CRÓNICA DE UNA TRAICIÓN ANUNCIADA
Hasta hace no mucho todo nos parecía perfecto. Fuimos apostando y respaldando al sistema de dominación mundial a capa y espada. Sabíamos perfectamente que éramos esclavos, pero...¿Qué importaba eso? Teníamos trabajos en los que aburrirnos y entregar nuestras vidas, los cuales nos proporcionaban lo suficiente para mantener un techo, procurarnos una alimentación, e incluso cubrirnos de ciertos lujos innecesarios (Y si no eran realmente posibles, teníamos prestamos a nuestro alcance). El caso era que no decayese el consumo. Todo esto nos imbuyó a todos de lleno en una prácticamente homogeneizada clase media, en medio de un clima de pretendida “paz social” cacareado hasta la saciedad por políticos, mass media y sindicalistos.
Pero ahora el capitalismo esta viviendo tiempos difíciles. Su declive es cada día más claro. Perdemos esos trabajos que tanto odiábamos. Nuestra capacidad de consumo es cada vez menor. Nos empezamos a dar cuenta de que somos lo que siempre hemos sido, simple masa productora a la cual se puede lanzar al cubo de la basura cuando sobra. Vivimos bajo la constante amenaza de cierres de empresa, expedientes de regulación de empleo, paro, cada vez más nefastas reformas laborales (Como la que fue firmada por CC.OO y UGT en mayo de 2010 y ahora se afanan en criticar). Vivimos con miedo y quizás sea ese miedo el que nos impide ver con claridad.
Y seguimos cometiendo los mismos errores. Seguimos confiando en volver a la misma triste realidad que vivíamos antes de la crisis. Queremos seguir siendo parte de esa clase media. No queremos la perdida del tejido industrial porque ello supone la perdida de cientos de empleos, lo cual va a llevar a la ruina a cientos o miles de familias. Pero nos negamos a buscar alternativas. No analizamos la esclavitud intrínseca al trabajo asalariado. La brutal destrucción del entorno, nuestra tierra, que conllevan fábricas absurdas. No nos damos cuenta de que la producción existente es destructiva, tanto para la tierra como para las personas, que se aleja cada vez más de la simple obtención de productos necesarios para centrarse más y más en la manufacturación de bonitos (y absurdos) objetos que no necesitamos. Que vivimos apelotonados en medios artificiales de cemento llamados ciudades, subyugados al trabajo industrial y al sector servicios.
A pesar de todo seguimos confiando en los mismos. En estos personajes que dicen representar a los trabajadores a la vez que se reúnen y disfrutan de grandes cenas con políticos, empresarios y presidente de la patronal. Que pactan cada vez más duras condiciones laborales. Que no les tiembla la mano al firmar un ERE (de los que tanto critican) y mandar a la vil ruina a cientos de personas. Seguimos confiando en los que nos hablan de seguir manteniendo este orden económico injusto y despreciable a base de hacer esfuerzos, de empeorar nuestras condiciones, de ceder derechos y de ser, si aún cabe la posibilidad, todavía mas esclavos.
Hoy, 15 de diciembre, salen a la calle a denunciar la insostenible situación que vivimos. Mañana firmaran la próxima reforma laboral o el próximo ERE. Hoy salen a la calle a lavarse la cara...pero los milagros no existen, ya no tienen forma de limpiarse el rostro.
Ya tan sólo nos queda darles la patada. Olvidarnos de quien quiera representarnos para empezar a representarnos a nosotros mismos. No necesitamos apoyarnos en discursos de sindicalistas, porque podemos generar nuestro propio discurso. Nosotros también podemos organizarnos por nosotros mismos y dejar de ser dirigidos. Tenemos que dejar de escuchar a quien nos vende, y dejar de soñar con que volverán los buenos tiempos, por que ni van a volver, ni tan siquiera fueron buenos.
Nos hemos metido en un pozo bien hondo, casi tanto que cuesta ver la luz. ¿Vamos a dejar que estos personajes, y nosotros mismos, sigan ahondando hasta que se convierta en nuestra tumba, o vamos a proponernos salir y tomar las riendas de nuestras vidas de una vez por todas?
CENTRO SOCIAL AUTOGESTIONADO DOBLE O NADA
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Extraído de : Csa doble o nada