Mostrando entradas con la etiqueta lucha revolucionaria. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lucha revolucionaria. Mostrar todas las entradas



"Sobre el conflicto de Catalunya"



Respetamos la autodeterminación de los pueblos. El referendum en Cataluña debería haberse hecho
hace años. Lo respetamos como derecho democrático (no más), pero válido como la libertad de
expresión o asociación.

No descartamos "reformas" que generen focos de "resistencia" o de vida mejor. Pero eso no es ni
será la revolución.

Condenamos y rechazamos de plano el españolismo a todos los niveles.

Defendemos el internacionalismo desde Castilla.


Denunciamos el apoyo a la Guardia Civil, a la Policía Nacional y a los Mossos (nos da igual el
bando), a todas las fuerzas represivas del Estado y de los demás estados.
¿Unos gitanos apoyando a la Guardia Civil? ¡¡Pero donde se ha visto!!

Nos hemos tenido que callar (cosa que antes no nos pasaba). En algunos sitios (lugares, curros,
etc), los españolistas son los más voceras: ¡trabajadores a favor de la España de Rajoy y del
PPSOE! Está subiendo la afiliación a la ultraderecha, una ultraderecha que en nuestra tierra estaba
medio muerta.

NOS TOCA LUCHAR



Creemos que todo esto está siendo calculado. Los hombres de negro lo tenían preparado. Si
hubieran querido pararlo, lo habían parado (como sea, deteniendo a cada mesa si fuera
necesario). 

Con todo esto, consiguen dos dosas:
    - División entre el proletariado de las distintas regiones.
    - Manos libres para la policía. Cargas brutales las ha habido siempre: siempre han pegado, a
los movimientos sociales de los que somos parte, a los okupas (nos acordamos de las ostias que
nos daban ya hace 25 años cuando okupábamos en estas tierras), pero es notable la saña con la
que lo han hecho en esta ocasión: han pegado a viejos, a niños y... hasta a sí mismos.


Unión, herman@s proletari@s (castellanos, vascos, catalanes, extremeños, andaluces, murcianos,
gallegos, asturianos, kurdos, saharuais, magrebíes... y de cualquier nación del mundo).

A río revuelto, ganancia de castellanos.
Hacer, pero no correr. 
Y mucha mierda para el pacifismo democrático.

Damos nuestra solidaridad, pero si se va a quedar en la puta bandera, nos la pasamos por el
culo. La lucha debe ser INTERNACIONALISTA, DESDE EL PRINCIPIO.

Hay que construir "castillos proletarios", desde un pequeño pueblo que funciona en comunidad (y
que a la vez lucha, no aislado), hasta pueblos enteros que se pongan en marcha: que se
organicen para una vida mejor y para extender la revolución.
Desde el comunismo primitivo al comunismo final.


LFC - Pajarillos (Valladolid, Castilla).
A 5 de octubre de 2017.





Que la economía y la política vayan a la par es algo elemental. La consecuencia lógica de tal relación es que la política real ha de ser fundamentalmente económica: a la economía de mercado corresponde una política de mercado. Las fuerzas que dirigen el mercado mundial, dirigen de facto la política de los Estados, la exterior, la interior y la local. La realidad es ésta: el crecimiento económico es la condición necesaria y suficiente de la estabilidad social y política del capitalismo. En su seno, el sistema de partidos evoluciona de acuerdo con el ritmo desarrollista. Cuando el crecimiento es grande, el sistema tiende al bipartidismo. Cuando se detiene o entra en recesión, como si obedeciera a un mecanismo homeostático, el panorama político se diversifica.
 
