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¡Solidaridad con los proletarios y los jóvenes rebeldes de Nueva Caledonia!


 
 

Iniciados el 13 de mayo, los disturbios y enfrentamientos terminaron el día 20 con un duro balance: 6 muertos (entre ellos 3 jóvenes canacos asesinados por las milicias «caldoches»), centenares de heridos y detenidos, numerosos incendios en edificios oficiales (edificios municipales, comisarías de barrio) y otros, y el saqueo de comercios en la gran Numea, la capital que, con más de 180.000 habitantes, concentra dos tercios de la población de Nueva Caledonia. Como en el resto de la isla, continuaron los bloqueos en los barrios y en las vías de comunicación, mientras la actividad económica seguía paralizada.

Estas revueltas se desencadenaron por la movilización de las organizaciones independentistas contra las reformas constitucionales, decididas por el gobierno para «descongelar» el electorado («congelado» tras los acuerdos de Numea), que aumentaría en unas 25.000 personas, presentes en la isla desde hace al menos 10 años, lo que tendría como efecto aumentar el número de electores no canacos, potencialmente hostiles a los independentistas. Hay que saber que los canacos sólo representan el 41% de los 270.000 habitantes de la isla, frente al 24% de «europeos» («caldoches»), mientras que el resto de los habitantes pertenecen a diversas etnias oceánicas, asiáticas o a ninguna en particular.

La movilización contra la reforma está dirigida políticamente por el FLNKS (Frente Canaco y Socialista de Liberación Nacional, que agrupa a las principales organizaciones independentistas) y organizada por la CCAT (Célula para la Coordinación de Acciones sobre el Territorio), iniciada por militantes del FLNKS y la USTKE (Unión de Sindicatos Canacos y Trabajadores Explotados). Se tradujo, en particular, en huelgas y grandes manifestaciones en Numea y el resto del territorio el pasado mes de abril (20. 000 personas según los medios de comunicación, frente a un número comparable de caldoches «lealistas»). El CCAT llamó entonces a bloqueos de carreteras el 13 de mayo -la víspera de la votación en la Asamblea Nacional de la ley de descongelación del electorado-, mientras que las acciones en el resto del territorio siguieron siendo, en general, pacíficas. Fue en Numea donde se produjo una auténtica explosión social: los jóvenes manifestantes descargaron su rabia contra todo lo que representase un sistema que les aplasta, prometiéndoles sólo pobreza, explotación, paro y racismo.

Por su parte, tras haber desbordado a las fuerzas del orden, las autoridades políticas permitieron que se organizaran milicias para defender las ricas propiedades de los caldoches contra la ira de los alborotadores.
El gobierno decretó el estado de emergencia (con el apoyo del PS, fiel a su larga tradición de represión colonial, incluso en Nueva Caledonia, en nombre del restablecimiento del «orden republicano») y envió refuerzos a la isla; el ministro de «Justicia» emitió una circular en la que pedía que se aplicaran «las sanciones más severas contra los alborotadores y los saqueadores», tomando como modelo la represión de los disturbios en los barrios proletarios de Francia en junio de 2023. Las autoridades francesas acusaron al CCAT, denunciado como «pequeño grupo mafioso que comete asesinatos y saqueos», de ser responsable de los sucesos, poniendo a 10 de sus dirigentes bajo arresto domiciliario(1).
Sin embargo, el CCAT protestó diciendo que nunca había llamado a la insurrección, como se le acusa, sino sólo a acciones pacíficas, y el 14 de mayo llamó a «todos nuestros jóvenes a retirar los bloqueos». El día 15, en una conferencia de prensa, el FLNKS declaró que «denunciaba los abusos cometidos», lanzó un llamamiento para que se levantaran los bloqueos y afirmó su apoyo «a los dirigentes de las empresas y a sus asalariados»; el clima deletéreo actual, añadió, «no puede justificar que se ponga en peligro la paz y todo lo que se ha construido», y concluyó anunciando que respondería positivamente a las propuestas de consulta del Presidente de la República.
Pero estas buenas palabras no bastaron a los jóvenes alborotadores que continuaron los enfrentamientos.

Después de los acuerdos de Matignon en 1988 y de Nouméa en 1998, una burguesía canaca, que ha prosperado a la sombra del Estado, no quiere poner en peligro sus conquistas y por eso quiere «evitar que la calle tome el relevo» (declaración del presidente del grupo de representantes electos de la Union Calédonienne-FLNKS, 14/5). Pero para los proletarios, nada ha cambiado realmente en 30 o 40 años, y la sociedad caledonia sigue profundamente marcada por su pasado colonial.
Las desigualdades sociales son evidentes: en 2022, la tasa de desempleo era del 15,5% para los canacos, frente al 8,3% para los no canacos, y el 72% de los que tienen empleo trabajan sólo a tiempo parcial y sus empleos son a menudo no cualificados, el 80% son obreros o empleados: el resultado es que el nivel de vida medio de los canacos es sólo la mitad del de los no canacos.



LA IMPORTANCIA DE NUEVA CALEDONIA PARA EL IMPERIALISMO FRANCÉS

Convertida en colonia francesa en 1853, Nueva Caledonia se utilizó primero para deportar prisioneros (entre ellos comuneros como Louise Michel) y convertirla en colonia de colonización, a pesar de las revueltas de los pueblos indígenas.
Pero fue la explotación del níquel, del que la isla contiene una cuarta parte de las reservas mundiales, lo que hizo de Nueva Caledonia un bien preciado para el capitalismo francés, que, gracias a ella, protagonizó un boom económico a finales de los años sesenta y convirtió la producción de este metal en el corazón económico del territorio: el sector emplea a cerca del 20% de los asalariados y suministra la mayor parte de sus exportaciones. Pero hoy está en crisis, como consecuencia de la caída de los precios (-45% en 2023) y el encarecimiento de la energía. Las grandes empresas que han ganado dinero con su explotación no quieren absorber las pérdidas; el gigante suizo Glencore ha cerrado su fábrica del norte (KNS) y ha anunciado su abandono, lo que supondría el despido de más de 1.700 personas, mientras que las fábricas del sur (SLN y Prony) corren el riesgo de quebrar. El Estado anunció un «pacto del níquel», rechazado sobre todo porque exigiría grandes inversiones cuando sus finanzas están bajo mínimos.

Los proletarios de estas empresas se encuentran en una situación difícil de resistir: el SGTI-NC, principal sindicato de esta industria, ha convocado una huelga general en la industria para el 25 de enero, ¡pero sin parar la producción y de acuerdo con la organización patronal de subcontratistas! Está claro que los proletarios no pueden contar con una organización tan colaboracionista, ¡cuyo objetivo es integrarse en las discusiones en curso con los accionistas! En Nueva Caledonia, como en todas partes, sólo una orientación de clase independiente puede permitir arrancar concesiones a los capitalistas y al Estado.

En la actualidad, ya no es el hundimiento de la industria del níquel lo que motiva a París y determina su política, sino sus nuevas ambiciones imperialistas en la región Indo-Pacífica. Se prevé que esta vasta región se convierta cada vez más en escenario de crecientes rivalidades entre las grandes potencias y, por tanto, de amenazas, pero también de oportunidades para el imperialismo francés. La presencia francesa en Nueva Caledonia es una carta importante que Francia no tiene intención de abandonar, ya que pretende presentarse en la región como una potencia con una vasta «zona económica marítima», aunque actualmente no disponga de estructuras militares a la altura de sus pretensiones.

