CONTRA LA PENOSIDAD Y LA TOXICIDAD
EN EL TRABAJO: EL CASO DE VESTAS
A lo largo de nuestra ya dilatada trayectoria el tema de la toxicidad ha sido tratado en numerosas ocasiones, tanto a nivel social como en el ámbito laboral.
Debemos destacar, tanto por su extensión como por su recurrencia e importancia, el trabajo de información y denuncia que se llevó a cabo sobre la peligrosidad y toxicidad del amianto. Este material tóxico, cuyas consecuencias en la salud pueden dar la cara hasta 40 años después de haber sufrido la intoxicación, fue usado durante años como material en innumerables construcciones y productos (más de 3000 de todo tipo), debido a su reducido coste de producción en comparación con otros materiales sustitutivos, vendiéndose como seguro, duradero e inocuo aún cuando había indicios de su toxicidad y riesgo para la salud tanto para los trabajadorxs, dedicados a su producción, como para la generalidad de la población. Finalmente, a la luz de innegables evidencias epidemiológicas sobre su toxicidad, este material fue prohibido. Pero aún hoy sigue en nuestro entorno, tanto por su uso generalizado durante años (vivimos rodeadxs de dicho material) como porque nuestra ciudad albergó una fábrica de amianto durante años que fue "abandonada" y que todavía está pendiente de descontaminación (Terrenos de la antigua fábrica de URALITA, en la ctra. Madrid).
El tema de la toxicidad y penosidad en el trabajo ha vuelto a estar muy presente este verano en las movilizaciones de lxs trabajadorxs de SAETA que desembocaron en una huelga indefinida para que se reconociera la evidente penosidad de su trabajo y se cumplieran y mejoraran las medidas de seguridad para la salud de lxs trabajadorxs. Finalmente, lxs trabajadorxs consiguieron parcialmente sus objetivos, demostrando que la lucha obrera y la solidaridad de clase obtienen resultados.
Un caso especialmente sangrante es el que sufren los trabajadores de VESTAS (en Daimiel, Ciudad Real). Hace pocos meses, tuvo lugar un conflicto laboral en Vestas. Lo que en principio se intentó "vender" como una confrontación entre la empresa, que se negaba a cualquier tipo de negociación y ofrecía como única mejora complementos salariales no consolidables (lo que en la práctica suponía una congelación salarial), y unxs trabajadorxs que pedían mejoras retributivas, pronto, dio paso al auténtico problema de fondo que originaba el malestar y la combatividad de la plantilla: la toxicidad y la mejora de las condiciones de seguridad y salubridad en un trabajo que pone en serio riesgo la salud y la vida de lxs trabajadorxs que lo desempeñan.
VESTAS es una multinacional de matriz danesa dedicada a la producción, instalación y mantenimiento de palas eólicas. Entre los diversos centros de trabajo que tiene en el Estado español adquiere especial relevancia el situado en Daimiel por concentrar el mayor número de trabajadorxs y ser el centro de producción de las palas eólicas (el resto están dedicados a la instalación y mantenimiento de los parques eólicos). Estas palas son confeccionadas con resinas epoxi y numerosos productos químicos más que afectan directamente a la salud de los trabajadorxs, como denunciaban estxs mismos y los sindicatos. Dichos químicos afectan a la reproducción, son cancerígenos, producen mutaciones (muta génicos) o disruptores endocrinos (lo que afecta a órganos fundamentales). Desde 2015 al menos 62 trabajadores han sufrido dermatitis severas o asmas agudas relacionadas directamente con el trabajo en Vestas. Solo en lo que va de año 5 trabajadores han recibido la calificación de enfermedad profesional por parte de la Seguridad Social y 8 más están a la espera. Tampoco es inusual entre la plantilla conocer casos de trabajadores que están teniendo problemas para tener descendencia o trabajadoras que han sufrido abortos.
