lunes, 19 de febrero de 2024

El capitalismo... MANCHA

 

EL CAPITALISMO MANCHA

 

 

Basura pingüinera

Ya pasaron las fechas navideñas, las de mayor consumismo del año, ahora vienen las rebajas de enero, devoluciones, cambios y trapicheos varios, tanto en lo físico como en lo digital. También hemos asistido a los intentos de los mass media de que recapacitemos y no gastemos a lo tonto, islas de plástico, mares africanos contaminados de ropa occidental, una tortuga enredada en un pack de latas, niños con juguetes hechos de basura, balones de trapo…bueno, lo de todos los años; apelan al gasto racional y a la vez nos dicen cuanto tenemos que gastar como media estas navidades mucho antes de las propias navidades.

Por otro lado, en nuestra ciudad - imagino como en todas-, aparecen noticias recurrentes sobre la limpieza viaria en estos días, la cantidad de cartón por las calles, los casi 50 millones de euros para ampliar y reformar el centro de tratamiento de residuos sólidos urbanos, el vertedero, vamos, entrevistas al nuevo concejal del ramo (de vox) y su palabra de que la ciudad estará como una patena y que se van a gastar la pasta, nuestra pasta, en modernizar flotas y equipos. Bueno en realidad lo dicen todos respecto a todo y en todos los lados, aun cuando anuncian recortes que también son en beneficio de los ciudadanos.

Los ciudadanos, todxs nosotros, valoramos la gestión de la dirigencia en tanto en cuanto la calle está limpia y los jardines verdes. Quejas de basura en sus calles llegan sin parar al teléfono de atención ciudadana, pero vamos a pararnos un poso aquí en los “ciudadanos” -no en los de Rivera o Arrimadas, no-,  en nosotrxs y en nuestra actitud.

¿Que nos está pasando para que continuamente tengamos que consumir, lo que sea, grande o pequeño, caro o barato y encima que nos lo traigan a casa y rápido?, ¿A qué nivel de consumo suicida vamos a llegar?

Estamos engordando de tal manera a la bestia que nos arrasará, y lo hará antes de tiempo y no lo veremos venir... Esa bestia es el capitalismo, que se alimenta de bienes y necesidades creadas a la población mundial por él mismo y sus medios de producción. Te puedes comprar on line desde un coche o una casa hasta la mas ínfima pieza hecha con pellets de plástico, esos que flotan por Galiza... Si algo se vende es porque da beneficios a un burgués en el mundo... por pocos céntimos que valga; detrás hay una explotación hacia un trabajador, un efecto contra el clima en su producción y en su transporte, un sobre-embalaje y toda una red de distribución e intermediación.

Dicen que consumir permite avanzar a los estados: honda preocupación surge cuando por crisis económicas capitalistas o por guerras capitalistas o pandemias globales capitalistas, el consumo del pueblo, de los trabajadores, cae a niveles que no permiten sustentar el tinglado consumista creado, ergo el consumo beneficia al capital y el no consumo lo debilita, quedémonos con esto de momento.

Como recientemente vino a decir el conselleiro de mar de Galiza, comer es tan necesario como cagar... pero, a lo mejor, es que el concepto de comer, de poner un plato en la mesa se nos está yendo de las manos, quizá tener por tener se ha convertido en la más fuerte droga del siglo XXI dado el nivel de paquetería sonriente que se ve por las calles, tapando los contenedores de cartón estando estos vacíos. Somos tan osados que ponemos niks indescifrables en las redes sociales, pero tiramos embalajes con nombre y apellidos, no hay más que darse una vuelta por la ciudad y comprobarlo: basura en las calles que nadie sabe cómo ha llegado a sus barrios y que les molesta sobremanera...  Les vamos a decir algo con lo que van a flipar: LA BASURA NO SE CREA NI SE DESTRUYE, LA TIRÁIS VOSOTROS.

Bolsas rebosantes en los contenedores de todo tipo de envases, ropa, alimentos y restos de obras, todos juntos y solidarios al agujero que más cerca pille y si no pilla…la calle es de todos.

 

Un ejemplo cualquiera de una calle cualquiera

 

 

El padrón dice que en Valladolid consumen unas 300.000 personas, pero se genera mierda como si fuéramos el doble de gente. 

Pero hasta en eso, en retirar la basura, el capitalismo genera beneficio, luego explotación, primero se quedó con los recursos naturales, luego con los medios de producción, los productos, los beneficios y ahora se quedan con los restos valorizables, que llaman, de los que pueden sacar rédito. El sobre-embalaje generado por la industria plantea un problema a los estados que amablemente y con el prisma de la sostenibilidad otra vez esa misma industria nos lo quita de la vista, no sin pasar por caja, claro, vía concesiones públicas, vía venta de materiales valorizables y por supuesto vía rebaja de condiciones laborales de los trabajadores.

Otro asunto son los enseres, los muebles que aparecen a cientos todos los días en las aceras tirados y desmembrados. 17.000 pisos vacíos hay en la ciudad, ¿Cómo puede ser que habiendo tanto piso vacío -y se supone que el resto están ya revestidos de muebles- haya tantos cambios de cocinas, baños, salones, etc.?  Concuerda con la ingente afluencia a la tienda sueca de las albóndigas (qué dirían nuestras abuelas si vieran que vamos allí a comer albóndigas).

Da la sensación de que hacemos lo que nos dicen que hagamos, que si no estuviera esta gran tienda no veríamos viejos o desfasados nuestros muebles y no los cambiaríamos tan alegremente.

En definitiva, la basura mancha: la basura generada por nosotros, por todos nosotros se ha convertido en un problema difícil de gestionar por la cantidad y sobre todo por la irracionalidad con la que el mercado nos incita a un consumo cada vez en mayor cantidad y mucho más rápido; por lo que podemos afirmar que el capitalismo mancha y hasta de esto saca rédito económico.
 

 

POR LA REDUCCION DEL CONSUMO. Por el control obrero de la producción

POR UNA GESTION SOCIAL Y PUBLICA DE LA BASURA, NADA PARA LA PRIVADA.

 

CONTRA IKEA, AMAZON, ALIEXPRESS, Y TODAS LAS EMPRESAS QUE GENERAN CONSUMISMO VENDIENDO BASURA

CONTRA FCC, ZARZUELA, EULEN Y TODAS LAS EMPRESAS QUE SE ENRIQUECEN CON LA GESTION DE LA BASURA. 

 

 

Centro de tratamiento (vertedero) lleno a rebosar