Esto significa que los proletarios, los jóvenes alborotadores y las masas canacas se enfrentan a un enemigo decidido: no se le puede derrotar siguiendo los métodos y objetivos de las organizaciones independentistas que sólo buscan negociar un compromiso con el imperialismo francés, sino sólo mediante la lucha revolucionaria anticapitalista, junto a los proletarios de la metrópoli que tienen en sus manos la fuerza potencial para doblegarlo.

¡Solidaridad con los proletarios y los jóvenes revoltosos de Nueva Caledonia!

¡No a la represión!

¡Abajo el imperialismo francés!

¡Por la reanudación de la lucha de clases revolucionaria y el internacionalismo proletario!

 



FUENTE: https://www.pcint.org/ [La traducción es nuestra]

 

Francia. Revueltas en los barrios proletarios

El capitalismo es responsable de los crímenes de la policía, de la opresión y de la miseria.

¡Es al capitalismo al que se debe combatir! ¡Es al capitalismo al que se debe abatir!


 

 

Una tercera noche de disturbios acaba de sacudir el país. Se han producido enfrentamientos más o menos violentos en prácticamente todos los municipios de la región parisina (y también en el París central) y se extendieron a numerosas ciudades de provincia grandes o medianas: Lille, Roubaix, Estrasburgo, Grenoble, Lyon, Saint Etienne, Marsella, Burdeos, Toulouse, Tours, Rennes, Ruán, Nantes, Nancy, Niza, Brest, Pau, Amiens, Annecy, Macon... la lista es demasiado larga para mencionarlas todas. La movilización masiva de los diferentes cuerpos de policía (40.000 policías y gendarmes según cifras oficiales), el bloqueo de los transportes públicos o los toques de queda decretados en ocasiones no consiguieron mantener el orden en los barrios proletarios. Decenas de edificios públicos, comisarías de policía, etc. fueron atacados por jóvenes con cócteles molotov o petardos y fuegos artificiales, se saquearon comercios, se quemaron vehículos, mientras la policía disparaba granadas de gas lacrimógeno y balas de goma contra los alborotadores; casi 900 personas fueron detenidas...   
 

La causa de esta ira es sabida. El joven Nahel (17 años) fue tiroteado a quemarropa durante un control de tráfico en Nanterre por un policía invocando la "legítima defensa"; pero un vídeo aficionado demostró que el policía no estaba amenazado y que su compañero gritó "¡mátalo!": se trató, por tanto, de un crimen. Informaciones posteriores de fuentes policiales afirmaban que Nahel tenía antecedentes penales ("tan largos como su brazo", según un periodista de extrema derecha de C. News), dando a entender que era un matón de poca monta que sólo había obtenido lo que se merecía: esta "información" era falsa.  
Cuando se demostró la mentira de la policía, el gobierno, recordando las 3 semanas de disturbios durante la "revuelta de los suburbios" de 2005, intentó calmar los ánimos. Así, Macron calificó el acto del policía de "inexplicable e injustificable", suscitando las iras de la extrema derecha y del sindicato policial "Alianza", y organizó un minuto de silencio en el Parlamento. Pero estas payasadas no tuvieron ningún efecto sobre la cólera de los vecinos.

 

Los jóvenes hacen bien en rebelarse

Tal es la reacción de muchos proletarios de estos barrios que declararon ante las cámaras (1). Tras los primeros disturbios, Macron declaró que estaban "marcados por escenas de violencia (...) contra las instituciones y la República" que eran "injustificables". Pero para los proletarios, jóvenes o viejos, lo que es injustificable y cada vez más insoportable es la situación a la que se ven obligados por estas instituciones y esta República burguesa. Más allá del crimen policial, es esta situación la que genera la revuelta.   
Los demócratas culpan a una ley del gobierno socialista aprobada en 2017 para facilitar el uso de armas por parte de la policía durante los controles de carretera y piden, no se rían, una mejor "formación de los policías en la defensa de los derechos humanos". Si bien es cierto que desde entonces ha sido asesinada una persona al mes, de media, por la policía en Francia en estas circunstancias (¡frente a una persona cada 10 años en Alemania!), los crímenes policiales no necesitan de esa ley para cometerse: prueba de ello son los numerosos casos de violencia policial que periódicamente saltan a los titulares y que la mayoría de las veces terminan con la absolución de los policías. Hablar de cosas como una "policía al servicio de los ciudadanos" no son más que tristes frases vacías: el papel fundamental de la policía es defender el orden burgués con violencia, potencial o abierta, y está al servicio de la violencia de las relaciones sociales capitalistas explotadoras.

La lucha contra la violencia policial es inseparable de la lucha contra el capitalismo. El poderoso estallido de la revuelta juvenil en los barrios proletarios es una rotunda desautorización de las políticas legalistas y pacifistas de las organizaciones sindicales y de las políticas reformistas que propugnan la colaboración interclasista. Estas políticas causantes de todas las derrotas obreras son las responsables de la impotencia del proletariado frente a la burguesía y su Estado. Pero para ser algo más que un brillante destello en la sartén, un arrebato momentáneo de ira, la revuelta tendrá que encontrar el camino de la lucha revolucionaria organizada, de la lucha de clases contra todo este sistema de miseria, opresión y represión que sólo puede vengar a todas las víctimas.
Esto no puede hacerse de la noche a la mañana; sin contar la represión, habrá muchos obstáculos que superar, recuperaciones que evitar, falsos amigos "izquierdistas" o "democráticos" que eliminar; pero, al desgarrar la asfixiante paz social al menos temporalmente, el actual levantamiento espontáneo contribuye objetivamente a acercar esta perspectiva.
 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)
30/06/23
www.pcint.org



____________________

Véase, por ejemplo: https://www.leparisien.fr/video/video-je-suis-content-que-les-jeunes-se-revoltent-a-nanterre-des-habitants-tres-en-colere-apres-la-morte-de-nahel-28-06-2023-OHMOZ7V7GFHSJONRQYYFZMOZCI.php

 



Publicamos el comunicado del S, Serge, el compañero herido en la manifestación contra el megaembalse en Sainte-Soline, traducido por BARBARIA. 
Recordamos que al principio de su convalecencia, la prensa burguesa hizo conocer que Serge había sido clasificado como clase S (potencial terrorista) por los servicios de inteligencia franceses

 




Hola a todo el mundo:

Me llamo Serge y fui gravemente herido, como muchos otros, en la manifestación contra el megaembalse de Sainte Soline el 25 de marzo de 2023. Fui alcanzado en la cabeza por una granada, probablemente disparada contra mí por un gendarme equipado con un lanzagranadas Cougar. Sufrí una grave herida en la cabeza que me puso en una situación de urgencia absoluta, situación agravada por el hecho de que se bloqueó el acceso de los servicios de emergencia para atenderme durante la manifestación. Tras un mes en coma inducido y seis semanas en cuidados intensivos, me trasladaron a una unidad de neurocirugía y luego a un centro de rehabilitación. En estos momentos, noto enormes progresos en mi capacidad para moverme, comer y, simplemente, hablar y pensar. Va a ser un camino muy largo, pero estoy decidido a darlo todo, a luchar por recuperar lo que tenía, tanto física como mentalmente. Evidentemente lo hago por mí, pero también porque creo que negarse a ceder, negarse a dejarse aplastar por la maquinaria represiva, es una necesidad política en un momento en que los gobiernos apuestan por el terror y por nuestra pasividad.

