Sobre la HUELGA GENERAL [textos]

Posted by valladolor sábado, 31 de marzo de 2012



De la huelga general a la revuelta generalizada

Las pretendidas crisis económicas siempre han valido al sistema capitalista (entre otras cosas, por supuesto) para reestructurar las modalidades de la explotación, en algunos casos para configurar nuevos modelos de vínculo trabajo-trabajador/a así como también para reforzar la afirmación a un empleo mediante el miedo a perderlo, en l@s que están insert@s, o la loca carrera por conseguirlo a cualquier precio por parte de quienes aspiran a él.
Hace tiempo ya hemos abandonado la vieja modalidad fabril de organización del trabajo en la que la jerarquía estaba totalmente delimitada: estaba más que claro quién era quién.

Hoy las nuevas modalidades proponen una organización del poder en forma de red, en la que éste se presenta de manera difusa; hay amplias posibilidades de no conocer jamás al ?responsable?, al que mueve los hilos y el/la trabajador/a debe asumir responsabilidades que dan la falsa sensación de que efectivamente es tomad@ en cuenta y forma parte de los resultados. El tan escuchado lema de ?la empresa somos tod@s?es un reflejo de ésta realidad. La idea de que el funcionamiento se tambalea si en esa dinámica de red falla alguno de los sujetos genera una aprehensión que muchas veces conduce a la denuncia del ?inoperante? porque antes que ser nociv@ para la empresa lo es para sus ?compañer@s?de curro.

Tiempo atrás el sistema se vendía mediante la pretendida estabilidad y, hoy más que nunca, la constante es la ?flexibilización?. La incertidumbre en lo laboral, si bien siempre estuvo presente, se ve agudizada por el gran aumento del desempleo y las sucesivas reformas (para peor) de las condiciones del trabajo, siendo así que donde un@ no cumple todo lo que se le exige, hay otr@ dispuest@ a ocupar su lugar. Nada ha cambiado más que el envoltorio de la opresión, y a la vista de las últimas leyes laborales, tampoco tanto, retrotrayéndonos de nuevo a épocas pretéritas de explotación cruda. El capitalismo es el gestor de la miseria y va cambiando sus formas, produciendo, eso sí, nuevas modalidades de relación. Éstas se traducen en diversos comportamientos que es preciso tener en cuenta, también, a la hora de atacar la dominación.

En circunstancias con gran potencial para el desarrollo de las tensiones que se viven cotidianamente en este sistema basado en la injusticia, el Estado garantiza la permanencia del orden a través de las ya conocidas estrategias de control y pacificación social, decantándose más últimamente por el adoctrinamiento mediático y político (vía medios de comunicación, trabajadores sociales, etc) y aprovechando el papel de ?apagafuegos? de la socialdemocracia o de la ?radicalidad? moderada (partidos, sindicatos, 15-M, incluso muchos grupúsculos extraparlamentarios), en detrimento de subvenciones, subsidios y demás dádivas aletargadoras (como era el caso hasta hace poco), que, si bien alivian situaciones jodidas en lo económico, no podemos perder de vista el papel anestesiante que cumplen a largo plazo. Esto es así porque en estos momentos de agravamiento de la pretendida crisis, el estado cuenta con menos dinero para salvar el culo de algunas dificultades técnicas a los poderes económicos, y por eso aplica también una serie de recortes (sanidad, educación, etc) en una decrépita sociedad del ?bienestar? que, aunque siempre fue otra estrategia pacificadora y domesticadora basada en el adoctrinamiento y la farmaco-dependencia y el especialista (en los casos antes mencionados de salud y enseñanza sobretodo), ahora no hace sino agravar aun más las ya paupérrimas condiciones de quien menos tiene. Tengamos en cuenta también que las crisis operan como auténticas cortinas de humo, mientras el aparato de estado refuerza el control represivo (más redadas,más controles,más sanciones, etc.)

Es por todo lo dicho, que más que fallos de cálculo económico, las crisis son parte de la dinámica capitalista, algunas veces les toca la ?china? a un@s, otra a otr@s (ya sea a uno o más bloques económicos, países, empresas, personas, etc.): cuando le toca a un@s, es@s se joden y l@s otr@s están bien y viceversa. Esto es así porque para que algun@s puedan mandar y ser l@s dueñ@s, otr@s deberán obedecer y ser esclav@s.

