Según publicó El Mundo de Valladolid en días pasados (23 de agosto), el próximo día 1 de septiembre se celebrará pleno en el ayuntamiento de la ciudad y uno de los puntos del orden del día es la "reconstrucción del polígono de viviendas 29 de octubre". La noticia de la prensa era digna de las mejores épocas de manipulación del PP, aunque los nuevos inquilinos del ay-unta-miento hablan con palabras blandas y niegan y afirman indistintamente lo mismo y lo contrario.
Mientras, el propio ayuntamiento (recordemos, en manos de PSOE -IU-Toma la palabra y apoyado por Podemos que no quiso entrar en el gobierno) ha "pedido" a la Asociación Vallisoletana de Empresarios de la Construcción (AVECO) que "participe en el proyecto" para "hacer nuevo este polígono de viviendas de Pajarillos".
A pesar de las buenas palabras del ahora concejal de urbanismo, Manuel Saravia, sobre su intención de "revisar el proyecto", nos encontramos en paralelo con afirmaciones del mismo en las que pide a los empresarios participación decidida o asume "su compromiso con las tres fases del proyecto". Es decir, arre y so, pero arre arre.
¿El recambio de gobierno ha sido la manera de evitar problemas con operaciones complicadas como la del 29 de octubre?
Desde noviembre del año pasado, el proyecto de derribo de la barriada del 29 de octubre parece quererse acelerar. Empezó el PP, invirtiendo una pequeña cantidad testimonial antes de las elecciones para demostrar su intención de seguir adelante. Los partidos entonces de la oposición y ahora en gobierno se acercaron a los vecinos "con su cara de cordero"... La junta ha comprometido un dinero pero solo si el proyecto se lleva a cabo al menos en su primera fase antes del 2017. Es decir, como tarden un poco ese dinero se esfuma. Pero claro, es que tampoco tienen promotora/constructora que es la que pone algo así como un tercio de la operación. Y es por eso que ahora reclaman a AVECO que se implique en el proyecto. La lógica capitalista del gobierno municipal, de la política del ayuntamiento, no depende en absoluto de quien lo detenta nominalmente. Son "políticas de estado".
Ante este panorama, nos preguntamos:
¿Ya no importa expropiar a vecinxs "contra su voluntad"?
¿Qué mejor que un supuesto político dialogante para imponer los derribos?
¿Vamos a permitir que estos supuestos partidos de izquierda (¡?) terminen lo que el PP no pudo?