En primer lugar, quiero dar las gracias a todas las personas que, en aquel campo de minas me llevaron a cuestas, me cogieron de la mano, me protegieron, me prestaron primeros auxilios (ralentización de la hemorragia, masaje cardíaco, intubación, etc.) y, sencillamente, me mantuvieron con vida. También quiero dar las gracias al personal sanitario que, en todo momento, se ha ocupado de mí y siguen ayudándome a recuperar mi cuerpo y mi mente. No puedo sino haceros saber de la alegría loca que sentí cuando salí del coma y vi la solidaridad masiva que se había expresado: asambleas, textos, grafitis, donaciones, música, acciones y diversos mensajes de compañeras y compañeros de todo el mundo. El eco de vuestras voces y el rugido de las calles nos ayudaron a mi familia y a mí a seguir adelante. Por todo ello, quiero daros las gracias a todas y todos. Habéis sido increíbles.

Todo esto nos recuerda que es vital que ninguna paliza, ningún encarcelamiento, ninguna mutilación, ningún asesinato pase desapercibido para las fuerzas del orden social capitalista. Mutilan y asesinan tan a menudo que no se puede decir que tenga nada de accidental, hace parte de su función. Demasiadas historias en todo el mundo nos recuerdan que no hay expresión más verdadera que “ACAB”. Todos los policías son unos verdaderos cabrones. Son y seguirán siendo los lacayos de la burguesía. Protegen sus intereses y garantizan, por ahora, su continuidad.

La única perspectiva para la clase capitalista es el deterioro de nuestras condiciones de vida a escala masiva, y todo el proletariado, aquí y en todas partes, lo está experimentando actualmente con amargura. Frente a las luchas que libramos para frustrar este funesto destino, han optado claramente por aumentar drásticamente la represión, tanto mediante nuevas leyes represivas como dando carta blanca a las fuerzas del orden, como en Sainte Soline. Debemos tomar nota de ello y promover colectivamente la idea de que está fuera de lugar participar en una lucha sin una protección eficaz y sin capacidad de resistencia. No somos mártires.

Pero nuestra fuerza tiene poco que ver con el campo de batalla. Nuestra fuerza reside en nuestro número, nuestro lugar en la sociedad y el mundo mejor al que aspiramos. Frente a algunas organizaciones de dirigentes y burócratas que querrían llevarnos de vuelta a casa una vez que se hayan ganado su poltrona a costa nuestra, necesitamos mil formas de organizarnos desde la base por y para la solidaridad concreta, para las y los compañeros del movimiento pero también, y quizás sobre todo, para todas aquellas y aquellos que se unirán a los movimientos revolucionarios del futuro.

 

¡Fuerza a las y los compañeros actualmente en la mira de los Estados!

¡Viva la Revolución!

Nos vemos en las luchas.

El S

16 de junio de 2023

 

Francia

¡No al toque de queda! ¡No a la vuelta al "estado de emergencia sanitaria"!


 

El 14 de octubre, el gobierno anunció, por boca de Macron, que había decidido someter a casi 20 millones de habitantes de las ciudades más grandes del país a un toque de queda de 9 p.m. a 6 a.m. durante varias semanas, prohibir las reuniones familiares de varias personas, etc., y restablecer el "estado de emergencia sanitaria" que se había levantado parcialmente hace unos meses. Macron dijo que confiaba en la "responsabilidad" de la población, pero en realidad, estas medidas no son más que controles policiales y medidas represivas que tendrán la tarea de asegurar que los habitantes de París, Grenoble, Lyon, Lille, Marsella, Montpellier, Rouen, Saint Etienne y Toulouse respeten el toque de queda que el Estado les impone. Para ello, se movilizarán 12.000 policías y en caso de incumplimiento reiterado del toque de queda, se impondrá una multa de 3.750 euros y una pena de 6 meses de prisión.

Macron justificó la introducción del toque de queda diciendo que "Nuestro personal médico y paramédico está muy cansado (...). No tenemos más camas libres".

Pero en los últimos meses, cuando se liberaron miles de millones de euros para acudir en ayuda de los capitalistas, el hospital y las instalaciones sanitarias en general, socavados por años y años de "reestructuración" para reducir costes, lo que dio lugar a importantes reducciones en el número de camas, fueron sólo el pariente pobre del plan de recuperación; las miles de camas adicionales anunciadas en mayo no se han visto todavía y no se ha producido el reclutamiento necesario. Es el propio gobierno, obediente a las leyes del capital, el responsable de la "fatiga" (en realidad, de la explotación) del personal a todos los niveles y de la insuficiencia de los medios disponibles para hacer frente a la crisis de la epidemia. Para el capitalismo, los gastos de salud representan una carga intolerable cuando se trata de personas que no pueden ser explotadas en el trabajo (enfermos, ancianos, etc.), y un costo que debe reducirse lo máximo posible para los demás; por esta razón hemos sido testigos de la misma situación en todos los países: las mismas masacres en las residencias de ancianos, las mismas carencias trágicas en los hospitales. ¡La salud del proletariado es incompatible con la salud del capitalismo!

La decisión del Gobierno se presentó como necesaria para detener la reanudación de la epidemia, lo que se observa no sólo por el aumento del número de personas que dan positivo al virus (muchas de las cuales son asintomáticas), sino también por el aumento del número de personas admitidas en los hospitales y el número de muertes. Será necesario evitar el contagio en el ámbito "privado" y familiar, ya que éste sería uno de los lugares más expuestos al contagio.

Sin embargo, esto no es lo que indican las propias estadísticas oficiales; según los últimos datos publicados por "Santé publique France" (1), el mayor número de "clusters" (brotes epidémicos) identificados se encuentra en los lugares de trabajo (21%); luego en las escuelas (principalmente universidades) (18,6%), en las residencias de ancianos (15,6%), en los centros de atención de salud (13,4%), durante "eventos públicos o privados que reúnen a gente" (8%); las reuniones de la familia extendida representarían sólo el 4,7% de los grupos. ¡Si va a haber un toque de queda, debería afectar primero a las empresas y a las escuelas! Pero como el daño causado por la crisis a la actividad económica debe ser minimizado, la salud de los trabajadores y sus familias se sacrifica a la salud de las empresas de los sectores más importantes para el capitalismo.



LA DEMOCRACIA SE QUITA LA MÁSCARA ESTABLECIENDO UN ESTADO DE EMERGENCIA PERMANENTE...

Este toque de queda, de dudosa eficacia sanitaria, sólo podría ser un primer paso, según declaraciones oficiales, ya que Macron dijo que la situación actual podría durar "al menos hasta el verano de 2021". Sobre todo, va acompañado de un retorno al "estado de emergencia", que permite al ejecutivo tomar todas las medidas que considere necesarias para limitar las libertades individuales (prohibición de manifestaciones, orden de confinamiento doméstico, etc.), para regular los desplazamientos, ordenar requisas, etc., y para gobernar mediante decretos. Este estado de emergencia, por lo tanto, de "asistencia sanitaria" sólo tiene el nombre; al otorgar plenos poderes al gobierno, entre otras cosas para contrarrestar las luchas o para permitir que los empresarios se preocupen por el código laboral, muestra su naturaleza esencialmente antiproletaria. La crisis económica, de la que sólo se sienten los primeros efectos desastrosos para el proletariado, provocará inevitablemente reacciones de cólera y de lucha y no son las escasas migajas añadidas por el Presidente del Consejo (ayuda excepcional de 150 euros para los jóvenes) las que cambiarán nada. El gobierno es plenamente consciente de ello; de hecho, en el último período, ha tenido que hacer frente a movimientos sociales de gran envergadura, y ahora está viendo las primeras reacciones sociales y diversas manifestaciones. Se está preparando para reforzar el control social una vez más con estos primeros toques de queda y para restaurar el estado de emergencia. Los demócratas están indignados de que este "estado de emergencia permanente" "socave o incluso ponga en peligro la democracia y altere el estado de derecho" (2). Pero la democracia no corre ningún peligro: se quita la máscara mostrándose como lo que realmente es: al servicio exclusivo del orden capitalista. En cuanto al "estado de derecho", sirve fundamentalmente al derecho de los capitalistas de llevar sus asuntos sin obstáculos. ¡Son las ilusiones sobre la democracia - y los demócratas - las que se sacuden con esta manifestación!