El capital, que es una relación social inicialmente basada en la explotación del trabajo, se ha apropiado de todas las actividades humanas, invadiendo todas las esferas: cultura, ciencia, arte, vida cotidiana, ocio, política… Que hasta el último rincón de la sociedad se haya mercantilizado significa que todos los aspectos de la vida funcionan según pautas mercantiles, o lo que es lo mismo, que cualquier actividad humana es gobernada por la lógica capitalista. En una sociedad-mercado de éstas características no existen clases en el sentido clásico del término (mundos aparte enfrentados), sino una masa plástica donde la clase del capital -la burguesía- se ha transformado en un estrato ejecutivo sin títulos de propiedad, mientras que su ideología se ha universalizado y sus valores han pasado a regular todas las conductas sin distinción. Esta forma particular de desclasamiento general no se traduce en una desigualdad social menguada; bien al contrario, es mucho más acentuada, pero incluso con el aguijoneo de la penuria ésta se percibe con menor intensidad y, por consiguiente, no induce al conflicto. El modo de vida burgués ha inundado la sociedad, anulando la voluntad de cambio radical. Los asalariados no quieren otro estilo de vida ni otra sociedad esencialmente diferente; a lo sumo, una mejor posición dentro de ella mediante un mayor poder adquisitivo. El antagonismo violento se traslada a los márgenes: la contradicción mayor radica más que en la explotación, en la exclusión. Los protagonistas principales del drama histórico y social ya no son los explotados en el mercado, sino los expulsados y quienes se resisten a entrar: los que se sitúan fuera del “sistema” como enemigos.

La sociedad de masas es una sociedad uniformizada, pero tremendamente jerarquizada. La cúspide dirigente no la conforma una clase de propietarios o de rentistas, sino una verdadera clase de gestores. El poder deriva pues de la función, no del haber. La decisión se concentra en la parte alta de la jerarquía social; la desposesión, principalmente en forma de empleo basura, precariedad laboral y exclusión, se ceba en la parte más baja. Las capas intermedias, encerradas en su vida privada, ni sienten ni padecen; simplemente consienten. Sin embargo, cuando la crisis económica las alcanza, las tira hacia abajo. Entonces, dichos estratos, denominados por los sociólogos clases medias, salen de ese inmovilismo que era basamento del sistema de partidos, contaminan los movimientos sociales y toman iniciativas políticas que se concretan en nuevas formaciones. Su finalidad no es evidentemente la emancipación del proletariado, o una sociedad libre de productores libres, o el socialismo. El objetivo es mucho más prosaico, puesto que no apunta más que al rescate de la clase media, o sea, a su desproletarización por la vía político-administrativa.

La expansión del capitalismo, geográfica y socialmente, comportó la expansión de sectores asalariados ligados a la racionalización del proceso productivo, a la terciarización de la economía, a la profesionalización de la vida pública y a la burocratización estatal: funcionarios, asesores, expertos, técnicos, empleados, periodistas, profesiones liberales, etc. Su estatus se desprendía de su preparación académica, no de la propiedad de sus medios de trabajo. La socialdemocracia alemana clásica vio en esas nuevas “clases medias” un factor de estabilidad que hacía posible una política reformista, moderada y gradual, y desde luego, un siglo más tarde, su ampliación permitió que el proceso globalizador llegara al límite sin demasiadas dificultades. El crecimiento exponencial del número de estudiantes fue el signo más elocuente de su prosperidad; en cambio, el desempleo de los diplomados ha sido el indicador más claro de la desvalorización de los estudios y, por lo tanto, el termómetro de su abrupta proletarización. Su respuesta a la misma, por supuesto, no adopta rasgos anticapitalistas, ajenos completamente a su naturaleza, sino que se materializa en una modificación moderada de la escena política que reaviva el reformismo de antaño, centrista o socialdemócrata, pomposamente denominada “asalto a las instituciones”.