Esta situación no es nueva para la dirección de la empresa que ya tuvo que enfrentarse a un escándalo similar en su país de origen, Dinamarca. Poco parece importarles la salud de sus trabajadores viendo la forma que tienen de afrontar “estos problemas”: desde el oscurantismo en los productos usados (cambiando químicos que generan efectos cancerígenos por otros, que se sospecha pero aun están en fase de pruebas, que son disruptores endocrinos, aprovechándose de la regulación más laxa sobre estos últimos), hasta la negativa a adoptar medidas de seguridad laboral colectivas abogando únicamente por las personales… o aún más: el despido sistemático todos los años de entre 10 y 20 trabajadorxs, alegando bajadas de rendimiento, lo que en realidad es una "limpieza" de trabajadorxs con alta antigüedad ( y por tanto que llevan más años soportando la toxicidad) así como de lxs "discolxs" que se atreven a quejarse o denunciar las condiciones de trabajo, despidos estos que posteriormente han sido declarados improcedentes.
A lo largo de los años ya son decenas de denuncias las que Vestas acumula ante la Inspección de Trabajo y su respuesta es siempre la misma: recurrir las sanciones hasta la última instancia para luego pagarlas… pero que no se oiga nada. En lo que va de año ha sido denunciada 13 veces y, todas ellas, ha sido sancionada pero tras pagar las multas no ha corregido ninguna de las infracciones que fueron detectadas.
Ante esta situación se inició una serie de paros de 2h varios días a la semana en el mes de marzo pasando a jornadas completas de huelga en los meses de mayo y junio, pero lo que en un principio era un frente de lucha esperanzador que se movilizaba para no ser envenenadxs en sus puestos de trabajo (conformado por cerca de un 90% de lxs trabajadorxs dedicadxs a la producción), pronto se vio frenado por las maniobras anti-obreras y mafiosas de la patronal que además de amenazar a quienes secundaban la huelga con despidos ( cosa que ya venía haciendo), han puesto en práctica el esquirolaje, han "vendido" como violentas las protestas pacíficas de los trabajadorxs para defender su salud, frente a las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación, han promovido la inserción del sindicato amarillo Fetico ( al que se han adscrito la mayoría de mandos y encargados) y han amenazado con cerrar la fábrica y dejar a la comarca sin uno de sus mayores centros de empleo.
Sin embargo, es curioso que un conflicto originado por una causa tan justa, como negarte a ser sacrificado en el altar de los beneficios empresariales y la economía de mercado y exigir que tu trabajo, único medio de subsistencia de la clase obrera, se convierta también en la causa de tu enfermedad e incluso de tu muerte, haya sufrido tal nivel de represión en su desarrollo y haya pasado prácticamente inadvertido para el resto de la población estatal, más allá de lxs vecinxs de la comarca.
Vestas y sus fábricas desembarcaron en el país, subvencionada con fondos europeos y nacionales bajo el relato del capitalismo verde, las energías renovables y el impulso económico e industrial a la "España vaciada", para evitar la despoblación. Tal vez no interese demasiado que se conozcan conflictos como este y prácticas caciquiles como las de Vestas, que matan el fabuloso relato de la economía sostenible dejando ver lo que ocultan realmente las imposiciones de las exigencias del mercado capitalista, a costa de la vida de poblaciones enteras.
Viendo el camino ascendente de la explotación y el aumento de la actividad represiva, es momento de reflexionar sobre la necesidad de organizar a los trabajadores de manera independiente, e impulsar sociedades y cajas de resistencia como herramientas unitarias permanentes del conjunto de los trabajadores. La clase obrera hemos de ser conscientes (pues la práctica así nos lo indica) de que solo con la solidaridad y el apoyo mutuo entre nosotros los trabajadores somos capaces de enfrentar cada conflicto allí donde se materialice, así como la actividad explotadora y represora de la patronal y sus cómplices, a pesar de los métodos antiobreros que utilicen.
Por todo esto, desde esta hoja, queremos mostrar nuestra solidaridad con lxs trabajadorxs en lucha de Vestas, con su causa, que hacemos nuestra, y con las acciones pasadas, presentes y futuras, que adopten para luchar por su salud y sus vidas y oponerse a la represión de la patronal.
SOLIDARIDAD CON LXS TRABAJADORES DE VESTAS en DAIMIEL
CONTRA LA PENOSIDAD Y LA TOXICIDAD EN EL TRABAJO. POR LAS CONDICIONES DE VIDA DE LA CLASE TRABAJADORA.
Por las necesidades de los trabajadores, contra las exigencias del capital.
Octubre 2025/nº 331 Comité de Solidaridad de los Trabajadores
