Recibimos, difundimos y alentamos su difusión y discusión:
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POSICIONES PROGRAMÁTICAS
Esta
sociedad nos ofrece solo una lucha por la mera supervivencia, en la que
somos solo fuerza de trabajo y consumidores. Por supuesto que todo está
envuelto en bellos discursos sobre los valores de los decentes
ciudadanos y acerca de las necesidades del país y la economía, en
tendencias de moda y en estilos de vida despojados de espíritu que nos
lanzan diariamente científicos, políticos y celebridades para que
asumamos… ¿Son la ropa de marca, nuevos celulares y televisores plasma,
casas hipotecadas, fiestas los viernes por la noche, shows de TV e
idilios familiares en shoppings sustitutos suficientes de una vida
verdaderamente humana? ¿Es eso todo lo que verdaderamente deseamos y
necesitamos?
1. ¡NO PARA NOSOTROS!
No
tenemos grandes propiedades ni compañías, con las cuales viviríamos
cómodamente, por ende debemos ir a trabajar. Vendemos nuestro tiempo y
energía, nuestra fuerza de trabajo a la clase burguesa, que posee los
medios de producción. Intercambiamos nuestro trabajo por un salario, que
nos permite comprar lo que necesitamos para sobrevivir, que fue
producido en otro lugar por trabajadores como uno. Sin importar cuan
grande sea nuestro salario, ni bien lo hayamos gastado, estaremos
obligados a ir a trabajar nuevamente. Es nuestro trabajo el que
determina la sociedad y la economía: fábricas, supermercados, oficinas,
hospitales, obras de construcción… ¡Somos la clase proletaria y nos
rebelamos!
2. CONTRA EL TRABAJO ASALARIADO.
El
trabajo nos aliena, ya que el tiempo durante el cual trabajamos, no nos
pertenece, no es una parte constitutiva de nosotros, es solo un medio
para obtener dinero. Cuando vendemos nuestra mercancía fuerza de trabajo
a jefes individuales y al mismo tiempo a la burguesía como clase
mundial, son los burgueses quienes la controlan, quienes se adueñan de
ella y quienes se benefician. Nosotros solo tenemos que trabajar tan
duro y rápido como se nos exija. Por eso luchamos contra el trabajo
asalariado, que es la base de nuestra explotación y la de todo el
sistema capitalista.
3. CONTRA LA PRODUCCIÓN DE OCIO.
No
trabajamos para satisfacer directamente nuestras necesidades así como
las de toda la humanidad. Estas necesidades se encuentran mediadas a
través del salario, en forma de dinero, ya que los productos de nuestro
trabajo, que pertenecen a la burguesía, también nos alienan. Toda la
sociedad se encuentra también alienada de sí: las relaciones en las que
se basa, sus estructuras, instituciones, riqueza e incluso el
conocimiento. Por ende la dictadura del Capital rige también fuera del
trabajo. El ocio es también una parte esencial. Es el Capital, no
nosotros, quién determina que comer, como amar, habitar, viajar,
disfrutar… Por eso, luchamos contra la totalidad de las relaciones
sociales capitalistas, que nos atrapan en una gigantesca fábrica, donde
somos como vacas lecheras en cada momento de nuestras vidas.
4. CONTRA EL CAPITALISMO.
Nuestro
trabajo es una mercancía única y particular: es la única capaz de crear
nuevo valor y de aumentar el que ya posee. Los jefes nos explotan a
todos, ya que solo pagan nuestra fuerza de trabajo, y el total del
plusvalor que producimos se lo apropian, convirtiéndose en su plusvalor y
ganancia. La ganancia se reinvierte en medios de producción, en
producción de nuevo Capital, que es toda la propiedad controlada,
poseída y comercializada por la burguesía. El Capital es nuestro trabajo
muerto y cosificado. Es nuestro tiempo y energía que matamos en el
trabajo no para satisfacer necesidades humanas sino produciendo
mercancías. La única meta del modo capitalista de producción es la
obtención de ganancia y multiplicar el capital. Las necesidades humanas
son totalmente secundarias y son “satisfechas” mediante la producción
solo si en esa satisfacción se expande el Capital. Esta es la razón por
la cual aún en las regiones “socialistas” como lo eran la URSS y sus
satélites, eran capitalistas y de igual forma, no hay lugar en el mundo
que no tenga una matriz capitalista, China, Corea del Norte o Cuba no
son la excepción. Donde hay trabajo asalariado, inevitablemente existe
el Capital sin importar si la ideología de la región es “marxista” o si
está teniendo lugar una reorganización de la burguesía y una de sus
facciones desea (sin ninguna chance de éxito) deformar la ley del valor,
las leyes de mercado y de la competencia.