La clase media se halla en el centro de la falsa conciencia moderna por lo que no se contempla a sí misma como tal; para ella su condición es general. Todo lo ve bajo su óptica particular exacerbada por la crisis, sus intereses son los de toda la sociedad. Sociológicamente, todo el mundo es clase media; sus ideólogos se expresan en el lenguaje de cartón piedra de Negri, Gramsci, Foucault, Deleuze, Derrida, Baudrillard, Bourdieu, Zizek, Mouffe, etc. Para ellos el “gran acontecimiento”, la quiebra del régimen capitalista, es algo que nunca sucederá. La revolución es un mito al que conviene renunciar en aras de una contestación realista a la crisis que fomente la participación ciudadana a través de las redes sociales, o sea, la cacareada “dialéctica de contrapoder”, no que impulse el cambio revolucionario. Políticamente, todo el mundo es ciudadano, o sea, miembro de una comunidad electrovirtual de votantes, y en consecuencia, ha de apasionarse con las elecciones y las nuevas tecnologías. Cretinismo ideológico posmoderno por un lado, cretinismo parlamentario tecnológicamente asistido por el otro, pero cretinismo que cree en el poder. Su concepción del mundo le impide contemplar los conflictos sociales como lucha de clases; para ella aquellos son simplemente un problema redistributivo, un asunto de ajuste presupuestario cuya solución queda en manos del Estado, y que por consiguiente, depende de la hegemonía política de las formaciones que mejor la representan. La clase media posmoderna reconstruye su identidad política en oposición, no al capitalismo, sino a “la casta”, es decir, a la oligarquía política corrupta que ha patrimonializado el Estado. Los otros protagonistas de la corrupción, banqueros, constructores y sindicalistas, permanecen en segundo plano. La clase media es una clase temerosa, espoleada por el miedo, por lo que busca hacer amigos más que enemigos, pero ante todo busca no desequilibrar los mercados; la ambición y la vanidad aparecerán con la seguridad y la calma que proporciona el pacto político y el crecimiento. Al constituirse como sujeto político, su ardor de clase se consume todo ante la perspectiva del parlamentarismo; la contienda electoral es la única batalla que piensa librar, y ésta discurre en los medios y las urnas. En sus esquemas no cabe la confrontación directa con la fuente de sus temores y sus ansias -el poder de “la casta”- ya que sólo pretende recuperar su estatus de antes de 2008, reforma que pasa por la despatrimonialización de las instituciones, no por su liquidación.
El concepto de “ciudadanía” ofrece un sucedáneo identitario allí donde la comunidad obrera ha sido destruida por el capital. La ciudadanía es la cualidad del ciudadano, un ente con derecho a papeleta cuyos adversarios parece que no sean ni el capital ni el Estado, sino los viejos partidos mayoritarios y la corrupción, los grandes obstáculos del rescate administrativo de la clase media desahuciada. La ideología ciudadanista, a la vanguardia del retroceso social, no es una variante pasada por agua del obrerismo estalinoide; es más bien la versión posmoderna del radicalismo burgués. No se reconoce ni siquiera de boquilla en el anticapitalismo, al que considera caducado, sino en el liberalismo social de corte más o menos populista. Esto es así porque ha tomado como punto de partida la existencia degradada de las clases medias y sus aspiraciones reales, por más que se apoye en las masas en riesgo de exclusión, demasiado desorientadas para actuar con autonomía, y asimismo en los movimientos sociales, demasiado débiles para creer y mucho menos desear una reorganización de la sociedad civil al margen de la economía y del Estado. En ese punto, el ciudadanismo es hijo putativo del neoestalinismo fracasado y de la socialdemocracia obstruida. El programa ciudadanista es un programa de advenedizos, extremadamente maleable y tan políticamente correcto que da arcadas, ideal para arribistas frustrados y aventureros políticos en paro. Los principios no importan; su estrategia es conscientemente oportunista, con objetivos únicamente a corto plazo, perfectamente compatibles con pactos que el día antes de las elecciones hubieran sido considerados contra natura.

