran Bretaña Nick Farage y su Brexit Party, en Francia el UPR (la
Unión Popular Republicana) de Aselineau, que predica el “Frexit” (salida de
Francia de la Unión Europea), en Italia el renacido Partido Comunista
Italiano y, en España, el Partido Comunista de los Trabajadores de España
(PCTE)
Aparte de sus diferencias y de sus oposiciones, todos están de acuerdo en
difundir la propaganda burguesa según la cual las elecciones son el medio
para decidir la política de los Estados (o de la Unión Europea en su
conjunto) y, para los proletarios, el medio para obtener satisfacción a sus
reivindicaciones esenciales o, al menos, para “parar” las políticas anti
obreras “deseadas” por los partidos de derecha o de extrema derecha.
En realidad, la política de los Estados no está determinada por las
papeleteas electorales ni por los políticos que en un momento dado se
encuentran en los puestos dirigentes, sino por los intereses del capitalismo
y, más concretamente, por los grupos de capitalistas más potentes. El
sistema electoral democrático, perfeccionado en el curso de largos decenios,
sirve como desviación y pararrayos de los enfrentamientos de clase; el mismo
Estado, pilón y fuerza armada del sistema capitalista y del dominio burgués,
se ha revestido poco a poco de una cara “social” para presentarse como una
institución “neutra”, por encima de las clases. En los países capitalistas
más ricos, este sistema “democrático” ha podido funcionar durante largo
tiempo sin demasiadas sacudidas; ha asegurado a los capitalistas, en efecto,
la paz social necesaria para el funcionamiento de sus empresas y de
su economía, gracias a la distribución de las migajas de sus beneficios bajo
la forma de “amortiguadores sociales” o de incentivos salariales para
algunos estratos proletarios.
Pero el agotamiento inevitable del crecimiento económico, el agravamiento de
la competencia en el mercado mundial saturado de mercancías y el estallido
periódico de crisis económicas que son su consecuencia, fuerzan
necesariamente a los capitalistas a retirar las concesiones acordadas a los
proletarios en los periodos de expansión, a aumentar la explotación y a
multiplicar los ataques antisociales en las más diversas formas: para ellos
no hay otra solución que aumentar la extorsión de cada vez mayores
beneficios al trabajo asalariado y reducir los gastos llamados
“improductivos” que benefician a los proletarios. Los políticos, no importa
si son de derechas o de izquierdas, dado que son todos defensores declarados
del capitalismo (bajo el nombre de “economía nacional”) no pueden sino
plegarse a esa imperiosa presión. Y las direcciones sindicales,
indisolublemente ligadas a la colaboración con los patrones y el Estado, no
pueden sino sabotear todas las reacciones proletarias.
Estas fuerzas son particularmente insidiosas cuando se presentan con la
imagen “de izquierdas”; sostienen que las orientaciones llamadas
“soberanistas” atribuidas a “Europa”, son responsables de la degradación de
las condiciones de vida y de trabajo de las poblaciones; en realidad, no
hacen sino colocar a los proletarios, de otra manera, a remolque de los
intereses burgueses –más concretamente de los sectores económicos más
débiles y más dependientes de la protección del Estado.
España constituye un caso paradigmático de este engaño: siendo un país cuya
economía depende del sector exterior en mucho mayor grado que la de las
principales potencias europeas, el discurso anti europeísta está
completamente ausente de los programas de izquierda (y de derecha, véase
Vox). Estos son completamente conscientes que la economía nacional española
depende completamente del mercado único de mercancías y capitales y de
ninguna manera osan incluir entre sus exigencias la salida de la Unión...
algo que no les impide marchar juntos con las corrientes anti europeístas de
los demás países haciendo gala de una hipocresía sin límites.
“Europa” no es sino un cártel de Estados burgueses constituido para defender
su mercado “interno” frente al resto de Estados capitalistas, para adquirir
más fuerza en el mercado mundial y para reforzar su dominio imperialista
sobre países más débiles. Las decisiones de “Europa” son presa de los
Estados que la componen, más allá de los tratados; su “ley fundamental” no
es otra que la ley del capitalismo: explotación y dominio burgueses.
“Europa” no puede ser reformada para volverse más “social”, de la misma
manera que no pueden serlo los Estados que la componen.
En un periodo de dificultades económicas crecientes, ciertos grandes Estados,
como Gran Bretaña, pueden estimar que les irá mejor saliendo de la Unión
Europea. Los proletarios no deben tomar parte ni por una ni por otra opción
- soberanismo nacional o europeo - porque ambas son soluciones burguesas: en
lugar de ello, ¡deben combatir a la burguesía y a su Estado y, en ninguna
circunstancia, bajo ningún pretexto, apoyarlos!
Sean cuales sean los diversos programas que se proponen, más o menos
detallados, las promesas más o menos confusas, las soluciones más o menos
argumentadas, los partidos en liza participan en el terreno político burgués
reforzando de esta manera la mistificación electoral – incluyendo a aquellos
que se presentan reconociendo que las elecciones no cambian nada (como, por
ejemplo, “Lutte Ouvrière”
en Francia o el PCTE en España)
En realidad, todos son adversarios de la única vía que puede permitir
a los proletarios defenderse eficazmente contra los capitalistas y su Estado,
con la perspectiva de tener fuerza para liquidarlo: la lucha de clase
abierta, con organizaciones independientes del colaboracionismo y utilizando
los medios y los métodos clasistas de luchan sobre la vía de la
reconstitución del partido revolucionario proletario, internacionalista e
internacional.
¡No al circo electoral!
¡Abajo la Unión Europea y todos los Estados burgueses!
¡Por la lucha de clase proletaria contra el capitalismo!
¡Por la revolución comunista internacional!
Partido Comunista Internacional
(El Proletario)
9 de
Mayo de 2019.
[ http://www.pcint.org/01_Positions/01_04_es/190509_elecciones-europeas.htm ]
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El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
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Piensa, actua y rebelate
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