El mundo vive en permanente crisis. El auténtico problema no es que ahora le haya tocado a Europa. En este mundo para que un@s cuant@s puedan trabajar en unas condiciones no excesivamente penosas y acceder con relativa facilidad a los bienes de consumo, otr@s tienen que estar padeciendo lo más crudo de la explotación y las más severas privaciones. Porque.... ¿Qué pasa cuando no nos toca a nosotr@s? Cuando no nos toca a nosotr@s creemos que lo podemos todo porque nos han enseñado que todo se puede comprar... Creemos que todo va bien así, porque la alienación producida por el trabajo se resuelve mediante el entretenimiento vacío... Creemos que si a nosotr@s nos va bien, al otr@ debería irle igual, y si no es así algo habrá hecho mal, será un vago, un inútil o un incompetente. Creemos que no hay nada de que preocuparse. Creemos que estamos segur@s...

Es por esto que nos es vital trascender la lógica de la supervivencia impuesta por el sistema. Si bien hay una serie de necesidades que debemos cubrir dentro de este orden de cosas, no podemos olvidar los orígenes de la injusticia, y menos aun olvidarnos de combatir sus causas de raíz. Como anarquistas hemos decidido tomar el camino de la rebeldía y no el de la complicidad... el camino de la lucha y no el de las reformas legales (mera operación de maquillaje que sólo beneficia a l@s de siempre)... el camino del enfrentamiento y no el del consenso.

Este 29 de marzo, como ya hicimos en otras ocasiones, y como volveremos a hacer, saldremos a la calle a poner en evidencia los conflictos existentes en esta sociedad y no a reclamar más migajas. No somos l@s burócratas vende-obrer@s que establecen las condiciones en las que se protesta... No podemos andar dependiendo de lo que hagan esas maquinarias burocráticas de gestión de las sobras estatales, denominadas sindicatos. Ellos hacen lo que tienen que hacer: apaciguar. Es por esto que debemos dejar de lado las mediaciones. Debemos actuar en primera persona, y al mismo tiempo que peleamos por nuestra dignidad y nuestra vida, desbaratar la gran farsa sindical. Debemos desatar un verdadero conflicto, pasando por encima de quienes nos calman y nos llevan como corderitos al matadero.

Creemos firmemente que nadie nos regalará nada ...Ante ésta realidad y contra ella... ¡¡¡acción directa!!!

No reclamamos nada, salimos a la calle a luchar. Hagamos de nuestro día a día un auténtico escenario de enfrentamiento... Hay que enterrar para siempre la pasividad. Hace ya mucho tiempo que es hora de salir a la calle para pelear... pelear por una vida que merezca la pena ser vivida. Se tiene que acabar el agachar la cabeza, el tragar con todo, el apartar la vista ante todas las humillaciones cotidianas, porque aceptando resignadamente lo malo nos sumergiremos en lo peor.

No nos debemos contentar con un trabajo, o un mejor empleo, o una mejor pensión, o con una ?vida? más barata y cómoda, sino con una vida de verdad. Y ésta pasa por la completa destrucción del capitalismo, del Estado y de toda autoridad. Porque no es recibiendo golpes y afrentas como se ganan las batallas; y sin pelear, sin batallar seguiremos siendo esclav@s. Por eso, cada día, antes del 29-M, durante y después, tod@s: trabajador@s, parad@s, estudiantes, buscavidas, jubilad@s, ?inmigrantes?, ?marginad@s?,... tod@s hemos de tomar el camino de la lucha, el camino de la acción. Por una verdadera huelga (y no sólo un paro de 24 horas), indefinida y salvaje. ¡ A las barricadas!