¡NO A LA UNIÓN NACIONAL!

Los proletarios no pueden quejarse de la llamada violación de la democracia en la que el enemigo aparece cara a cara, sino que deben verla como una señal de los enfrentamientos que se avecinan.

Deben oponerse a los sacrificios que se les exigen con el pretexto de la crisis sanitaria; deben negar toda confianza en el gobierno y el estado burgués para defenderlos, contra la epidemia o cualquier otra amenaza. Los llamamientos a la "unión nacional" lanzados por la burguesía, tanto contra el virus como contra el terrorismo islamista, tienen siempre como objetivo paralizarlos y hacerles renunciar a la lucha por la defensa de sus condiciones de vida, de salud y de trabajo. Es por eso que estas apelaciones deben ser rechazadas sin vacilación.

Pero los proletarios también deben prestar atención a las grandes organizaciones sindicales que, unidas, enviaron una carta al Primer Ministro el 14 de octubre pidiendo la apertura de un diálogo social: nada bueno puede salir del diálogo social para los proletarios porque estas organizaciones son partidarias incorregibles de la colaboración de clase y cualquier diálogo que busquen va en esta dirección. Los hechos han demostrado innumerables veces que estas organizaciones están siempre dispuestas a traicionar los intereses de los trabajadores para mantener el orden burgués y la vitalidad del capitalismo.

Sólo una lucha de clase abierta, que rompa con los métodos y objetivos de la colaboración de clase, independiente de toda influencia burguesa y del respeto a los intereses capitalistas locales o nacionales, puede permitir al proletariado defenderse, saliendo de la parálisis en la que se ha visto inmerso por la acción combinada de la burguesía y de todos sus servidores.

Los ataques de los amos y su estado se intensificarán inevitablemente en el próximo período; la respuesta necesaria sólo será efectiva si toma este camino.


Partido Comunista Internacional (El Proletario)

18 de octubre de 2020

www.pcint.org


NOTAS:

(1) https://www.santepubliquefrance.fr/dossiers/coronavirus-covid-19 (Publicación del 17/10)

2) Comunicado de prensa de la "Ligue des droits de l'homme", 16/10/2020

 





[recibimos y publicamos]

 

 

Francia – Algunas reflexiones sobre los ataques a antenas

Este texto va dirigido a personas que apoyan o practican el ataque. Pretende ser una reflexión más global acerca de la selección de objetivos. No pretende aportar ideas nuevas o soluciones geniales, sino que intenta hacer un pequeño punto e incluso se atreve a mirar más lejos.

 

 

Pequeños agujeros

Ver un aumento en la práctica de quemar antenas o fibra óptica (y el ataque en general, por cierto) me hace profundamente feliz. Ahora que la proliferación parece haber retrocedido un poco, creo que podría ser interesante para nosotros empezar a pensar más en frío. Los ataques a las antenas de retransmisión no son nuevos, los hemos visto regularmente durante muchos años. Si en estos últimos años hemos visto cómo se intensificaba el ritmo (al menos en Francia), la explosión de los últimos meses ha sido realmente impresionante. ¿En cuanto a lo que queda de él? Experiencias individuales, sin duda. Nuevas complicidades creadas, me imagino. Pero sobre todo nuevas posibilidades, espero. Porque estos agujeros en la red de la red son tan irregulares y dispersos (salvo algunas excepciones de ataques coordinados en París o Grenoble, pero vuelvo a eso más tarde) que se reparan en unas pocas horas, o unos pocos días en el mejor de los casos. Porque el punto débil de estas famosas antenas es también su punto fuerte. Son vulnerables, incluso para grupos muy pequeños con un equipo promedio, pero también son muy fáciles de reemplazar. Si el efecto es inmediato (el teléfono funciona o no funciona), en la gran mayoría de los casos la red está tan bien engranada que otra antena toma el control directamente (de ahí su nombre) y no se ve la diferencia a nivel del servicio. A pesar de todo el empeño, ¿qué representan 50 antenas frente a las 30.000 repartidas a lo largo del territorio? ¿Derrotista?. No lo creo.

 

Otra mirada

Podemos enfocar las cosas de otra manera. El hecho de que todo el territorio (y la gran mayoría del mundo para el caso) esté cubierto no significa que no haya nada más que hacer, sino que podemos atacar en todas partes. Ya sea en un área donde pasas tiempo aprendiendo a interactuar y a moverte discretamente, o más lejos para cubrir tu rastro pensando en diferentes maneras de desplazarte distancias mayores de forma anónima.
De la misma manera podemos mirar a nuestro movimiento (pongo, de manera simplificada, a todxs aquellxs que el deseo de libertad les empuja al ataque sin mediaciones) y a su mayor debilidad (en mi opinión): la falta total de organización a escala media/grande. Veámoslo de otra manera. No tener un grupo centralizado de toma de decisiones, no tener un líder, estar disperso, incluso estar en desacuerdo en varios puntos es quizás nuestra mejor arma contra la represión. Es mucho más difícil para nuestros enemigos entender quién quiere qué, quién dice qué, y sobre todo quién hace qué! (Yo mismo a menudo me pierdo en él). En caso de arresto, tampoco podré entregar a gente que nunca he visto.
Así que mantengamos nuestra sana desconfianza en todo lo que pueda parecerse a la autoridad, pero no dejemos de pensar en cómo podríamos organizarnos de forma más amplia: llamamientos a campañas de ataque, compartir conocimientos y prácticas sobre el papel, textos de debates entre nosotros, algunas reuniones informales con mucha reflexión sobre la seguridad, pequeños grupos de reflexión en lugar de grandes AG, favorecer la reunión de un contacto que represente a otras personas en lugar de encuentros con muchxs, …
Volviendo a sus antenas, si la idea de que el ataque se reproduzca y se comparta cuando es simple y comprensible sigue siendo para mí un dulce sueño (o una ideología en algunos casos (1)), estos objetivos siguen siendo muy interesantes para nosotrxs, porque más accesibles en términos de material (aislados, con poca o ninguna protección) y por lo tanto más fáciles para lanzarse, y trabajar con otrxs compañerxs, aprendiendo a reconocer territorios, compartiendo prácticas y rompiendo el mito de que atacar sigue siendo un asunto de especialistas sobre-entrenados y sobre-equipados. Así que necesitamos estos objetivos. Pero para ir más allá de ellos.

