¿Será posible que hayamos retrocedido cinco siglos? ¡Pues lo es!
Para ello ha sido utilizado el mismo método: la aplicación desde el poder establecido de un proceso de represión bestial, tras la imposición de un dogma a seguir como único e incuestionable. En aquella época fue el catolicismo integrista y exacerbado. En la actualidad, es el capitalismo neoliberal y salvaje.
A partir de este planteamiento, nadie podrá ir contra el sistema impuesto por muy injusto que sea, sin riesgo de ser penalizado y reprimido. Tampoco podrá callar, porque su silencio será interpretado como el apoyo a planteamientos antisistema y será también penalizado, aduciendo supuestas intenciones contrarias al llamado orden establecido. Y esto se hace en condiciones peores que en la época inquisitorial, solo es necesaria la simple denuncia anónima y/o falsa; el testimonio incluso sin verificar de cualquier miembro de las fuerzas represeivas; el capricho incuestionable de cualquier magistrado o la decisión de órganos de gobierno convertidos en juez y parte. Lo que se pretende con esto es que solo esté permitido legalmente apoyar a este régimen de caos, corrupción, desigualdad, existente y creciente.
Desde hace tiempo el poder viene imponiendo una legislación cada vez más represiva y limitativa de las libertades, con la finalidad de proteger su sistema, y con el todos los privilegios que otorga a los capitalistas y a ciertos grupos minoritarios que operan a su servicio, como el político, militar, religioso, etc. Esta actividad represiva desplegada en todos los campos, desde el ideológico al físico, así como una judicialización punitiva de todo tipo de desavenencia con sus planteamientos o con la defensa de una mayor justicia social, nos ha situado en un Estado de excepción permanente y ha sumido a la nación en un estado policial.
Hasta hace poco y mientras duró el activismo armado ente el gobierno central y el independentismo vasco, esta fue la justificación falsa utilizada por el sistema (y aceptada por algunos miopes o ingenuos) para practicar la represión que hicieron extensiva a nivel legislativo a todo el pueblo. Hoy ante el desarrollo continuado del método represivo cada vez más violento y brutal, va quedando constancia que la causa no es la lucha contra la violencia popular (que hoy es prácticamente inexistente) sino que se asienta en ese afán de protección de los intereses capitalistas y los privilegios de los poderosos, que son obtenidos a costa de la miseria del pueblo y de su clase trabajadora.
Desde siempre y apoyados en el análisis histórico venimos denunciando, que un sistema basado en la explotación y la dominación de una clase sobre otra, no puede subsistir sin la práctica de una actividad represiva y que ello es la verdadera causa de su aplicación y desarrollo creciente, lo demás, las falsas justificaciones que se quieran dar, serán siempre coyunturales y adaptadas a los intereses del poder establecido en cada momento y ciscunstancia.
La más actual ley represiva impuesta (y que no será la última) ha sido la "Nueva ley de seguridad ciudadana", mal llamada Ley Mordaza. Y decimos mal llamada porque ello parece hacer referencia únicamente a la libertad de expresión, cuando en realidad su carácter represivo alcanza muchos ámbitos. Un somero análisis de los contenidos de esta ley nos demuestra que conlleva:
a) El rompimiento de lo que aún quedaba de la división de poderes entre el ejecutivo y el legislativo, que convierte a instituciones gubernamentales en jueces y parte a la hora de juzgar y penalizar.
b) Su configuración es tal que, complementada con leyes anteriormente impuestas, impide la defensa jurídica, que queda supeditada a la disponibilidad de poder económico para ser ejercida, dando al traste con la teórica igualdad ante la ley y eliminando todo vestigio (si aún quedaba) del tan cacareado estado de derecho.
c) Impone un blindaje a las actividades institucionales y personales de la clase política, independientemente del carácter de sus delitos, aunque estos estén significados por actos de corrupción, incumplimiento de deberes, robos, estafas, chantajes, etc.
d) Otorga total impunidad a los actos represivos policiales, utilizando fórmulas como la penalización de grabaciones y la valorización de la veracidad de sus declaraciones por encima de cualquier otras, dando al traste así con la presunción de inocencia e impidiendo e invalidando la investigación de los hechos. Ocultando la personalidad policial, pues como cualquier "terrorista" utilizan capucha, y en su caso como parte del uniforme reglamentario, a lo que hay que añadir la inhibición de acudir a los juicios mediante declaración por escrito, etc...
e) Institucionaliza la declaración obligada, bajo la imposición de penas que serán impuestas según criterio y valoración que de ello hagan las fuerzas represivas.
f) Según declaraciones de la propia ONU esta nueva ley, viola el derecho internacional a la libre circulación de las personas y conculca los derechos humanos.
Esto es solo una pequeña muestra del conjunto mucho más amplio de lo que contempla esta nueva ley represiva, y cuyo objetivo entre otros pretende acllar la protesta social (incluso la de carácter pacífico) que se realiza contra los abusos del poder y la corrupción que se está impniendo desde la actual mafiocracia ultraliberal existente, con la finalidad de conducir a la sociedad hacia una situación global imperialista de desastrosas consecuencias para la clase obrera.