En ningún programa ciudadanista figurarán la socialización de los medios de vida, la autogestión generalizada, la supresión de la especialización política, la administración concejil, la propiedad comunal o la distribución equilibrada de la población en el territorio. Los partidos y alianzas ciudadanistas se proponen simplemente un reparto de ingresos que amplíe la base mesocrática, es decir, pugnan por unos presupuestos institucionales que detengan las privatizaciones, eliminen los recortes y reduzcan la precariedad laboral, sea por la creación de pequeñas empresas, o por la cooptación de una mayoría subempleada de titulados en las tareas administrativas, intenciones que no son nada rupturistas. No llegan a la arena política como subversivos sino como animadores; lo de cambiar la constitución de 1978 no va en serio. Todavía no han puesto el pie en el ruedo y ya exhiben realismo y moderación a raudales, enarbolando la bandera monárquica y tendiendo puentes a la denostada “casta”. Son conscientes de que una vez consolidados como organizaciones y en posesión de un capital mediático suficiente, el paso siguiente será una gestión de lo existente más clara y eficaz que la anterior. Ninguna medida desestabilizadora les conviene, pues los líderes ciudadanistas han de demostrar que la economía se desenvolverá menos críticamente si son ellos quienes están al timón de la nave estatal. Forzosamente han de presentarse como la esperanza de la salvación por la economía, por eso su proyecto identifica progreso con productividad y puestos de trabajo, o sea, es desarrollista. Persigue entonces un crecimiento industrial y tecnológico que cree empleos, redistribuya rentas y aumente las exportaciones, bien recurriendo a reformas del sistema impositivo, bien a la explotación intensiva de los recursos territoriales, incluido el turismo. Lo de menos es que los empleos sean socialmente inútiles y respondan a necesidades auténticas. El realismo económico manda y completa al realismo político: nada fuera de la política y nada fuera del mercado, todo para el mercado.

El relativo auge del ciudadanismo, con sus modalidades nacionalistas, viene a demostrar el deficiente calado de la crisis económica, que lejos de sacar a la luz las divisiones sociales y sacar a la luz las causas de la opresión, dando lugar a una protesta consciente y organizada que se plantee la destrucción del régimen capitalista, ha permitido a otros disimularlas y oscurecerlas, gracias a una falsa oposición que lejos de cuestionar el sistema de la dominación lo apuntala y refuerza. Una crisis que se ha quedado a mitad de camino, sin desencadenar fuerzas radicales. No obstante, las crisis van a continuar y a la larga sus consecuencias no podrán camuflarse como cuestión política y terminarán emergiendo como cuestión social. Todo dependerá del retorno de la lucha social verdadera, ajena a los medios y a la política, recorrida por iniciativas nacidas en los sectores más desarraigados de las masas, aquellos que tienen poco que perder si se deciden a cortar los lazos que les atan al destino de la clase media y bajan de su carro. Pero dichos sectores potencialmente antisistema hoy parecen agotados, sin fuerzas para organizarse autónomamente, incapaces de erigirse en sujeto independiente, y por eso el ciudadanismo campa a sus anchas, llamando suavemente a la puerta de los parlamentos y consistorios municipales para que le dejen entrar. Esa es la tragicomedia de nuestro tiempo.

Argelaga, 30 de abril de 2015.