 

Ir mas allá

Y precisamente las posibilidades: Ya sea en París durante el confinamiento (2) o en Grenoble algunas decenas de días después (3) el paso me parece cruzado al pasar de un objetivo de poco valor estratégico (porque es fácilmente reemplazable) a objetivos múltiples que una vez coordinados aumentan mucho la eficacia del ataque. Ya sea que se trate de las 100.000 personas privadas de Internet y teléfono en París, o en Grenoble, donde nos enteramos de que una antena más habría cortado toda la red de la metrópoli (4). No es que la receta sea nueva, pero me parece muy emocionante que nos permitamos pensar en ello, hacerlo, coordinar, golpear simultáneamente y desaparecer. Es el paso adelante de lo que se puede amalgamar con alguna práctica de conflicto de baja intensidad y lo que podría convertirse en un conflicto más abierto. Dado el giro que están tomando las cosas con, por un lado, un sistema totalmente tecnológico sobrecontrolado y, por otro lado, la destrucción cada vez más virulenta de lo nos atrevimos a llamar naturaleza sólo recientemente, creo sinceramente que se nos está acabando el tiempo. Ya no hay tiempo para esperar que un enésimo movimiento social se vuelva incontrolable si se rompen suficientes escaparates; o para esperar que a fuerza de pequeños ejemplos de sabotaje difuso, una masa cada vez más servil se transforme en una masa furiosa. El hecho de no tener más tiempo no significa para mí precipitarme detrás de cada emergencia (climática o social), ni seguir el flujo cada vez más rápido de la red, estar “presente” para hacer “contra-información”. No. Significa planificar operaciones que tengan sentido, atreverse a pensar en términos de estrategia. Con nuestras temporalidades y no las del poder. Especialmente desde que el sistema ha pasado por una “crisis”. Y me parece obvio, sin hacer de profeta, que habrá otras, de las que tenemos todo el interés en sacar provecho. Y tal vez ya podemos sacar algunas preguntas/conclusiones de lo que ha sucedido.
Saber dónde ir durante el confinamiento, con quién. Recordando quién abrió su puerta y quién la dejó cerrada. Si hubieras acumulado material ofensivo antes de que las tiendas cerraran. Si te hubieras olvidado de cosas. Si tuvieras una forma de desplazarte para evitar los controles. Qué bien sabes funcionar y organizarte sin el teléfono, sin internet si la red se cae (momentáneamente o un poco más,… ).

 

Elegir los objetivos

Ya sea fibra o redes de telecomunicaciones, hay nodos que podríamos estudiar. También creo que es importante recordar que cualquier infraestructura esencial para el sistema tecno-industrial se alimenta actualmente de la producción de electricidad. Si un objetivo parece demasiado complejo, ¿por qué no atacarlo río arriba, donde hay menos vigilancia? Unos pocos transformadores eléctricos inoperativos pueden sumir a una gran ciudad en la oscuridad total de la desconexión (con todo lo que esto implica, en un momento en que todas las infraestructuras y la inmensa mayoría de las interacciones se piensan en términos de sistemas y flujos interconectados).
¿Y si estuviera lo suficientemente preparado para ir aún más lejos? Si tuviera la información de que en un momento dado, el lugar donde me encuentre iba a estar en la oscuridad, sin sistema de vigilancia, sin red, ¿qué podría hacer al respecto? ¿Qué preparación requeriría eso? Seamos honestos: somos muy pocos. Tal vez deberíamos concentrarnos más en las partes críticas de este sistema si queremos darle algunos golpes realmente dañinos.
No es mi propósito aquí decir que sólo debemos apuntar a los centros nerviosos de poder y que cualquier otro ataque no vale la pena. Al contrario. Cualquier ataque es bueno en sí mismo. Pero necesitamos saber exactamente lo que esperamos de él. Lo que traen, lo que no traen. Cuáles son sus efectos y limitaciones. Lo que producen y las posibilidades que abren
Esto me parece realmente necesario hoy. Si queremos volver a ser peligrosxs, si queremos volver a ser salvajes.


Notas (francés):
(1) brochure critique dérives méthode insurrectionnelle
(2) attaque coordonnée paris
(3) communiqué attaque coordonnée Grenoble
(4) antenne, je ne boirai plus de ton eau (article journal papier grenoblois)
(5) sur les effets d’une panne de courant

NOTAS CASTELLANO
(1) El fanzine consta de 3 textos publicados en Fenrir, posteriormente traducidos al francés. En castellano, en los números 7, 8 y 9 respectivamente:
 « En lucha permanente contra la sociedad y los fantasmas de la política. Una crítica anarquista de algunas derivas del método insurreccionalista » Fenrir
« Sobre anonimato, reivindicación y reproducibilidad de las acciones ». Fenrir
« El autismo de los insurrectos ». Alfredo Cóspito
(3) Comunicado ataque coordinado Grenoble

[Entrada actualizada, con nuevos textos y enlaces, 5/12/2018]


A propósito del Movimiento de los «Chalecos Amarillos» que sacude a Francia actualmente:
El interclasismo es contrario a los intereses de los proletarios



Los llamados a manifestaciones y «bloqueos» del 17 de noviembre contra la alza del precio de los carburantes y las futuras tasas al diesel, han impactado fuerte y rápidamente en la población francesa obligada a utilizar su vehículo para la actividad cotidiana. Esto se transformó en una jornada exitosa (según cifras oficiales que evidentemente minimizaron sus dimensiones, hubo 300 mil manifestantes en más de 1500 manifestaciones); a pesar de diferencias importantes de participación, según las regiones, tuvo una amplitud nacional. El movimiento continuó los días siguientes, disminuyendo el grado de participación en los bloqueos y manifestaciones, salvo en la isla de La Reunión donde estallaron revueltas; ahora se ha extendido a Bélgica, en las instalaciones de Total (gigante petrolera francesa,) en Feluy, donde ocurrieron enfrentamientos con la policía.

El éxito del movimiento fue facilitado sin duda alguna por una cobertura mediática benevolente (a diferencia de lo que pasa cuando se trata de movimientos obreros); estimulada también por el hecho de que este se presenta como surgido de la base, de toda «persona normal» que expresa su descontento, como dice François Ruffin, diputado por el partido la Francia Insumisa (tolda dirigida por el impetuoso diputado Melenchon, NdR), fuera de partidos y sindicatos.

Esta movilización suscitó y suscita un eco innegable entre los proletarios, algunos de ellos participaron en las acciones, encontrando allí la ocasión para manifestar su rabia de una forma inmediatamente demostrativa y eficaz, nada que ver con las prudentes manifestaciones y movimientos dirigidos y controlados de cabo a rabo por los sindicatos – y que siempre desembocan en la derrota.

Pero no es por azar si el movimiento de los Chalecos Amarillos ha sido apoyado por los partidos de extrema-derecha que participan activamente : el partido «Ressemblement National» (ex FN) de Marine Le Pen y «Debout la France» de Dupont-Aignan, aunque al final la presencia de estos partidos en el terreno ha sido residual. Un movimiento que parte de una reivindicación que «concierne a todo el mundo», que asegura ser la expresión del «pueblo», no solo fuera de partidos y sindicatos, sino también por encima de las clases. Es por esto que no es raro ver el pabellón nacional flotar en las trancas de carretera, escuchar La Marseillaise cantada por los manifestantes, o de ver a estos últimos invitar a la policía a unirse al cortejo. (1).

Un movimiento semejante de contestación interclasista, en un comienzo organizado por pequeños patronos, no suscita la hostilidad de los medias y atrae inevitablemente a las fuerzas de la derecha extrema; aunque manifieste una oposición virulenta a la política gubernamental y a las grandes empresas capitalistas (trusts petroleros, etc.), no puede tener sino una orientación burguesa. Los proletarios que participan en él lo hacen solo a título personal; no estando organizados sobre una base independiente, no pueden defender sus específicos intereses de explotados – es decir contra la explotación capitalista; se encuentran ahogados en una lucha común con pequeños patronos, comerciantes, artesanos, liberales, etc. que, ellos si, defienden ferozmente al capitalismo!