Ante la Huelga General. Círculos Obreros de Euskal Herria

El Gobierno ha dejado bien claro que proseguirá con su política antisocial y antiobrera. ¿Qué más hace falta para que todo el mundo se convenza de que por muchas huelgas generales que se hagan no les haremos retroceder si no vinculamos la lucha sindical a la lucha contra el régimen y sus medidas terroristas?
Motivos para una huelga general los hay de sobra, pero no como nos dicen los sindicatos traidores y subvencionados. ASÍ NO se detiene la ofensiva del Capital. No nos engañemos, al día siguiente todo seguirá igual, y con ello, la burguesía, ante una clase obrera fracasada y desarmada, estará en mejores condiciones para dar una nueva vuelta de tuerca a la explotación.
También los sindicatos habrán conseguido su propósito. Esta huelga-farsa, únicamente obedece a su necesidad de controlar de nuevo al movimiento obrero, y con ello ganar las subvenciones que reciben, nos conducirán a un fracaso seguro y aumentará todavía más el sentimiento de impotencia en los trabajadores.
Las huelgas generales son la culminación de una etapa jalonada de múltiples luchas y paros parciales, por empresas y sectores, que van allanando el terreno para una verdadera huelga general y que tiene fecha de inicio pero no de fin. A lo largo de este proceso la clase obrera va acumulando experiencias y adquiriendo confianza en sus propias fuerzas para ir avanzando hacia luchas más generales. Es así como el obrero adquiere conciencia de clase y comprende que la lucha ya no es únicamente contra su patrón, sino contra la clase capitalista en su conjunto.
RESISTENCIA y DESOBEDIENCIA CIVIL deben ser las respuestas de la clase obrera frente a la crisis capitalista, pero éstas no son posibles sin un mínimo de organización.
Tenemos que recuperar la lucha obrera independiente que está en la historia y el ADN de la Clase Trabajadora y que siempre han demostrado ser eficaces en situaciones similares y para ello:

-Hay que impedir que los vendidos al capital utilicen la huelga contra los propios trabajadores, que se sirvan de ella para sembrar la confusión y llevar luego al movimiento por los cauces de la «concertación».

-La solución no está en votar a unos o a otros, sino en aislarlos a todos, organizar el BOICOT a sus instituciones, NO PARTICIPAR en sus farsas electorales, sean políticas o sindicales, DESOBEDECER sus leyes...
-La solución no está en supeditarnos a los sindicatos vendidos, sino en ORGANIZARNOS DE FORMA INDEPENDIENTE: fábricas y centros de trabajo, colectivos de trabajadores, asambleas de parados...

-La solución no está en el legalismo sino en la RESISTENCIA: asambleas de fabrica o empresa -que elijan a delegados revocables en todo momento y que sustituyan a los corruptos comités de empresa-, no respetar los servicios mínimos en las huelgas, sabotajes, piquetes que escarmienten a empresarios canallas, chivatos, esquiroles...

-TODAS las formas de lucha son válidas para apuntar y abrir FUEGO contra este podrido sistema en el que los trabajadores no hacemos más que perder.

¡RESISTENCIA OBRERA FRENTE A LOS DESPIDOS, RECORTES LABORALES Y SOCIALES!
¡RESISTENCIA OBRERA CONTRA LA OFENSIVA DE LA PATRONAL Y EL ESTADO!
¡RESTITUCIÓN DE NUESTROS DERECHOS LABORALES Y SOCIALES ARREBATADOS!
¡EL CAPITALISMO NO SE REFORMA, SE DESTRUYE!
¡¡ORGANIZA Y EXTIENDE LA RESISTENCIA!!

Círculos Obreros de Euskal Herria




Contra los recortes y las medidas anti obreras de la burguesía.
Contra la política colaboracionista de los sindicatos amarillos.