5. CONTRA LA DEMOCRACIA, EL ESTADO Y LA POLÍTICA BURGUESA.
La
democracia es la esencia misma de la sociedad capitalista y no solo una
de sus formas políticas. Los ciudadanos atomizados, que alcanzan una
unidad artificial a través de un región por la política nacional, son
una característica común de los Estados parlamentarios, estalinistas,
fascistas o islámicos. Éstos son organizaciones de la burguesía como
clase, que crecen de las relaciones sociales de la sociedad de clases.
Es por eso que la lucha revolucionaria del proletariado es
antidemocrática y antiestatal y no tiene nada en común con la política
burguesa, los partidos políticos (sean de izquierda o derecha,
parlamentarios o extraparlamentarios, legales o proscriptos), las
elecciones o los golpes de Estado.
6. CONTRA LOS SINDICATOS Y EL IZQUIERDISMO.
Las
agrupaciones de trabajadores (en oposición a los sindicatos de carneros
directamente establecidos por la burguesía) no son organizaciones de la
clase obrera por un tiempo extenso. Estas se convierten en parte del
Estado capitalista, en una institución que sirve para organizar la venta
de fuerza de trabajo y el mantenimiento de la paz social. Como tales,
deben ser destruidas, no reformadas. Las debilidades y derrotas de
nuestra clase dan vida y siguen dando aire a muchas corrientes
izquierdistas, que siguen cumpliendo el rol histórico de la
socialdemocracia. En tiempos de revolución, éstas son el último bastión
del Capital, porque no están por la destrucción del capitalismo sino por
su reforma radical. Por eso, los proletarios comunistas de todo el
mundo combaten todas las formas de izquierdismo: Stalinismo, Trotskysmo,
Maoísmo, muchas corrientes del Anarquismo, Antiglobalismo,
Tercermundismo, Antiimperialismo…
7. CONTRA LOS FRENTES.
Nos
oponemos a los frentes de unidad entre facciones políticas
“progresivas” de la burguesía y de todas las ideologías
contrarrevolucionarias que emergen en torno a esos frentes: Antifascismo
o Liberación Nacional. Todos estos llevan a la defensa de una forma de
la dictadura del Capital por sobre otra, “mal menor” contra el “gran
mal”, es decir, preservación de la dictadura capitalista como una
totalidad mundial. Estos frentes dan resultado una lucha por un
capitalismo “con rostro humano”, pero siempre y ante todo niegan y
destruyen al proletariado revolucionario. Solo la acción directa de
clase puede oponerse a la destructiva competencia entre proletarios que
es exacerbada por el racismo, el fascismo y el nacionalismo. Solo la
revolución comunista es la alternativa a todas las formas de
capitalismo.
8. CONTRA LA OPRESIÓN, EL NACIONALISMO Y LA GUERRA.
Todas
las formas de opresión que son más antiguas que el capitalismo mismo
-por ejemplo sobre la base del género, la sexualidad, el origen étnico o
religioso- no fueron destruidos sino que se han convertido en partes de
la explotación y la división del trabajo capitalista. Ninguna forma de
opresión existe por fuera de las relaciones sociales capitalistas y solo
pueden ser abolidas en tanto que sea abolida la totalidad en el proceso
de la revolución comunista. Las ideologías que fomentan una identidad
de trabajador, mujer, nativo, inmigrante, “privilegiado”, “excluido”, en
nosotros, los proletarios, sirven para que nos identifiquemos interna y
finalmente con el sistema capitalista. Solo la dinámica de lucha
proletaria es el proceso de negación de todas esas obedientes
identidades ciudadanas. Por lo tanto, el proletariado se opone a ellas
de la misma forma en que se opone a la Nación, el País o el
nacionalismo. Contra la paz social dentro de cada Estado Nacional y
contra las guerras entre ellos, reivindicamos la guerra de clase en
contra de nuestra propia burguesía, el derrotismo revolucionario.
9. POR EL ASOCIACIONISMO PROLETARIO.
Hoy,
a pesar de sus límites, las luchas reales del proletariado contienen
las semillas del comunismo, es decir, el movimiento que destruye el
actual estado de la sociedad. Por esto, hoy apoyamos las luchas de clase
y la formación de núcleos, círculos y redes de proletarios con una base
subversiva, es decir, que se asocien fuera y contra sindicatos,
partidos políticos y otras estructuras del Estado Burgués. Es
precisamente desde estas luchas que un masivo movimiento proletario está
comenzando a asumir la tarea de articular al proletariado mundial con
la futura situación social.