Como se podía esperar, las organizaciones sindicales colaboracionistas reaccionaron frente al movimiento como celosos defensores del orden establecido. Estas han condenado a los Chalecos Amarillos, no en nombre de la independencia de clase (!), sino porque no respetan los buenos modales de la colaboración de clases, porque son «totalitarios» (Laurent Berger, CFDT – Confederacion Federal del Trabajo). Ante el descontento de los trabajadores, las centrales sindicales no proponen otra cosa que la «apertura de negociaciones sobre los salarios» (comunicado de la Confederacion General del Trabajo – CGT), en pocas palabras, la continuación de la política de colaboración de clases, la cual se traduce en los hechos por la fragmentación de las luchas y las movilizaciones: huelga de las refinerías el 22/11, de enfermeras el 23/11, marcha de parados el primero de diciembre, etc.

Pero el éxito de Chalecos Amarillos condujo a los partidos de izquierda y de «extrema izquierda» a unirse más o menos abierta y francamente a este movimiento, a fin de no dejar a la derecha ocupar un terreno donde tal vez haya algunos electores que ganar (para sus próximas campañas): , el 17/11, el PS (Partido Socialista) afirmaba que estaba «al lado de los franceses»; igual que el PCF (Partido Comunista de Francia), sin hablar de la Francia Insumisa. La «extrema-izquierda» oportunista no se quedó atrás. Por ejemplo, el NPA (Nuevo Partido Anti-capitalista) se une a los Chalecos in-extremis, luego de haberlos condenado, con el mismo pretexto de la CGT y Sud (sindicato de izquierda colaboracionista). Lutte Ouvrière (Lucha Obrera, perteneciente a una de las tantas tendencias trotskistas internacionales existentes hoy en día en el mundo, NdR) había llamado igualmente en un editorial de su semanario del 15/11, a no dejar al movimiento en brazos de la extrema derecha: nada de inhabitual para un partido siempre preocupado por la «gente ordinaria»... Todos echan a un lado cuidadosamente el punto central para la defensa de los intereses proletarios: la independencia de clase.


Para bloquear el capitalismo: ¡lucha independiente de clase!

Una lucha interclasista, en la que los proletarios son sometidos inevitablemente a los intereses de otras clases, puede tener mucho éxito; puede muy bien lograr establecer bloqueos puntuales, pero no podrá nunca bloquear al capitalismo. Solo la lucha independiente de clase, la lucha por los intereses de clase de los proletarios puede lograrlo; en efecto son solo los proletarios los que tienen la fuerza potencial para derrotar al capitalismo, ya que este no vive sino de su explotación. Luchar contra esta explotación es luchar contra el capitalismo, poner fin a esta explotación, es poner fin al capitalismo!

Iniciar la lucha sobre esta base, incluyendo los combates parciales y limitados, los proletarios tienen la capacidad para hacer retroceder a los capitalistas y su Estado. Pero esto exige el no dejarse arrastrar a reuniones interclasistas donde se diluye su fuerza de clase. Es necesario organizarse sobre bases clasistas para las luchas de resistencia cotidiana contra los ataques patronales, luchas no solamente contra los abusos fiscales, sino específicamente por la defensa de su salario y condiciones de vida y labor; es preciso también organizarse en el plano político por una lucha generalizada, anti-capitalista y revolucionaria. Enfrentados a los pequeño-burgueses que se ufanan de rechazar toda organización de partido o sindicato, los proletarios deben recordar que, como decía el Manifiesto Comunista, la lucha implica la organización en clase, por tanto, en partido.

Entonces cuando esta organización eche sus raíces, será posible arrastrar a las capas pequeño-burguesas, o a una parte de estas, al combate contra el capitalismo, en lugar de ser arrastrado a su remolque hacia una salida que no puede ser otra que anti-proletaria (2).
 El grado de amplitud del movimiento de los Chalecos Amarillos es revelador de tensiones sociales que surgen, anunciando al mismo tiempo las futuras tempestades sociales. En el periodo que se aproxima los proletarios serán empujados a bajar a la calle para reaccionar a los golpes repetidos del capitalismo: tendrán que hacerlo sobre sus propias bases y por cuenta propia, para no ser una vez más derrotados.


¡Por la lucha y la organización independientes de clase!

¡Por la reconstitución del partido de clase internacionalista e internacional!

¡Por la reanudación de la lucha revolucionaria anti-capitalista!



Partido Comunista Internacional, 22/11/2018



(1) En los videos difundidos a través de la red (Cf.: https://www.youtube.com/watch?v=1Y_dx6RO2HM - a partir de 2:30) se observa, por ejemplo, a los gendarmes en plena faena junto a los CA, ponerle las esposas a un automovilista desobediente que tenía una emergencia familiar, etc..
(2) Ver la colaboración de Chalecos Amarillos con la policía para arrestar a emigrantes luego de un corte de ruta en la Somme, el 19/11.




Otros textos e informaciones:

 [Crimethinc] El movimiento de los chalecos amarillos en Francia. Entre el neoliberalismo ecológico y el movimiento apolítico: http://alasbarricadas.org/noticias/node/41042
https://es.crimethinc.com/2018/11/27/the-yellow-vest-movement-in-france-between-ecological-neoliberalism-and-apolitical-movements
  
Crónica anarquista de la movilización de Chalecos Amarillos del 1 de diciembre en París: http://alasbarricadas.org/noticias/node/41043
  
Libertario belga reflexiona sobre su experiencia en el movimiento de los Chalecos Amarillos: http://alasbarricadas.org/noticias/node/41012

[Todo por hacer] Chalecos amarillos contra el presidente de los ricos: https://www.todoporhacer.org/chalecos-amarillos/



Una obviedad: La MASA NO es la CLASE... 

 

Renault pide trabajar el fin de semana y congelar la antigüedad para aplicar su tercer plan industrial



La Dirección de Renault ha presentado este pasado 3 de febrero, un conjunto de medidas que pretende implementar para optar al 3º Plan Industrial. Para la compañía dichas medidas son “necesarias para mejorar la competitividad y flexibilidad de las plantas españolas”. Entre otras, la empresa propone aumentar las jornadas laborales, reducir costes, ampliar la flexibilidad y ligar parte de la retribución a objetivos. La duración del plan sería de cuatro años (2017-2020).

Los sindicatos califican de «provocación, agresión y deslealtad» la propuesta de acuerdo social que la empresa vincula a las nuevas adjudicaciones de cargas de trabajo que incluyen una bajada del 10% de varios pluses e introducir el uso de empresas de trabajo temporal (ETT) para puestos ligados a la fabricación




UN CHANTAJE EN TODA REGLA

Ya el pasado 26 de enero, la Dirección de Renault planteó a la representación sindical la posibilidad de trabajar conjuntamente para lograr la asignación de un 3er Plan Industrial a las factorías españolas.

Por fin, el 3 de febrero la compañía ha dado a conocer las medidas que considera necesarias para mejorar la competitividad y flexibilidad de las plantas españolas y para las que propone una vigencia de cuatro años (2017-2020). Renault se ha reunido con los sindicatos para detallarles las propuestas. La empresa ha repasado las medidas que entiende que mejorarían la competitividad y la flexibilidad en Renault España, que consistirían en una vigencia del acuerdo de cuatro años con 220 jornadas anuales consolidadas, así como consolidar los días de antigüedad de la plantilla sin generar nuevos derechos.

Entre las “propuestas” destaca la de la creación de un turno de fines de semana y festivos sin incremento de coste, aumentar la jornada anual de 216 a 220 jornadas al año, reducir un 10 por ciento los pluses de nocturnidad, turnicidad y festivos, un 20 por ciento el de aprovechamiento de las instalaciones...