¿Qué es lo común? ¿Alguien puede apropiarse de lo común? ¿Puede existir una ciudad en común sin una vida en común?
Aquí todas queremos ganar, pero… ¿ganar cómo? ¿Se puede perder ganando? ¿Ganar cuándo? Pero, y sobre todo…, ¿ganar qué?
Para nosotras la victoria es, sobre todo, cada mañana. Sí. Lo es cuando nos levantamos resistiéndonos a aceptar esta vida como nuestra vida. Lo es cuando salimos a la calle al empezar el día y miramos al capitalismo a los ojos. A unos ojos cansados de explotación y al mismo tiempo llenos de un viejo-nuevo mundo en sus-nuestros corazones. Victoria es la rabia que nos produce la mercadería marcando los minutos, las horas y los días… como también lo es la alegría cuando sabemos predecir los segundos en que el segurata mirará hacia otro lado. Victoria es, sobre todo, la mirada cómplice que se transforma en paso lento y permite pasar, sombra con sombra, clandestinas y anónimas vidas, juntas al otro lado de los tornos.
Sí se puede, pero… ¿podremos? ¿Quién puede a quién? ¿Se puede saber? ¿Nos podrá el poder? Y es que hay muchas batallas, pero llevamos la guerra adentro. Íntimamente ligada, ausente-presente, capitalismo a flor de piel, marcado al rojo vivo, lo mío pa’ mi saco. Sí, éste es el trato. Es mi dinero. Pero, ¡ay!, la vida pasa y aquello que no seamos capaces de hacer ahora no lo haremos más adelante. Una vida común, que valga la pena ser vivida y que nos damos a trasmano, levantándonos juntas de la enésima caída. Una vida en común que tejemos en cada asamblea, en cada plaza y en cada barrio. Día a día. En cada sueño colectivo hecho papel. Y dicho. Y hecho. Cada vez somos más y lo sabemos. Nos falta, sin embargo, sabernos. ¿El Poder para poder poderlo todo? ¡NO!
No obstante, somos conscientes de que nos hallamos en un momento en que es imprescindible dar un paso más allá. Esta publicación surge de una necesidad compartida: alzar la voz y trazar una grieta más en el casi hegemónico discurso que nos apela, nuevamente, a tomar el Poder y rehabilitar la democracia y las instituciones del Estado. No tomaremos ese camino.
Esta publicación no nace sola. Los textos han sido escritos por integrantes de diversos proyectos de autoorganización de Sants, la Barceloneta, Vallcarca, Poble Sec y el Raval. Y es un paso más que se suma a los de otras compañeras —saludamos desde aquí a la FAC (Federació Anarquista de Catalunya), a Procés Embat y a otras sensibilidades afines—. Esperamos que esto se convierta en un largo trayecto.
Creemos que es importante alzar la voz, pero sobre todo encontrar el tiempo para escucharnos, desafiar a la confusión y a la desconfianza, aceptar nuestras contradicciones, reconocer las complicidades diseminadas por todas partes y construir juntas UNA POSICIÓN. ··


http://www.unaposicio.org/

 

Nikos Maziotis trasladado a la cárcel de Diavata.


Leemos información acerca del traslado del compañero Nikos Maziotis a la cárcel de Diavata desde el área “sanitaria” de las prisiones de Korydallos, donde se encontraba ingresado.

El traslado, realizado el pasado 26 de julio por la mañana, tiene lugar cuando el compañero todavía no se encuentra en condiciones de abandonar los cuidados médicos necesarios para su recuperación completa de las heridas causadas por los maderos durante el tiroteo en el que fue capturado.

¡Fuerza al guerrillero urbano Nikos Maziotis!
¡Fuerza con el guerrillero urbano Kostas Gournas!
¡Fuerza y larga huída a la guerrillera urbana prófuga Pola Roupa!




________________________________________

Información sobre la detención del compañero Nikos Maziotis 
julio 21, 2014. Publicacion Refractario


Desde el 2003, la guerrilla urbana “Lucha Revolucionaria” a realizado distintos ataques explosivos y armados contra el Estado y el Capital en Grecia, desde una tendencia anarco-comunista y una visión de revolución social en su proyección política. 


En Marzo del 2010 tras un enfrentamiento armado con la policía luego de intentar expropiar un auto cae abatido el compañero Lambros Foundas, se expande el cerco represivo contra los compañeros y finalmente en Abril del 2010 la policía realiza múltiples allanamientos consiguiendo procesar a varios compañeros quedando 5 en prisión, de los cuales Nikos, Pola y Kostas asumen responsabilidad política de pertenecer a Lucha Revolucionaria.

Tras permanecer en prisión mas de 18 meses (máximo legal de prisión preventiva en grecia), los compañeros consiguen salir a la calle en Octubre del 2011 bajo estrictas medidas, comenzando a desarrollarse así el juicio en su contra.

Tras un extenso proceso, donde los compañeros decidieron realizar una defensa política de Lucha Revolucionaria en los tribunales, en Julio del 2012 Pola, Nikos y su pequeño hijo Victor deciden asumir la clandestinidad.

Durante los momentos finales del juicio, el compañero Kostas Gournas realizo una declaracion en los tribunales, mientras que Pola y Nikos enviaron desde la clandestinidad y por escrito su declaracion.