10. POR LA REVOLUCIÓN COMUNISTA.
Solo
en el proceso de la dinámica de la revolución proletaria, un cambio en
la correlación de fuerzas entre el proletariado y la burguesía tendrá
lugar. Solo esto abre una perspectiva de un salto cualitativo en la
conciencia de clase, formando el camino para el derrocamiento violento
de la clase dominante y para la resolución definitiva de los
antagonismos de clase. Pero solo si el movimiento proletario inmediata,
práctica y conscientemente se embarca en la aventura hacia la genuina
comunidad humana forjada por la revolución. Para que la revolución no
muera debe autoritariamente oponerse a la contrarrevolución que usará
inmediatamente cualquier debilidad de nuestra clase contra nosotros.
11. POR LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.
Para
cada vez más proletarios, el proceso de la dinámica combativa del
proletariado para la insurrección violenta y la revolución impone una
opción consciente entre comunismo y barbarie capitalista: explotación,
crisis, guerras y catástrofe ambiental. Mientras más clara sea la
elección, más capaz es el proletariado para realizar en su revolución la
dictadura social contra el trabajo asalariado, el valor, el
intercambio, el dinero, el Estado. Esto significa una dictadura mundial
de las necesidades humanas contra el Capital y el terror revolucionario
contra las fuerzas burguesas.
La dictadura del proletariado significa la abolición de las relaciones
sociales existentes: abolición del trabajo asalariado, abolición de las
producciones y las profesiones inútiles, eliminación de las relaciones
de intercambio de todos los aspectos de la vida, abolición de la
economía y la producción para obtener ganancia y subordinación de todas
las fuerzas productivas a las necesidades humanas y las necesidades de
la revolución, desaparición de la división entre trabajo y ocio, ciudad y
campo, y todas las demás separaciones, destrucción violenta del Estado y
su reemplazo con órganos autogestivos de la revolución proletaria, todo
lo que el triunfo de la revolución transforma en una comunidad humana
global. A través de este histórico proceso revolucionario, el
proletariado (como última clase existente) se abole a si mismo y así a
toda la sociedad de clases, y desarrolla en su totalidad la comunidad
humana.
12. SOBRE LA ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA.
La
organización revolucionaria crece y toma formas específicas de manera
directa a través de la lucha de clases, debido a que el proletariado
está históricamente forzado a hacerlo. La organización revolucionaria
con su actividad militante crea condiciones para la centralización de
los elementos revolucionarios, que son pequeños e insignificantes en
tiempos de correlación de fuerzas desfavorable, y las más conscientes y
radicales secciones del proletariado. La organización revolucionaria no
es ni prefiguración de la sociedad futura, ni una estructura rígida y
eterna. Solo toma una parte esencial en el proceso de centralización
histórica de la dinámica revolucionaria en él que se asume como el
partido del proletariado, es decir, el partido comunista. Lo que
diferencia a este partido de otras autoproclamadas vanguardias, es que
no tiene ningún otro programa más que su clase como sujeto histórico,
por ende es una centralización de su programa, es una dirección del
conjunto de la lucha revolucionaria.
13. ¿QUÉ HACER?
Profundizar,
defender y propagar el programa histórico del proletariado para la
destrucción de la clase dominante con una insurrección que sea la chispa
de una revolución contra la sociedad de clases. Sobre la base de las
lecciones de las luchas pasadas y presentes se clarifica el contenido de
esa transición revolucionaria, la revolución comunista. Mediante la
propaganda, la agitación y el involucrarse activamente, para resaltar,
apoyar y diseminar todas las tendencias en lucha actualmente, que
podrían ayudar al desarrollo de la conciencia revolucionaria y el
espíritu militante en nuestra clase, y a la emergencia de asociaciones
proletarias radicales. Para revelar e identificar críticamente
obstáculos, ya sean ideológicos o prácticos, en las luchas actuales que
bloquean el camino a una confrontación abierta entre las clases. Para
centralizar a los militantes proletarios, que se organizan en base al
programa revolucionario, y para crear una estructura efectiva de combate
para los militantes comunistas. Desde la fértil tierra de los
antagonismos sociales y las dinámicas de lucha de clases, para
efectivamente empujar, promover, organizar, y coordinar la ejecución de
una futura insurrección como un decisivo momento en la venidera
revolución comunista.
Grupo Guerra de Clases # Class War Group # Tridni Valka
Última actualización: agosto 2013. Traducción: Cuadernos de Negación