El contexto en el que se producen estas “propuestas” (¿mejor... exigencias?) se puede entender mejor teniendo en cuenta otros hechos:

    uno del pasado inmediato, los importantes beneficios de Renault permiten su expansión y esta se debe fundamentar en la “competitividad interna entre factorías del grupo”. Claro que de Francia al Estado española va un trecho. Sin ir más lejos, hace pocos días inauguraba Renault una planta en China;

    otro del futuro próximo: el convenio actualmente en vigor se acaba en breve: la Negociación del convenio empieza, pues, CON UN CHANTAJE EN TODA REGLA, o si lo entendemos como un mus ('la vida es un mus'): como un ÓRDAGO a grande, chica y pares....




LAS MEDIDAS DE RENAULT. ¿Plan industrial o sobreexplotación obrera?
Las medidas planteadas por la Dirección se dividen en cinco bloques.


En el primer bloque se aborda la jornada laboral y se pide aumentar la jornada anual de trabajo hasta 220 días, así como consolidar los días de antigüedad sin que se generen nuevos derechos. La dirección de Renault propone también prolongar o acortar la jornada en una hora diaria a cargo de la Bolsa de Horas.


En el segundo bloque, que se centra en las categorías profesionales, se pide pasar de Especialista C a Oficial de 3ª por méritos y no de manera automática como hasta ahora, es decir, sería meritocrático. Ya sabemos cuantos y quienes los van a recibir.


En el tercer bloque se persigue lograr una mayor flexibilidad y para ello se proponen, entre otras, diferentes medidas como trabajar los sábados por la tarde o (sub)contratar a (más) empresas de trabajo temporal para puestos temporales de fabricación (y no solo de repuestos, limpieza y las otras funciones que ya hacen todas esas subcontratas de Renault.


El cuarto bloque de medidas se centra en los turnos de trabajo. Entre las medidas que se plantean destacan la creación de un turno especial de fin de semana y festivos sin paga extra (o “sin encarecimiento de costes” como ellos dicen) y el que turnos especiales, que hasta ahora tenían un carácter voluntario, pasen a ser turnos obligatorios (o “normales” que dicen ellos) de producción.

Renault exige la creación del turno de fin de semana y festivos sin encarecimiento de costes y además, igualar el plus de modificación de la demanda a partir del sexto sábado. Igualmente propone trabajo en sábados tarde y domingos mañana por bolsa de horas y que los denominados turnos antiestrés, el cuarto turno y el quinto, es decir, en fin de semana, sean obligatorios.


El quinto bloque es para el Salario:
Para finalizar, el último bloque de medidas recoge una serie de acciones con las que se pretende vincular la remuneración variable del empleado a su contribución a los objetivos.

La empresa propone también una reducción del 10% de los pluses de nocturnidad, turnicidad y día festivo, una reducción del 20% del Plus de Aprovechamiento de Instalaciones y también pasar el 10% de la prima de producción a la Prima ligada a los resultados de la fábrica (Paga por Objetivos) junto con el paso de la paga de marzo o septiembre a la Prima ligada a los resultados de la fábrica (Paga por Objetivos) y también ligar la Paga por objetivos a la presencia individual. Además, pretende vincular una de las pagas extra (marzo o septiembre) a objetivos.

Si esto no es un chantaje...



 

SINDICA ¿QUÉ?


En un primer momento, , antes de conocer las medidas que planteaba Renault, UGT, CCOO y CCP (mayoría en el comité de empresa) se manifestaron a favor de abrir la negociación de dicho plan. Por su parte, CGT y TU, ya en ese momento, se mostraron en desacuerdo y certeramente recordaron la firma del convenio próximo.


Después, la primera reunión entre los sindicatos que representan a la plantilla y la dirección de la multinacional Renault ha acabado con un portazo de los representantes sindicales tras recoger la propuesta de la compañía que han calificado como «una provocación, una agresión y una deslealtad» por parte de la firma del rombo hacia sus empleados. Para la representación sindical, la iniciativa de Renault es «una carta a los Reyes Magos» que incluye algunas sugerencias inaceptables y han recordado que, a diferencia de lo que ocurría cuando se negoció el primer plan industrial y su pacto social, en 2009, o cuando se negoció el segundo y los acuerdos sociales paralelos, en 2012, «hoy en Renault, no hay crisis».


"Creemos que este despliegue de peticiones de la empresa solo se puede definir como una provocación, una agresión y una deslealtad con los trabajadores de Renault-España. Un mal pago a nuestro trabajo diario, a nuestro compromiso y nuestro saber hacer", señala el sindicato UGT en un comunicado.



¿DESLEALTAD?

En estos próximos meses, todo se aclarará. Como siempre. Después de las palabras, los actos y antes de las palabras, los actos también. LA ÚNICA LEALTAD que contemplamos pasa en este y en todos los casos POR LA LEALTAD A LOS INTERESES DE LA CLASE TRABAJADORA en conjunto, y a los y las trabajadores de Renault, empezando por lxs que peor se encuentran en cada caso. La deslealtad de la que habla UGT tiene más que ver con su VENTA a la empresa, con la firma de planes industriales en los que nos han hundido, no solo a los “faseros”, sino a todo el movimiento obrero de Valladolid que creía en ellos. ¿Deslealtad de quién, UGT, de quién?



CONTRA LAS EXIGENCIAS DE LA EMPRESA,

LA LUCHA OBRERA UNITARIA, la agitación puesto a puesto, factoría a factoría,

LA ASAMBLEA Y LA HUELGA. La verdadera lealtad: la solidaridad obrera.







Paris : Enfrentamientos en la Plaza de la República . 289 detenciones (de las que 174 quedan en arresto provisional)

Huffington Post / dimanche 29 novembre 2015
repu 29 11 2015 3Los disturbios estallaron el domingo 29 de noviembre entre los manifestantes, algunos con caras tapadas, que lanzaron objetos y proyectiles, y las fuerzas del orden que respondieron con gases lagrimógenos [y granadas, de ruido y de fragmentación; NdAttaque] en la plaza de la República de París. 

Decenas de personas vestidas muchas de ellas de negro han arrojado botellas de vidrio y todo lo que encontraban en la plaza contra las CRS.
Los policías, que habían bloqueado los accesos a dicha plaza, han respondido con lanzamiento de gases lacrimógenos y granadas ensordecedoras. 

Los manifestantes, burlando la orden decretada desde la imposición del "estado de urgencia" después los atentados, se han reunido en medio de la plaza... en número cercano a 4000 o 5000 hasta que una parte de ellos se ha enfrentado al formidable despliegue policial que tomaba la plaza. Según Bernard Cazeneuve, los disturbios han conllevado la detención de 289 personas y la prisión prventiva para 174 de ellas […].


Información original:
https://attaque.noblogs.org/post/2015/11/30/paris-affrontements-a-republique-et-289-interpellations-dont-174-gav/

Información en castellano en los medios de desinformación de masas:
http://www.elobservador.com.uy/enfrentamientos-manifestantes-y-policia-paris-n699850
repu 29 11 2015 2


[recibimos y publicamos]

 

Atentados en París:

¡El capitalismo es responsable, 

Guerra de clase al capitalismo!

 

Instantes después de haber ocurrido los sangrientos atentados, el leit-motiv de los personeros del gobierno, así como el de otros políticos de los diversos partidos franceses, ha sido “estamos en guerra”.

