"...difícilmente habrá una filosofía reaccionaria en que no se contenga una cierta dosis de irracionalismo"
(G. Lukacs, El asalto a la razón)
Solo unas pequeñas notas para "digerir" lo indigerible.
Las líneas políticas del nuevo ayuntamiento de Valladolid parecen estar marcadas por el retroceso social, la ideología de la derecha rancia y ultracatólica y una visión de la ciudad antigua, egoista e individualista.
El acuerdo que ha trascendido es un catálogo de los tópicos más rancios:
- Supresión de las políticas de igualdad, incluidas en las de "familia y derechos sociales" como algo totalmente residual.
- Reversión de las políticas de movilidad, favoreciendo de nuevo al vehículo privado, abogando por quitar carriles bici ya hechos y por reducir la zona de bajas emisiones al mínimo.
- Patada hacia delante del "proyecto de soterramiento" con la consiguiente paralización de pasos y túneles que ya se estaban ejecutando o se iban a ejecutar en breve.
- Apertura de una "escuela taurina" y fomento de los toros desde el área de Cultura dependiente de VOX...
Les recordamos solo un dato, antes de que nos vengan con estupideces: la abstención en Valladolid fue mayoritaria -sobre todo en las zonas obreras- y la "victoria" de las derechas es más bien cortita (y solo se ha producido en el centro y nunca en los barrios obreros del este y el norte). Los números son tozudos. Pero aún así parecen querer cambiar el rumbo de la ciudad completamente sin tener en cuenta a toda esa gente que no votamos o han votado en contra de ellos.
Empezando por el final: una escuela taurina en una ciudad que no va a los toros... porque el coso municipal jamás se llena y el museo del toro se cerró por no tener visitantes. Pero ya sabemos, lo importante no es la realidad sino la apariencia. Más allá del apoyo a la economía dependiente del toro (que tiene su importancia) el asunto está inscrito en la potenciación de la imagen de "españa": una españa tradicional, casi carlista, en la que los héroes son los toreros... el problema no es solo este, el verdadero problema llegará cuando el dinero de la cultura se quede en los toros y no llegue a otros sectores: el teatro, el cine, la música... o sí, pero solo a un teatro (casposo, ¿qué será de la programación del LAVA o del TAC?), un cine (religioso, "como debe ser y no esos izquierdistas del cine español") y la música... de Taburete o cualquier otro de los "artistas" de la cuerda. La regresión en cultura puede ser brutal... si les dejamos.
El soterramiento es, de nuevo, el gran engaño. Pero aún así nos tememos lo peor: aprobar el soterramiento llevará a muchas partes de la zona este de Valladolid al abandono progresivo a la espera de unas obras improbables y, si acaso y después de años, a otros 10 o 20 años de obras que separarían aun más a esta zona de la ciudad... solo la irracionalidad ligada a los intereses económicos de unos pocos puede defender que esta obra se hace por los barrios. La realidad es otra: la burguesía vallisoletana quiere ampliar el centro a costa de expulsarnos un poco más lejos... la inversión en infraestructuras sirve para dar soporte a sus propias empresas y para generar un negocio redondo a bancos y constructoras. O sea, "contigo avanza"... lo suyo, que es lo único importante: el interés económico de unos pocos pretende condicionar la vida de todos durante años. Pero los palmeros del soterramiento estarán felices de volver... a los años 80.
Lo mismo sucede en la cuestión de la movilidad. No estamos a favor de una zona de bajas emisiones con multas e imposiciones... pero está claro que todo el centro de la ciudad debería ser peatonal y que hay que reducir el tráfico al mínimo para reducir la contaminación si queremos, al menos, sobrevivir... Y sin embargo su discurso del coche se impone. Y de nuevo, como en los toros, es la burguesía más reaccionaria la que impone su visión y su interés económico.
Llegamos, así, a extremos de absoluta irracionalidad y falta completa de conocimiento y de sentido histórico: el nuevo ayuntamiento quiere revertir el carril bici de Isabel la Católica y afirma que junto al río "hay mucho espacio". O sea, que quien tiene miedo a pasar por un túnel pretende que los que van en bici vayan por el lado más oscuro del río ... pero eso no da miedo (con la de palos que se dan en las moreras...). Y no solo eso: el antiguo "paseo del Espolón", señoros, es patrimonio cultural e histórico de los vallisoletanos.
¿Van a cementar el paso junto al Pisuerga?
¿Las "riberas del Pisuerga bellas" que cantó Cervantes se convertirán en pistas de cemento y hormigón?
No son retrógrados sin más... SON IRRACIONALES.
Y por supuesto: Nos tendrán en frente.