La huelga general convocada con anticipación por los sindicatos colaboracionistas y a través de métodos propios de la conciliación entre las clases dirigidos a provocar el menor daño posible a los intereses de la patronal y del capital, tiene en realidad el objetivo de desfogar la tensión social que se acumula desde hace tiempo a medida que crecen los despidos y el desempleo, haciendo creer a las masas proletarias que la fuerza del capital y de las clases dominantes burguesas es invencible y que la única posibilidad que las masas obreras tienen a su disposición es la de pactar con la patronal una reforma laboral que atenúe un poco los durísimos sacrificios que previsiblemente la clase de los trabajadores deberá soportar en un futuro.
Pero esta huelga, precisamente porque tiene la impronta de la colaboración interclasista, no tendrá ningún efecto positivo; se demostrará como un completo fracaso porque no hará dar ningún paso atrás a la burguesía. La clase dominante burguesa intenta salvar sus beneficios recuperando también aquellos que ha perdido en la crisis de su sistema económico, a expensas del proletariado y no tendrá ningún escrúpulo en la lucha contra el proletariado, como ya ha demostrado ampliamente en Grecia y como está mostrando ahora en Portugal, Italia o Gran Bretaña. La clase dominante burguesa sabe por experiencia que con los métodos democráticos, de la conciliación social y de la colaboración interclasista, puede obtener resultados mucho más duraderos reforzando su propio dominio sobre toda la sociedad, y por eso tiene necesidad de los partidos obreros oportunistas y de los sindicatos obreros colaboracionistas, para que usen su influencia para controlar al proletariado manteniéndolo en la más estricta sumisión a las exigencias del beneficio capitalista. La clase dominante burguesa, por otro lado, en caso de que los métodos de la concertación democrática no fuesen suficientemente veloces y fiables para sus intereses, se encuentra en situación de usar los métodos de la represión más cruda y ciega, como ha demostrado en muchas ocasiones hasta ahora.
Los proletarios deben abrir los ojos y entender finalmente que para defenderse de la batería de medidas anti obreras que se quieren hacer pasar como Reforma Laboral, deben cambiar completamente de medios y de métodos de lucha: estos deben responder exclusivamente a los intereses inmediatos de los proletarios; los proletarios deben organizar su propia lucha sobre el terreno abierto e inconciliable de la lucha de clase. La Reforma Laboral que pretende el gobierno, la patronal, los partidos oportunistas y los sindicatos colaboracionistas, aunque se produzcan algunos retoques marginales a causa de la negociación, es una ley burguesa que defiende los intereses burgueses contra los intereses obreros.
Los últimos años han supuesto, para la economía de los principales países capitalistas, un golpe terrible. Desde 2008, el año en que empezó la crisis, la caída generalizada de la tasa de beneficio ha sumido a la burguesía de todo el mundo en una debacle económica sin precedentes, echando por tierra todas las proclamas y todas las buenas intenciones que auguraban que se habría encontrado la clave para lograr el crecimiento económico ininterrumpido y que, este, además, atenuaría de manera definitiva el antagonismo entre unas clases sociales a las que suponían en proceso de disolución. De la misma manera que se afirmó que el enfrentamiento entre los grandes imperialismos desaparecería en virtud de un acercamiento recíproco auspiciado por los poderes milagrosos del comercio.
Pero las leyes de funcionamiento del modo de producción capitalista son inexorables. Tras una década larga de crecimiento económico la crisis reapareció con una fuerza y una virulencia multiplicada por el hecho de que había sido contenida durante largo tiempo con medidas de contención que únicamente lograron agravarla. Y hoy en todas partes es posible ver las consecuencias. En Portugal, en Inglaterra, en Italia y hoy también en España, las burguesías de todos los países afectados ponen en marcha baterías de medidas brutales encaminadas a restablecer la ganancia capitalista. Dado que ésta depende exclusivamente de la plusvalía que es extorsionada al proletariado dichas medidas únicamente pueden consistir en el aumento de la explotación que el trabajador sufre. Aumento de los ritmos de trabajo, descenso del salario, abaratamiento y liberalización absoluta del despido… pero también la reducción de todas las garantías sociales que el Estado surgido del desarrollo económico de las décadas de los sesenta y los setenta otorgaba para mantener las condiciones de existencia del proletariado en unos niveles mínimos que permitieran continuar la explotación brutal que, siempre, en tiempos de crisis pero también de prosperidad, sufre el proletariado.