Aun sin haber sufrido este golpe en carne propia y en el propio territorio, no es desde ayer que el imperialismo francés está en guerra,

Hace poco más de un año, el presidente Hollande anunciaba con bombos y platillos su decisión de participar, en el cuadro de la Otan, en el bombardeo a Iraq, hace varios meses decidía participar en los bombardeos a Siria, y hace varios días anunciaba el envío al Golfo Pérsico de un grupo aeronaval (con el respaldo de portaavione, submarino nuclear de ataque y navíos de guerra), a fin de intensificar su participación en la guerra en Iraq y Siria. Bajo el gobierno supuestamente "de izquierda", el imperialismo francés muestra un absceso de agresividad militar solo comparable a las que nos tuvo acostumbrado el socialista Miterrand durante sus dos mandatos.

Se trata siempre de una vieja y siniestra tradición imperialista francés. Bajo Sarkozy, los círculos imperialistas estuvieron detrás de la guerra en Libia, hoy hundida en un caos del cual no saldrá tan fácilmente. Desde el fin oficial de las colonias, son innumerables las intervenciones militares en África llevadas a cabo por Francia; basta recordar las responsabilidades francesas en el genocidio de los Tutsi en Rwanda, con un saldo macabro de cientos de miles de muertos, la mayor parte descuartizados. En cuanto a las guerras coloniales, las mismas causaron centenas y centenas de miles de víctimas.

El imperialismo francés es, qué duda cabe, uno de los más rapaces y sanguinarios representantes del imperialismo, sistema planetario en el cual domina un puñado de grandes centros capitalistas y de Estados a su servicio; pero, como sus hermanos en cofradía, también se encuentra en guerra contra sus propios proletarios, y no vacila en utilizar la violencia más brutal, con tal de mantener el orden burgués y las ganancias capitalistas.

Sin remontarse a las terribles masacres con que ha respondido el Estado francés a las revueltas obreras a lo largo del siglo XIX, recordemos la matanza de octubre de 1961 perpetrada por la policía gala contra cientos de trabajadores argelinos que manifestaban pacíficamente en París. Por otra parte, el gobierno viene de decretar el "estado de urgencia", una medida de excepción creada luego de la guerra de Argelia, ya utilizada en 2005, durante las revueltas juveniles de las periferias de las grandes ciudades francesas.

Luego de tomar la decisión de participar en los bombardeos en Iraq, el gobierno había llamado a la “union nacional” para sostener su participación en una guerra supuestamente para proteger a la población francesa así como la población iraquí contra los crímenes terroristas; estos llamados a la unión de todos los ciudadanos han sido reiterado desde entonces y hoy vuelven a repetirse.

En realidad se trata de llamados a los proletarios a solidarizarse con “su” imperialismo nacional, es decir, con los capitalistas que los explotan, que los oprimen, así como a las masas desheredadas de los países dominados, que saquean al planeta y que llevan a cabo guerras incesantes. La unión nacional sirve solo a la burguesía, los proletarios siempre han sido sus víctimas, vestidos de azul en sus puestos de trabajo, vestidos de caqui en el frente bélico.

Todas las llamadas medidas de seguridad, mes a mes, año por año, han sido continuamente reforzadas (plan vigipirate, movilización del ejército, espionaje masivo de las comunicaciones, etc.); jamás han servido para proteger a la población, tal como lo demuestran una vez más los recientes atentados; estas no sirven sino para proteger los intereses burgueses y defender al sistema capitalista, e intimidar a los “promotores de disturbios” potenciales y muy particularmente de los proletarios.

 El Estado burgués es cien veces más eficaz para frenar a los trabajadores que la toman con su patrón, que para impedir que se produzcan atentados contra los habitantes de París: demostración que las víctimas civiles no son nunca “daños colaterales” en las empresas imperialistas, bajo las bombas en Siria e Iraq, o en las calles y salas de conciertos de la capital.

Ello no impidió la cínica utilización de los cadáveres de las víctimas para alimentar la campaña de unión nacional y de apoyo al Estado y a sus fuerzas de represión, buscando también suscitar la adhesión a las campañas militares actuales o por venir. Encima de los mismos cadáveres todavía regados en el suelo, los políticos de derecha e izquierda multiplicaron sus declaraciones marciales. Esto no es sorprendente: como fieles partidarios del imperialismo, ya habían aprobado las recientes intervenciones en Libia, África y Medio Oriente, igualmente expresaban su unanimidad en el apoyo a las acciones del gobierno y en el llamado a la unión interclasista.

Los proletarios no deben dejarse engañar por estos representantes o sirvientes de la burguesía; no deben tener ninguna confianza en el gobierno y las instituciones del Estado burgués, los cuales están al servicio exclusivo de sus enemigos de clase. Los sangrientos ataque de París y Saint Denis son el corolario de las acciones criminales de estos últimos, lo que ha hecho reaccionar a los djihadistas que han respondido por medio de actos terroristas individuales al terrorismo a gran escala de los imperialistas.

Querer protegerse del terrorismo djihadistas o combatirlo, cobijándose bajo el ala del Estado burgués, no solo significa para el proletariado aceptar ser cómplice del terrorismo imperialista, sino también aceptar permanecer eternamente como víctimas voluntarias de su verdugo, el capitalismo.

 Los atentados de París y Ankara, de Beirut o del Tchad, así como las guerras en Ucrania o Medio Oriente, son la prefiguración de un futuro de miseria, masacres y guerras generalizadas que el capitalismo en crisis propone al proletariado y a las masas del mundo entero como solución.

Escapar a esta lógica no es precisamente escoger un campo burgués contra otro, pues no hay otra solución que la destrucción del capitalismo, destrucción que solo puede llevarse a cabo mediante la revolución comunista mundial.

Por ser la clase social cuya explotación alimenta y nutre al capitalismo, el proletariado posee en sí mismo la capacidad de terminar con el modo de producción capitalista y la sociedad de injusticia y opresión, de guerras y masacres, edificada sobre sus bases: basta con que rechace seguir dejándose explotar para que se derrumbe este gigantesco edificio.

Es la vía de la reanudación de las luchas proletarias, de la guerra de clase revolucionaria contra todas las burguesías y todos los Estados burgueses; ello significa cortar los lazos pacientemente tejidos durante décadas para mantener encerrado al proletariado en el interclasismo, romper con sus múltiples fuerzas e instituciones de la colaboración de clase, abandonar las ilusiones en la unión nacional, la democracia y el Estado, instrumentos mantenidos por todo un conjunto de amortiguadores sociales, hasta conseguir las fuerzas y las armas de clase que permitan reconstituir la organización política que permita emprender el combate.

 No es una vía fácil, rápida o sin riesgos; pero no es la primera vez que el proletariado se ha lanzado al ataque de las ciudadelas capitalistas. Mañana deberá encaminarse de nuevo por esa vía, sobre la base de posiciones políticas, programáticas y teóricas marxistas, defendidas sin descanso por la Izquierda Comunista, sin dejarse frenar ni intimidar por los golpes del adversario.

De esta forma encontrará la fuerza para vengar a todas las victimas del capitalismo, poniendo definitivamente fin a este infame sistema.

 

¡No a la unión nacional!

¡No a las guerras capitalistas!

¡Por la reanudación de la lucha de clase!

¡Por la revolución comunista internacional!

 

 

Partido Comunista Internacional

14 de Noviembre de 2015
       www.pcint.org


Valladolor no admite comentarios
La apariencia como forma de lucha es un cancer
El debate esta en la calle, la lucha cara a cara
Usandolo mal internet nos mata y encarcela.
Piensa, actua y rebelate
en las aceras esta el campo
de batalla.

si no nos vemos
valladolorenlacalle@gmail.com















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Contrainformacion internacional

Anticarcelario / contra la sociedad cárcel

"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo ajeno a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido condicionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simplemente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatorios, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañerxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."