Finalmente en Abril del 2013, el tribunal dicto condenas contra los compañeros: Nikos: 50 años, Pola y Kostas: 50 años + 6 meses (Es importante considerar que bajo la legislacion griega, el maximo de tiempo que una persona puede estar en prision es de 25 años)
Los otros acusados: Vaggelis Stathopoulos y Christoforos Kortesis, 7 y 6 años respectivamente, que tras una apelacion consiguen salir a la calle bajo fianza, mientras que Marie Beraha, Sarantos Nikitopoulos y Kostas Katsenos son abuseltos.

La campaña policial del Estado griego, llego a ofrecer 1 millon de euros para que la población diera información sobre el paradero de los prófugos.

En Abril del 2014, 75 kilos de explosivo adentro de un auto estallan destrozando la fachada del Banco de Grecia como respuesta al regreso del Estado Griego a los mercados y en abierta muestra del nivel operativo y vigencia de Lucha Revolucionaria como grupo de guerrilla urbana.

Es el 16 de Julio que Nikos Maziotis caminaba con un compañero por el barrio Monastiraki, pleno centro turístico de Atenas. Según las versiones de la policía y la prensa, la policía antiterrorista habría recibido la información de que los profugos se encontrarían en Atenas y comenzó a realizar un amplio despliegue durante estas semanas con varios agentes de civil en distintos metros de la ciudad y lugares donde podría acudir Nikos y Pola.

De esta forma, las fuerzas de seguridad lo habrían identificado en la plaza de Omonia donde comenzaron a seguirlo hasta una tienda deportiva, tras lo cual la policía intenta cercarle el paso produciéndose el enfrentamiento armado.

En el tiroteo un turista australiano y otra almena resultaron heridos levemente, sin que requirieran mayor atención médica. Nikos intenta romper el cerco represivo de las policías que lo siguen a pie, consiguiendo herir en la pierna a los cazadores de uniforme para tomar un taxi y emprender la fuga

lugardeltiroteoEs justo en ese momento cuando el compañero es alcanzado por un tiro en el hombro, cayendo herido y siendo inmediatamente reducido y desarmado por la policía. Nikos defendió su vida con 8 tiros ante la emboscada y la jauría uniformada y de civil que deseaba verlo muerto.

El compañero se encontraba con peluca, lentes y documentación falsa a nombre de Mijalis Mijelakis, además de un manojo de llaves las que según la policía corresponderían a varias casas de seguridad de Lucha Revolucionaria o donde se encontraría la compañera Pola Roupa. Es por esto que revisaran las distintas cámaras de seguridad del transporte publico para buscar la ruta que habría realizado Nikos buscando dar con la casa donde se encontraba.

La represión señala que el compañero estaría involucrado en cerca de 6 asaltos a bancos, además del coche bomba frente al Banco de Grecia. Mientras que por su parte, ya comenzaron a realizar numerosos allanamientos en Exarchia, además de hacer un llamado a la ciudadanía a que colabore en búsqueda de pistas o datos que den al paradero de la compañera prófuga.

Nikos fue internado en el hospital de Evangelismos, para ser trasladado el 19 de Julio a la sección médica de la prisión de Koridallos, mientras se han multiplicado los gestos solidarios ante esta nueva y brutal detención (Ver información desde los compas de Contra info Aqui: 1,2,3,4,5, 6, 7 )
A pesar de las diferencias que podamos tener con la proyección política de Lucha Revolucionaria, nos resulta absolutamente innegable la trayectoria de lucha de lxs compañerxs como también la consecuencia en los distintos momentos de la vida. Porque nos encontramos y nos unimos en la guerra:Toda nuestra solidaridad con los guerrilleros urbanos de las distintas tendencias antiautoritarias!!.

¡¡Solidaridad con los guerrilleros urbanos en prisión y clandestinidad!!
¡¡Amor en revuelta para Pola y el pequeño Victor Lambros!!

Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















ARCHIVO

Traduce-Translate-Μετάφραση

Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."