La Reforma Laboral que ha puesto en marcha el gobierno del Partido Popular con la total aquiescencia del nacionalismo catalán, del vasco y la indiferencia del resto de formaciones parlamentarias que únicamente han elevado inútiles protestas formales contra tal o cual aspecto de forma o detalle, es una más en la lista de las medidas anti proletarias que desde hace dos años viene adoptando la burguesía española. El objetivo de esta Reforma, como el de todas las anteriores, es precisamente conformar el marco jurídico-legal que permita a la burguesía gestionar la mano de obra que utiliza para producir de la manera que le resulta más beneficiosa, anulando los derechos que aún subsistían, empeorando las condiciones laborales de prácticamente todos los proletarios, incluyendo nuevas medidas que permitan explotar aún más incluso a los proletarios que se quedan en paro… exigiendo, en definitiva, a los proletarios unos esfuerzos cada vez mayores para contribuir a remontar la mala situación, cargando con el peso de la recuperación económica sobre sus espaldas en nombre del interés común.
Pero al igual que las leyes que rigen el capitalismo son inflexibles en lo que se refiere a la incapacidad de éste para garantizar el bienestar general, las leyes que rigen el desarrollo histórico, es decir, las leyes que determinan el enfrentamiento entre clases sociales, no descansan. A medida que las reformas encaminadas a hacer recaer las consecuencias de la crisis sobre el proletariado progresaban e incluso golpeaban con fuerza a las clases sociales intermedias, la tensión social ha ido aumentando sin parar. La sucesión de movilizaciones masivas desde el 15 de mayo del año pasado hasta las últimas de los estudiantes en Valencia o Barcelona pasando por las concurridas manifestaciones sindicales de los últimos meses ha sido la consecuencia de un malestar social percibido difusamente primero por estratos sociales no proletarios (estudiantes, profesionales en paro…) y posteriormente ya por los elementos más dispuestos de la clase trabajadora. El ambiente aparece hoy mucho más caldeado que hace un año y ése es el motivo por el que las principales centrales sindicales han convocado la huelga general del 29 de marzo. No se trata de que estas organizaciones se hayan decidido a plantar cara al continuo empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera, sino que la presión natural de ésta ante la situación que vive ha forzado a estos sindicatos amarillos a convocar la huelga con el doble objetivo, de ponerse al frente de una movilización que sirva de válvula de escape de la tensión social acumulada durante los últimos tiempos y de recuperar la influencia sobre las masas proletarias para mantenerlas sometidas a las más duras exigencias del capitalismo en crisis.
De hecho para las direcciones interclasistas de las organizaciones sindicales se trata de orientar el malestar generalizado hacia un dique seco en el que la huelga convocada con más de un 30% de servicios mínimos, con un mes de preaviso, sin buscar dañar a la producción…sirva únicamente para desgastar a los proletarios que comienzan a sentir la necesidad de lanzarse a la lucha. Se trata de hacer una huelga para demostrar que la fuerza obrera debe ser utilizada sólo en los márgenes de la compatibilidad económica del capital y de la conciliación democrática. Y desde luego que nunca servirá de nada mientras permanezca encorsetada en los límites democráticos del respeto a la economía nacional, de defensa de los supuestos intereses comunes entre patrones y trabajadores, mientras no sea un arma de lucha proletaria y se quede en un supuesto referéndum acerca de si conviene o no la Reforma Laboral.
Ni la burguesía va a cejar en su intención de machacar a los proletarios con sus exigencias ni las organizaciones sindicales amarillas que únicamente buscan la conciliación con los patrones van a defenderlos. A estos se les plantea la necesidad de elegir entre continuar aceptando ser cargados con más y más obligaciones o defender los intereses inmediatos que tienen como clase. Tendrán que elegir, en pocas palabras, entre luchar por su clase o defender a su país. Y para luchar deberán desconfiar de todas las vías que llaman a la conciliación entre clases, a mirar por las necesidades que supuestamente son conjuntas a burgueses y proletarios. Deberán remprender el camino del enfrentamiento clasista, aquél que se libra con medios y métodos de clase, a través de organizaciones proletarias que surjan para extender y profundizar los conflictos inmediatos en los que los distintos grupos de trabajadores se irán viendo envueltos… Sólo de esta manera, siguiendo el camino del enfrentamiento abierto, en los puestos de trabajo y en los barrios obreros, en defensa incondicional de las condiciones de vida elementales de su clase, los proletarios podrán aspirar a remontar la dura situación actual. Sólo por esa vía podrán prepararse para los futuros conflictos sociales, los más que próximos enfrentamientos entre clases, que tendrán que afrontar para resistir a la fuerza devastadora del capitalismo.

Partido Comunista Internacional
24 marzo 2012

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La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."